XII Jorgeada de Aragón
Martes, 23 de abril de 2013
Dos
años hecha ya, y habiendo fallado este pasado, un poco olvidada estaba ya esta
prueba. Hay alguien que parece que…, pues ahí estamos animando y acompañando.
Somos cuatro, con Toñín, Rubén y Jesús. Salimos de Jaca a coger el autobús que
pone la organización en Huesca, y que nos lleva a Zaragoza.
Salimos
de Jaca, decimos. Dejamos el río Aragón, que da nombre al territorio. A
Zaragoza venimos, decimos, a orillas del Ebro al que le rinde, y que también da
nombre a otro territorio mayor, a toda la Península Ibérica. Pero, qué tendrá
esta tierra, qué tendrán estos ríos que sus nombres trascienden. Venas de la
tierra, abiertas a los cuatro vientos. Mucha historia, mucha cultura, muchas
civilizaciones, mucha convivencia, y también mil batallas y mil resistencias. Todo
ello mimbres del mismo cesto, en el que también caben las tradiciones y leyendas a lomos del tiempo.
César Augusto fundador de Zaragoza |
Zaragoza,
tierra de las mil culturas. Siglo VII a.C. ya tenía moradores al final de la
edad del Bronce. Siglo III a.C., con saldubienses, en la Salduie de los íberos. “A dónde va el saldubiense por esta tierra cercada”, cantaba el ilustre
Labordeta en El Milagro de Lamberto. Siglo I a.C., con cesaraugustanos en la
CaesarAugusta de los romanos. En el siglo V, fue sueva y vándala, y en el VI casi
lo fue franca y vascona. En el VIII, el manto musulmán que fue cubriendo la península
también llegó hasta aquí; Medina al-Baida Saraqusta, Zaragoza la Blanca, la
llamaron, siendo ambición también de Carlomagno en sus ansias expansionistas al
final de ese mismo siglo. Siglo XII, occitanos y aragoneses, bravas gentes de
las montañas, pretendidos colonos de nuevas tierras, ayudaron a Alfonso I El
Batallador para ganarla a un creciente cristianismo. Judíos, moros y
cristianos, hubo un tiempo en el que convivieron. Limpiezas étnicas,
conciencias impuestas, sangre derramada, sangre de mil colores, que corre por
nuestras venas.
Actuación de Os Gaiters de Morropreto (foto de Rafa) |
Plaza
del Pilar. Plaza de las Catedrales. Entre César Augusto que vigila la vieja
muralla y los restos de aquella ciudad, urbe romana, que se miraba en el río,
que vivía junto al río, como lo acredita su centro social, el Foro; que
trabajaba en, con y gracias al río, como lo acredita su Puerto Fluvial; ambos
bajo los pies de la ciudad moderna; ambos bajo la Catedral de El Salvador, la
Seo, la sede, de Zaragoza, verdadero notario de mil facturas. Y esa basílica
del Pilar, con historias de vírgenes y santos, a caballo en la leyenda, con una
innegable atracción sobre marianistas y jacobeos de todo el mundo, que le
confieren un egregor especial.
Plaza
del Pilar, decimos, a orillas del Ebro, preñado ya del Aragón. Cuna del cierzo.
Tarde estorbada. Aire y frío que no presagian noche muy agradable, pero está
serena, la luna se encarga de ello. Por más que se empeñe, y lo hace, no llega
a estar llena, le faltan dos días, pero nos vale. Nuestro deambular hacia el
norte va a hacer que apenas la veamos si no nos volvemos, pero sabemos que
estará ahí, y que ella sí nos verá a nosotros.
Entrega premio Jorgeador (foto de Rafa) |
Pelín
justo llega el autobús, desde luego no para ver completa la ceremonia de
entrega de premios a los resultados de ligas y copas del año pasado y del
nombramiento de Andoni Cedrún como Jorgeador de este año, título que le otorgan
José Mª Gallego, Presidente de Os Andarines d’Aragón, organizador de esta
prueba, y Luis Masgrau, Presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo,
máxima institución de este deporte en la comunidad, y de la que dependen estas
actividades, coordinadas por la COAPA, la Coordinadora de Andadas Populares de
Aragón.
A
lo que sí llegamos es a ver la actuación de Os Gaiters de Morropreto, que
lanzan sus sones a un viento que juguetea con ellos dejándolos esparcir quizás
más de lo que los chufladores quisieran. Galleta y chupito de moscatel.
