Año XII. Entrega nº 811
AQUERAS MONTAÑAS
Baciero (2116 m)
Domingo 2 de abril de 2023
“… Gabás, en un paisaje risueño y dulce, matizado de bosques y praderíos, bajo el despliegue ondulante de las estribaciones del Gallinero, a cuyo frente el Turbón presenta su poderosa ladera septentrional”. Santiago Broto Aparicio.
Pues, aunque es una publicación de hace más de cuarenta años, salvo que alguna vieja casa se haya visto agraciada por una restauración, tampoco ha cambiado tanto, porque lo encontramos como lo evoca el autor, con "paisaje risueño y dulce, matizado de bosques y praderíos", con el Gallinero al norte y el Turbón al sur, pero antes de éste, que es el principal, tenemos otro macizo, que lo es menos, pero que como él tiene identidad propia, la sierra Calva, compartida por los municipios de Seira, Valle de Bardají, y en menor medida, el de Bisaurri (del que forma parte Gabás), y que se ve coronada por el pico Baciero (2116 msnm), que hoy vamos a visitar para ofrecerle nuestros respetos y poder ver lo que él ve y sentir lo que él siente. Habíamos oído hablar mucho de ti y ganas teníamos de conocerte en persona.
En realidad, era ayer cuando teníamos previsto hacerlo, pero el mal orache se nos echó encima, hasta el punto de que amanecimos nevados en Benasque, y pasamos al plan B, cuyo resultado no fue tan malo como se esperaba, de modo que hoy, a pesar de haber salido igual la mañana, nos decidimos, aun dejando un temporal de mil pares en la divisoria, con fuertes rachas de viento que hasta aquí llegan, pero bajo unos cielos despejados que invitan a pensar que no es mala elección. Pues allá vamos, a la localidad de Gabás, sobre el barranco homónimo, cuya primera mención reconocida por Antonio Ubieto está en la Colección diplomática de Obarra, nº 182, de Martín Duque, en la que se cita en mayo de 1265 a un tal “Bernardus de Gavas”.
La llegada al pueblo es anunciada con brío por tres o cuatro perros, que se calman al ver que venimos en son de paz. Junto a la parroquial, que reza a Santiago, encontramos un mural que nos informa sobre el GR 15 que, en dirección al mundo Veri acompañamos unos metros, para abandonarlo y seguir recto por ancho camino, pendiente y con muchas piedras, para llegar en media hora a un abrevadero junto a la pista, que tomamos, y donde nos encontramos inmediatamente una tablilla que nos indica el desvío para la vieja ermita de “Sin Chuan Viello”. Sin dejar la pista, entre el bosque, éste se va abriendo, dando paso a los pastos del Clot, un placentero lugar, con su refugio, abrevadero y balsa de agua, que nos da un respiro antes de afrontar la penosa subida por la glera.
Dejamos la pista, e indicado en una gran piedra al comienzo, tomamos a la izquierda una ancha canal, por la que vamos subiendo, y que nos da paso ya a la temida pedrera, pero que, con paciencia y tesón vamos superando sin mayores problemas durante una media hora, al cabo de la cual, nuestros pies agradecen el paso por un estrecho sendero bajo el bosque, que nos lleva a otro tramo de piedras, pero menos inclinado, más cómodo, y con caja, que te permite no echar atrás el paso que echas adelante. Siguiendo los hitos, se llega a otra ancha canal que, saliendo de ella por la derecha, llegamos a lo que parece ya lo alto de la sierra, pero no lo más alto, que para alcanzarlo decidimos hacerlo por una entretenida cresta, que nos baja a un apacible lugar bajo un pino seco, a donde llega el camino menos comprometido, y que tomaremos de regreso.
Continuamos por los hitos, hasta llegar ya, ahora sí, al punto culminante de la sierra, al Baciero, que trata de tú al cercano Turbón, con su, también vértice geodésico. Algo más de tres horas hasta aquí. Las vistas, como prometía esta montaña, no defraudan. Así, "grosso modo", al norte, el valle de Benasque y su Solano, mucho más no, porque las altas cumbres están con la cabeza en otra parte. Al sur, el Turbón. A poniente, el macizo de Cotiella. Y a levante, toda la extensión oriental del territorio aragonés hasta el vecino catalán. Aunque las rachas de viento son considerables, el sol es espléndido y la mañana radiante, hace duelo salir de aquí, pero hay que hacerlo, y lo hacemos por el mismo itinerario hasta esa campa bajo el pino seco, desde la que continuamos por la derecha, evitando el cresteo.
Ya todo es bajar y bajar, pedrera incluida, hasta llegar al Clot, que atravesamos plácidamente y continuamos por la pista incluso dejando atrás el desvío a la ermita de san Juan viejo para tomar el del san Juan nuevo, construida sobre un cabezo, con unas vistas extraordinarias sobre el valle. Volvemos a la pista y la seguimos hasta el pueblo, donde terminamos la ruta en el punto en el que la hemos iniciado, habiendo recorrido 11,5 km en 6 horas y cuarto, con un desnivel acumulado en torno a los 855 m D+/-.
Bibliografía:
El Valle de Benasque. Santiago Broto Aparicio. Editorial Everest (1981)
Web:
Senderos FAM
SIPCA
IGN
Románico aragonés
Wikiloc
RAE
Geamap
Hijo de la Tierra
El Pirineo no se vende
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