domingo, 28 de febrero de 2021

Luna lunera por los Llanos del Sol, camino al ibón de Escalar

 


MONS CON NIEU
Luna lunera por los Llanos del Sol (1980 m)
Sábado, 27 de febrero de 2021

            El año pasado no pudo ser, pero este hemos conseguido maridar raquetas con luna, de modo que ha llegado el momento. Finales de febrero, hace tan solo unos días había un paquetón de nieve, pero ya se sabe, febrerillo el loco es así, en sus últimos días ha abierto la puerta de los vientos de sur, que anima al polvo sahariano a cambiar de aires y deciden barrer la península, conquistándola, aunque sin chilaba, hasta los mismísimos Pirineos, así que los últimos frentes sureños que han entrado han sido de agua, el peor enemigo de la nieve. Conclusión, cambio de planes.



            En un principio la idea era ir a Candanchú, que el horizonte por donde sale la luna está más bajo y se puede disfrutar más de ella, pero sus solanas están peladas, así que… a Astún que nos vamos, aunque tardemos más en ver salir la luna debido a su orientación.



            Animados por el reciente retraso de una hora en el toque de queda, y en previsión de buen tiempo, son las siete de la tarde cuando salimos de Jaca con Marisa y Eva, juntándonos en Astún nueve en total. No somos los únicos, que hay más raqueteros y traveseros, que quieren aprovechar la noche.



            Antes de llegar, en Villanúa ya nos sorprendían fuertes rachas de viento, lo que hacía presagiar que tendríamos raca metida en los valles, como así se fue confirmando, pero no fue óbice para dar comienzo a nuestra actividad, que lo hacíamos sobre las ocho menos cuarto, con el único resplandor todavía que las luces de la estación y la de las rétrac, que estaban haciendo su trabajo alistando las pistas de la única estación de esquí alpino de Aragón durante toda la temporada.



            Arrancábamos con una pechugada de espanto camino de los Llanos del Sol, que no encontrábamos ni una cosa ni otra. Por los supuestos llanos la cuesta se iba calmando, pero no del todo, claro, al tiempo que un gran resplandor iba haciendo su aparición por encima del Arco Noroccidental de Astún, mucho mayor que por donde iba a asomar el satélite, que tanta influencia tiene sobre la vida en nuestro planeta. 



            La embocadura del barranco coincide con una mayor dureza de la cuesta, lo que unido a que la raca estaba metida en la olla del ibón y que empezaba a echarse la hora encima, se toma la decisión de regresar, alcanzando la máxima altura muy próxima a los dos mil metros. El regreso viene amenizado por la salida de esa luna, que ya venía reflejándose de forma espectacular en las nevadas laderas del Arnousse, Bénou, Belonsieche... A lo que nos alcanza su luz, a lo que se nos hace visible el astro, nos detenemos en una pequeña plataforma, y al echar mano del teléfono para hacer una fotografía… el teléfono que no está donde tiene que estar. El actuar con guantes es lo que tiene, que pierdes tacto. Conclusión, a volver sobre los pasos en su búsqueda. Lo llevo protegido en un viejo calcetín, lo que haría, pensaba yo, que no hubiera resbalado ladera abajo, como así fue, y allí estaba, donde cayó. Pero lo bueno es que, al ir el primero, todos habían visto el calcetín al pasar, pero quién se iba a imaginar que dentro estaba lo que estaba.



