IXOS MONS
Dominio Acherito
Martes, 25 de mayo de 2021
El arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright se inspiraba en la naturaleza para sus creaciones, porque siempre tuvo unos vínculos muy estrechos con ella, algo que se puede resumir en una de sus frases: Estudia la naturaleza, ama la naturaleza, acércate a la naturaleza. Nunca te fallará. Y eso es porque, aunque como entidad biológica, indudablemente, está sujeta a permanente evolución, en esencia es estable, en esencia es inmutable. Y es en esa esencia, en esa estabilidad, en la que nos queremos basar, en la que nos queremos apoyar para que nos impulse a acercarnos a ella, a estudiarla, a conocerla, a amarla, en definitiva, porque nada se puede amar si no se conoce.
Este pasado 24 de mayo, como todos desde 1999 se viene celebrando el Día Europeo de los Parques Naturales, porque fue en esa fecha de 1909 cuando se declaró el primer Parque Natural en Europa, concretamente en Suecia, y para celebrarlo también nosotros nos acercamos al de los Valles Occidentales que, con 27000 has más 7300 de zona periférica de protección, es uno de los Espacios Naturales Protegidos más extensos de Aragón. Está situado en la parte más noroccidental de la comarca de La Jacetania, y sus altitudes oscilan entre los 900 msnm del fondo del valle y los 2670 msnm del Bisaurín. Y a él acudimos, como decimos, para visitar uno de sus bellos rincones, el dominio Acherito, especialmente el ibón, para volver por el barranco homónimo, dando buena cuenta del S-5 del parque.
La mañana pinta fresca pero despejada… quizá por eso. Al menos hasta llegar a
la Mina, en donde comprobamos que la gabacha asoma por los puertos, lo que presagia frío y quizá niebla. Pero no hemos venido hasta aquí para verlo de lejos, iremos viendo sobre la marcha. Este lugar,
la Mina decimos, es un cruce de caminos. Por un lado, está el
GR 11,
(Senda Pirenaica), paralela a la cordillera, con
final y
principio de etapa; y por otro, el
GR 65.3.3,
(Camino de Santiago por el Puerto del Palo), en su tránsito hasta
Hecho; pero es que también, desde hace unos pocos años, es el punto distal del llamado
Chemin de la Liberté, marcado por los vecinos franceses para conmemorar el éxodo a España huyendo de la ocupación nazi. Cabe decir, también, que era también un extremo del
GR 11.1 antes de su migración a
Sendero Turístico de Aragón, pasando ahora por
Oza.
IBÓN DE ACHERITO
Bien, salimos pues de este concurrido lugar, aunque hoy no lo sea, para introducirnos por la margen izquierda del barranco de las Foyas (derecha de nuestra marcha). Vamos circulando por las faldas del mallo Añarón. A los veinte minutos dejamos a la derecha el primer desvío hacia el Puerto del Palo para, seguidamente, cruzar el barranco y comenzar a tomar altura, haciéndose presente ya con todo su esplendor la imponente silueta de Chipeta Alto y la Peña Forca y sus compañeros de cordal, al fondo. En poco menos de media hora volvemos a dejar a la derecha otro desvío, que también nos llevaría al mismo paso, no sin antes pasar por los pies del cordal que lo flanquea a poniente, con los picos Lariste, Marmida y Cotdoguy, que mugan con el país vecino.
Una vez se calma la subida, el tránsito se hace más amable, acompañando la curva de nivel de los 1860 msnm, circulando por debajo del mallo las Foyas que, tras un tramo de turberas el sendero nos lleva ya a la cuenca del ibón de Acherito, en la que habita desde hace milenios esta joya geológica, como todas las que han dejado los glaciares en su retirada. Hora y media hasta aquí. La entrada al recinto, y más cuando eres el único representante de la raza humana, es algo que sobrecoge, y más cuando bailan sobre él los vaporosos velos de las nieblas. Es un pequeño circo abierto al sur, con una loma de suave trato al oeste, Peñas del Ibón las llaman, y unas altivas ralleras en las otras dos direcciones, con los picos de Lac de la Chourique y Larraille, que también hacen güega con el país vecino, formando parte del circo de Ansabère. Justo en el desagüe del ibón está la continuación del sendero, pero no nos resistimos a encaramarnos a esa loma para subir los 150 metros de desnivel y llegarnos hasta la divisoria, que nos recibe con frío, un tanto enfadada, y que no solo nos niega las vistas a Ansabère, sino que, en sus ansias de acogernos la niebla en su seno, nos obliga al uso del GPS para salir de allí. En fin, no se lo tenemos en cuenta, ya volveremos en otro momento a ver si se le ha pasado.
REGRESO POR EL CIRCO DE ACHERITO
De vuelta al desagüe del ibón para reincorporarnos al S-5. Las idas y venidas de la niebla nos han permitido unas magníficas vistas sobre el ibón, que desde las alturas se muestra como un gran ojo de profundo y sereno mirar y que ya dejamos a su suerte para continuar nosotros nuestra ruta. Durante la siguiente media hora, el telón de fondo embriaga nuestros sentidos, Chipeta Alta y Petraficha rasgan el horizonte, con unos cielos mucho más amables al sur. Poco a poco se van ampliando esas vistas, ya que vamos tomando rumbo NW para ir entrando en el circo. Otros son los montes que compiten ya reclamando nuestra mirada. Los Anzotiellos, Gorretas, Gamuetas, con el Mallo de Acherito, el padre de todos, muestran su salvaje porte a la vez que la armonía en su convivencia.
También se hace presente el refugio del Barcal de Acherito, junto al que vamos viendo, conforme nos vamos acercando, un buen rebaño de sarrios que, ajenos a nuestra presencia debido al viento en contra, plácidamente ramonean el sabroso pasto. Inevitablemente, al llegar se aperciben de nuestra presencia y se van retirando poco a poco. Tras algo más de media hora llegamos al refugio, que abandonamos seguidamente para continuar nuestro camino acompañando ya al barranco de Acherito, que de aquí parte, y que no hay que confundir con el que lo hace desde el ibón, que se llama así, barranco del Ibón, y que desde nuestro transitar, vemos cómo se despeña por la ladera de enfrente, al tiempo que nos incorporamos al sendero de otro barranco, el de Anzotiello.
En media hora, y tras cruzar otros barrancos laterales, y con la presencia visual de otro de los grandes del lugar, el Castillo de Acher, llegamos a la Mina, cerrando la circular, en la que hemos invertido, con el añadido del asome frustrado a Ansabère, 4h 30’ recorriendo 12,3 km y salvando un desnivel acumulado total de 805 m D+/-, en una mañana en la que hemos tenido todo para nosotros, el aire, la luz, los arroyos, el camino, el paisaje… Vida. Pura vida.