AQUERAS MONTAÑAS
Trekking vuelta al Manaslu
CB Manaslu (4840 m)
CB Larke (5170 m)
Larke La (5150 m)
Del 9 al 30 de octubre de 2019
De nuevo damos el salto
a tierras himaláyicas, esas que congregan y soportan las montañas más altas del
mundo. De nuevo por Nepal, esta vez
para formar parte de un grupo de 13
mayencos y realizar el trekking de
la vuelta al Manaslu. De nuevo. Sí. De nuevo, y esta vez para hacer el
circuito por entre verdaderas catedrales naturales, inmensas montañas cuyas
cumbres alcanzamos visualmente, pero que su presencia en lo más alto de ellas
está reservada solo para unos cuantos privilegiados. Pero nosotros, que somos
de buen conformar, gracias damos por haber estado allí, por entre sus pliegues,
pasando las incomodidades propias de tierras hostiles, solo compensado por el
inmenso disfrute de estar entre ellas, asombrándonos por ellas, latiendo con
ellas, respirando con ellas… sintiendo con ellas.
Como cada dos o tres
años, el club volvía a programar un viaje a esas tierras lejanas, allí donde
las montañas cobran otra dimensión, allí donde las montañas se empinan hacia el
infinito, allí donde las montañas y sus gentes forman un binomio indisoluble,
en el que la fuerza, la resistencia, la belleza, el no saber disociarlo, se ve,
se palpa en cada rincón. Está inscrito en el ADN de ambas partes, y de nuevo,
una vez más no nos lo hemos querido perder. Allí hemos estado para que no nos
lo contaran, caminando por sus senderos, ascendiendo a sus altos, cruzando sus
barrancos, sus puentes colgantes, admirando todo cuanto se nos venía encima,
que era mucho. Pura naturaleza en su máxima expresión. Y de las gentes, ¿qué
decir? Amables, sonrientes, hospitalarios, que saben extraer de la tierra todos
sus beneficios, haciendo de la necesidad virtud. Hablamos de las gentes
rurales, claro. Las ciudades… las ciudades es otra cuestión.
Este año coincidía además
con el 50 aniversario de la creación de la Sección de Montaña en el seno del
club, y era un motivo más, quizá el mayor de ellos, para lanzar una nueva
aventura, que en esta ocasión nos iba a llevar, como decíamos, de nuevo a
Nepal, un país fascinante y asombroso en todos los sentidos y por todos los
extremos. El club ya había estado en el trekking
del Baltoro, en Pakistán, en 2006; y en el país nepalí en el del Everest,
por más de un itinerario, en 2008 y en 2014, y en el de los Annapurnas, en 2010. Del primero y de
este último habíamos formado parte. En esta ocasión, el objetivo era el del
Manaslu, gran montaña que, con sus 8163 metros de altitud, es la octava más
alta del planeta, visitando su Campo Base, a más de 4800 metros; y como los más
intrépidos buscan algo más, siempre hay un pico a mano, un pico a priori
accesible... ya veremos, y que en este caso era el Larke,
de 6249 metros.
La expedición mayenca
comenzaba la víspera de su partida, cuando la compartía con los medios en el
incomparable marco del Salón de Ciento
del Ayuntamiento de Jaca. Ante los medios de comunicación locales, éramos Luis Rodríguez, Presidente del Club, Fernando Val, representando a esos 50
años de la Sección de Montaña, y uno mismo, como actual responsable de la
misma, los que hacíamos una presentación del trekking del Manaslu, con visita a su Campo Base, de 4840 metros, y paso por el Larke La, de 5150 m, tras haber dejado atrás el CB del propio Larke Peak, de 5170 metros, a cuya cumbre, de 6249 metros tienen
aspiración de subir 6 de los 13 miembros.
Antes de entrar en la
crónica, tenemos que advertir que los nombres que se han adoptado para
determinar los lugares pueden variar ligeramente dependiendo de las fuentes.
También hay escasa precisión con los datos descritos en cuanto a altitudes,
distancias o desniveles, ya que no coincidían diversos GPS, incluso hemos
encontrado diferencias, grandes en ocasiones, entre mapas locales, cartelería
sobre el terreno, informaciones en webs, etc… De modo que hemos indicado lo que
nos ha parecido más razonable en cada caso. Otra advertencia es la relativa a
los horarios, que allá donde figure la hora siempre se trata de la local, cuyo
desfase con España es en Doha 1 hora de adelanto, y en Nepal 3h 45’ en horario
de verano, y como nos pillaba el cambio de hora europeo en el último fin de
semana de estancia, a ese desajuste hay que aumentarle una hora más a partir de
la madrugada del día 26 de octubre.
