lunes, 26 de abril de 2021

Valle del Aragón, Lubierre y Estarrún, 40 rutas y ascensiones

 


VALLE DEL ARAGÓN, LUBIERRE Y ESTARRÚN
40 rutas y ascensiones
Viernes, 23 de abril de 2021

            Hace justo un año presentábamos de forma atípica el libro “Tierras de Jaca”, con 25 paseos y excursiones por sus alrededores y otros lugares del municipio. Ahora, en condiciones normales, aunque con limitaciones, tenemos el inmenso placer de ofrecer una nueva publicación, la del “Valle del Aragón, Lubierre y Estarrún”, que describe 40 rutas y ascensiones por los municipios de Castiello de Jaca, Borau, Villanúa, Canfranc y Aísa. Publicado por Prames, está prologado por Montse Castán, Presidenta de la Comarca de La Jacetania, y por Luis Terrén, Presidente de la Asociación Turística del Valle del Aragón (ATVA). Las rutas se distribuyen por municipios, presentándolo al comienzo de cada uno una entradilla de su alcalde. Y en un capítulo final se describe el itinerario de los senderos GR a su paso por el territorio. Todas las instituciones mencionadas han colaborado en la edición.




Imagen de Enjoy Zaragoza

            Sus 216 páginas comienzan con los prólogos mencionados y la introducción del autor. Seguidamente se ofrece un mapa de situación y un resumen de todas las rutas, de modo que de una forma muy visual tenemos todos los datos técnicos, que nos ayudarán en la elección del objetivo. A continuación, se da una breve explicación del Método MIDE, que con una sencilla tabla trata de objetivar datos como la Severidad del Medio Natural, la Orientación en el Itinerario, la Dificultad en el Desplazamiento y la Cantidad de Esfuerzo Necesario. Y con un Código QR, a través del que se tiene acceso a los tracks de todas las rutas, se da comienzo a su descripción.






            Como mencionado, hay un capítulo para cada municipio, finalizando con otro para los senderos GR que atraviesan el territorio. Como se indica en la cubierta trasera, vamos a descubrir esas rutas, unas más recomendables que otras según la época del año, pero en general aptas para todas ellas, salvo las que nos llevan a las altas cotas, que de hacerlas, habría que ir convenientemente equipados si se abordan en época invernal, y se añade que se trata de acercar al visitante al alto valle del Aragón y a los contiguos de Lubierre y Estarrún, una parte muy importante de La Jacetania, con una selección de apacibles senderos, largas travesías, bonitas circulares y ascensiones a las cotas más representativas que, desde la alta montaña hasta sus faldas, sorprenderán a los amantes de los espacios naturales.



            Todas las rutas están ilustradas con los datos del MIDE, más los técnicos de horarios, desniveles y distancias, además del perfil, de un mapa del itinerario a página completa y de varias imágenes.



CASTIELLO DE JACA

            Localidad más próxima a Jaca, de la que ofrecemos tres circulares, que nos suben a los restos de la ermita de Nª Sª de Trujillo y a la Punta Canals y a la de la Selva de Castiello; otra que nos acerca a Aratorés, pedanía de Castiello, y por último otra por la sierra d’Angelé, visitando los restos de otra de las ermitas románicas del municipio, la de San Bartolomé. Castiello es también la puerta de la Garcipollera pero que, al pertenecer la mayor parte de este valle al municipio de Jaca, fue en la anterior publicación que presentábamos dos rutas por este bonito paraje.




BORAU

            Pequeña y tranquila villa, único núcleo de población del también recóndito valle del río Lubierre, en cuya cabecera se encuentra otra de las joyas del románico altoaragonés, la ermita de San Adrián de Sasabe. Por sus montes, el ayuntamiento promovió hace unos años la limpieza y marcaje de unos cuantos senderos, de los que hemos escogido los más atractivos para nuestra práctica senderista. Han sido dos, el de la propia ermita y el del Cubilar de las Vacas, que se presentan unidos en una única ruta, aunque bien se pueden hacer por separado.




VILLANÚA

            Enclavado en pleno valle del Aragón, en lo que en la época medieval se llamaba “Bardaruej”, término que hace referencia al pequeño núcleo de Aruej, ya goza de más ambiente de Alta Montaña, pudiendo ofrecer un abanico mayor de posibilidades, desde paseos por los alrededores, como el Interpretativo, el de As Foyas o el de Juncaral; o los algo más exigentes del Alto de la Rapeda, la Trapa o la Punta de la Selva de Villanúa; para finalizar con una cota media, como la Espata, y la más alta de todas, y no solo del municipio, sino de toda la comarca,  el Collarada, cuya cima se yergue a casi dos mil metros por encima de la población, y cuya ascensión se propone por la ruta normal.



