jueves, 30 de octubre de 2014

La cara oculta de Estanés

IXOS MONS
Ibón de Estanés (1.754 m)
Jueves, 30 de octubre de 2014



       Una mañana compartida. Compartida con dos seres con los que nos hemos vestido de bosque para procurar no desentonar mucho con el entorno. Compartida, también, con el entorno, al que le hemos ofrecido nuestros respetos a todos esos otros seres que lo habitan; los que se ven y los que no. Compartida con el timorato otoño, que ha venido sin empujar del todo al verano que le precede. Compartida, sin duda, con ese ibón de Estanés, cubeta de mil miradas, encrucijada de caminos. Caminos ansotanos. Sí, una mañana compartida.

Aguas del Aspe
            Comenzamos una nueva jornada de montaña para darle la vuelta a un monte. A un monte bilingüe que hace de muga, y que algún absurdo reparto y la historia han partido en dos. Pero eso lo saben los mapas. Él, no. Salimos del parquin de Sansanet entre un auténtico mar de espumillón de hojarasca tapizando el suelo. El seco suelo, que nos sorprende por ello. Tras cruzar el puente de ese barranco que arrulla las aguas del Aspe, nos metemos ya de lleno en ese bosque que aloja a un despistado otoño. A un otoño que no se atreve a echar al verano que lo ha parido, y que como se descuide se lo va a comer un precoz invierno.

El bosque encantado
            Las hayas, cada una, cada una de sus ramas, están de despedida. Despedida de esos hijos que trajeron al mundo hace unos meses, y que ahora, envejecidos por el tiempo, comienzan un viaje de reciclaje. Como decía el Sabio, la muerte no es el final del camino. Muchas caídas, otras cayéndose viajando por esos rayos de sol furtivos, y otras a la espera de ese cambio de tiempo que con la lluvia y el viento haga posible el milagro de la transformación. Salimos momentáneamente del bosque, y en el cruce de la Espelunguera tomamos su camino, pasando por la cabaña d’Escouret. Y de nuevo al bosque, a ver sus contrastes, a oír su silencio, a sentir.


De puntillas por el templo
               En unos minutos, 15, 20, salimos ya a un claro bordeado por una paleta de colores que no hay lienzo que la soporte. El Acué asiente, hasta él se sorprende. En poco más bajamos hasta la Espelunguera, pero no del todo, para tomar el sendero que empinado sube, de nuevo por bosque, pasando por un refugio, desde el que sigue ya por encima del tubo soterrado. Un tubo que trae las aguas del ibón de Estanés, un ibón ansotano, español, y cuyo aprovechamiento hidrológico se realiza en esta vertiente francesa, previo pago de un canon anual al citado municipio de amplios límites.

            Salimos del bosque, y un sendero colgado sobre el vacío del valle, muy cerca de las paredes, nos lleva hasta una corta escalera metálica que supera unos incómodos pasos, y que nos aúpa ya hasta dar vista a la cuenca de Estanés, donde vive desde hace años, muchos años, ese ibón glacial, que con una lámina de 29 Ha, presume de dar juego a muchas voluntades que de los cuatro puntos cardinales vienen a él, o pasan por él.



Rayos de sol furtivos
            La mañana se va yendo despacio empujando al sol hacia el sur para facilitar sus reflejos en ese ibón. Él también quiere acudir a la cita, como los montes cercanos, que se acicalan para marcar su impronta en las serenas aguas. Son reflexiones que enmarcan unos momentos que dedicamos a reponer fuerzas, la subida ha sido dura. Paseamos de la mano de las aguas, por su orilla, por la nuestra, para enfilar ya esa pequeña y transitada vaguada y llegar al puntal del Tacho, donde dejamos que el GR 11 se vaya hacia la chorrota del Aspe, y nosotros nos bajamos por bosque vestido de gala, de nuevo hasta Sansanet.

