IXOS MONS
El Real del Mascún
Sábado, 24 de febrero de 2018
Cada vez nos sentimos más y más
atraídos por estas tierras que rezuman belleza. Su pasado reciente, su pasado
remoto, sus profundos barrancos, sus extraordinarias formaciones rocosas. Una
magia depositada en sus caminos, y que de nuevo nos disponemos a dejarnos
envolver por ella. Que ¿de qué hablamos? Pues si lo hacemos de Guara podemos
hablar de cualquiera de sus rincones, pero quizá haya uno especial, el Real del
Mascún lo llaman… por algo será. Ya lo visitamos hace cuatro años, y ahora
tocaba hacerlo con quienes del CP Mayencos han decidido hacer una raya en su
calendario de actividades.
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Rodellar. Dispuestos para la marcha |
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Bajando al puen d'as Crabas |
Vamos a ello. Con seis grados por
debajo de cero, en una mañana que promete, partimos de Rodellar con Toño,
Carlos, Olga, Paco, Jose, Javier, Denise y Chema, estos dos últimos bajando drásticamente
la media de edad, que no para de subir. Por hacer más atractiva la ruta,
optamos por comenzarla bajando al puen d’as Crabas, por el viejo camino a
Pedruel, que sin pasarlo continuaba, y lo sigue haciendo, hacia esa localidad atravesando, éste sí, el románico en sus proximidades. Nosotros sí lo pasamos,
el d’as Crabas, que ve pasar a un joven Mascún a punto de rendirse al
Alcanadre, para ir subiendo ya ese cabezo, alcanzando el llano de las
Palomeras, por un terreno de lapiaz por el que se solazan rebaños de cabras
asilvestradas.
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Puen d'as Crabas |
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Réplica imaginativa del Pirineo |
Una vez atravesado toca bajar por
el paco a un cuello, de San Cristóbal
en los mapas, que tomado a la derecha nos lleva al comienzo del barranco de
Andrebot. Desde aquí seguimos por debajo de los enormes paredones calizos, que
albergan artísticas oquedades en sus alturas, y acrobáticas carrascas en sus
fisuras, que nos dicen que luchando se puede salir adelante. Hora y media hasta
aquí. En otra media más, el camino nos saca de este barranco a terrenos más
soleados, donde nuestros antepasados decidieron poner ese monumento funerario,
ese dolmen conocido como de la Losa Mora, con unas vistas, si el día lo
permite, como es el caso, sobre el eje pirenaico, que luce sus mejores galas
blancas.
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En el dolmen de la Losa Mora |
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Parroquial de San Andrés |
Nos incorporamos al camino y
continuamos ruta hacia Nasarre. En poco más de media hora llegamos a sus
proximidades, donde nos incorporamos al GR 1, que nos lleva hasta la parroquial de San Andrés, del siglo XI, que
restaurada en el XVII y a finales de este pasado, nos ofrece un pequeño
edificio de nave única, de estilo románico lombardo, al igual que las lejanas
iglesias de Serrablo. Nasarre daba nombre también a alguno de sus habitantes,
como a Antonia, según reza en la lápida mejor conservada de su cementerio, Antonia
Nasarre Grasa, fallecida a principios de 1958. Si las piedras hablaran. Breve
visita al lugar y vuelta sobre nuestros pasos hasta el cruce, para continuar
por ese GR 1, aunque bien merece desviarse para conocer el pozo fuente que
alberga una pequeña construcción de piedra, en cuyo interior se ve una escalinata
que seguro dará acceso a esa surgencia, pero que permanece bajo las aguas, bajo
un aspecto de plenitud de las capas freáticas.
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Caseta de piedra que alberga el pozo fuente |
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En la pardina Bellanuga |
Volvemos, ahora sí
definitivamente a abrazarnos a ese Sendero Histórico hasta la pardina de
Bellanuga que, a juzgar por cómo nos encontramos los suelos de la planta baja
de las casas en pie, todavía albergan ganado. Seguimos por ese GR 1 hasta Otín,
que dejamos que vaya a Letosa, porque nosotros lo hacemos en dirección
contraria, para buscar ya la confluencia con el barranco de Mascún, que pronto
conseguiremos. Darse una vuelta por lo que queda de estos despoblados siempre
representa un homenaje a sus gentes y sus trabajos, a sus idas y venidas por
los caminos que los comunicaban, por sus preocupaciones, por sus sentimientos,
por sus ganas de salir adelante en un terreno nada fácil, hasta que se hizo
imposible.
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Saliendo de Otín |
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Monumentales robles en el Cajigar |
Seguimos nuestra ruta, y tras
atravesar uno de los barrancos que conforman el paisaje, y que daba vida a
extensos campos, nos aprestamos a entrar a uno de los tramos mágicos del
itinerario, el Cajigar, con gran número de ejemplares caducos y marcescentes,
entre los que destacan algunos con un porte impresionante, cuyo tronco no se
abarca con tres personas. Nuestro mayor respeto y admiración a estos seres
eternos encerrados en rugosos cuerpos cuyas ramas albergan los vientos y los
soles desde hace centurias, quizá algún milenio.
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Primeras imágenes del barranco del Mascún |
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Formaciones de la Ciudadela |
Enseguida damos vista ya al
barranco principal, que se afana en agradar mostrando esas formaciones de roca
caliza que el tiempo y los elementos han sabido labrar, y lo siguen haciendo de
forma imperceptible, esos pináculos que con forma fálica se aúpan por encima
del lecho, como grandes tubos de este gigantesco órgano que lanza su sinfonía
perpetua a los cuatro vientos, y que poco a poco nos van engullendo mostrándonos
su verdadera dimensión. La Ciudadela llaman a este lugar, mágico también sin duda, donde sobresale la Cuca Bellostas.
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Más Ciudadela, con la Cuca Bellostas |
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Acompañando al barranco de Mascún |
Una
vez en el fondo del barranco, sólo nos queda rendirnos a su juego de cruzar una
y otra vez el curso de un agua que también lucha por sobrevivir sobre el ávido
lecho calizo que la fagocita. Veinte minutos acompañando al agónico cauce hasta
llegar hasta donde se hace verdaderamente mayor el Mascún, hasta llegar a la
fuente que vigorosa surge de las entrañas de la roca bajo la atenta mirada de
ese delfín en lo alto de la roca, que nos queda como vestigio quizá de la vida
de sus congéneres por estos otrora lechos marinos.
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En la surgencia, bajo el delfín que preside el Mascún inferior |
Y
en menos de otra media hora más alcanzamos Rodellar, punto de partida de esta
magnífica circular por la Guara profunda, visitando lugares asombrosos, por
encima y por dentro de sus entrañas, con un recorrido de 18 km, que hemos hecho
en 6h 50’ de tiempo total, del que 5h 5’ han sido en movimiento, con un
desnivel acumulado de 1100 m D+/-, en una mañana de lujo, con una compañía de súper
lujo.