martes, 21 de octubre de 2014

De Jaca al Somport

CARRERAS MONTAÑA
I Maratón Blanco Jacetania
Notas técnicas
Jueves, 16 de octubre de 2014



            La creación de una nueva prueba en el Valle del Aragón obliga a realizar las tareas propias de eso, de ser la primera vez que se hace. Y una de esas tareas es la de grabar el track del recorrido. Naturalmente ya se ha hecho uno ficticio sobre el mapa, para hacerse una idea, pero siempre es conveniente hacerlo sobre el terreno. Otra cuestión es la de tomar notas para el correcto marcaje del itinerario, pensando siempre en lo más importante, que es la seguridad de los participantes.

            ¿Y de qué prueba hablamos? Pues de una pedestre que una la capital del valle, Jaca, con las estaciones de esquí de Candanchú y Astún. Efectivamente, catalogada como Carrera por Montaña, tiene como objetivo el de recordarnos a todos que otro verano ha pasado, que otro otoño, irregular otoño, estamos viviendo, y que nos acercamos irremediablemente al invierno. ¿Y qué es lo que más nos gusta del invierno? Que haga frío, que nieve… Pues eso… Jaca… nieve… pilláis?



            El CP Mayencos, con una dilatada experiencia en la organización de un amplio espectro de eventos deportivos, ha sido el encargado por la comarca de La Jacetania para preparar este primer Maratón Blanco Jacetania, carrera que pretende ir calentando motores, unos motores cargados de buenos deseos blancos para la temporada que comienza. Y qué mejor forma de hacerlo que poniendo en valor uno de los muchos elementos vivos de nuestro patrimonio, como es el Camino de Santiago (GR 65.3.1).

Ruinas del Hospital de Santa Cristina
            Nuestra cordillera pirenaica está permeabilizada por algunos de sus puertos, por algunos de sus pasos, empleados en la antigüedad por los peregrinos que, siguiendo esa estela de la Vía Láctea, caminaban hacia Santiago de Compostela, en pos de esas indulgencias que nacidas o impuestas en sus conciencias les impelía a realizar esos largos viajes, tan largos que con los medios de entonces les hipotecaban, si no toda, gran parte de sus vidas. Pasos que enlazaban valles de uno y otro lado de las montaña, pero es éste, el de Somport, el nuestro, el que une el del Aspe con el del Aragón, el elegido para la construcción del Hospital de Santa Cristina, uno de los tres más importantes del mundo cristiano de la época, junto con el de Gran San Bernardo en los Alpes, y el del mismísimo Jerusalén, información recogida en el Codex Calistinus, o Liber Sancti Iacobi, escrito por el clérigo francés Aimeric Picaud, donde se describe el trazado oficial y clásico del camino.

Ciudadela, de aspejacetania.com
            Pero como nuestro trazado lo diseñamos desde Jaca hacia Somport, esto descrito es lo último que nos vamos a encontrar. Quedamos con el alba, pero nos adelantamos. Salimos pues desde el Castillo de San Pedro, más conocido como la Ciudadela, construida en el siglo XVI bajo el reinado de Fellipe II. Por sus glacis nos dirigimos al paseo de la Cantera, que recorremos en su totalidad, hasta el Banco de la Salud, excelente atalaya sobre el valle por el que se van a dirigir nuestros pasos. Ya sin más, nos metemos de lleno en el Camino de Santiago. Ermita de San Cristóbal, de factura popular, mandada construir por Francisco Villanúa en 1796, junto al puente del mismo nombre; Cristóbal significa “el que porta a Cristo”, y es patrón de conductores y viajeros.

Para subir a puente Torrijos
            Pasamos por el puente Oliván, que comparte nombre con el monte anejo; y el puente Torrijos, que le viene de la Torre de Hijos, antigua fortificación contigua, propiedad de los Jiménez de Arloz, que en los siglos XIV y XV eran los Señores de Hijos. Hoy en día aún se conserva en activo la cantería, en donde se sigue dando vida a este oficio tan antiguo como artesano. Bajo este puente se halla una casi cegada fuente de aguas sulfurosas, apreciada en la antigüedad por sus propiedades medicinales.

Soto ribereño
            Seguimos camino arriba, y abrazados ya al río Aragón, llegamos hasta la desembocadura del Ijuez, que trae las esencias de la Garcipollera, en cuya cabecera se encuentra la enorme ermita de Sª Mª de Iguácel, iglesia de un antiguo cenobio de monjes benedictinos, enraizado en el siglo XI, ocupado posteriormente por religiosas bernardas. Cruzamos el puente de madera y a través de un tramo de soto ribereño nos incorporamos a la entrada de Castiello, un Castiello que se nos pone por montera al cruzar la carretera. Una pronunciada y prolongada cuesta pone a prueba nuestras fuerzas hasta llegar a la altura de la parroquial de San Miguel, originariamente románica del siglo XII, que alberga unas reliquias cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos. Nos metemos por la cabañera, que nos deja en Villa Juanita. Tomamos la carretera que sube a Aratorés, y sin llegar a él, la cabañera sigue a mano derecha, hasta convertirse en sendero y bajar hasta las colonias salesianas, a pie ya de carretera.

