sábado, 28 de diciembre de 2019

Puntas Canals y de la Selva, por las güegas de Castiello de Jaca

IXOS MONS
Punta Canals (1314 m)
Punta de la Selva (1241 m)
Viernes, 27 de diciembre de 2019



            “Et aquesti don Remiro fue muyt buen rey et muyt francho a los fidalgos, de manera que muytos de los lugares del regno dio a nobles et cavalleros; et por esto no lo precioron res, et fazían guerras entre si mismos en el regno et matavan et robavan las gentes del regno… … Et por dar remedio al su regno embió un mensagero al su monasterio de Sant Ponz de Tomeras con letras al su maestro, clamado Forçado… … rogándole que le consellasse lo que faría… … clamó el mensagero al huerto en el qual havía muytas coles et sacó un gavinet que tenía et, teniendo la letra en la mano et leyendo, talló todas las 115 colles mayores que yeran en el huerto et fincoron las solas chicas, et dixole al mesagero: "Vete al mi sennor el rey et dile lo que has visto, que no te do otra respuesta"… … quando contó la manera que havía visto, pensó en si mesmo quel huerto podía seer el su regno, las colles yeran las gentes del su regno, et dixo: "Por fer buenas colles, carne y a menester". Et luego de continent envió letras por el regno a nobles, cavalleros et lugares que fuessen a cortes a Huesca, metiendo fama que una campana quería fazer en Huesca que de todo su regno se oyesse, que
Ramiro II el Monje, de m.arteguias.jpg
maestros havía en Francia que la farían; et aquesto oyeron los nobles et cavalleros dixeron: "Vayamos a veer aquella locura que nuestro rey quiere fazer", como aquellos que lo preciavan poco. Et quando fueron en Huesca, fizo el rey parellar ciertos et secretos hombres en su cambra armados que fiziessen lo quél les mandaría. Et quando venían los richos hombres, mandavalos clamar uno a uno a consello et como entravan, assí los mandava descabeçar en su cambra; pero clamava aquellos que le yeran culpables, de guisa que XIII richos hombres et otros cavalleros escabeçó ante que comies, et avría todos los otros cavalleros assí mesmo descabeçados sinon por qual manera que fue que lo sintieron que yeran de fuera et fuyeron; de los quales muertos ende había… Gil d'Atrosillo… … Et aquellos muertos, no podieron los otros haver que yeran foydos, sosegó su regno en paz”.

Episodio de la Campana de Huesca, de elconfidencial.com

            Fragmentos extraídos de la página 52, de 157, del capítulo 20 de la Crónica de San Juan de la Peña, cuyos textos eran conocidos en latín y catalán, corriendo la versión aragonesa a cargo de Tomás Ximénez de Embún, en 1876, editada en 1986 por la Institución Fernando el Católico de la Diputación Provincial de Zaragoza.

Ermita de Nª Sª de Trujillo

Aproximándonos a la ermita, con Collarada al fondo
           Es tan rico y vasto nuestro patrimonio histórico que con frecuencia, y a poco que tiras del hilo, nos encontramos perlas como esta en nuestras rutas. ¿Y por qué traemos aquí este famoso episodio de la historia de Aragón como fue la Campana de Huesca? Veréis. Nos lo ha traído el viento desde el siglo XII al pasar por los restos de la ermita de Nª Sª de Trujillo, único vestigio de lo que fue el poblado medieval de Atrosillo. Entre un poco de contemplación del lugar y un mucho de la red de redes, hemos averiguado que el tal Gil, del linaje de Atrosillo, fue uno de los 13 nobles que Ramiro II el Monje mandó decapitar cansado ya de que la corte lo viera más como monje que como rey.

Entrada a la ermita, meridional, como mandan los cánones

            Hoy toca una vuelta por un lugar tan cercano como Castiello de Jaca, para visitar dos de sus altos tras haberlo hecho a los restos de esta ermita de Nª Sª de Trujillo. Dos altos que hacen güega con los municipios vecinos. La Punta Canals, en el monte del Apósol, con Villanúa y Jaca, y la Punta de la Selva, en el del Pueyo, con Jaca.