Recogida de credenciales y no mucho más. Sí, dejar la mochila. La 2, que es
para Huesca, no así la 1 que te presentan en Zuera y Almudévar. La noche se ha
echado encima, una noche que va a cubrir la vela y desvela en este nuestro
jorgeano peregrinar en compañía de varios cientos de personas unidos por el
mismo objetivo. Galleta y chupito de moscatel.
En San Juan de Mozarrifar |
Diez
en punto de la noche. Se da la salida. A las doce se dará a los corredores. Plaza
del Pilar, de La Seo, Lonja, Puente de Piedra, calle Sobrarbe, San Juan de la
Peña, camino de los Molinos, Barrio de San Gregorio, Cascajo, y San Juan de Mozarrifar. Primer
avituallamiento. 11:15. Hora y cuarto. Km 8. Platerón de ensalada de pasta
inacabable; lástima. Ah, y buen trago de vino, que la noche es larga. La luna
nos guiña un ojo. Seguimos.
Barrio
del Comercio, de Villanueva de Gállego, y Villanueva de Gállego, antigua
Burjazud, torre de azud, donde junto a la torre renacentista de finales del
siglo XVI, nos esperan unos bizcochos con un buen vaso de chocolate… o dos. Segundo
avituallamiento. 12:35. Dos horas y media largas. Km 14,3. La luna nos guiña el
otro. Seguimos.
Avituallamiento de Zuera |
A
ratos con viento, a ratos sin él, pero sigue haciendo frío, lo que nos hace
acelerar el paso. Salimos del pueblo y marchamos por la carretera, por la
misma. El asfalto se vuelve cabañera. Cruce Ontinar. Caldo caliente. Cuarto
avituallamiento. 03:55. Cerca de seis horas. Km 34. Casi la mitad. Seguimos.
Avituallamiento de la cárcel |
Y
lo hacemos junto al canal de La Violada, hasta que llegamos a pasar las vías
del tren por encima, y la autopista por debajo. Lentamente se empiezan a
desperezar las cumbres de las montañas. Poco a poco van marcando su silueta
sobre el horizonte, van marcando su territorio, se van haciendo presentes. La
noche lo envuelve todo, pero esa situación cambia a diario, y es ahora cuando
empieza. Es el momento más frío de la noche. Cruce de San Jorge. Café con leche,
calientes, Humm!, pero qué bien sienta. Sexto avituallamiento. 06:30. Ocho
horas y media. Km 48,5. Casi el segundo tercio. Seguimos.
El sol viene a nuestro encuentro |
Campo de fútbol de Almudévar |
A
poco de allí, la pista se convierte en senda y el monte nos atrapa en un camino
estepario que se va retorciendo ayudado por las aliagas, que también lucen sus
amarillas galas. Alcanzamos un pequeño collado que nos asoma a la Olla de
Huesca, con sus centinelas por el norte, Gratal, Águila, Salto de Roldán, Guara…
Bajamos a un tierno lecho que los pies agradecen. Embalse robado al terreno,
huerta solar, apisonadora que jubilada y altiva divisa sus fueros carreteros, y…
agua y refresco de coca. Noveno avituallamiento. 10:45. Doce horas y tres
cuartos. Km 69. Seguimos.
Dura rampa en busca de las carrascas |
Pues
ya está todo el pescao vendido, en el primer alto ya se divisa nuestro destino.
Un destino también a vueltas entre historias, leyendas y batallas, como la de
Alcoraz, mantenida por Sancho Ramírez, que asedió la musulmana ciudad desde el
castillo de Montearagón y que murió en la refriega, agonizando el siglo XI. Le
sustituyó su hijo Pedro I, quien tuvo que vérselas con los refuerzos islamistas
de la Taifa de Saraqusta. La oportuna aparición de San Jorge supuso el
desempate a favor de los cristianos, lo que le valió el patronazgo sobre este
territorio y sobre este pueblo. También nosotros tomamos Huesca. También a
nosotros se nos aparece San Jorge en ese cerro en el que los oscenses celebran
la fiesta. Llegamos a la ermita. 12:00. Tan sólo unos minutos más que hace dos
años. Km 75. Fotos, abrazos, alegrías y agradecimientos, en especial a esas
garrillas que nos han traído hasta aquí, y que no sabemos dónde las tenemos. Gracias,
Toñín por haberme acompañado con las tuyas y por haberme soportado durante
tantas horas.
Llegada al polideportivo |
El
reportaje completo de fotos, en: