IXOS MONS
Punta Común (1191 m)
Martes, 2 de febrero de 2021
De nuevo por la Tierra Media, por este Prepirineo que tanto nos gusta. De nuevo por los cuarteles de invierno. De nuevo… por el Reino de los Mallos, esas formaciones rocosas que nos fascinan, y a las que de vez en cuando venimos a rendir culto, porque sí, porque se lo merecen. Su majestuosidad se hace patente desde lejos, pero mucho más cuando circulas por sus pies.
El Reino de los
Mallos, ese lugar privilegiado que mira al sur para acoger las ansias de la tierra llana cuando suspira por dejar de serlo. Que mira al norte sin mucha envidia, porque ya tiene bastante con lo que tiene. Que se mira a sí mismo, presumiendo de sus tres teselas, que comparten unidad geológica, medioambiental y paisajística, digan lo que digan los límites administrativos, ante los que orgullosas muestran la mayor de las indiferencias. Que constriñen a un Gállego vibrante al que miran desde lo alto y que, tras su embalsado, surca apaciblemente esas llanuras en busca del padre Ebro, muy satisfecho de haber nacido, crecido y rendido en esta tierra. Unas sierras inagotables a las que acudimos para disfrutar de los caminos que se pierden, y para que no lo hagan. Esta vez nos marcamos una circular de categoría, desde
Murillo de Gállego, por el
GR 1 o Sendero Histórico, (que coincide en este tramo con el
Camino Natural de la Hoya de Huesca) hasta
Agüero,
barranco de la Fuente del Piojo, dejando a nuestra izquierda sus
mallos, mirándolo todo desde la
Punta Común, y volviendo, rodeando la
Peña Rueba, de nuevo hasta Murillo. Una bonita jornada por la Tierra Media.
Pues ahí vamos, al filo de las 9 de la mañana saliendo de Murillo para tomar ese GR 1 que nos acompaña hasta Agüero y que, dejando atrás esa fuente Vieja y su apacible entorno, nos lleva por caminos empedrados a tramos, vestigios de viejas culturas y actividades. El camino va coqueteando con la pista. En una de las entradas a esos caminos, es curioso ver un banco de madera, en el que solo se sienta el tiempo, contemplando a una gran carrasca. Vamos dejando campos a uno y otro lado, campos de olivos, campos de almendros, campos de soledades y hastíos. En hora y cuarto llegamos a Agüero, dejando atrás esa señalización rojiblanca, así como un corto tramo de carretera. Con señales, ahora, de los Senderos de la Hoya de Huesca, con su distintivo azul, nos metemos por el sendero del barranco de la Fuente del Piojo, que deja los mallos a la izquierda, hasta llegar a la collada Pedro en otro cuarto de hora más.
Un poco de pista y volvemos a tomar el sendero a la izquierda, que nos va llevando por las faldas de la Punta Portolás, que tras llegar al collado Barrera Estanco tenemos que rodear para alcanzar finalmente nuestra cima de hoy, la Punta Común. Ese collado marca divisoria entre el SW que traíamos, y el NE que se nos abre, dándonos vista a la cuenca del Gállego que presuroso sale de su encierro en La Peña. Los apenas 130 metros de desnivel hasta lo alto de esta rallera son un puro placer, con vistas a dos aguas, a la derecha, las carrascas y coscolinas se solazan en la solana, y la izquierda, colonizada por bojes, mira al norte con gran pasión. Estamos, como decimos, sobre una rallera que es continuidad por el NW de la Peña Rueba, uno de los tres grandes macizos que le dan nombre a este histórico territorio que puede presumir de haber sido, fugazmente, pero lo fue, un reino dentro de otro reino.
De vuelta al collado, para emprender la larga bajada hasta la ermita de San Chinés y posterior corral de Gallego, aunque en los mapas figura Pardina de Carcavilla. Algo que no tiene sentido, ya que estamos en el término de Murillo, y Carcavilla, que sí era la antigua pardina, convertida posteriormente en central eléctrica, en la margen izquierda del Gállego, lo estaba en el de Ena, actual Peñas de Riglos, lo que no deja de ser otro error de los mapas.
Pero sigamos con lo nuestro. Estamos en los montes de la Tolosana, y vamos alternando, también, tramos de pista con sendero, por algunos sitios muy vestido. Tras haber cambiado bruscamente el rumbo, de W-E a N-S, abandonamos la pista, que baja ya en busca de la carretera para cruzarla casi enfrente de la entrada a la central de Carcavilla, para meternos por un sendero a buena altura sobre la carretera y el río, lo que le confiere unas extraordinarias vistas, con los mallos de Riglos al fondo. Aunque a no corta distancia, vamos circulando por debajo de las impresionantes paredes de Peña Rueba, siguiendo las marcas blanquiazules de los Senderos de la Hoya de Huesca. En algo menos de hora y media maridamos tangencialmente con la carretera, para volver a tomar algo de altura, y en poco ya llegar al punto de partida.
Han sido casi 7 horas de auténtico placer recorriendo parte de estas solitarias sierras, poco a poco amortecidas, y que conviene visitar de vez en cuando, con 18,4 km y 835 metros de desnivel acumulado total D+/-, en una de esas jornadas en las que el tiempo está indeciso, y que hay que dejarle hacer.
Hola Chema.
ResponderEliminarInteresante circular, que permite disfrutar de los tres grandes de la zona, los Mallos de Riglos, los Mallos de Agüero y la Peña Rueba, me guardo el track.
Un saludo
Gracias, Eduardo. Que lo disfrutes.
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