Mañana fría en la partida

            Partimos pues de enfrente de la urbanización Luga de Castiello, algo pasado el pueblo en dirección norte, por donde sale el GR 65.3.1, una variante del Camino de Santiago que viene de Villanúa por los campos de Orbil. La pista cruza por arriba las vías del Canfranero y acto seguido el río Aragón por un nuevo puente que sustituyó al que movió la riada de octubre de 2012. Justo enfrente del puente sale el camino de regreso de esta circular. Continuamos, pues, por la pista, y a los cinco minutos encontramos un desvío, sin señalizar, a mano derecha, aunque en la pista principal hay una baliza del GR 15.

Interior de la ermita

Restos de una construcción contigua a la ermita
            Comenzamos ya el ascenso que nos va a subir por el monte Apósol, hermano sureño del Apóstol, entre los cuales discurre el barranco de San Juan. Veinte minutos de discurrir por el bosque, en el que domina el roble marcescente, nos sitúan ya a los pies de los restos de la ermita de Nª Sª de Trujillo, posiblemente datada en el siglo XII, de estilo románico rural, y cuyas paredes, sin techo que las compacte, luchan por mantener el equilibrio. En las proximidades se conservan las paredes de lo que pudiera haber sido una borda. Emplazamientos medievales que gozan de una excelente ubicación, y de cuya historia, someramente, ya nos hemos ocupado anteriormente.

Grandes viajeros del territorio y de su tiempo

Corto pero laborioso ascenso al Canals
            Tras otra media hora de pista, a tramos empinada, alcanzamos una barrera forestal, y justo al pasarla se abre un cortafuegos que, en dirección norte ascendemos hasta esa Punta Canals, en donde confluyen los términos de Castiello, en su extremo más nororiental, con el más meridional de Villanúa, y con el extenso de Jaca. Dotado de vértice geodésico, disfruta de unas extraordinarias vistas sobre Collarada y sus adláteres, por encima de ese monte Apóstol.

Collarada y sus Campaniles, desde la Punta Canals

Camino a la Punta de la Selva
            Tomamos de bajada la pista que nos encontramos en torno al vértice, y nos lleva de nuevo a un lugar muy próximo a la valla, para continuar el descenso por ese mismo cortafuegos, divisando ya la subida que, junto a una valla metálica, nos espera enfrente para alcanzar la siguiente cota, la de la Punta de la Selva, que también hace güega entre Castiello y Jaca, habiendo dejado en el ascenso el desvío que tomaremos al regreso para la bajada definitiva, por un sendero marcado como PR 2.2. Pero eso será luego, de momento disfrutaremos de la estancia en este otro lugar, en una espléndida mañana, y con vistas 360º, con la Garcipollera a nuestros pies.

En la Punta de la Selva

Descenso por el bosque
            Volvemos sobre nuestros pasos hasta ese desvío, a partir del cual nos vestimos de bosque por un confuso sendero con algún que otro hito que te va llevando, hasta que a los pocos minutos empalma ya con un ancho camino que inequívocamente te acompaña en la bajada, encontrando algún tramo pendiente que más parece una barranquera, al haber sido castigado por el discurrir del agua. En cuarenta minutos desde el desvío, y en un lugar próximo ya al puente sobre el Aragón, encontramos a mano izquierda la fuente Regal.

Fuente Regal

            Llegados ya al susodicho puente, solo resta llegar a los vehículos, habiendo pasado una bonita mañana de monte por lugares poco frecuentados y llenos de historia. En total han sido 7,6 km, recorridos en 3 horas, de las que 2h 10’ han sido en movimiento, salvando un desnivel acumulado de en torno a los 500 m D+/-.