            Bueno, terminamos con final feliz. Noche disfrutona, con 3 km (+ 1,1 de teléfono), en 2h 15’, con 270 m D+/- de desnivel acumulado (+ 85 de teléfono). ¿Las nieblas?, nos despedimos de ellas metidas en Candanchú, dejando emerger el Aspe y las Lienas en una imagen para el recuerdo, y a nosotros dejando hacer.




sábado, 27 de febrero de 2021

Pte. Zabalcoch - Zuriza, por las viejas sendas de Ansó

 


IXOS MONS
Puente Zabalcoch - Zuriza
Viernes, 26 de febrero de 2021

            A cada especie, dependiendo de las funciones a realizar, la Inteligencia Cósmica le ha dado unas facultades. Hay animales que brincan, saltan, corren, reptan, nadan, incluso vuelan. También el ser humano lo puede hacer con su imaginación. Los otros seres, vegetales y minerales, también poseen sus particularidades, que les facultan para el desarrollo de su vida, y aunque sean inferiores en la escala evolutiva, no significa que no podamos aprender de ellos. Eckhart Tolle, reconocido escritor alemán, nos dejó esta perla: Mira un árbol, una flor, una planta. Deja que tu conciencia descanse sobre eso. Qué tan quietos están, qué tan enraizados están en el Ser. Los árboles, las flores, las plantas en general, aunque puedan moverse como especie, no pueden hacerlo como individuos, pero son felices, porque poseen, entre otras virtudes, la de la paciencia, tan escasa en nuestras sociedades. Verla en ellos, admirarla, hacer esfuerzos para captarla, hacerla nuestra, enriquecerá nuestra conciencia para ser, para estar más en el Ser.



            Malos tiempos para la lírica, lo sabemos. Los ya de por sí solitarios caminos llevan meses siendo, sintiéndose, más solitarios todavía, y hoy lo hemos comprobado acudiendo de nuevo al valle de Ansó, para recorrer uno de ellos, preguntándonos la vida que llevarían antaño. El puente de Zabalcoch, a unos 8/9 km en la carretera de Zuriza es el punto de partida de esta ruta, que nos llevará a ese destino, subiendo lo que bajamos en la ruta de la borda Chimena, hasta la loma Paulín. De momento, vamos abrazados al río por su margen izquierda, derecha nuestra, por un bosque que rezuma humedad y frescura por todos sus poros, que unido a la cercanía del río y al solitario grado de temperatura, hace avivar el paso… claro está hasta que dejamos el río y cogemos el monte, que a base de zetas nos va subiendo hasta esa loma Paulín que tanto nos sorprendió ya en la otra ocasión. Pero aún hay algo que nos sorprende más, y es que la vemos con un habitante de lujo, un espléndido ejemplar de narciso amarillo que, o se ha despistado o ya anuncia la llegada de la primavera, y lo hace antes de que esos grandes almacenes nos bombardeen todos los años con esa cantinela, como acostumbran. Cuarenta minutos hasta aquí.







            En la parte alta, hay un poste con unas tablillas, en las que indican de dónde venimos, la dirección a Chimena y a Zuriza, y al llegar aquí la otra vez, nos quedamos pillados con ese itinerario, así que… aquí estamos, dispuestos a llegar a ese extraordinario paraje bajo los impresionantes paredones de los Tresverales, Espelungas y demás vástagos de la familia Alano. Tomamos, pues, el sendero hacia Zuriza, y enseguida nos engulle de nuevo el hayedo. A la media hora de Paulín, y justo antes de salir a otro praderío muy inclinado, hay que estar atentos para seguir por la derecha, porque los pies te llevan recto. Una vez en el descampado se nos ofrece una verdadera explosión de esos narcisos amarillos. Justo en lo más alto encontramos otro poste con tablillas indicando el itinerario que llevamos, y otro desvío nuevo, hacia el este, al mallo Espelunga. Tomamos nota y seguimos a lo nuestro.






            De nuevo al hayedo, que alguna ventana nos deja para ir admirando los paredones a cuya base nos dirigimos. Continuos subibajas, pero especialmente un brusco descenso, nos conducen al barranco de Tresveral, que rápidas baja las aguas de sus dominios. Si baja mayenco hay que tener cuidado al pasarlo, pero no es el único peligro, ya que después de hacerlo, los pies te llevan por un sendero evidente a la izquierda, pero no hay que seguirlo, ya que te lleva al propio barranco. Si costoso es bajar ese tramo, también lo es rectificar, y como intuimos que el bueno irá por arriba acortamos lo que podemos, llegando hasta la misma roca, que retrocediendo unos metros vemos claramente el sendero que sube desde el cruce del barranco, algo que desde él no habíamos visto.