            Una muy bien aprovechada mañana, en la que le hemos dado la vuelta al monte, haciendo 11,5 km, en 4h 45’ de tiempo total, de las que 3h en movimiento. De los casi 500 metros de desnivel máximo, han salido unos 800 de acumulado positivos, y los mismos de descenso. Disfrutando. Sí.
  




lunes, 27 de octubre de 2014

XVI Día del Senderista FAM

ANDADAS
XVI Día del Senderista FAM
Fortanete (Maestrazgo)
Domingo, 26 de octubre de 2014




            La FAM organiza anualmente el Día del Senderista. Con éste ya son 17 las ediciones celebradas, y siempre con una doble finalidad, invariablemente en torno al senderismo, y polarizada en el sendero y el senderista. Esto, que parece un trabalenguas, encierra esta doble vertiente. Por un lado el campo de juego, los caminos, los senderos, puestos en valor muy poco a poco, pero con una decidida vocación de continuidad, con el nuevo Decreto de Senderos Turísticos de Aragón, y su flamante señalización. Y por otro, el jugador, el senderista, que día tras día, semana tras semana, se va dejando el sudor por esa red de senderos de Aragón, que según algunas fuentes ronda los 20.000 km.

Conjunto arquitectónico de iglesia
y ayuntamiento de Fortanete
            Y en este marco encuadramos la jornada de hoy, una jornada vivida en los siempre extraordinarios montes del Maestrazgo turolense, concretamente en torno a la localidad de Fortanete, esa “Joya Oculta del Maestrazgo”, como la denomina su propio ayuntamiento. Situado entre las sierras de la Cañada y las de Tarascón y Lastras, es una localidad otrora más próspera, pero que con sus actuales en torno a 200 habitantes, se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos, aminorando el sector primario en favor del terciario. Sí, es el turismo el que sostiene en buena parte a estos pequeños núcleos, que pueden ofrecer senderos para caminar a través de sus paisajes, su historia, o disfrutar sobre dos ruedas, poseyendo dos centros de BTT pertenecientes a la red del Maestrazgo, al margen de otros aprovechamientos del mundo natural.



Mesa redonda, con Emilio Faci
            Como acto enmarcado en estas jornadas, la víspera por la noche tuvimos una mesa redonda en el ayuntamiento, con los siguientes ponentes: Emilio Faci, Jefe de Servicio de Gestión de Infraestructuras Turísticas del Gobierno de Aragón, que habla de las actuaciones realizadas y por realizar respecto a los Senderos Turísticos de Aragón. Luis Masgrau, Presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo, entidad promotora de la declaración del GR 8 como Sendero Turístico de Aragón, que nos cuenta la labor que realiza la propia FAM y a través de los clubes, para promocionar los senderos y el senderismo. Diego Mallén, Técnico de Senderos de PRAMES, empresa que ejecuta las actuaciones para llevar a cabo sobre el terreno el nuevo decreto, interesado en ello además por pertenecer al CEMAT, Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense, que se ocupa no sólo de los senderos, sino de la puesta en valor del patrimonio en general, árboles monumentales, masías, torres… Ignacio Terés, de la empresa de Turismo Activo Maestrex Experience, quien aporta su punto de vista empresarial como usuario de la infraestructura viaria. Finaliza Manolo Orea, de la Agrupación Deportiva Maestrazgo, organizadora de esta XI Marcha Senderista de Otoño Comarca del Maestrazgo, donde se inscribe la de la FAM, y que nos habla bajo el aspecto deportivo, del uso local que se le hace al GR 8.

Recogida de credenciales
            Hemos de destacar que Fortanete es el núcleo gordiano de este eje, que recorre buena parte de la comarca del Maestrazgo, y desde donde se ha organizado la Marcha Senderista de Otoño, y que junto con la de primavera va rotando de pueblo en pueblo. Un GR que ha sido el primero en el que se está actuando en Teruel con la nueva señalización dictada en el citado decreto, y que hace más fácil y visible su recorrido. Y para ponerlo en valor, la FAM se ha adherido a tal evento haciendo coincidir su XVI Día del Senderista, que también va rotando de provincia en provincia, y que con una inscripción total de más de 800 personas hemos participado de esta magnífica y festiva jornada, por las diversas rutas diseñadas, disfrutando de un extraordinario buen tiempo, poco propio de este otoño ya bien entrado. Cabe destacar también la más que nutrida participación de miembros de ATADI, la Agrupación Turolense de Asociaciones de Personas con Discapacidad.



