PASEOS
Rodellar, tierra de abismos
Viernes, 12 de abril de 2013
Víspera de día de alto nivel de actividad, que aprovechamos para hacer un paseo familiar por la poco considerada Sierra de Guara. Rodellar, antiguo municipio que hoy en día pertenece al término de Bierge, preside desde su excepcional atalaya todo un mundo de roca caliza, profundos barrancos que el Mascún ha ido modelando siglo a siglo, milenio a milenio, era a era, y que ha dejado unas paredes con caprichosas concavidades, que hacen la delicia de los escaladores, con varios sectores de muy diferentes dificultades, que la aúpan a lo más alto de la meca de la escalada deportiva a nivel mundial.
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Lo moderno convive con lo antiguo |
Tierra donde la roca y el agua han sabido cincelar mitos y leyendas a lo largo de centurias. Roca y agua, que hoy, en perfecta sintonía con la climatología reinante, se nos ofrecen como lo hacen a los cientos de turistas, escaladores, senderistas, barranquistas, o simplemente curiosos que hasta aquí se acercan para contemplar tan magno espectáculo que el paso del tiempo ha ido plasmando en esta austera paleta de escasos, pero vivos colores, a las mismísimas puertas del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, declarado como tal en los últimos días de 1990, y que con sus 47.453 Has, más otras 33.286 de zona periférica, es el mayor espacio protegido de Aragón.
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Barrio de la Honguera |
Una estrecha y sinuosa carretera nos hace disfrutar desde Bierge, primero entre carrascas, luego entre pinos, para acercarnos al barranco por donde el Alcanadre busca al Mascún junto al puente medieval de Pedruel. Ahí, ahí mismo tenemos el núcleo urbano de Rodellar, compuesto por tres barriadas, la de la Iglesia, la de la Honguera y la de la Calle Baja, que nos muestran unos buenos ejemplos de arquitectura rural tradicional de esta parte de somontano.
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El agua fagocita los materiales más blandos |
Hoy en día la actividad de este sector de turismo de tan amplio espectro colma con creces las expectativas de los oriundos y agregados que de él viven, pero no siempre ha sido así, y la configuración geográfica de los alrededores no ofrece condiciones para un gran desarrollo agropecuario, por lo que el modus operandi de antaño se debió basar en capitalizar, como centro comercial, el trasiego de mercancías a lo largo del eje norte sur de Guara.
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Rincón típico de Rodellar |
Salvaje y espectacular barranco de Mascún, hacia el que desafiante lanza su proa este singular núcleo de población. Y si en montaña, habitualmente, es la cima la meta de toda excursión, aquí podríamos decir todo lo contrario, ya que nuestro objetivo tendría que ser el descender hasta el fondo del barranco y el dejarnos envolver, dejarnos engullir, dejarnos succionar por el fondo de estas profundas gargantas. El hombre se hace roca, el hombre se hace agua, el hombre se hace surco discurriendo por el seno de este excelso barranco cuyo deambular corta la respiración, para mejor admiración y receptividad del espectáculo que se nos ofrece.
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Portones con rancio sabor |
Saliendo del barrio de la Honguera nos acercamos, hacia el barranco de la Virgen, y el cruce de El Cheto, otro antiguo despoblado, para encaramarnos hasta lo alto del escarpe, donde se erige la ermita de la Virgen del Castillo, sobre las ruinas de un antiguo castillo medieval del siglo XI, en un lugar totalmente inexpugnable, sólo accesible por este lado sur. Llegados a este lugar somos testigos de la singularidad del mismo, al dominar el cauce medio del barranco, con sus pétreos habitantes. La Ciudadela la llaman a estos observadores del tiempo, mermados milímetro a milímetro por la acción del agua, por la acción de los vientos. Aguas abajo, José Cardús, en su Octavo Tomo de Turismo Altoaragonés de 1975 (Ed. Librería General), ya recomienda un liviano paseo cruzando el puente de las Cabras y regresando por el de Pedruel, dos joyas medievales cuya visita no hay que perderse.
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La Ciudadela |
En esta tranquila mañana de viernes, desde la magnífica atalaya que nos ofrece el complejo del albergue de Kalandraka, nuestras miradas se hacen roca, se hacen aire, se hacen agua, se hacen luz, en definitiva. No en vano, los árabes bautizaron este mundo mágico y mineral como Mascún, el habitado por los espíritus.
El reportaje completo de fotos, en:
Que día y que bien se os ve!!!!
ResponderEliminarSí, así es, nos hizo muy buen día. Gracias, Anónimo, por tu comentario.
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