            Reincorporados ya al sendero señalizado con las marcas verdiamarillas, tratamos de no dejarlas, aunque bien es cierto que algo escasas en algunos tramos hace que volvamos a despistarnos en el hayedo, lo que nos hace perder bastante tiempo, junto con la permanente retirada de ramas en el sendero, fruto de la nieve, los vientos y el no transitar el camino. Se va intercalando algún tramo próximo a la base de la pared, con sus vías de escalada, donde hace 3 años y 8 meses se estaba librando una batalla encarnizada, de la que aún se oyen los ecos, tras oírse un grito en el vacío que estremeció el alma del valle, y que gracias a una inquebrantable fuerza de voluntad se consiguió una segunda oportunidad.


            Se van viendo hitos de entrada a senderos casi imposibles, de acceso a esas vías de escalada. Otros tramos de pedrera vamos pasando, hasta tratar ya de tú al río. Finalmente, y al cabo de hora y tres cuartos desde el barranco vamos viendo la luz al final del túnel. Pasarela en el río y un panel informativo sobre el búnker de al lado, que pertenece a la “Línea P”, una serie de bunkers que conformaban un sistema defensivo a lo largo de todos los Pirineos, una obra megalómana que, de los 8000 proyectados, “solo” se construyeron la mitad y que, afortunadamente, nunca llegaron a emplearse.



            Bueno, pues queríamos venir a Zuriza y ya lo hemos hecho. Lo que no hacemos, a pesar de haberlo indicado en el track, es llegarnos hasta el camping, centro neurálgico de la zona, y es que hemos disfrutado más de la cuenta del camino, empleando como una hora de más entre pérdidas y limpiezas, y nos quedan como 5,5 km aún hasta el coche, al que tenemos que llegar ya por carretera, a no ser que algún alma caritativa nos recoja... como así fue, evitándonos como la mitad del recorrido. En definitiva, la ruta como tal, serían unos 6,9 km, pudiéndose recorrer en 3h 15’ / 3h 30’, con un desnivel acumulado total, aproximado, de 525 m D+ y 290 m D-, aunque le echamos del orden de 5 horas entre el entretenimiento del camino y el tramo de carretera.




            Contamos las cosas como son, y sin pretender desanimar a nadie. No todo el que venga se va a entretener ni en limpiezas ni en pérdidas, son caminos sin transitar, que la hojarasca en el hayedo se presta a cubrir la traza. Las vistas son espectaculares, merece la pena hacerlo, entre otras cosas porque, ya sabéis… se hace camino al andar.







Más fotos y el track, que intuyo no es fiel reflejo, ya que el tránsito bajo las paredes desvirtúa el relieve

















miércoles, 24 de febrero de 2021

Plana Monteoscuro y cueva Cucos, por la sierra de Fórcala

 


IXOS MONS
Plana Monteoscuro (1066 m) y cueva Cucos (1000 m)
Martes, 23 de febrero de 2021

            Esta sociedad en la que nos está tocando vivir, tan instalada en el esnobismo y tan afanosa en estar siempre en la vanguardia de todo, está desequilibradamente volcada en el futuro, despreciando el pasado, de donde se obtienen las enseñanzas. En las sociedades tradicionales se tenía en cuenta a los mayores, se escuchaba a los mayores, se admiraba a los mayores, porque de ellos se aprendía, y a través de ellos se transmitían los oficios y el buen hacer. Del montañero y divulgador Joan Enric Farreny, traemos hoy una de sus frases: Los viejos caminos tienen mucha experiencia. Hoy nos vamos por uno de esos viejos caminos plagados de experiencia, plagados de andanzas, plagados de oficio… a ver si se nos pega algo.