En marcha
            Varias son las rutas diseñadas, incluso para niños. Asistimos en concreto a la 1, que acoge también a la Marcha Regional de Veteranos, y que discurre por ese GR 8, primeramente tomando altura por monte bajo, que ya va dejando al descubierto esa estructura calcárea que acoge a especies mediterráneas como enebros, sabinas y bojes, que en media hora de disfrute visual nos mete en el bosque de pino, por donde se hace más cómodo el caminar. Al cabo de cuarenta minutos, el sendero se abre por su parte derecha a unas amplias terrazas, sin duda otrora cultivadas, convertidas hoy en dehesas cuyos pastos son aprovechados por el ganado.

Avituallamiento en la Capellanía
            En poco más, es la margen izquierda del sendero la que se nos abre, dándonos a conocer otra serie de vaguadas y montes interminables, montes callados, que reposan de tanta y tanta actividad que se va perdiendo en el tiempo. A nuestros pies una extensa finca con la masía llamada de la Capellanía. Y no sólo disfrutamos de este contacto visual, también lo hacemos del avituallamiento que la organización pone a nuestra disposición. Líquidos que reponen sales y torta del país regada con mistela. Bueno, bueno, hay que marchar rápido de aquí, que si no…

Tormenta sobre el valle de las Dehesas
            Desde este mismo punto se divisa un poste indicador en un cruce. Tomamos la dirección que nos lleva hasta el mirador de la Capellanía, con una pequeña garita forestal, desde donde se divisan los bosques y montes a mucha distancia. A su lado, un singular vértice geodésico, que con sus 1.775 metros es el punto más alto de esta ruta. Es por ello que vamos bajando por roquedo hasta salir a una pista, que ya por el PR TE-73, bordea unos campos sobre el lomo de un monte, que deja libres las vistas a derecha e izquierda, por donde vamos viendo más cerca de lo que nos gustaría, unos nubarrones en plena actividad, con relámpagos y truenos que no entienden de calendarios.    

Fin de la ruta
            Seguimos emboscados para bajar un barranco, que volvemos a subir por su otra vertiente en busca ya del segundo avituallamiento, en busca ya de ese puerto de Cuarto Pelado, que con sus 1.657 metros de altitud marca el final de esta ruta. Pues eso, bebida y embutidos del lugar, auxiliada su ingesta con una bota de vino colgada del pino de turno, que con pericia hay que manejar. Como decimos, aquí termina la ruta 1, pero existía la posibilidad de tomar el GR 8, y sin dar ya tanto rodeo volver andando a Fortanete, pero dado el retraso acumulado se opta por subir a los autobuses, que han venido a nuestro rescate.


            Llegada al pueblo, y comida en su pabellón. Tras ella, se mantiene un pequeño acto protocolario. Además de agradecer a los participantes su asistencia, Pepe Díaz, Presidente de Honor de la FAM, hace entrega del trofeo Jerónimo Lerín, en el marco de la Marcha Regional de Veteranos, a Paco Osed. Y Manolo Orea, de la AD Maestrazgo, pasa el testigo de la organización del Día del Senderista FAM a José María Gallego, Presidente de Os Andarines d’Aragón, club zaragozano encargado de prepararla el próximo año, y que será de ámbito nacional, encuadrada en los actos de CIMA2015, ese Congreso Internacional de Montañismo, a celebrar en Zaragoza del 26 al 28 de marzo. La jornada senderista tendrá lugar en los montes de la Almunia y Alpartir.