Más fotos y el track

miércoles, 25 de diciembre de 2019

De Belén por Santa Orosia

IXOS MONS
Puerto de Santa Orosia (1650 m)
Martes, 24 de diciembre de 2019



            Si el domingo estuvimos en el Belén de Peña Oroel con el CP Mayencos, hoy toca ir a visitar al del club hermano GMS, de Sabiñánigo, en la peña hermana, la de Santa Orosia. Comparte constitución geológica, la de conglomerados; comparte paisaje, la Balancha; comparte santidad, de vírgenes y santas hablamos. En fin, comparte también  el que suele ser destino de nuestras andanzas. Y en esas estamos.

A punto de salir de Isún

Isún, lugar de paso del Gr 16
            El puerto de Santa Orosia es una de las entradas a esa tan querida como denostada tierra de Sobrepuerto. El puerto de Santa Orosia es escenario de una de las romerías más antiguas de Aragón, y lo es en honor de la santa, cuya leyenda nos lleva al siglo IX, y nos dice que era una princesa de Bohemia, que venía a casar a nuestras tierras con Fortún Garcés, visigodo él. Bueno, pues no le debió salir bien la jugada, puesto que la comitiva fue descubierta por las tropas islámicas, cuyo jefe, prendado de su belleza le propuso matrimonio… y lo que es la fe, ella rehusó, por lo que fue pasto de un martirio separándole la cabeza del tronco.


Sendero a la salida ya del bosque

Ya estamos más cerca
            Aquello se quedó así, hasta que en 1072, el 25 de junio, entra en juego el pastor de turno con el ángel de turno. Conclusión, que la cabeza se dice que está en Yebra de Basa, y el cuerpo en Jaca, siendo patrona de ambos lugares, y cuya festividad se celebra ese día del susodicho 25 de junio, en el puerto que lleva su nombre, al que acuden romeros de muchas procedencias, con cruces de muchos pueblos, algunos de ellos ya vacíos. Ha sido de siempre centro de atención en las rogativas para librarse los campesinos de la zona, de cualquier catástrofe natural que atentara contra sus cosechas, pero sobre todo ha sido intercesora en los casos de endemoniados, curaciones milagrosas y demás manifestaciones fuera de la línea ortodoxa.

Llegando al puerto

Entrando a la faja
            De tantos sitios desde donde se puede acceder a este enorme puerto, elegimos hoy la pequeñaIsún, para con el objetivo a la vista dirigirnos ya hacia él, primero saliendo del pueblo por ancha pista hasta el depósito de agua, donde se convierte en sendero, que va subiendo sin apenas dar cuartelillo, por entre bosque, hasta arrimarse a las paredes de conglomerados e ir subiendo ya por ellas hasta el mismísimo puerto. Nos sorprende la gran cantidad de agua que mana por todos los lados, incluso invadiendo el sendero en alguno de los tramos superiores. Sin llegar al santuario, en dirección a las antenas, y por debajo de ellas se abre una ancha faja que nos conduce al emplazamiento del Belén, que año tras año se esmeran en su puesta en escena.
localidad de

Junto al Belén

Emplazamiento del Belén
            Gran parte de la faja discurre por debajo de la pared, donde se aprovechaba para construir abrigos pastoriles. Es un lugar en el que no se puede decir que se esté a gusto, porque es muy húmedo y frío, intuimos que es la razón por la que no hay un eremitorio, uno de tantos como hay en la subida por la Ruta de las Ermitas. Poco tiempo en este lugar y de nuevo al puerto, a buscar un carasol junto a unos buxos, que nos tapen el frío viento de norte.

Val Estrecha y Balancha, destacando la Peña Oroel

            Las vistas desde aquí son extraordinarias, a los pies del Oturia, tenemos un alcance visual sobre gran parte de los Pirineos, nevados ellos. Y poco más, a volver por donde hemos venido hasta Isún, completando así un recorrido de 8 km, en 3h 40’ de tiempo total, del que 2h 35’ han sido en movimiento, con un desnivel acumulado total próximo a los 700 m D+/-.