CANFRANC

            Municipio que está aguas arriba del valle, con dos núcleos de población, el casi milenario pueblo y el centenario emplazamiento de la Estación Internacional, creado para su construcción, a comienzos del siglo pasado. 


            Desde el pueblo se ofrecen tres rutas con distintos niveles, un paseo hasta Gabardito, con opción de asomarse a un excelente mirador del valle, como es el pico Carniceras; una excursión algo más exigente para visitar el ibón de Ip, transitando por ambos márgenes del barranco; y la ascensión al gigante local, Collarada, por un itinerario de dificultad, como es la vía Russell.



            Desde el enclave de la estación, también comenzamos con dos cortos paseos por los alrededores de esta, el de los Ayerbe y el de los Melancólicos; con más exigencia la subida a la Fuente del Centenario y a la de Elvira, una en cada ladera; y con ambiente ya de Alta Montaña, una travesía que une los dos núcleos de población a través del Paso del Sarrio, pasando muy cerca de la Gruta Helada de Lecherines; el Pico del Águila y Borreguil de la Cuca, es otra opción valiente; y el ibón de Iserías, por la Canal de Izas. Como platos fuertes, dos rutas potentes, uniendo varios picos, por un lado, la de Anayet (pico y vértice), Negras, Porté, Chiniprés y Menorias; y por otro la de la Pala de Ip (dos cotas), Tronqueras (tres) y Moleta.






CANDANCHÚ

            El valle del Aragón tiene dos cabeceras, el de  Astún, que es donde verdaderamente nace el río Aragón, y que ya fue visitado en el libro “Tierras de Jaca”, al pertenecer a ese municipio, por obra y gracia de Fernando el Católico. Y perteneciendo al término municipal de Aísa, tenemos Candanchú, por cuyo valle ofrecemos un par de paseos, el de la Cueva de los Contrabandistas y el de Puerto-Viejo-Somport, por la ladera de enfrente que combina ruta por ambos lados de una frontera que no entienden las montañas. Algo más largo, un precioso paseo por el hayedo nos llevará al ibón de Estanés. Otra ruta más técnica nos da una vuelta por el recóndito valle de Esper y Loma Verde, teniendo que ascender por la mismísima chorrota del Aspe, ya con alguna dificultad técnica. Y, para terminar, algo distinto, una vía ferrata a los pies de la Zapatilla, aupándonos hasta la propia suela, hasta llegar a la cima norte.






AÍSA

            Y por completar el municipio de Aísa, visitaremos esta histórica población, situada en la cabecera del valle del río Estarrún, y la uniremos en una ruta con los otros dos núcleos de población del valle a su cargo, Esposa y Sinués, con una larga tradición agropecuaria. Ya valle arriba, nos aguarda un delicioso paseo por el hayedo de Abi, y la ascensión al Mesola, la cota más alta de la sierra de la Estiva, un cordal que se alza entre este valle y el contiguo de Aragüés del Puerto. La espectacularidad de la cabecera del valle de Aísa la podremos contemplar recorriendo el SL-HU 105, un agradable paseo, pero con la visión y en un ambiente puro de la Alta Montaña. Y por completar las altas cotas del lugar, se propone una circular potente ascendiendo a tres picos, el de la Garganta de Aísa, el Sombrero y el Lecherín, finalizando con las ascensiones a los tres grandes de la sierra del Aspe, la Liena del Bozo, la de la Garganta y al propio Aspe.







SENDEROS GR

            Hasta aquí nos hemos ocupado de itinerarios que parten de alguna de las poblaciones mencionadas, y que dan vida a los valles del Aragón, el principal, y los del Lubierre y Estarrún, que le rinden cuentas. Pero también queremos recoger unas largas rutas que atraviesan el territorio, como son los Senderos GR, esos itinerarios de Gran Recorrido, de cientos de kilómetros de hecho, y que atraviesan el territorio objeto de esta publicación.