            Y poco más. Una extraordinaria jornada de montaña con un buen tiempo, pasada entre cientos de colegas, en torno a estos montes del Maestrazgo turolense. Los datos de la marcha, anecdóticos: 10 km, con 2h 50’ de tiempo total, de los que 2h 15’ han sido en movimiento. Sus más de 400 metros de desnivel han dado para en torno a 700 acumulados positivos y 400 negativos. Nos vamos de estas magníficas tierras, tierras del Cid, tierras con historia y con patrimonio, tierras de enorme valor medioambiental y paisajístico, y lo hacemos con el regustillo de volver. Y lo haremos. Sin duda.






domingo, 26 de octubre de 2014

Escorpio evolutivo

ESCORPIO evolutivo
23.oct.14 11:57
22.nov.14 09:38
(hola solar)



            Continuamos con nuestro tránsito otoñal. Concluido Libra, damos paso a Escorpio. Como venimos haciendo, tras definir con sendas frases sus arquetipos involutivo y evolutivo, pasamos a dar unas pinceladas de lo más destacado atendiendo al nivel de evolución del individuo.


            El Arquetipo Involutivo es: “que florezca Maya y que rija el engaño”, por la se va a escenificar el drama arquetípico de la lucha de las fuerzas de la personalidad contra las energías del alma, llevando la ambición egoísta del individuo a los espejismos de lo material, de ahí que la vida le resulte muy dura y difícil. El Arquetipo Evolutivo es: “guerrero soy y salgo triunfante de la batalla”, siendo el objetivo evolutivo del individuo el de luchar contra su personalidad y vencerla, para victorioso reclamar su entrada en el Reino del Alma e iniciarse en los Misterios de la Iniciación.

          El Tipo Inferior de Escorpio al ser un alma joven se encontrará muy desamparado y lleno de temores que le inhiben a la acción. Se obsesiona con la muerte, con las cosas extrañas, se vuelve neurótico. Ser constreñido de sí mismo, no se atreve a vivir, se limita a ser espectador de la vida. Disfruta observando los fracasos de los demás. De instintos y pasiones intensas, se deja arrastrar por ellos. Individualista, rebelde, indisciplinado, reacio a toda obligación. Intolerante, desconfiado, receloso, irritable, canaliza su rencor en forma de odio. Grosero, brusco, depresivo, canalizando sus energías destructivas hacia sí mismo, sado-masoquista. Con crisis personales intensas, tendentes al suicidio. No le gusta exteriorizar sus sufrimientos, buscando la soledad y sintonizando con facilidad con el psiquismo inferior, con el bajo astral, convirtiéndose inconscientemente en un instrumento para los magos negros.

            El Tipo Medio de Escorpio, se apasiona en todos los asuntos y terrenos de la vida. Con carácter, y fuerza de voluntad apasionada. Claro sentido de la finalidad de la vida, con objetivos por los que luchar y superarse. Con necesidad de conquistar, de dominar. Con grandes cualidades de resistencia y tenacidad. Su expansión personal es arrolladora y fulminará todo aquello que se ponga en su camino. Su egocentrismo y excesivo individualismo le hacen ser muy separatista, buscando ardientemente sólo la satisfacción de sus propios deseos, y contando con los demás en la medida de que le son útiles para la consecución de sus propósitos. Exigente con los demás. Perfeccionista, con espíritu crítico. No soporta el ridículo ni la vulgaridad. Práctico y realista. Motivado por un intenso deseo de autosuperación, con gran capacidad para elevarse sobre las dificultades terrenas. Gran dominio y control sobre su naturaleza. Muy leal con familiares y amigos, con personalidad muy íntegra. Gran determinación para la resolución de problemas. Gran espíritu investigador, con gran capacidad de razonamiento debido a su mente analítica. Interés por lo misterioso.

            El Tipo Superior de Escorpio, una vez satisfechas sus ambiciones tiene que luchar contra su personalidad desarrollada. La lucha consigo mismo es el tema principal de su vida, de ahí sus continuas contradicciones, su danza endiablada entre los sublime y lo abyecto, entre el cielo y el infierno, entre el realismo y el idealismo. Debe matar los deseos de su personalidad para iluminarse y superar el orgullo y la separatividad. La autoindulgencia dejará paso a la disciplina y al orden. Se desarrolla el altruismo y el humanitarismo. La energía sexual se convierte en un gran poder creador, siendo muy fecundo artísticamente. La intensidad emocional se transforma en aspiración mística. El frío y calculador intelecto se transmuta en intuición. Demuestra una gran lealtad e intenso amor por sus ideales, siendo capaz de dar su vida por una causa justa. Se sacrifica a sí mismo por ayudar y servir a los demás.

