lunes, 29 de julio de 2013

Punta de La Cochata

IXOS MONS
Punta de La Cochata (1.911 m)
Domingo, 28 de julio de 2013



            Otra de las actividades programadas desde la Sección de Montaña del CP Mayencos, con la colaboración de Aragón Aventura. Para que no se nos ponga celosa esta Cochata, diremos en voz baja que inicialmente se había pensado otro itinerario, pero como la telecabina de Panticosa está dirigida al uso turístico, pero que muy turístico, pues eso, que no madruga y se nos hubiera hecho tarde, metiéndonos además en esas peligrosas horas vespertinas tormentosas, que por aquí llevan buen vicio…

P'allá que vamos (foto de Javier)
            La cuadrilla de hoy la formamos Joserra, Javier, Rafa, Juanjo y Marie, de la mano de Juan Bazán. Debido a la distinta procedencia de unos y otros, quedamos en Escarrilla, desde donde salimos cerca de las 9 de la mañana, de una mañana franca, que nos muestra sus cartas, y que tal y como las vemos parece que vaya a ganar la partida. Veremos.

          Muy próximo a la boca sur del túnel, desde la misma carretera sale el camino, que sin piedad va salvando desnivel desde el primer momento. En poco más de media hora nos presentamos en la pista que va a El Saldo, es el PR-HU 91. Poca pista, porque el sendero se vuelve a meter por el monte, para en hora y cuarto desde el arranque situarnos en el cuello de Tarmañons, porque así se llama el monte que hay al sur, también atiende al nombre de Pimindalluelo, a cuál más memorizable, que de 1.974 metros surge todo orgulloso sobre esta cuenca del embalse de Escarra, que se abre a nuestra vista.

Comenzando el ascenso cimero
            Al norte de este collado, nuestro objetivo, La Cochata, otra humilde cima que no llega a los dos mil metros, pero con un porte que otros quisieran. Los primeros pasos son por tasca, un tapiz extraordinariamente verde y florido, que no entiende muy bien de calendarios, por eso luce sus mejores galas primaverales, de una estación que ha tardado en llegar y que también quiere su protagonismo celosa de tanto y tanto tiempo que ha estado el invierno con nosotros.

Embalse de Escarra
          Hay que abrigarse. Parece mentira. Sin apenas cansarnos de subir por lazadas de hierba, nos llega la caliza, que nos obliga a echar las manos. Este altivo promontorio quiere ser acariciado a cuatro patas. En dos horas escasas hacemos cumbre, que nos permite ver y adivinar el entorno. Un entorno especialmente comprometido por los montes panticutos y las nubes en las que están enredados, y que les confieren una belleza especial. También la Sierra de La Partacua anda liada. ¡Qué rincones más alpinos! El espacio cimero tiene su peligro, grandes cortados hacia Escarrilla y vegetación que obliga a extremar la precaución. Poco tiempo, la verdad es que no hace muy buen estar. Poco tiempo permanecemos. Tampoco el padre Midi está por darnos la bienvenida. No se lo tenemos en cuenta. El cercano Pazino sí que nos saluda y nos reconoce.

Preciosas campas, coronadas por El Pazino
            Tocaría echar bocado, pero preferimos perder altura y ponernos al abrigo del viento. Bajando comienza a gotear, pero en seguida se cansa. Llega el momento, y no sólo nos alimentamos con lo del macuto, también con la panorámica de La Partacua, Punta Escarra, Pala de Ip…

            Terminamos de recolectar unos espectaculares ejemplares de champiñón (uno por ración), y nos dirigimos hacia la presa del embalse, un embalse que nos recibe con 4 Hm3 de agua, de los 5 de capacidad total. La cruzamos, y seguimos por el camino del barranco de Escarra, que conecta con el que sube al Pazino, pero que al poco abandonamos para seguir el desvío que nos sigue metiendo en el barranco, para a través del paso de Crampas, dejarnos en la carretera vieja, aprovechada ahora con vías de escalada en roca, y junto a la fuente La Casilla. Sí, ya sé que no os he nombrado. Hablo del vestido verde y amarillo del camino, hablo del bosque de pinos y de hayas. Sí, la verdad es que merece la pena dar este vueltorrio.

            Cinco horas en total, para un recorrido en el que hemos estado 3 horas y veinte minutos en movimiento, para hacer 11,3 km, y poco más de 800 metros de desnivel positivo acumulado. Pues eso, cinco horas de placer, con buena gente, y por buen recorrido, en una mañana que al final se ha portado. Gracias a todos y a todo.


           
El reportaje completo de fotos, en:
  
Y las foticos de Javier, que?

lunes, 22 de julio de 2013

Leo

Leo
22.jul.13 15:56
22.ago.13 23:02
(hora solar)


          Leo. Cuando tenemos ya el veranito bien entrado en carnes nos llega este segundo signo, este segundo tránsito del Sol por la estación calurosa de nuestras tierras. Ese Sol que llega muy alto sobre el horizonte y que luce todavía largas horas sobre el suelo ya caldeado del mes anterior. La temperatura es más elevada, y el organismo, ya agotado por los rigores de Cáncer, no soporta muy bien este mes que comienza. Esta es la característica meteorológica del hemisferio boreal, en el que las tierras emergidas hacen más importante la vida a los seres vegetales y animales por el efecto del elemento fuego. La fuerza ascensional y expansiva de la savia hace escapar el líquido por las hojas durante las horas de sol, mientras que el aire se enriquece de oxígeno, el comburente por excelencia, el que hace arder el combustible.


