I Maratón Blanco Jacetania
Notas técnicas
Jueves, 16 de octubre de 2014
La creación de una nueva prueba
en el Valle del Aragón obliga a realizar las tareas propias de eso, de ser la
primera vez que se hace. Y una de esas tareas es la de grabar el track del
recorrido. Naturalmente ya se ha hecho uno ficticio sobre el mapa, para hacerse
una idea, pero siempre es conveniente hacerlo sobre el terreno. Otra cuestión es la de tomar notas para el correcto marcaje del itinerario, pensando siempre en lo más importante, que es la seguridad de los participantes.
¿Y de qué
prueba hablamos? Pues de una pedestre que una la capital del valle, Jaca, con las
estaciones de esquí de Candanchú y Astún. Efectivamente, catalogada como
Carrera por Montaña, tiene como objetivo el de recordarnos a todos que otro
verano ha pasado, que otro otoño, irregular otoño, estamos viviendo, y que nos
acercamos irremediablemente al invierno. ¿Y qué es lo que más nos gusta del
invierno? Que haga frío, que nieve… Pues eso… Jaca… nieve… pilláis?
El CP Mayencos, con una dilatada
experiencia en la organización de un amplio espectro de eventos deportivos, ha
sido el encargado por la comarca de La Jacetania para preparar este primer
Maratón Blanco Jacetania, carrera que pretende ir calentando motores, unos
motores cargados de buenos deseos blancos para la temporada que comienza. Y qué
mejor forma de hacerlo que poniendo en valor uno de los muchos elementos vivos
de nuestro patrimonio, como es el Camino de Santiago (GR 65.3.1).
Ruinas del Hospital de Santa Cristina |
Nuestra cordillera pirenaica está
permeabilizada por algunos de sus puertos, por algunos de sus pasos, empleados
en la antigüedad por los peregrinos que, siguiendo esa estela de la Vía Láctea,
caminaban hacia Santiago de Compostela, en pos de esas indulgencias que nacidas
o impuestas en sus conciencias les impelía a realizar esos largos viajes, tan
largos que con los medios de entonces les hipotecaban, si no toda, gran parte
de sus vidas. Pasos que enlazaban valles de uno y otro lado de las montaña,
pero es éste, el de Somport, el nuestro, el que une el del Aspe con el del
Aragón, el elegido para la construcción del Hospital de Santa Cristina, uno de
los tres más importantes del mundo cristiano de la época, junto con el de Gran
San Bernardo en los Alpes, y el del mismísimo Jerusalén, información recogida
en el Codex Calistinus, o Liber Sancti Iacobi, escrito por el
clérigo francés Aimeric Picaud, donde se describe el trazado oficial y clásico
del camino.
Ciudadela, de aspejacetania.com |
Pero como
nuestro trazado lo diseñamos desde Jaca hacia Somport, esto descrito es lo
último que nos vamos a encontrar. Quedamos con el alba, pero nos adelantamos. Salimos pues desde el Castillo de San Pedro,
más conocido como la Ciudadela, construida en el siglo XVI bajo el reinado de
Fellipe II. Por sus glacis nos dirigimos al paseo de la Cantera, que recorremos
en su totalidad, hasta el Banco de la Salud, excelente atalaya sobre el valle
por el que se van a dirigir nuestros pasos. Ya sin más, nos metemos de lleno en
el Camino de Santiago. Ermita de San Cristóbal, de factura popular, mandada
construir por Francisco Villanúa en 1796, junto al puente del mismo nombre;
Cristóbal significa “el que porta a
Cristo”, y es patrón de conductores y viajeros.
Para subir a puente Torrijos |
Pasamos por el puente Oliván, que
comparte nombre con el monte anejo; y el puente Torrijos, que le viene de la
Torre de Hijos, antigua fortificación contigua, propiedad de los Jiménez de
Arloz, que en los siglos XIV y XV eran los Señores de Hijos. Hoy en día aún se
conserva en activo la cantería, en donde se sigue dando vida a este oficio tan
antiguo como artesano. Bajo este puente se halla una casi cegada fuente de
aguas sulfurosas, apreciada en la antigüedad por sus propiedades medicinales.
Soto ribereño |
Seguimos camino arriba, y
abrazados ya al río Aragón, llegamos hasta la desembocadura del Ijuez, que trae
las esencias de la Garcipollera, en cuya cabecera se encuentra la enorme ermita
de Sª Mª de Iguácel, iglesia de un antiguo cenobio de monjes benedictinos,
enraizado en el siglo XI, ocupado posteriormente por religiosas bernardas.
Cruzamos el puente de madera y a través de un tramo de soto ribereño nos
incorporamos a la entrada de Castiello, un Castiello que se nos pone por
montera al cruzar la carretera. Una pronunciada y prolongada cuesta pone a
prueba nuestras fuerzas hasta llegar a la altura de la parroquial de San
Miguel, originariamente románica del siglo XII, que alberga unas reliquias cuyo
origen se pierde en la noche de los tiempos. Nos metemos por la cabañera, que nos
deja en Villa Juanita. Tomamos la carretera que sube a Aratorés, y sin llegar a
él, la cabañera sigue a mano derecha, hasta convertirse en sendero y bajar
hasta las colonias salesianas, a pie ya de carretera.