Miércoles 9 y Jueves 10. Tránsito en rodantes a Madrid y aéreo a
Katmandú.
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Primer encuentro de todo el grupo, en la T4 de Barajas |
A una hora prudente de
la mañana, 7:30, salimos de Jaca con Chelo,
Carlos y Luis, en la furgoneta de este último. La mirada mental puesta en
las montañas… pero tardarían algún día en llegar. Mientras tanto, rumbo a
Madrid con parada en Zaragoza, a recoger a Josemari
y a Ángel y en Guadalajara para
hacer lo propio con Mª Antonia. Al
filo del mediodía llegamos a la T4 de Barajas, donde se nos unen el resto de
compañeros: Ander, Mikel, Aner y Aritz, del
entorno de Mondragón, y Luis y Manolo, desde el mismo Madrid.
Facturar, comer en el aeropuerto, y a eso de las cinco de la tarde levantamos
vuelo para acompañar al planeta en su rotación, algo más rápidos, eso sí, y
recalar en Doha, capital de Catar.
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Recién llegados al aeropuerto Tribhuban, de Katmandú, el único internacional de Nepal |
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Recibimiento en el hotel Malla |
De allí, tras un breve
plazo de tiempo, volvemos a embarcar en dirección a Katmandú, a donde llegamos algo pasadas las diez de la mañana, de
su mañana… que ya son de mañana… es decir, del jueves. Dos horas y media de
tránsito interno por la pequeña terminal aeroportuaria da una idea de lo que es esto.
Es justo la mitad del tiempo que nos ha costado el vuelo desde Doha. Estas
cosas son así.
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Luis hace entrega del banderín del club a Sanjai, de Thamserku |
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Primera comida en Thamel, cerca del hotel |
Cuando conseguimos
desembarazarnos de toda la burocracia salíamos al exterior, siendo recibidos
por nuestros anfitriones de Thamserku,
la agencia local, que nos daban la bienvenida y nos acompañaban al hotel Malla,
en Thamel. Recepción en el hotel a
cargo de Rai, “il capo”, Sanjai, el responsable de nuestra cuenta, y Pasang, el
guía jefe y sherpa de altura, que no se iba a separar ya de nosotros en unas cuantas jornadas. A continuación, a pasar el resto del día por los
alrededores, en una ciudad, y territorio en general, que se prepara para unas
jornadas festivas, que nos pillarían a la vuelta.
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Comienza la aventura con los rodantes, que no es menos aventura |
Viernes 11. Tránsito en rodantes. Katmandú – Arughat Bazaar – Soti
Khola.
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Parada a repostar |
Jornada de rodantes, pero
no por ello descansada, ya que precisamente por eso, iba a ser dura. Comenzaba
a las nada despreciables cinco y media de la mañana, para al cabo de una hora
montar en el bus para ir mimetizándonos ya con el caótico tráfico callejero de
la capital, y salir por la colapsada Prithvi
Highway, la autopista, como les gusta llamar a ellos, que enlaza con Pokhara, recorriéndola hasta Soti Khola. La dimensión de las ruedas
y la suspensión del vehículo ya nos había dado una idea de cómo iba a acabar el
viaje. La tarde se empleaba en estirar las piernas por los alrededores… Algunos
subiendo y bajando más de dos mil escalones.
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En la salida vespertina a estirar las piernas |
Sábado 12. Et. 1. Soti Khola – Maccha Khola.
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Nuestros sufridos porteadores |
Fiesta en nuestra
tierra, especialmente en la capital maña, que entrañablemente recordamos. Tras
pasar una noche apacible, cuyos sueños han sido mecidos por el rugir del Budhi Gandaki, nos ponemos en marcha en
nuestro primer día de ruta. Nuestro deambular por un conato de pista muy por
encima del río nos da una extraordinaria perspectiva sobre él y todos los
verticales barrancos que lo alimentan. Al propio tiempo, vamos tomando contacto
visual con alguna montaña que ronda ya los siete mil metros, mientras
circulamos por ambiente puramente tropical. No hay que olvidar que estamos a la
misma latitud que nuestras islas Canarias.