          Sin embargo, por la noche, el anhídrido carbónico va preparando en las extremidades del vegetal, donde se forman los frutos, los compuestos azucarados (el combustible), que culminarán en la madurez al mes siguiente, en el Fructidor del Calendario de la Revolución Francesa. Leo es pues Termidor, por el valor del fuego que lo caracteriza. En el mundo animal, el sentido del gusto y la facultad de deglución tienen su mayor relieve a causa de la abundancia de dones del mundo vegetal, en particular para el hombre, merced a las frutas.

     En este periodo, reciben, y especialmente los cuadrúpedos, la mayor cantidad de sol en la columna vertebral, al cruzar espacios abiertos, lo que produce un contraste de soleamiento y pigmentación entre la zona dorsal y la ventral. Ello pone de manifiesto la gran influencia de Leo sobre la columna vertebral. En consecuencia, es buen mes para alternar el baño de sol sobre el raquis con el de aire bajo los árboles. Ducha, natación, movilización de la columna en definitiva. Y en el aspecto interno, es conveniente la educación del sentido del gusto, deglución consciente, dieta de frutas, que es el mejor alimento que la naturaleza nos puede dar. Y lo más importante, Pranayama yóguico, a realizar en zona boscosa, para ser conscientes de ese prana que nos vivifica.

            Leo es signo de fuego, fijo y masculino. El león se dice que es el rey de los animales, y aun en cautividad es la manifestación del orgullo y de la majestad. Además de la columna vertebral, Leo rige el corazón. Los rayos directos de sol, durante la quinta hora solar, y del aire fresco son sus mejores medicinas naturales. Son los ejercicios más importantes para evitar la insuficiencia del aparato circulatorio y del sistema endocrino, favoreciendo la dromostática (equilibrio circulatorio). Leo está gobernado por el Sol. El color correspondiente es el naranja. El domingo el día de la semana. La nota musical es Sol, en clave de Sol (Estimulante, Sol +2; Tónica, Sol; y Sedante, Sol -2). En mineralostática (equilibrio por lo mineral), tenemos que en sales es el fosfato de magnesio, por su efecto neurostático; en metaloides, el potasio y el cloro; y en metales, claramente el oro.


            Como siempre decimos, el signo natal confiere una carga determinada en el carácter de las personas, pero el resultado de ello depende siempre del grado de evolución de cada uno. Y no sólo el signo natal, sino la posición del resto de planetas también influyen muy directamente en sí y en su conducta. Por eso damos los rasgos correspondientes al signo del mes, debiendo de tomarse como un espejo y cada cual verse en el punto en el que está.

           Las personas nacidas bajo este signo en el firmamento son honestas y fieles, aman la luz y la verdad. Se sienten muy atraídos por el sexo opuesto, por lo que la naturaleza inferior debe ser contenida con fuerza, de lo contrario pueden verse en serios problemas. Hay que ir rebajando ese orgullo, y en su lugar poner la flexibilidad y la empatía, por las oposiciones y desencantos que se reciben, muchas veces más debidos al carácter fogoso del nativo que a la premeditación del contrario, dependiendo de ello la salud física y psíquica del corazón. De fiebres altas, crisis agudas y dolores vivos, tienen un gran poder de recuperación que hace irradiar vitalidad y se reponen prontamente a esos momentos depresivos.

              La personalidad está representada por un ojo que contempla la tierra en movimiento, animando lo que hay en ella, simbolizando saber, voluntad, dominio, impulso y fe. La misión de los leonianos es aprender y hacer que los demás aprendan, ambas cosas para el bien de la humanidad como especie y de cada individuo como ser independiente. Para ello, traen de serie las siguientes características predominantes:


            Carácter impulsivo, recto y tenaz; independiente, autoritario y enérgico; mentalidad despierta, intuitiva y arrogante; temperamento ardiente y sincero; corazón leal y demostrativo; juicio magnánimo y condescendiente; disposición determinada e inflexible; actitud firme y voluntariosa; sentimiento inspirado y pródigo; afectos intensos y generosos; ansias de saber y probarlo todo; caballerosidad, elegancia y fidelidad en el comportamiento; de rápida comprensión, pero de facilidad en violentarse; nobleza en la amistad y fogosidad en las pasiones. El Sol da a todos por igual, así son los nativos en Leo, de naturaleza noble y ambiciosa, proclives a ser maestros y directores, no subalternos. Desdeñan los asuntos sórdidos, no metiéndose en temas que consideran de poca monta, aunque encuentren grandes provocaciones. En caso de estar mal aspectado, su despotismo no tiene límites, pudiendo ser fácilmente infieles en la pareja y con los amigos, poco de fiar.

          Cuatro cosas son necesarias para un buen gobierno y el cumplimiento de sus objetivos: capacidad técnica en lo que hace, acierto en la selección de los colaboradores, concentración en pensamiento y acción, e indulgencia con las personas que acompañan en el camino. Cuanto mayor sea el haber en todo ello, menor será la oposición a grandes empresas y más fácil el superar los obstáculos que se presenten, ya que sus propias creencias, y entramos ya en terreno místico, tienen la virtud de exaltar el ánimo y la fe, que alimentan constantemente una fuente de inspiraciones. Y en seres más elevados, la música y el arte en general despiertan los poderes de clarividencia; y el tronar de los elementos de la naturaleza lo hace con la clariaudiencia. También gran sensibilidad con las piedras preciosas y lo que ellas transmiten.