Rabioso otoño
            Una vez cruzada, seguimos junto a ella hasta dar con el área recreativa, que sin molestarla, la pasamos por su trasera. Al otro lado de la carretera general se queda un pequeño núcleo llamado Aruej, cuatro casas en ruinas que albergan corrales de ganado, con las ruinas de su iglesia de San Vicente Mártir, que destaca sobre el terreno, como la torre de los Acín, Señores de Aruej. Este conjunto, hoy apenas imperceptible, fue en otro tiempo la cabeza de este tramo de valle denominado Bardaruex (Valle de Aruej).

Botica de Villanúa
            Pero no nos entretenemos. Salimos a la carretera que tomamos a mano derecha y que nos lleva a dar con el camino de Orbil, que cogemos a la izquierda hasta llegar ya a Villanúa, donde una fuente nos brinda sus aguas. Izquierda de nuevo, plaza, iglesia, fuente, y a la derecha para salir ya del pueblo, y pasando por el Centro de Interpretación Subterránea, donde te ponen al corriente del mundo calizo, visible y oculto, de la Collarada, se sigue por el camino dirección norte.

Llegando al puente del cementerio
            Nos topamos ya con la carretera general, que para eludirla nos obliga a pasarla por debajo en dos ocasiones. Volvemos a nuestro margen izquierdo del río para alcanzar el antiguo Pont Nou, que aunque de apariencia románica, sólo lo son los restos de su base medieval. Fue destruido por una gran avenida del río Aragón, y restaurado a final del siglo XVI por Ramón de Argelas, maestro cantero bearnés. En lo más alto del lomo, en su interior hay un sello con una borrosa inscripción que reza “RAMON ME FECIC”, Ramón me hizo, perpetuando la memoria de su re-constructor. Posteriormente tomaría nombres como el de Puente de Canfranc, Puente del Cementerio o Puente de Abajo, pero nunca Puente de los Peregrinos, aunque siempre fue su esencial utilidad. Cementerio y a Canfranc, que lo cosemos por su arteria principal, saliendo al puente de arriba.


Entrada al sendero
            Seguimos camino, hasta que decide seguir hacia Ip, y nosotros nos metemos por el sendero. Un sendero agraciado por las bendiciones del bosque, de un bosque tupido, húmedo, sugerente, de un bosque mágico, cuyos envolventes beneficios se les van a echar encima a los participantes de la prueba para aliviar la carga que lleven a estas alturas. Cruzamos el siempre atractivo barranco de Ip, con su cascada. Salimos a la base de la presa del embalse, para superarla y llegar hasta la carretera, cuyo túnel atravesamos para meternos en una incómoda zona de obras, e incómodo igualmente arcén carretero y entrar en Canfranc Estación, que cruzamos también por su calle principal, hasta la misma boca del túnel ferroviario, que espera pacientemente su apertura.

Empinadas escaleras
            Terrenos del silo y fuente de Pequeña, para tomar un corto sendero que nos sube a la pista, hasta el antiguo horno Buisán, que se vuelve a convertir en sendero. El Col de Ladrones nos mira de reojo a nuestro paso a sus pies. Barranco de Izas y desvío del camino de nuevo trazado, de difícil explicación. Un buen rebaño vacuno nos ve pasar al tiempo que salimos a la pista que sube al campin. Cruzamos el arroyo bajo la pequeña presa y nos topamos ya con unas empinadas escaleras, al término de las cuales el sendero por el bosque se empina y empina, hasta llegar a la pista de Canalroya, que tomamos a la izquierda, hasta dejarla justo antes del puente y seguir recto hasta la granja Anglasé, donde se torna en sendero. Descarnado y pedregoso sendero que sube y sube hasta la altura del puente del Ruso, desde donde sigue subiendo hasta una plataforma que nos conduce a la caseta del pastor, bajo Piedras Rojas.

Peirón junto a las ruinas
            Cruzamos la carretera y seguimos el sendero hasta el puente de Santa Cristina, y por viejo y desarmado trazado llegamos ya hasta el comienzo del Camino de Santiago, en el mismo puerto de Somport, a donde llegamos tras ocho horas de buen, pero buen paso, y sin apenas cuartel, de las que 6h 45’ han sido en movimiento. De un desnivel máximo de 850 metros, han salido 1.330 acumulados en positivo, y 600 en negativo. Cerca de 32 km, todo ello sin contar, por falta de tiempo, el tramo final desde el puerto de Somport hasta la meta, situada en Astún.



Las fotos, necesarias especialmente si no se conoce el trazado, en:
https://picasaweb.google.com/chematapia/DeJacaAlSomport


Toda la información de la prueba, en: http://www.maratonblancojacetania.es/

2 comentarios:

  1. Ufff!!! Vaya marcha! Sois unos campeonisimos. Ánimo y a seguir.. (anda que los que la van a hacer corriendo...) conozco a uno de Sherpa que seguramente las haga y. ya no cumple setenta!!!)

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    1. Pues anímalo, claro, para que venga. Gracias Isidro.

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