            Bien amig@s. Así son ell@s y así hay que quererl@s. Muchas felicidades a l@s Escorpio y que este tránsito os sea propicio a tod@s vosotr@s.


                 
                El orto del sol al comienzo y final de Escorpio, es (hora solar):
23 de octubre                  amanece 06:34
22 de noviembre             anochece 16:53


                Las lunas de este mes de Escorpio, son (hora solar):
·         Nueva, en Escorpio                      Jueves, 23 de octubre, a las 21:58
·         Creciente, en Acuario                   Viernes, 31 de octubre, a las 02:49
·         Llena, en Tauro                            Jueves, 6 de noviembre, a las 22:24
·         Menguante, en Leo                      Viernes, 14 de noviembre, a las 15:17

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Fuente del texto: Apuntes extractados de Antroponomía y Vitacultura
Imágenes: Extraídas de diversas web


viernes, 24 de octubre de 2014

Collarada, la dama de los vientos

AQUERAS MONTAÑAS
La Collarada (2.886 m)
Jueves, 23 de octubre de 2014



El viento es un caballo:
Óyelo cómo corre
Por el mar, por el cielo.
Quiere llevarme, escucha
Cómo recorre el mundo
Para llevarme lejos
Pablo Neruda



Refugio de la Trapa
            Noche cerrada. Las primeras luces del alba tienen reflejo en rojizos cielos de poniente. Cielos rojizos que siempre anuncian aire, pero que hoy han escatimado información. Hoy se han quedado cortos con sus credenciales. Esos cielos que conforme nos movíamos en ese lento pero implacable caminar junto con este globo que es nuestra casa, iban tornándose más y más iluminados, han dado paso a un enorme hipódromo donde caballos desbocados desbocaban, donde caballos furiosos llenaban de furia el espacio, y donde caballos sin control han puesto fuera de control esta noble actividad humana que es la de subir montañas. Pero no le tenemos rencor ni a las montañas ni a sus etéreos habitantes. Como dice Agustín Faus en uno de sus libros, la montaña no es injusta, ¿lo seremos nosotros?

Tramo de cadena
            La Collarada es una de esas montañas que enseguida te atrapan visualmente, y te comprometen a subirla, pero no es de las más agraciadas, ni de las más agradecidas. Cuando mira a poniente no encuentra nada más alto,  y eso le confiere un carácter un tanto orgulloso, soberbio, tosco. Sus desnudas laderas y su falta de agua, limitan bastante la época del año para acometerla. Sólo conocen los rigores del invierno y los del verano. No conocen primavera ni otoño. Pero a pesar de todo ello es nuestra montaña, el techo de nuestros valles, y como a esos parientes incómodos, nos vemos en la obligación de visitarla de vez en cuando.

Laderas herbosas
            Hoy ha sido uno de esos días, y lo hemos hecho dejando el vehículo en el cubilar de la Espata, para subir andando por la pista hasta la Trapa. Queríamos tomarle el pulso por su vía normal. Una mañana serena se iba perfilando desde el horizonte hasta cubrirnos totalmente. Una mañana que nos ha ido acompañando poco a poco. Tres grados en Villanúa. Nueve aquí. Inversión térmica. Ligero viento, y alguna bufarrada de aire caliente nos llega a la cara. Térmicas que aprovechan los buitres para ir subiendo y subiendo. Una familia de ciervos se ve sorprendida con nuestra presencia llegando a la Trapa, donde por detrás del refugio tomamos ya el sendero, que pasa junto a una gran charca que seguro es visitada por la fauna local. Poca agua más en toda la montaña. Terreno kárstico.