            Bien amig@s. Así son ell@s y así hay que quererl@s. Muchas felicidades a l@s Leonian@s y que este tránsito os sea propicio a tod@s vosotr@s.
                 
Fuente texto: Recopilación de apuntes de Antroponomía y Vitacultura.
Ilustraciones: Diversas Web.


Las lunas de este mes de Leo, son (hora solar):

·         Llena, en Acuario.                       Lunes, 22 de julio, a las 18:17
·         Menguante, en Tauro.                 Lunes, 29 de julio, a las 17:44
·         Nueva, en Leo.                            Martes, 6 de agosto, a las 21:52
·         Creciente, en Escorpión.           Miércoles, 14 de agosto, a las 10:57


domingo, 21 de julio de 2013

SERTRI Zaragoza

TRIATLÓN
SERTRI Zaragoza
Domingo, 21 de julio de 2013



          El SERTRI de Zaragoza se ha teñido de luto. Las aguas del lago de Puerto Venecia, sede del segmento de natación de este itinerante SERTRI, se han teñido de luto. El corazón de la familia del triatlón español y aragonés se ha teñido de luto. Y por supuesto, y ante todo ello, la suya propia. Ante acontecimientos de este tipo siempre surge la misma pregunta: ¿por qué?, ¿por qué tiene que ocurrir en estos ambientes deportivos?, ¿por qué tiene que ocurrir en personas que a priori estaban con el plato de su vida aún a medio comer?, ¿por qué tiene que ocurrir en un evento mucho más popular que clasificatorio, mucho más festivo que competitivo, mucho más para personas a iniciarse que iniciadas?, ¿por qué tiene que ocurrir en aguas totalmente amansadas, domesticadas, pacificadas?, ¿por qué?

Lago de Puerto Venecia,
escenario del segmento de natación
          Es difícil de entender, entre otras cosas porque no estamos preparados para ello, entre otras cosas porque la corta inteligencia humana no es capaz de escrutar entre las razones que pueda haber para ello, entre otras cosas, también, porque va contra natura. Y tantas y tantas razones que nos ponemos para ocultar la verdadera razón, que por otra parte no conocemos… Y cuando no tenemos respuestas, la siguiente pregunta es por qué no tenemos respuestas.

          El Triatlón, considerando todas sus modalidades, y son muchas, se puede decir que es el deporte que más está creciendo en España en los últimos años. El crecimiento exponencial de licencias, y la proliferación de convocatorias en todo el territorio nacional así lo indican. Con el fin de promocionarlo y de acercarlo al público en general, se creó hace unos años el SERTRI, que es un convenio entre la Federación Española de Triatlón (FETRI) y la Cadena Ser, que le da cobertura mediática, y patrocinio, creando un circuito itinerante, en el que hoy domingo tocaba en nuestra ciudad, concretamente en las instalaciones del Centro Comercial de Puerto Venecia.

Bonito amanecer en Zaragoza,
que no presagiaba el desenlace
          Más de 500 participantes de todas las edades y condiciones se inscribieron. Haciendo ayer las bolsas recuerdo que hasta sub 5 años había. Y en cuanto a distintas situaciones, que yo haya visto por ahí están el incombustible Joaquín Pacheco, atleta adaptado y muy popular en este mundillo, http://www.joaquinpacheco.com/y Diego Ballesteros, también muy popular por sus retos imposibles http://nohayretoimposible.blogspot.com.es/. También participa un tándem, cuyo asiento trasero está ocupado por un deficiente visual, que no recuerdo su nombre, pero que también se prodiga mucho en carreras pedestres.

Boxes, dispuestos
          Todos ellos, los más de 500, se inscribieron de manera voluntaria. Todos ellos estaban llamados a participar en una jornada festiva de iniciación en este duro deporte en sus variadas disciplinas. Como voluntario, dispuesto a lo que te manden, junto con el también incombustible Tomás Enfedaque, nos toca cubrir los dos cruces más lejanos en el bucle del segmento de bicicleta. Sólo estepa y yesos a nuestro alrededor, y un crepitar de cables de alta, de altísima tensión, sobre nuestras cabezas. Poco más de las diez de la mañana, con un sol que comienza a ser inclemente con nosotros. Atendemos de circunstancias a María, una menor que ha sufrido una caída, y llamamos para su evacuación. Al rato se presenta un quad con asistencia médica. Recibimos la noticia de que un participante ha sufrido un infarto en el segmento de natación.


          Once y media de la mañana, momento en el que tiene que hacer la salida otra manga de esta variadísima prueba… pero no, no se produce, David, que así parece llamarse, ante la mirada de otros participantes, de mucho público, incluso de su propia familia no supera el trance, y no vamos a volver al punto de partida con las preguntas. El yaciente cuerpo a orillas del lago espera su levantamiento. La Organización toma la decisión de suspender el evento. Un día negro, sí, un día negro. Nuestras condolencias desde aquí a su familia y a toda la familia triatleta.