            Seguimos por las humildes, pero disfrutonas, sierras que conforman el barranco de Fago, en concreto por la de Fórcala, que se aúpa entre las Fozes de Fago y Biniés que, recordemos, es de los últimos parajes en ser incluidos en la Red Natural de Aragón, como Paisaje Protegido. El punto de partida es un apartadero de la carretera de Majones a Fago, como a 10 kilómetros por encima de la primera localidad, junto al puente Camín. Allí encontramos panel informativo y tablillas, Plana de Monteoscuro y Cueva de Cucos, cuya dirección seguimos. Estamos en la margen izquierda del barranco de Fago, y nos acompaña su rumor, aunque lo vamos perdiendo, ya que él baja y nosotros subimos. Lo primero que nos encontramos es el cruce de un pequeño barranco, y luego ya vamos participando del ambiente del bosque, que destila humedad por todos sus poros, haciendo un tránsito más que agradable.


            A los veinte minutos vemos un poste con tablillas que indican el origen y el destino que llevamos, y nos extraña porque nos parece una obviedad, hasta que nos damos cuenta de que sale un pequeño sendero a mano derecha que baja, y es el que sin señalización alguna lleva al Paso del Gato, que se podría aprovechar para hacer una circular, pero al parecer no está muy bien el camino.










            Los 200 metros de desnivel desde el arranque hasta la Plana Monteoscuro se hacen muy tranquilos y cómodos, porque la subida no es muy pendiente, salvo los últimos compases, que el camino salva con zetas, pero muy bien, de cualquier modo, porque se trata de un trazado recuperado recientemente por las cuadrillas de montes, aunque hay un par de árboles caídos después de la limpieza, pero con un poco de contorsionismo se pasa bien. En tres cuartos de hora nos podemos presentar en esta planicie, que disfruta de buenas vistas, o eso intuimos, ya que hoy nos acecha la niebla, y por no perder la mañana la echamos aquí, con esta ruta, que resulta ser muy digna.


            Encontramos el poste con las tablillas en el suelo, y como al llegar a la planicie se desdibuja el camino, es preciso ponerlo de pie para ver la dirección exacta que nos indica para la cueva Cucos. Lo volvemos a colocar como estaba con cuidado, ya que está rodeado de alambre de espino. Bueno pues, emprendemos la segunda parte de la ruta. Seguimos por la izquierda, y enseguida salen a nuestro encuentro las marcas verdiamarillas del ENP, que nos van bajando hasta llegar al barranco en veinte minutos, pero antes de eso, ya en sus proximidades, las nieblas nos hacen guiños para dejarnos ver los paredones de enfrente, donde intuimos que estará la cueva Cucos, pero cuál es nuestra sorpresa que después de cruzar el barranco, volvemos a ver otro poste en el suelo, que al enderezarlo nos indica que hay que ir barranco arriba. 


            Bueno, ya lo tenemos claro, no obstante, no resistimos la tentación de acercarnos a esos paredones para ver de cerca los abrigos pastoriles que hay a sus pies. Siguiendo unos metros el viejo camino a Biniés, subimos una pendiente herbosa y lo conseguimos, encontrando una oveja descarriada y su cordero. Volvemos al barranco, que aguas abajo forma la llamada Fozarrata, y siguiendo las marcas, en poco alcanzamos la base de otro gran paredón, enfrente del que venimos, y que aloja la cueva Cucos, bajo una espectacular caída de agua del barranco. 










            La única fauna local que se hace visible es la de los buitres, que comienzan ya a disfrutar de las térmicas. Con esa única compañía, visible, decimos, volvemos sobre nuestros pasos. Barranco, Plana de Monteoscuro y puente Camín, habiendo recorrido 5,7 km, en 2h 25’, con un desnivel acumulado total de 340 m D+/-, en una solitaria mañana por una solitaria sierra, sin más compañía que el mundo natural… que no es poco, una tierra húmeda y una vegetación exuberante, bajo unas nieblas de febrero en unos cielos de febrero.





Las fotos y el track