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Una de las pocas anchuras del Budhi Gandaki |
Nuestra llegada a Maccha Khola se caracteriza por seguir
acompañados de este enorme río, y lo haremos durante unas cuantas jornadas más,
en las que seguiremos subiendo su curso, pero hoy:
Soti Khola: 700 m
Maccha Khola: 900 m
Diferencia de cota: 200 m+
Distancia: 13,4 km
Duración total: 6h 30’
En movimiento: 3h 30’
Desnivel: 520 m D+ y 310 m D-
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Cenando en Maccha Khola |
Domingo 13. Et. 2. Maccha Khola – Jagat.
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Imagen que corta el aliento |
Durante esta segunda
etapa continuamos junto al río, y por unos escenarios increíbles de corte
tropical. Antes de comer pasamos por Tatopani,
otro de tantos lugares donde la naturaleza te obsequia con aguas termales. Son muchas las localidades con ese nombre, que hace alusión a un entorno termal (tato=caliente / pani=agua). Se
va sucediendo el cruce de barrancos laterales a través de los típicos puentes
colgantes, y viendo en la pared del otro lado del río principal esas muescas de
inicio de construcción de pista que, en pocos años abocará a este todavía joven
itinerario en algo parecido al de los Annapurnas, con la compañía de rodantes…
pero son los tiempos y no se les puede reprochar a estas gentes el que quieran
salir de su aislamiento. Paramos a comer en Dobhan, donde nos encontramos una estampa que nos llama poderosamente la atención: una familia faenando en un pequeño corro de tierra, el padre tirando del arado, el hijo echando todo el peso de su cuerpo sobre él para ganar profundidad, y la madre detrás de ambos sembrando las patatas. Más adelante pasamos por una aldea situada de forma privilegiada
sobre una enorme anchura del río, que nos sorprende; tras cruzar un barranco
tenemos que superar esa gran anchura por la pared, a través de una pasarela
metálica que recuerda a la de Alquézar, salvando las distancias.
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Extraordinaria atalaya sobre del Budhi Kandaki, desde Dobhan |
Esta dura etapa concluye en Jagat, un pueblo en el que ya hay
escuela primaria, y se esfuerzan por mantener la limpieza en las calles. La
etapa de hoy se hace larga, y se termina con ganas de llegar:
Maccha Khola: 900 m
Jagat: 1400 m
Diferencia de cota: 500 m+
Distancia: 25,4 km
Duración total: 9h 30’
En movimiento: 6h 15’
Desnivel: 940 m D+ y 440 m D-
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Parte del grupo con los porteadores y algún guía, tras el paso por la pasarela |
Lunes 14. Et. 3. Jagat – Deng.
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Pulcras calles de Jagat |
Salimos de Jagat, donde
ya nos empiezan a acompañar los símbolos budistas, como banderas de oración,
muro mani, pequeña estupa… que se van a ir haciendo patentes a lo largo de todo
el recorrido, especialmente en altura, que es donde esa creencia es mayoritaria
sobre la hinduista. Se suceden las aldeas, con los paisanos ocupados en sus
tareas cotidianas, que por esta época del año parece ser la recolección de
cereal y legumbre. El dal bhat, plato nacional de Nepal es
una combinación entre lentejas (dal) y arroz (bhat), presente en todas las
mesas, aunque, por repetitivo procuramos buscarle alternativas, aunque hay que confesar
que como en Sirdibas, tal y como nos
prometió Pasang, nuestro sherpa
jefe, no íbamos a comerlo de bueno. Nuestro río particular se iba encajonando
entre enormes paredones, lo que daba al entorno un ambiente más íntimo. El desnivel acumulado casi triplica la diferencia de cota entre origen y destino, lo que da una idea del incesante subibaja que nos metemos hoy.
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Uno de los innumerables puentes para salvar ríos y barrancos |
Llegamos a Deng,
casi de noche y con un ambiente frío, no en vano estamos ya a más de 1800
metros. Jornada dura, sin duda:
Jagat: 1400 m
Deng: 1860 m
Diferencia de cota: 460 m+
Distancia: 21 km
Duración total: 9 horas
En movimiento: 6h 45’
Desnivel: 1040 m D+ y 550 m D-
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Naturaleza salvaje |
Martes 15. Et. 4. Deng –
Namrung.