            El GR 11, o Senda Pirenaica, que acompaña a la cordillera de mar a mar, y que, sin subir a los picos, aunque los tiene a mano, sí que surca altos puertos de la Alta Montaña. En nuestro ámbito geográfico iría desde el collado del Bozo hasta los ibones de Anayet, pero lo extendemos a los lugares por coherencia logística con llegada en rodantes, como son Lizara y Sallent de Gállego.


            El GR 11.1, una variante del anterior, que se descuelga de él trazando un bucle a más baja cota. También partiríamos del punto común del collado del Bozo, pero lo haremos también desde Lizara, un tramo que es común a ambos. Al igual que el principal, ha sido objeto recientemente de migración al concepto Senderos Turísticos de Aragón, con su nueva estética en la señalización. Finaliza el trazado uniéndose al GR 11 en la entrada a Canalroya.


            El GR 15, o Senda Prepirenaica, que va desde un lugar próximo a Pont de Suert, en la güega con Cataluña, hasta el Vértice de Algaraieta, en la de Navarra. Sin otra razón más que la de la costumbre, y a diferencia de los anteriores, se describe de este a oeste, y en este caso la iniciaremos en otra de las referencias históricas y patrimoniales, Iguácel, ya que el tramo que viene de Acumuer también se describió en una de las rutas de la Garcipollera, en la anterior publicación de Jaca. Lo finalizaríamos en el puerto de la Loma de Aísa, pero por hacerlo práctico descenderemos hasta Jasa, en el valle contiguo.


            Y concluimos con el GR 65.3, o Camino de Santiago Francés por Aragón, que le da el testigo el territorio francés en el puerto carretero de Somport, y que continúa, como es natural, hasta la capital jacobea, pero que para nosotros, en esta publicación, nos detendremos en Jaca, importante punto de esa ruta en el medievo. 



PRESENTACIONES Y DÍA DEL LIBRO

            La primera presentación tenía lugar en la Biblioteca María Moliner, de Jaca, el pasado día 22, víspera del Día del Libro, con muy buena acogida, estando programada la siguiente para el sábado 1 de mayo en el Centro Subterránea de Villanúa. Entre ambas, hemos estado presentes en las ferias del Día del Libro en Zaragoza, el propio día 23 de abril; y en Jaca el día 24, segundo día de feria. En las dos había gran afluencia de público y de adquisición de ejemplares.







            Como decíamos, esta publicación complementa a la anterior de “Tierras de Jaca”, y que como en aquella, queremos concluir del mismo modo, que no es otro que con el deseo de que disfrutéis. Tanto de los paseos, como de las excursiones, tanto de las travesías como de las ascensiones; y por supuesto de la fauna, flora y geología, de los paisajes, del patrimonio histórico y monumental, todo ello con el máximo respeto, así como de las poblaciones como de sus gentes. De todas las rutas planteadas tenéis a vuestra disposición los datos técnicos y el track, información muy necesaria para contrastarla con vuestras aptitudes y ajustar la actividad a vuestras posibilidades y que, con el equipo y material adecuado y una buena previsión meteorológica, son los pilares de éxito, de modo que… ¡¡¡a disfrutar!!!




16.04 El Pirineo Aragonés

18.04 Club Pirineísta Mayencos



domingo, 18 de abril de 2021

Santa Isabel y Santa María, ermitas de Centenero

 


IXOS MONS
Santa Isabel (1030 m) y Santa María (730 m)
Sábado, 17 de abril de 2021

            Por los valles y sierras al sur de la sierra de San Juan de la Peña hay una zona de media montaña, aguas arriba de La Galliguera, en la que se baten el cobre pequeños pueblos que pertenecen a la misma unidad geográfica, pero que la cuestión administrativa ha dividido en varios municipios, incluso en varias comarcas. Los municipios concernidos son Las Peñas de Riglos, Jaca y Caldearenas, pertenecientes a las comarcas de la Hoya de Huesca, La Jacetania y Alto Gállego, respectivamente. A uno de esos pueblos, Centenero, del primer municipio y de la primera comarca, de apenas una docena de habitantes, pertenecen las ermitas de Santa Isabel y la más cercana de Santa María, ambas románicas, muy sencillas, pero con detalles muy interesantes. Y en una mañana de estas para hacer gana, allí hemos estado.