La prensa local se ha hecho eco:

Heraldo de Aragón

El Periódico de Aragón

Alguna foto más, en:

lunes, 15 de julio de 2013

Peña Montañesa

AQUERAS MONTAÑAS
Peña Montañesa (2.295 m)
Domingo, 14 de julio de 2013



          Como una de tantas, hemos de comenzar esta crónica diciendo que es una nueva actividad de la Sección de Montaña del CP Mayencos. Actividad que se ofrece de forma gratuita y altruista a sus socios y federados en montaña. Mediado el mes de julio, y con unos calores que se han hecho esperar, pero que han llegado con fuerza, nos lanzamos a tratar de tú a la mayor altura de esta Sierra Ferrera, a poner bajo nuestros pies, con todo el respeto del mundo a la Peña Montañesa, o como la llaman por aquí al Picón d’o Libro, de 2.295 metros.

Arranque de la jornada
            Esta sierra, la Ferrera digo, está enclavada en un lugar muy cercano a la confluencia de los ríos Cinca y Ara, las dos grandes arterias del Sobrarbe. A su solana se mantiene, aunque con apuros, La Fueva, que media con ese embalse donde se enjuagan las lágrimas de toda esa gente que tuvo que salir de sus casas con el agua a la rodilla, que tuvo que abandonar su tierra, sus orígenes y sus recuerdos, porque, como dice La Ronda de Boltaña “… sólo querían agua y electricidad”. La sierra, seguimos con Ferrera, ha sido testigo a lo largo de su vida, bueno, más bien de la nuestra, de cruentas batallas en pos del territorio. La última de ellas, la protagonizada por la Popular 43ª en su heroica resistencia que se hizo imposible a pesar del coraje demostrado por las mermadas tropas republicanas lideradas por Antonio Beltrán “El Esquinazau”.

Ese bosque encantado
            Pero vamos a ver si le arrancamos esos y otros secretos a la montaña. Para ello, salimos de Jaca, Joserra, Cris y Javier, con una pareja de lujo, Carlos y María Jesús, de la casa Peñarroya de toda la vida. Y recogemos a Ástrid en Aínsa, desde donde nos dirigimos a los pies de esta sierra, a la ermita de la Virgen del Pilar, en Oncins, donde al filo de las nueve y cuarto estamos ya prestos para el arranque de esta que esperamos sea una bonita jornada montañera.

      Un sendero emboscado nos permite empezar sin el calor prometido para hoy. Veremos lo que dura. Pues eso, en menos de una hora ya dejamos atrás el arbolado y seguimos el camino entre piedras. Desvío a la izquierda para tomar la Faja del Toro. Se queda para otro día, seguimos por el nuestro, que pronto nos arrima a unos enormes muros calizos, para continuar por un falso llano herboso, con buena tasca para el ganado. Entre erizones seguimos hasta dar vista ya a la vertiente occidental, donde nos aguarda la visión estática de la Peña Montañesa, a donde nos dirigimos.



Por ixos mons
            Grandes cortados de abismo. Pino negro que lucha por sobrevivir, aunque no todos lo han conseguido. Zona muy prominente, y en consecuencia nido de rayos, de lo que dan fe algunos ya chasis retorcidos a los cuatro vientos, con truculentos pasados. Rodeamos por la parte superior un enorme y vertiginoso circo pedregoso, para alcanzar un collado, desde el que tendremos que bajar, y que no es menos vertiginoso.

            Unas pendientes canales nos aúpan a la cima, que abordamos tras más de tres horas de incesante subida. A nuestros pies, El Sobrarbe, cerrado por arriba por ese eje pirenaico coronado por el macizo del Monte Perdido, que lentamente se va deshidratando por Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta. Ese Sobrarbe, abierto por abajo, por donde confluyen sus dos grandes arterias, el Ara y el Cinca, cuyas aguas se amansan en ese enorme pantano de Mediano que tantas y tantas lágrimas enjuaga también.

Tortuoso pasado
            Casi una hora saboreando cumbre, paladeando cumbre, no es suficiente para admirar todos sus miradores. Pero tampoco lo sería un día entero, de modo que hay que ir poniéndose en situación para bajar. Del vértice geodésico sólo queda la plataforma, pero lo que no ha desaparecido es el buzón metálico, a la antigua usanza. Pirámide metálica con un cajón en su base, en el que se pueden depositar tus ilusiones, tus esperanzas, y también tus agradecimientos, a la espera de que la montaña te los devuelva en forma de jornadas como ésta.

          Bajada al collado, y tras haber decidido no regresar por el mismo sitio, y hacerlo dando el rodeo a la peña, tragamos saliva para emprender el vertiginoso descenso por el canchal que da vista a la vertiente norte. Cuarenta minutos de eslalon continuo, que pone a prueba pies y botas, rodillas y paciencia, pero que no nos imaginamos si hubiera que subirlo. Cuarenta minutos, decimos, de inestabilidad permanente, que finalmente nos abocan a un sinuoso y pedregoso sendero, pero más estable, que enseguida nos mete en el bosque, en el que aprovechamos y de qué manera el blando suelo que nos ofrece, y que en media hora más nos deja en la Collada, un paraje a dos aguas al que se llega con rodantes. Breve descanso y seguimos.

Vertiginosas canales
          Ya se va dejando oír la enorme masa de nubes de evolución que se han ido formando a lo largo del día, y que ya se están aliviando por el gran macizo del Perdido. Hay que aligerar. Unas decenas de metros por pista y entramos en el PR-HU 139, que nos llevará por bosque de robles que nos hablan a nuestro paso, hasta Oncins en poco más de dos horas, no sin antes haber hecho una merecida parada en la fuente Canalillo.