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Interminables subidas y bajadas de escalones |
Las condiciones ya van
empeorando, el frío va haciendo acto de presencia, así como el impresionante Shnghiri Himal, que llevamos viendo ya
dos días. Poco a poco nuestro contacto con la naturaleza se va estrechando y la
vegetación sigue siendo exuberante. Se suceden las caravanas de mulas, unas
suben, otras bajan, unas cargadas, otras de vacío. En un interminable sube y
baja llegamos a Namrung, donde lo
primero que nos encontramos es un establecimiento nuevo, enorme, con una gran
puerta de madera, que desentonaba con el entorno, cuyo dueño, vestido a la usanza tradicional y con un crío en brazos, recibía al viajero. Un establecimiento que luego visitaríamos con gran asombro, y en el que probaríamos productos deliciosos.
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Al paso junto a un muro mani |
El alojamiento, en otro
lodge, más normalito, donde apetecía ya el calor de la estufa. Hoy tampoco
hemos ido de vacío:
Deng: 1860 m
Namrung: 2630 m
Diferencia de cota: 770 m+
Distancia: 18,2 km
Duración total: 7h 30’
En movimiento: 5h 30’
Desnivel: 1300 m D+ y 520 m D-
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El dueño de la baquería |
Miércoles 16. Et. 5. Namrung – Sama Gaon.
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Una de las muchas aldeas que salen al paso |
Iniciamos esta quinta
etapa acompañados de unos enormes campos de cereal, que fosforito saludan al
mundo. En un circuito en pleno despertar es frecuente ver en las aldeas nuevas
construcciones de casas de madera para habilitarlas como lodges, y es algo que se hace más presente en Lho, un pueblo ya de grandes dimensiones en donde la madera deja
paso al cemento. En una de las aldeas anteriores a Lho ya la visión del Manaslu
había salido a nuestro paso, marcando un antes y un después en el trekking y,
desde luego, es una imagen difícil de olvidar, especialmente cuando lo tienes enfrente mientras comes. Tras el ascenso por un
encantador barranco, junto a enormes especies arbóreas nos encontramos con una
extensa aldea, Shyala, con un
ambiente tibetano que nos enamora.
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Primera vista sobre Manaslu |
Llegamos a Sama Gaon, donde nuestro acomodo va a ser de dos noches. Las cifras
de hoy no distan mucho de las anteriores:
Namrung: 2630 m
Sama Gaon: 3520 m
Diferencia de cota: 890 m+
Distancia: 16,7 km
Duración total: 7h 50’
En movimiento: 5h 30’
Desnivel: 1310 m D+ y 420 m D-
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Venta callejera de artes manuales |
Jueves 17. Et. 6. Sama Gaon
– CB Manaslu – Sama Gaon.
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Desvío para el CB del Manaslu, que ya nos tiene en su radar |
El frío ya se hace
notar, no en vano estamos a más de 3500 metros de altitud. Hoy va a ser un día
especial, nuestro corazón va a estar más cerca del de Manaslu, esa montaña que
lo domina todo por aquí. Como va a ser una jornada de ida y vuelta al mismo alojamiento, nuestros seis
porteadores guardan un día de merecido descanso. Transitamos parte del camino
que mañana, ya sin retorno, haremos para seguir el trekking, pero hoy, al
llegar al cruce nos desviamos para dirigirnos hacia el CB de esta gran montaña.
Por entre otoñal bosque de abedules primero y a cielo descubierto después,
nuestros pasos van ascendiendo por interminables cuestas, a la par que se nos
va abriendo la vista sobre ese glaciar en claro retroceso, que desagua en el Birendra Tal, un lago color turquesa
que me recuerda al del Gangapurna,
por encima de Manang, en el trekking de los Annapurnas.
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Birendra Tal, donde se remansan las aguas del glaciar |
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Otoñal ascenso |
Conforme
nos acercamos al CB se va velando la vista del Manaslu, como queriendo
preservar su intimidad. Comida de picnic y fotos… que si todos los días hay
muchas, hoy, más. Es una sensación extraña la que se tiene a esta altura y rodeado de tan imponente naturaleza salvaje. Es asombro, es privilegio, es admiración, un escalofrío te recorre la médula espinal desde el mismísimo sacro hasta la nuca, y más allá. Es un orgullo el haber podido llegar hasta aquí, y a la vez con gran humildad al sentirte tan pequeño, tan vulnerable, ante tamaño escenario. Si todo esto se siente aquí, ¿cómo se puede soportar lo que se siente en la cumbre? Es algo que no podemos hacernos una idea, y que no comprobaremos personalmente nunca, porque está reservado a los aspirantes a licenciatura, mientras que nosotros no pasamos de primaria. Vuelta por el mismo itinerario a Sama Gaon, donde se va
viendo la tendencia al mal tiempo, cuyas
previsiones cubren la jornada del paso y las posteriores de ataque a cumbre.