Sierra de Javierre, entre dos aguas

IXOS MONS
San Antón (1482 m) 
Punta Fajal (1462 m) 
Presín (1430 m) 
Lunes, 23 de diciembre de 2019



            Seguimos dando culto a la España vaciada, al Aragón vaciado, al Alto Aragón vaciado… al Pirineo vaciado. Dos grandes depresiones de terreno, no solo demográficas, y entre ellas una modesta sierra, que merece toda nuestra atención hoy. Dos valles, el del río Matriz, con poblaciones como Aquilué y Caldearenas, entre otras. Y el de la Garona, con Rasal y Bentué de Rasal. Entre ellas, la sierra de Javierre, entre la de Bonés y el propio cauce del Gállego, al que rinden los dos ríos mencionados. Mucho terreno y poca población, en consecuencia poca actividad agropecuaria… pero aún queda.

 
A punto de salir de Caldearenas
Comenzando la Senda de Izarbe
            Hace tiempo que le teníamos echado el ojo a esta larga ruta, pero hasta hoy no se habían dado las condiciones. Con los amigos, Marisa, Toño y Jesús nos dirigimos a Caldearenas, cabeza del municipio homónimo, que alberga a otros diez núcleos de población, de los que en dos ya no humean chamineras, y en otros dos, para calentar a menos de 10 personas entre los dos. En total, poco más de 200 habitantes que luchan por sobrevivir.

Una ruta muy bien señalizada

Por la ribera del Gállego
            Tras mes y medio de ver cómo borrasca tras borrasca llenaba los pantanos y favorecía la sementera, pero nos robaba el buen tiempo para salir al monte, no hemos querido esperar a que se despidiera esta última y con pueril impaciencia lo hemos hecho. Las nueve de la mañana nos dan ya en marcha, dirigiéndonos hacia la Senda de Izarbe, por casi impracticables pistas agrícolas, en algún tramo incluso con restos de la invasión de un Gállego que aún baja con muchos humos. Seguimos las indicaciones de esta senda decorada por la artista Maribel Rey, y con un resultado opinable.

Paso bajo las vías del Canfranero

Junto a uno de los viejos caxicos
            Cruzamos el río Matriz y las vías del Canfranero por debajo. Una muy agradable pista nos va abriendo las vistas hacia el norte, presidido por la Peña Oroel y su solana, que va dejando entrever las nevadas montañas pirenaicas. Una pista, decimos, por entre bojes y grandes caxicos, con algún panel interpretativo de flora y fauna, que nos lleva a la primera paridera habilitada como pequeño museo, que encontramos cerrada. Nos incorporamos a la pista, que al poco sale a otra y que tomamos a la izquierda, donde comienza un duro ascenso que hay que tomarse con tranquilidad.

La Peña Oroel y su solana

En la segunda paridera
            Enseguida nos encontramos con una segunda paridera, acondicionada para el mismo fin, y que tampoco podemos visitar. Media hora escasa por la misma pista y su ascenso, para dejarla y tomar un sendero a mano derecha, que nos hace formar parte más íntima del bosque, que va fagocitando los corros que se adivinan con un pasado productivo. El sendero se empina más y más. También se cierra más y más. A lo lejos, la espesura deja entrever que el horizonte va bajando, pero que nunca llega. Hasta llegar a él, el último tramo nos hace jabalinear un poco, pero finalmente lo alcanzamos. Llegamos a esa línea de horizonte, la tenemos bajo nuestros pies, así como todo el valle que descubre, el de la Garona, ese río que nace en las faldas del Peiró y sin llegar a la juventud vierte toda su tierna infancia en el Gállego, con el que funde sus aguas poco antes de embalsarlas en el pantano de La Peña.

Vestigios de la vieja humanización, convertida en bosque

Primer asome sobre la Garona
            Tras dos horas y tres cuartos, y setecientos metros de desnivel, podemos decir que hemos subido a lomos de esta sierra, por la que vamos a cabalgar en las próximas dos horas y media. Momento fotografía, momento contemplación, momento visual de montes, esos que siempre están ahí, pero que hay que reconocerlos desde distintas perspectivas. Momento, en definitiva, de echar al propio tiempo un bocado para reponernos del esfuerzo y poder seguir adelante.