Desde la Collada
Visita a la ermita de María Magdalena, de inusual ábside rectangular, y un poco de asfalto, que también existe, hasta los coches. Al final hemos llegado antes que la lluvia, pero no por mucho. Han sido ocho horas y media para recorrer los más de 18 kilómetros, con 1.200 metros de desnivel positivo, y otros tantos de descenso. Una buena jornada de montaña, en la que hemos tenido el placer de tener el Sobrarbe a nuestros pies. Para repetir. Gracias a todos y a todo.


Las fotos, en:

sábado, 13 de julio de 2013

Eth Setau Sagèth

AQUERAS MONTAÑAS
TRAVESÍAS VARIAS JORNADAS
Circular Eth Setau Sagèth
Martes 2 a sábado 6 de julio de 2013



Esta semana ha sido de retos. Reto el hacer una travesía circular de cinco días por los montes de Arán. Reto también el hacerla integrado en un grupo de veinte personas, a las que, salvo a una, no conocía con anterioridad. ¿El resultado? Pues no ha podido ser mejor. En cinco días hemos recorrido cerca de cien kilómetros pateándonos una buena parte de esta desconocida para mí tierra de Arán. Y lo hemos hecho de una forma más que satisfactoria, compartiendo caminar y camino, donde siempre ha sido más importante lo primero que lo segundo.

Gastronómica asamblea
Buen comienzo de julio. Tras la ferrata del último día de junio, esta primera semana de julio, que comienza con el mes, nos ha traído este regalo. Comenzamos el lunes con una asamblea gastronómica en Puente de Montañana, donde una de las cuestiones que se trata es la pequeña frustración que representa el estar cortado el paso a la Artiga de Lin, motivado por las últimas inundaciones, que es donde se encuentra el paraje llamado Los Ojos del Judío, o los  Uels deth Joeu, en aranés, que no es otra cosa que la surgencia de agua correspondiente a la que desaparece en el Forau de Aigualluts, a los pies del glaciar del Aneto. La Naturaleza siempre dándonos lecciones, por un lado recibe, y por otro da. De modo que hay que improvisar, y dada su cercanía, y aunque unos pocos ya lo habíamos visitado hacía pocas semanas, decidimos ir al congosto de Mont-Rebei. Así es que para allá que vamos, y lo hacemos hasta el puente colgante y un poco más allá, para ver de cerca esas pasarelas de madera adosadas a la pared.

Hotel Tuca, en Betrén (Viella)
Vuelta a Puente de Montañana, y por la tarde a Viella, donde nos alojamos en el Hotel Tuca, del cercano Betrén. Estamos hablando de un circuito organizado, con dos etapas terminando en refugios de montaña, pero otras tres en poblaciones, donde se puede elegir alojamiento, y en este caso el agraciado ha sido este pedazo de hotel. Bueno, pues no vamos a hacer ascos.

Comencemos con unas pinceladas del Valle de Arán. Es un reducto situado en la vertiente norte del eje pirenaico, al contrario que lo que ocurre con casi todo el resto de valles españoles, que terminan en la frontera situada en los puertos. Ello le confiere un clima similar al de los valles franceses, donde son más abundantes las precipitaciones. Este valle, regado por el río Garona tenía su comunicación natural con Francia, por lo que la influencia occitana y vasca ha sido evidente a lo largo de la historia. Fue a principio del siglo pasado cuando se abrió el paso con el vecino valle de la Bonaigua, afluente del Noguera Pallaresa, a través del puerto del mismo nombre; y a mediados del mismo siglo, con el Noguera Ribagorzana, que hace muga con Aragón, a través del túnel.

Destrozos del Garona
La lengua propia de los habitantes del valle es el aranés, que es una variante del occitano. El propio nombre del Val d’Aran, en sí mismo es una redundancia, porque significa valle de valle, ya que aran proviene del antiguo vascuence, y significa también valle. Las ocupaciones tradicionales han sido la agricultura y ganadería de montaña, pero tan paupérrimas hoy en día han dado paso al sector terciario, enfocado al turismo de montaña.

Hay vestigios prehistóricos, como en muchos lugares del Pirineo, siendo incorporado por César al imperio romano durante la conquista de las Galias. En el siglo X ya aparece vinculado al Condado de Ribagorza, cambiando varias veces de mano a lo largo de la historia. En 1130 es Alfonso I el Batallador el que reina en el valle, y en 1175 pasa a formar parte de la Corona de Aragón mediante el tratado de Emperanza, firmado por Alfonso II, sobrino nieto del anterior. Francia y Aragón son los que se han ido disputando el territorio, hasta que en el siglo XV, el Sindic d’Aran lo anexiona al Principado de Cataluña, aunque en las guerras napoleónicas vuelve a formar parte del Departamento francés del Alto Garona. Es en 1815 cuando es devuelto a España, recayendo definitivamente en la provincia de Lérida a los pocos años. Y así están las cosas hoy.

Este ligero repaso histórico no es nada inocente, no. Especialmente dedicado para los que les gusta trazar fronteras, anchas por sus partes, claro, para que tomen perspectiva de que lo que ayer fue, hoy puede no serlo, para volverlo a ser mañana, o viceversa. El conocer, entender y tolerar es una de las mejores actividades que puede realizar el ser humano. Y que por encima del Pirineo navarro, aragonés, catalán, andorrano o francés, está el Pirineo, o los Pirineos, como gusta decir a algunos, tan distintos y con tanto en común. Este es el verdadero país, el montañés, el pirenaico.