            Mañana fría pero soleada en Centenero, de donde partimos en dirección a ambas ermitas, y que a los pocos metros se bifurca el camino, porque están diametralmente opuestas. Nos dirigimos en primer lugar hacia el sur, para visitar la de Santa Isabel, en la sierra homónima. Primeramente, la pista se dirige muy decidida hacia poniente, dando incluso vista a Peña Rueba, con su compañera Punta Común y la más alejada sierra de Santo Domingo. Poco a poco va tomando rumbo SW y posteriormente al SE, bordeando unos campos, hasta llegar, al cabo de poco más de una hora, al desvío que tomaremos al regreso, porque estamos ya en los puertos, con magníficas vistas a los nevados Pirineos, y entrando en el paraje donde se alzaba el poblado medieval de Visús del Pueyo (o Bisús), del que lo único que queda en pie es un corral, que usan los cazadores, y alguna paridera espaldada. El resto, montones de piedras que atesoran su historia; y su parroquia, hoy ermita, de Santa Isabel, dominando un bello paraje a más de mil metros de altitud, y a donde llegamos de la mano de un cuidado tapial custodiado por un enorme cajico.









            Según algunos escritos, uno de los fundadores debió ser García Miguel de Bisús, propietario del lugar, cuyo derecho de hidalguía fue concedido por el rey Pedro IV de Aragón en 1344. La ermita es de nave única, a la que se le añadió en alguna de sus reconstrucciones una lonja en su fachada sur, en donde podemos apreciar un sarcófago antropomorfo usado como sillería, debajo del cual se encuentra una piedra con una cruz labrada. El ábside, semienterrado, fue saneado por el recientemente fallecido mosén Benito, muy famoso por su implicación en la conservación del patrimonio. Posee un ventanal con adorno de ajedrezado jaqués. Un conjunto de estilo románico rural, de bien entrado el siglo XII. Unos viejos cajicos aportan su presencia al ya de por sí mágico lugar.





            Los nubarrones instalados en la divisoria pirenaica nos envían sus mensajes en forma de viento, más frío que caliente, solo compensado por la fuerza del sol. Volvemos sobre nuestros pasos hasta el cercano desvío, que tomamos a la derecha, para cruzar un campo de grandes dimensiones, y que añora tiempos mejores. Al final de este, se toma un sendero que se embosca para bajar decidido a Centenero, de donde partimos de nuevo por el mismo itinerario hasta el también cercano desvío que nos lleva hacia el norte, en busca de la ermita de Santa María, visible desde el mismo arranque. A unos setecientos metros del desvío, en un pequeño alto, y a lo que nos parece que vamos a dejar atrás la ermita, no lo hacemos, porque nos acercamos ya saliéndonos de la pista y dirigiéndonos en línea recta hasta esta otra joyica del románico rural, prima de la anterior, como primas eran las titulares de sus respectivas advocaciones.









            Nos la encontramos en lo alto de una loma, dominando el entorno, especialmente las solanas de esas emblemáticas sierras incluidas en el ENP del Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel. Lo que aquí nos encontramos es también un templo de nave única, a la que del mismo modo se le atribuye haber sido la parroquial de otro despoblado. Sobre la sencilla puerta, orientada al sur, hay un crismón sin la simbología de costumbre, únicamente con sus ocho radios. En la orientación habitual, a levante, se remata con ábside circular, en cuyo centro se halla otro ventanal, curiosamente a semejanza del de Santa Isabel, adornado con un festón de ajedrezado jaqués y dos capiteles asimétricos, notándose en el pie de la columna de la izquierda unas hendiduras, que atestiguan la maestría del cantero.




            Solo resta volver sobre nuestros pasos para llegar a los vehículos y abandonar este lugar que, hemos de reconocer que nos ha sorprendido. No tendrá las alturas de la Alta Montaña, no tendrá la grandeza de sus paisajes, ni tampoco ese atractivo que cautiva a los amantes de las montañas, pero igualmente tiene grandes espacios por los que dejar vagar la mirada y la mente. Lugares que nadie les puede arrebatar los tesoros que retienen en sus entrañas, su historia, su patrimonio, sus bellezas naturales, que no nos cansamos de divulgar. Piedras bien talladas por manos artesanas, apiladas magistralmente para construir humildes templos que iban marcando las líneas de reconquista, cuyos vestigios nos han quedado para su estudio y que seguro conservan aún algún secreto.



            Y con ese regustillo adquirido en este paseo a lo largo de 9,2 km, recorridos en 3h 10’, y salvando un desnivel acumulado de 365 m D+/-, nos desplazamos hasta Caldearenas para constituir en clásica esa comida de buenos fogones.





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