Fauces cimeras
            Salvamos un murallón a través de retorcidos pasos y ayudados por una frágil cadena. Mientras nuestros pies disfrutan de momentos de placer por suelo de hierba, nuestra mirada se pone en contacto ya con la gran dama de los vientos, que impone su figura en el horizonte cercano y que se calla lo que nos aguarda. No nos quiere asustar, quiere que la visitemos. Laderas herbosas primero, mixtas después, y rocosas para finalizar esta subida. Conforme vamos tomando altura, conforme vamos tratando ya de tú a los Campanales, feroces rachas de viento van dejando pasar. Ya no hay buitres poblando los cielos. Desde encima de las cadenas, casi dos horas hasta el comienzo de la canal. Una canal que no engaña, una canal que se abre ante nosotros mostrándonos su hostil acogida, una canal que hemos de superar para entrar por la puerta grande de esta gran montaña, que domina los vientos y los soles por fuera, y las tierras y las aguas por dentro.

            
Vista parcial del circo de Ip
            Salimos al sol. Salimos a dar vista ya al mundo Ip y todos sus alrededores, que no son pocos. A pesar de haber dejado ya de ir a cuatro patas, obligado es ir agachados para no enfurecer más a los vientos. Poco tiempo en cumbre, casi ni para hacer fotos con temblorosas manos. Los nítidos horizontes matinales, que nos ofrecían hasta el Moncayo y Urbión, se han tornado huidizos, una cortina de calima los ha ocultado. Breve, brevísimo, repaso a los montes más cercanos, y sin poder echar ni un triste bocado, emprendemos el descenso hacia el collado de Ip, de frente ya a ese gran circo que la Collarada forma con su hermana pequeña la Collaradeta.

La fuerza de los vientos
            Qué ingenuos pensar que al ir bajando se iría amainando el viento. Hasta alcanzar el collado, tres cuartos de hora de auténtica tensión, con rachas fortísimas, que nos obligan a parar y apretarnos a la roca para no ser tirados al suelo. Llegamos al fondo de esa enorme cubeta. Más viento, que se nos pega a la espalda durante todo el descenso. Parada a echar un bocado. Seguimos por cubetas, hasta un palo que hace de referencia para continuar por unas laderas herbosas, largas laderas herbosas, cuarenta minutos de laderas herbosas viendo que los montes cercanos van ganando el lugar que les corresponde, ya no los miramos por encima del hombro.

            Perdemos altura con rapidez a través de una canal de abrasiva caliza, y enseguida al bosque, que amablemente nos acompaña ya hasta la pista, a la altura del cubilar de la Espata, punto de inicio de esta ascensión, que en un día que nos ha tratado como ha podido, hemos hecho 11,8 km en 6h 40’ de tiempo total, con 4h 10’ en movimiento, que haciendo 1.220 metros de desnivel máximo, han salido 1.230 de positivo acumulados y los mismos de descenso, lo que da una idea de que es una subida con muy poco cuartel. Apenas nada.







miércoles, 22 de octubre de 2014

El otoño del Maz

IXOS MONS
Maz (1.945 m)
Domingo, 19 de noviembre de 2014


            El otoño irrumpe con fuerza en los Valles Occidentales. Las ovejas bajan de los puertos. Nosotros vamos a ellos, hemos de atender a una irresistible llamada. El programa de la Sección de Montaña del CP Mayencos sigue imparable. Para esta época del año nos gusta volver sobre estos valles para visitarlos, para impregnarnos de su rabioso otoño que se nos echa encima. Venimos a estas tierras occidentales, tierras limítrofes, a un pico que aglutina laderas aragonesas y laderas navarras, que mantiene en sus faldas hayedos de Linza y de Artaparreta en Belagoa, valles de Ansó y de Roncal, en definitiva. Estamos hablando del Maz, con su aspecto piramidal desde nuestro lado, o del Txamantxoia, con sus suaves laderas, desde el vecino. Y para que no se diga, por el primero subimos, y por el segundo bajamos, hacia el Rincón del Maz. Vamos.



Caminos de otoño
            En el calendario católico faltan ya santos para tanto veranillo, y por muy buen ambiente climatológico que haya, no deja de ser un desastre. Pero a pesar de todo, el otoño viene fiel a su cita. Un otoño que no nos hemos querido perder con algun@s de l@s chic@s de costumbre. En esta ocasión, Ástrid, Sara, Silvia, Cris, Joserra, Javier, Fernando y Arturo. Dejamos los vehículos en la entrada de ese Plano de la Casa, donde se encuentra el refugio de Linza, y nos disponemos con ganas a entrar en el bosque. Unas ganas que se van afogando a los pocos pasos, la pendiente es considerable. Da una extraña sensación, como de profanación, al meterte en ese bosque en pleno proceso de transformación.