El Valle de Arán, con 633 Km2, hoy en día, está formado por tres zonas geográficas: el Naut Aran, el Mijaran, y el Baish Aran, siendo en estas dos últimas donde nos vamos a mover. Son 33 pueblos, agrupados en 9 municipios, que albergan a algo más de 10.000 habitantes, que tienen en Viella su capital, con más de la mitad de ellos.

Km. 0. Preparados, listos, ya...

Primera jornada. Betrén (Viella) – Bossost. Salimos directamente desde el hotel, callejeando, y en seguida quedamos impactados al ver los destrozos que ha hecho la impresionante crecida del río Garona, motivada por las enormes lluvias y deshielos de hace tan sólo dos semanas. Hay tramos verdaderamente reventados, especialmente cuando el río traza curva. Pero nosotros a lo nuestro. Pronto encontramos la traza del camino. Estamos en el GR 211, aunque la etapa de hoy, más que una de montaña es una visita turística por un montón de pueblos a los que tenemos que ir subiendo y bajando, pero que nos viene bien para ir haciéndonos al terreno. En alguna ocasión hay que salirse del circuito establecido, por haber sido dañado algún camino o paso del río. La mañana está serena, aunque daban tormentas para hoy. Veremos.


Un sin fin de aldeas a visitar

Los pueblos por los que pasamos son Vilac, Mont, Montcorbau, Betlán, Aubert y Arrós, todos ellos del municipio de Viella y Mitg Arán. Recalamos para comer en Vilamós, que aprovechamos para visitar su románica iglesia de Santa María que presume de lápidas funerarias romanas. El silencio de su interior atropella al nuestro, invitando al recogimiento y a la admiración de su austera estructura.

Begós, Arrés de Sus y Arrés de Jus, preceden a un largo descenso por húmedo bosque, que nos deja junto al llamado Pònt deth Pas deth Lop, en la vieja carretera, que nos hace salir a la nueva en variante improvisada, y donde podemos ver de nuevo los estragos de la riada. Y en poco ya entramos en Bossost, cuyas calles nos entregan en brazos de la Hostería Catalana, que nos arrulla esta noche. Primera etapa: Viella - Bossost. Distancia: 25,3 Km. Tiempo total: 8h 40'. En movimiento: 6h 45'. Desnivel positivo acumulado: 856 m. Negativo: 1.145 m.

Salida de Bossòst


Llegando a Caneján
Segunda jornada: Bossost - Refugio de Honería. Finalmente, ayer se pusieron por el norte serias nubes de tormenta, sin llegar hasta aquí, y hoy sale una mañana con nubes abrazadas a los picachos cercanos, y que esperemos verlas desaparecer a lo largo del día. Bossost, con 1.200 habitantes, es el tercer municipio en población, y como pueblo ribereño que es, se ha visto muy afectado por el desbordamiento de un fiero Garona. Un desvío del itinerario, debido a los desprendimientos, nos obliga a pisar de nuevo asfalto para alcanzar otro de los núcleos importantes de población, Les, con casi otros 1.000 habitantes, y también tremendamente castigado. Jaime I de Aragón ya tenía aquí su lugar de descanso, concretamente en el castillo, hoy en ruinas. En la salida nos encontramos la románica capilla de Blas de Sebaste, San Blai, donde reposan los restos del último Barón de Les. En la Edad Media tuvo mucha importancia un centro termal, ya utilizado en tiempos de los romanos, cuyas fuentes están cegadas por la construcción de una central hidroeléctrica a mediados del siglo pasado. Otra más.


Descanso en el arranque de la subida
a Caneján

Un delicioso camino de bosque nos lleva a un puente cerrado al tráfico, pero que podemos cruzar. Salimos de nuevo a la carretera general, donde en seguida vemos en lo alto y vigilando la entrada al Valle de Torán, el pueblo de Caneján, al que tenemos que acceder desviándonos en Pontaut, último lugar habitado antes de llegar, al cabo de kilómetro y medio, a la frontera con Francia. Cruzamos de nuevo el Garona y nos despedimos de la carretera asfaltada que sube a nuestro próximo objetivo, porque nosotros lo hacemos por un ancho camino, calzado de ordenadas piedras, y vestido de bosque, que dicen tiene tantas curvas como municipios esta comarca, 33.

Soledad compartida
Caneján, que sacia nuestra sed y nos ve marchar contento, porque sabe que nos ponemos en buenas manos. Y no son otras más que las del bosque que nos acoge con un cierto grado de extrañeza, ya que hace tiempo que no ve pasar por aquí a un grupo tan numeroso. Poco a poco, sin apenas darnos cuenta, nos dejamos envolver por la magia de este bosque, en el que reposan en paz antiguos restos de viejas casas de piedra, quizá de mineros, quizá de campesinos, quizá de bandoleros, en las que otrora habitaban. Porcingles es el mayor núcleo de todo lo descrito, de hecho aún conserva un censo de tres personas. También sacia nuestra sed. Viejos carteles. A San Juan de Torán, 2,7 km; y al refugio de Honería, 3,8. A por ellos.

Cuánto por compartir
San Juan de Torán a la vista, pero abajo del valle. Las nubes llevan su lucha particular por encima de nuestras cabezas. El puerto se pone bruto. Un gran torrente de agua, al que le damos nuestros mejores deseos para que viaje con ella, es el punto de inflexión para comenzar la bajada. Finalmente llegamos a este núcleo, que a buen seguro llegaría a quedar abandonado, pero que hoy en día luce bastantes casas arregladas, y con buen gusto, por cierto. Parada y fonda. Y en poco ya llegamos al refugio, que junto con el refugiero dan muy buen rollito. Tarde de asueto. Llega Daniel, el guía de Camins que nos va a acompañar mañana en esa improvisada etapa al no poder hacer la programada por exceso de nieve. Lo que haremos es subir el camino previsto hasta la Pla de Grauers, para en lugar de seguir valle arriba, torcer bruscamente a la izquierda para ir ganando altura hasta el collado de la Poterla, para asomarnos al país vecino y volver por la misma cresta hasta descender a Caneján.

Refugio dera Honería
Como mañana vamos a pasar una zona de helechos, donde es fácil encontrar garrapatas, el Doctor Garrapasman, del Garrapats Official Institute, de Garrapatland,  nos ofrece una lección magistral acerca de cómo hay que desembarazarse de ellas, caso de cogerlas. Cena, y para facilitar su digestión desempolvamos las hojas de cantos. El resultado de esto último se queda entre nosotros, no quiero que me acusen de violar la intimidad del grupo. Segunda etapa: Bossòst - Refugio dera Honería. Distancia: 17,3 Km. Tiempo total: 6h 10'. En movimiento: 4h 40'. Desnivel positivo acumulado: 644 m. Negativo: 333 m.


Salida del refugio dera Honería

Tercera jornada: Refugio dera Honería - Caneján. Ayer quedó la noche cubierta, y en una visita al Sr. Roca de la Pradera a altas horas de la madrugada la bóveda celeste estaba espectacularmente despejada, con una cantidad de estrellas como hacía tiempo que no contemplaba. Sin embargo, la mañana ha vuelto a salir nublada. Acompañados por Daniel, el recorrido de hoy ya ha sido descrito en la jornada pasada, que a pesar de ser la más simbólica en todo este mundo de las minas, la de hoy no ha estado exenta de ese ambiente, ya que hemos pasado por alguna secuela de la ya desaparecida actividad.

Conocimiento del medio
A tramos por camino bien trazado, y por otros sin ninguna traza de camino, llegamos al collado de la Portela, ventana con el país vecino, cuyo primer núcleo de población a nuestros pies, es Fos, también regado por el Garona. Un rato de contemplación, y tras el cresteo surge la búsqueda de un lugar para comer. Lugar que encontramos, con el telón de fondo del macizo de las Maladetas, y de otros picos de la cordillera, que se pierden a nuestra vista.

Llega el inevitable momento de arrancar de tan magno lugar, y lo hacemos para enfilar ya el descenso, por tasca primero y por bosque después, hasta Caneján, donde nos echamos a la bebida, hasta que nos recogen los taxis que nos acercan hasta Bagergues, encima de Salardú, capital de este municipio del Alto Arán.

Recalamos en el hotel Seixes, y antes de cenar, la consabida vuelta por el pueblo, muy cuidado, muy recomendable. Tercera etapa: Honería - Caneján. Distancia: 15,6 Km. Tiempo total: 8h 15'. En movimiento: 5h 25'. Desnivel positivo acumulado: 766 m. Negativo: 965 m.


Salida de Bagergues

Cuarta jornada: Valle de Valartíes - Refugio de Conangles. Tras ser pasto de la amabilidad de Carmen, la hotelera, nos recogen de nuevo los rodantes para llevarnos hasta el valle de Valartíes, donde nos dejan en un punto algo inferior al previsto, también por las riadas, que se han llevado la carretera. Una pista de circunstancias ha sido abierta para los camiones que se dedican a los arreglos, pero es impracticable para estas furgonetas, de modo que vuelta a dar el protagonismo a los pies, piernas y bastones. Bajo la atenta mirada del Montardo iniciamos la marcha, que por pista primero y por camino después nos traslada hacia el lago de la Restanca, con su refugio, que no se puede decir que se deshiciera en atenciones.

Lago de la Restanca
Volvemos de nuevo por encima de la presa, y tras subir un corto tramo, abordamos un descenso, con algún paso incómodo, pero que uno tras otro vamos pasando. El valle al que nos asomamos es el de Ríus, y es quizá donde comenzamos el contacto con la alta montaña. Grandes paredes, ibones, enormes cursos de agua, neveros… sí, los componentes de la alta montaña.

Neveros, algunos pendientes, pero con nieve blanda, fácil de pasar, intercalados por zonas de bolos nos acercan al lago de Ríus, que dormita bajo una capa de hielo. Le decimos que ya ha llegado el verano, que se desperece y que ofrezca todas sus bendiciones al mundo. Sabemos que nos oye, pero disimula, debe estar bien en su letargo. No le culpamos, a veces este mundo da tanta pereza… Terminamos de echar el bocado y de hacernos fotos con el gigante bello durmiente y lo rodeamos por su margen izquierda, para llegar ya al Port de Ríus, desde donde damos vista ya a la carretera general, en un punto muy próximo a la boca sur del túnel. ¿Hasta ahí hay que llegar? Sí, hasta allí mismo, y un poco más.

Lago helado de Ríus
Pues al tajo. Comienza el descenso con un pequeño nevero, que se salva sin mayores problemas, y a partir de ahí una incesante bajada que, como siempre, hacemos a las más que justificadas dos velocidades. Gran árbol, gran sombra, para agruparnos. Seguimos, y seguimos. Pasamos como podemos un barranco lateral, y llegamos casi al fondo del circo, para dirigirnos, en poco ya, al refugio, que hoy es el de Conangles, donde nos encontramos a un guarda que parece que ha tenido mejores días, o eso pensamos, porque si éste ha sido el mejor… Y poco más, baño en el río, cena y a dormir, que aquí no estamos solos. Ah, sí, se me olvidaba, en previsión de que mañana tengamos neveros en la bajada, hace José Luis gestiones con Camins, organizadora del circuito, para que nos dejen en el refugio un par de piolets. Éxito de gestión. Cuarta etapa: Valle de Valartíes - Refugio de Conangles. Distancia: 19,3 Km. Tiempo total: 8h 55'. En movimiento: 6h 40'. Desnivel positivo acumulado: 1.019 m. Negativo: 896 m.

Salida del refugio de Conangles

Hospital de Viella
Quinta jornada: Refugio de Conangles - Betrén (Viella). Desandamos el tramo de pista y un trozo de sendero de ayer, y nos presentamos en el Hospital de Viella, unas viejas casas que daban vida a este final de valle, a este circo, que es lo que era antes de la construcción del túnel. A él confluye por la derecha hidrográfica el barranco de Mulleres, que trae las lágrimas de ellas, de las petrificadas en su macizo, y que forma un precioso valle colgado. Terminaba el siglo XII cuando se tiene constancia de la existencia de este hospital, que daba albergue a los que por allí se acercaban o pasaban. Pastores, peregrinos, contrabandistas, bandidos, viandantes en general que tenían en este lugar cobijo y descanso.

Reflejos en Trauses
Posiblemente algunos, muchos, siguieran el mismo camino que nosotros, que vamos a Viella por su puerto. Nos encaramos a un barranco, que vamos superando por su margen derecha, hasta que llegamos a unos llanos para quedarnos extasiados ante los reflejos de unas paredes cercanas, con nieve a sus pies, que se asoman en unos pequeños ibones, los de Trauses, como para decirnos que son doblemente bellos. Seguimos subiendo hasta lo que nos venía pareciendo ser ya el puerto, pero no, que hay que hacer una larga travesía horizontal hasta el verdadero paso. Y en esa travesía nos encontramos un pequeño nevero cuyo paso aseguramos, y luego otro en el que ya no nos da tanto de sí el cordino, y en el que hay algún paso delicado, la nieve está más dura que ayer. Bien por los piolets. Bien por el cordino.

En el Puerto de Viella
Llegada al puerto, desde donde damos vista ya al valle de Arán, con Viella su capital. Como teníamos la opción de subir a la Tuca del Puerto de Viella, la mayoría nos emprendemos con ello. Cuatro se van bajando poco a poco, y María Jesús nos espera en el collado. En cuatro patadas llegamos a la cima, desde donde hay unas vistas increíbles sobre ese gran macizo que es el del Aneto y las Maladetas. Bajada ya todos, por un largo y pendiente nevero, pero ya con buena nieve, hasta dar con los cuatro de punta, que nos esperan en un apacible lugar junto al arroyo que lo va desangrando. Comida y a seguir el descenso, el largo descenso. Lago de la Fontfreda, con alguna blanca legaña invernal todavía.

El lac Redon
En la cabaña del Pontet comienza una pista emboscada, que vamos atajando en ocasiones, y que nos saca ya a la vertiente norte del túnel acercándonos a Viella, pero por salir más cerca del hotel hemos de subir una corta pero pronunciada rampa, que después de lo que llevamos ya encima, nos parece una mala broma. Y como todo tiene su final, esto también. Llegamos al hotel, y a decir verdad, con bastantes ganicas. Quinta etapa: Refugio de Conangles – Betrén (Viella). Distancia: 18,9 Km. Tiempo total: 8h 30'. En movimiento: 6h 15'. Desnivel positivo acumulado: 965 m. Negativo: 1.553 m.


Parece que haya pasado un mes desde que hemos salido de aquí mismo. Y tan sólo han sido cinco días, pero cinco intensos días, en los que hemos sido testigos de primera mano de los brutales efectos que la tremenda riada de hace dos semanas ha causado en los pueblos ribereños y en las infraestructuras. Han sido cinco intensos días en los que hemos pasado por gran cantidad de pequeños pueblos que aún conservan ese rancio sabor de aldeas de montaña al abrigo de santos y vírgenes. Cinco días intensos en los que hemos pateado bosques y prados, hemos cruzado barrancos, neveros y collados, hemos pasado junto a bellos ibones, nos hemos aupado a balcones que para todos los días los quisiera, hemos compartido, en definitiva, caminar y camino. Cinco días, en los que en total, han sido 96,4 km, con 40h y 30' de tiempo total, y 29h 45' en movimiento, para salvar 4.250 metros de desnivel positivo acumulado, y 4.890 negativo. Todo ello en cinco días. Un verdadero placer. Como siempre, gracias a todos y a todo.


Con Javier, en la cumbre
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