Rabioso otoño |
Una vez cruzada, seguimos junto a
ella hasta dar con el área recreativa, que sin molestarla, la pasamos por su
trasera. Al otro lado de la carretera general se queda un pequeño núcleo llamado Aruej, cuatro casas en
ruinas que albergan corrales de ganado, con las ruinas de su iglesia de San
Vicente Mártir, que destaca sobre el terreno, como la torre de los Acín,
Señores de Aruej. Este conjunto, hoy apenas imperceptible, fue en otro tiempo
la cabeza de este tramo de valle denominado Bardaruex (Valle de Aruej).
Botica de Villanúa |
Pero no nos entretenemos. Salimos
a la carretera que tomamos a mano derecha y que nos lleva a dar con el camino
de Orbil, que cogemos a la izquierda hasta llegar ya a Villanúa, donde una
fuente nos brinda sus aguas. Izquierda de nuevo, plaza, iglesia, fuente, y a la
derecha para salir ya del pueblo, y pasando por el Centro de Interpretación
Subterránea, donde te ponen al corriente del mundo calizo, visible y oculto, de
la Collarada, se sigue por el camino dirección norte.
Llegando al puente del cementerio |
Nos topamos ya con la carretera
general, que para eludirla nos obliga a pasarla por debajo en dos ocasiones.
Volvemos a nuestro margen izquierdo del río para alcanzar el antiguo Pont Nou,
que aunque de apariencia románica, sólo lo son los restos de su base medieval.
Fue destruido por una gran avenida del río Aragón, y restaurado a final del
siglo XVI por Ramón de Argelas, maestro cantero bearnés. En lo más alto del
lomo, en su interior hay un sello con una borrosa inscripción que reza “RAMON ME FECIC”, Ramón me hizo,
perpetuando la memoria de su re-constructor. Posteriormente tomaría nombres
como el de Puente de Canfranc, Puente del Cementerio o Puente de Abajo, pero
nunca Puente de los Peregrinos, aunque siempre fue su esencial utilidad.
Cementerio y a Canfranc, que lo cosemos por su arteria principal, saliendo al
puente de arriba.
Entrada al sendero |
Seguimos camino, hasta que decide
seguir hacia Ip, y nosotros nos metemos por el sendero. Un sendero agraciado
por las bendiciones del bosque, de un bosque tupido, húmedo, sugerente, de un
bosque mágico, cuyos envolventes beneficios se les van a echar encima a los participantes de la
prueba para aliviar la carga que lleven a estas alturas. Cruzamos el siempre
atractivo barranco de Ip, con su cascada. Salimos a la base de la presa del
embalse, para superarla y llegar hasta la carretera, cuyo túnel atravesamos
para meternos en una incómoda zona de obras, e incómodo igualmente arcén
carretero y entrar en Canfranc Estación, que cruzamos también por su calle
principal, hasta la misma boca del túnel ferroviario, que espera pacientemente su
apertura.
Empinadas escaleras |
Terrenos del silo y fuente de
Pequeña, para tomar un corto sendero que nos sube a la pista, hasta el antiguo
horno Buisán, que se vuelve a convertir en sendero. El Col de Ladrones nos mira
de reojo a nuestro paso a sus pies. Barranco de Izas y desvío del camino de
nuevo trazado, de difícil explicación. Un buen rebaño vacuno nos ve pasar al
tiempo que salimos a la pista que sube al campin. Cruzamos el arroyo bajo la
pequeña presa y nos topamos ya con unas empinadas escaleras, al término de las
cuales el sendero por el bosque se empina y empina, hasta llegar a la pista de
Canalroya, que tomamos a la izquierda, hasta dejarla justo antes del puente y
seguir recto hasta la granja Anglasé, donde se torna en sendero. Descarnado y
pedregoso sendero que sube y sube hasta la altura del puente del Ruso, desde
donde sigue subiendo hasta una plataforma que nos conduce a la caseta del
pastor, bajo Piedras Rojas.
Peirón junto a las ruinas |
Cruzamos la carretera y seguimos
el sendero hasta el puente de Santa Cristina, y por viejo y desarmado trazado
llegamos ya hasta el comienzo del Camino de Santiago, en el mismo puerto de
Somport, a donde llegamos tras ocho horas de buen, pero buen paso, y sin apenas
cuartel, de las que 6h 45’ han sido en movimiento. De un desnivel máximo de 850
metros, han salido 1.330 acumulados en positivo, y 600 en negativo. Cerca de 32
km, todo ello sin contar, por falta de tiempo, el tramo final desde el puerto
de Somport hasta la meta, situada en Astún.
Las fotos, necesarias especialmente si no se conoce el trazado, en:
https://picasaweb.google.com/chematapia/DeJacaAlSomport
El track, en: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8046939
Ufff!!! Vaya marcha! Sois unos campeonisimos. Ánimo y a seguir.. (anda que los que la van a hacer corriendo...) conozco a uno de Sherpa que seguramente las haga y. ya no cumple setenta!!!)
ResponderEliminarPues anímalo, claro, para que venga. Gracias Isidro.
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