Comenzando la zona rocosa
            Los primeros pasos discurren por empinada senda, hasta que una vez tomada ya una cierta altura se va suavizando, pudiendo disfrutar más si cabe del entorno. El hayedo está que se sale por los cuatro costados. Unos colores amarillentos, marrones, ocres, tostados… unos colores decrépitos, que anuncian que un nuevo ciclo llega a su fin. Unas hojas que han polarizado la mayor expresión de estos gigantescos seres durante el estío, y que ya no son necesarias para estos próximos meses, porque la vida se repliega en las raíces, siendo necesaria su presencia, no obstante, para tapizar el suelo y contribuir con su descomposición a la formación del humus imprescindible para continuar la especie. Así es la vida, nunca se detiene, siempre se abre paso. Se cuida de transformar la materia, pero manteniendo siempre su esencia, que es la de alimentar a los seres. ¡Cuánta sabiduría ahí afuera! Y todo está inscrito en sus genes, reproducidos una y otra vez en cada una de sus minúsculas semillas. La vida es prodigiosa. Nada más importante.

Geometría en el fondo delvalle
            Entre éstas y otras reflexiones llegamos, tras algo más de una hora, al collado de Artaparreta,  que toma el nombre de la ladera navarra, una de las que adorna ese Rincón de Belagoa con su extraordinario hayedo-abetal de la Selva de Obieta, de gran valor ecológico al ser uno de los pocos bosques vírgenes de la Europa Occidental, donde el karst y la foresta se han aliado para dar gusto a los sentidos. Este collado, decimos, lo cierto es que no se trata de uno propiamente dicho, pero se sabe que estás en él cuando sales del bosque que te protege del viento, y tienes que hacerle frente ya con tu propia armadura.

Belagoa y subida a Larrau
            Bien señalado con hitos, el sendero hace un brusco giro hacia la ladera norte, y ya por alguna lazada sobre el terreno se va subiendo hasta alcanzar la cima. Una cima provista de vértice geodésico y buzón de cumbre. Eso a ras de tierra, pero a poco que levantes la vista, verás que es una cima provista, además, de una extraordinaria panorámica de 360º amplios, muy amplios, con montes lo suficientemente cercanos como para apreciar sus laderas tapizadas de otoño, pero lo suficientemente lejanos como para que te permitan ver más horizontes por detrás de ellos.



Rabioso otoño
            La idea era subir y bajar por el mismo sitio, pero al llevar Javier un track con posibilidad de bajar por el Rincón del Maz, y resultar corto el recorrido de subida, optamos por ello, dando así más vuelta, lo que nos permite disfrutar más y más de tan bello espectáculo. De modo que, fotos, algún bocado y trago… y para abajo. Lo hacemos por la suave y herbosa loma oeste, hasta que vamos dando cara ya hacia el sur perdiendo más altura. Nos volvemos a meter en el bosque, y luego damos en una pista, que tomamos a la izquierda.

Final feliz
            Seguimos por ella hasta volvernos a meter, por sendero marcado de rojo y azul, de nuevo en el bosque. Un bosque de cuento. Se sube un pequeño alto, el collado del Maz, que hace muga con Aragón, lo que claramente indica la señalización del parque que ya nos vamos encontrando. Salimos a otra pista, ésta ya sí la del Rincón del Maz, que nos deja en la carretera, y en unas decenas de metros alcanzamos los vehículos. En total han sido 8,8 km en 4h 20’ de tiempo total, de los que 2h 50’ han sido en movimiento. Con un desnivel máximo de 650 metros, han salido más de 800 acumulados positivos, y los mismos en descenso, en una mañana bien aprovechada y de las que no pueden faltar en esta época del año en estos lugares. Y como bien está lo que bien termina, la guinda la pusimos con un buen plato de migas, y sin dejar de contemplar este magnífico ambiente otoñal.