La parte occidental del valle, con la Garona basculando hacia La Peña

Ya se van viendo los puntales de la sierra
            A partir de aquí, y ya a dos aguas, nuestro deambular por lo más alto de la sierra nos permite no perder ojo sobre ambas vertientes, con el fin de saborear visualmente todo lo que nuestra vista alcanza, que es mucho… hasta el nevado Moncayo se deja ver. Al cabo de una hora disfrutando de ese placer, llegamos al primero de los tres puntales de esta sierra, el de San Antón, donde nos encontramos vestigios de lo que pudo ser un abrigo pastoril. Media hora más, y en la zona del Fajal, alcanzamos su Puntal, con la misma historia en piedra. Otra media hora para llegar al Presín, con su vértice geodésico.

Dos buenos amigos, con el valle que se dirige a Arguis, y el Peiró que lo vigila

Cuidada senda de regreso
            Seguimos como un cuarto de hora más hasta que tenemos que abandonar las extraordinarias vistas sobre el valle de nuestra derecha, que pronto bascula hacia el este, regado por el Isuela, que alimenta al pantano de Arguis, el más antiguo de Aragón. Descabalgamos, pues, de lomos de esta sierra para tomar una senda que luce ancha y limpia, seguramente para que discurra esa Traschinepro, la prueba de trail por montaña que organiza el ayuntamiento de Caldearenas, de hecho, al cabo de media hora encontramos la tablilla del km 15, que ya por la del 10 habíamos pasado tras el San Antón.

Pozo nevero

Entrada de la Cueva de la Mora
            Un cartel de pozo nevero nos hace desviarnos unos minutos para visitarlo. Está en buen estado y vallado. Volvemos sobre nuestra senda y el barranco nos brinda un gran espectáculo al ofrecer una gran caída inclinada de agua abierta a los cielos y a la mirada de los transeúntes. Siempre baja con agua, pero nunca con tanta. Al poco, otro desvío sale a nuestro paso, el de la Cueva de la Mora, que también visitamos, aunque esta vez más alejada del sendero. Nos lleva al mismo seno del barranco y lo que nos encontramos es una gran tosquera con una pequeña entrada por la que se accede a rastro a un interior mucho más amplio, pero que sabemos por oídas.

Ermita y casa contigua, de la Virgen de los Ríos

Fuente bajo la ermita
            De regreso al sendero, al cabo de un cuarto de hora, nuestro sendero rinde a la pista de la ermita de la Virgen de los Ríos, a la que también nos desviamos para su visita, aunque nos toca mojarnos los pies, ya que el vado de acceso está bozao y pasa medio palmo de agua por encima. De robusta factura, fue construida en el siglo XVIII, y lo fue en un lugar un tanto peculiar. Su origen fue bastante común al resto de ermitas o lugares santificados, ya que fue un pastor quien encontró una imagen de la Virgen, alzando allí el santuario, y el conflicto vino porque estamos en la confluencia de los términos de Javierrelatre y Aquilué, lo que hizo que a los primeros se les llamara furtasantos. Tanta fue la discordia que en el siglo XIX se tuvieron que constituir los estatutos de la Virgen de los Ríos, que marcaban el reparto de los lugares para comer el día de la romería. Ermita y otra casa en buen estado constituyen la arquitectura del lugar. Una fuente debajo completa el conjunto.

Peirón compartido

Llegando al cierre de la circular
            De vuelta a la pista, de vuelta al vado, de vuelta a la mojadina. Continuamos por la ancha pista camino ya de Caldearenas. A los diez minutos, un peirón marca el desvío para un sendero a mano izquierda, que nos acerca ya al punto de origen. Al cabo de media hora pasamos las vías de nuevo por debajo y al poco rato cerramos la circular, estando ya muy cerca de la población, a la que llegamos al filo de las cinco de la tarde, habiendo recorrido 21,3 km, en ocho horas de tiempo total, del que 6h 15’ han sido en movimiento, para salvar un desnivel acumulado de 1000 m D+/-, en una ruta auténticamente recomendable para dar culto a una sierra olvidada, así como sus usos tradicionales.



Más fotos, y el track