Las fotos, en: https://picasaweb.google.com/chematapia/ElOtonoDelMaz1945M

Fotos de Ástrid, en:



martes, 21 de octubre de 2014

Peña Oroel con CIMA2015

IXOS MONS
Peña Oroel con CIMA2015 (1.769 m)
Sábado, 18 de noviembre de 2014



            A toda brasa le queda su rescoldo. De antiguos encuentros montañeros interfronterizos ha quedado esta llama viva. Los colegas de Montañeros de Aragón de Barbastro (MAB) y del Club Alpin Français (CAF) de Tarbes se reúnen dos veces anualmente. En primavera, los barbastrenses marchan al otro lado de la cordillera, y en otoño les toca acoger a los franceses, eligiendo este año nuestro territorio para ello. Y ahí hemos estado los del CP Mayencos para hacerles más fácil la visita a la Peña Oroel, la nuestra, que compartimos también con Jorge Delgado, nieto del legendario Julián Delgado Úbeda, presidente que fue de la Federación Española de Montañismo, durante más de dos décadas allá por los años 40 a 60. Y por qué decimos esto, porque viene acompañado de una maqueta del logo de CIMA2015, ese Congreso Internacional de Montañismo, a celebrar en Zaragoza del 26 al 28 de marzo próximo.

Frutos del bosque
            Y ahí hemos estado. En una mañana a medio recorrer ya, un numeroso grupo de diversas partes del Pirineo, unidos por la pasión que sentimos por estas montañas, partimos del Parador de Oroel para subir hasta su Cruz. Poco a poco, vestidos de otoño, vamos perfilando esas curvas del camino hasta alcanzar la que el tortuoso sendero se estrecha, se vuelve más íntimo, como nuestro paso por él. El caminar por este, siempre amable, tramo aporta paz, aporta serenidad, la que da estar inmerso en ese proceso de defoliación en el que plácidamente va cambiando el cromatismo de esas hojas hasta que ya no pueden más, y con la satisfacción del deber cumplido, pasan a formar parte del tapizado suelo, para continuar su misión. Un proceso en el que merece la pena detenerse.


Un alto en el camino
            En poco más de una hora, y tras superar los últimos pasos más empinados, llegamos a dar con ellos en la pradera, esa ancha y larga planicie que hace de antecima, muy cerca ya de la Punta Bacials, a la que no nos acercamos por no alargar ya más la jornada. Descanso y bocado. Seguimos por el sinuoso sendero obligado por la enorme profusión de erizones. A punto de llegar al collado, pasamos por las neveras, esos pozos excavados en el suelo y en el que en antiguos usos y costumbres utilizaban para acumular nieve que almacenaban para uso doméstico.

Peña Oroel
            El extraño calor que nos hace en esta época del año hace que se deposite una calima que impide ver con nitidez, pero aun con todo el panorama que se abre ante nosotros es auténticamente impresionante. Casi tres horas desde el inicio y tras cuatro pasos un tanto delicados, llegamos hasta ese collado, donde concluimos con la subida normal. Nos aupamos al sendero de la arista, verdadera frontera entre la tierra y el cielo, entre erizones, buxos y buitres. A la altura de un enorme montón de piedras, que no para de crecer, nos incorporamos al sendero que viene por abajo, y ya es muy poco lo que resta para llegar. Una última rampa y ya estamos.

Comenzando el descenso
            Casi media hora de más visión espectacular, otro bocado, otro trago, y fotos, muchas fotos. Toca bajar, que lo hacemos ya por el itinerario normal, por abajo, encontrándonos con el arranque del camino que baja a la gruta de la ermita de la Virgen de la Cueva, escachada desde hace un tiempo. Collado, visita a los pozos neveros y descenso por el sendero del bosque. Curvas y más curvas, hasta alcanzar de nuevo el Parador, en una jornada compartida con unos y otros. En una jornada, decimos, en la que han salido 11,3 km, con 5 horas de tiempo total, del que 3h 40’ han sido en movimiento. Con un desnivel máximo de cerca de 600 metros, han salido 775 acumulados positivos y los mismos de descenso. Bien, para repetir.







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