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Tocando los cielos |
La etapa de hoy, para ser una jornada de no avanzar en este circuito, ha superado todas las expectativas:
Sama Gaon: 3520 m
CB Manaslu: 4840 m
Sama Gaon: 3520 m
Diferencia de cota: 1320 m+ y 1320 m-
Distancia: 13,7 km
Duración total: 8 horas
En movimiento: 5h 20’
Desnivel: 1350 m D+ y 1350 m D-.
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En el Campo Base del Manaslu, a más de 4800 metros de altitud |
Viernes 18. Et. 7. Sama Gaon
– Samdo.
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Iniciando la ruta hacia Samdo |
Ha estado lloviendo por
la noche, y a la mañana vemos que la cota de nieve está muy poco por encima de
nosotros. Pertrechados con los avíos de agua salimos recorriendo los primeros
compases del camino de ayer, para continuar hacia Samdo, sin sufrir demasiado los envites del tiempo, y en una corta etapa, en la que nuestro latir comenzaba ya a
acelerarse, y no solo por la altura, casi 3900 metros, sino porque nos íbamos
acercando ya, un día más, a ese paso cumbre de nuestro trekking, el Larke La. Antes de comer, algunos ya nos damos
una vuelta subiendo por una loma hasta unas banderas de oración, desde donde se
tiene una extraordinaria vista sobre el pueblo, el gran valle donde está
enclavado y otros que confluyen en él. Comemos en el mismo alojamiento que nos
va a albergar esta noche, y después volvemos a salir, esta vez con todos, hasta
una atalaya muy cercana a la de esta mañana, y desde ahí algunos nos adentramos
cabalgando por la mismísima cresta de una enorme morrena lateral del glaciar del Samdo, con su Mayol Khola, hasta que descendemos por
un pequeño valle contiguo, ante el asombro de un rebaño de yaks.
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Sobre la morrena del glaciar del Samdo |
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Lo escatológico se hace necesidad |
El tránsito por el interior de la aldea es una auténtica inmersión a la Edad Media. Sus calles sin pavimentar, por donde circula toda clase de fluidos; sus casas en precario, sus patios, sus gentes, la escuela con los niños en el patio, la fuente del pueblo con las mujeres lavando y fregando, todo un genuino ambiente de vasallaje. La cercanía al Tíbet le da un ambiente especial. Entre tanto, vamos llegando hasta nuestro lodge, con
las incomodidades propias de la altura y de la lejanía. Por aquí no abunda la
leña, la estufa la encienden tarde y con excrementos de yak, con la humera
correspondiente, tanto que hay que abrir puertas y ventanas… así que no se sabe qué
es peor. Va llegando el anunciado mal tiempo. Tarde desangelada, pronto al
saco.
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Mujer en sus faenas cotidianas |
La tarde ha sido un complemento a la mañana, que en su conjunto no está nada mal, dando así por terminada esta séptima etapa:
Sama Gaon: 3520 m
Samdo: 3860 m
Diferencia de cota: 340 m+ (+ 265 m de la tarde)
Distancia: 7,6 km (+ 3,8 km de la tarde)
Duración total: 2h 45’ (+ 2 horas de la tarde)
En movimiento: 2h 15’ (+ 2 horas de la
tarde)
Desnivel: 375 m D+ y 55 m D- (+ 265 D+/- de la tarde)
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De regreso del paseo vespertino |
Sábado 19. Et. 8. Samdo –
Dharmasala.
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Tras cruzar el puente, el valle de la derecha conduce a los
pasos con dirección al Tíbet. Nosotros por la izquierda |
Las previsiones
meteorológicas, que llevamos siguiendo desde hace dos días, permanecen en sus posiciones, siguen siendo
tozudas, a pesar de que hoy los cielos se nos abren para nosotros. Continúa la
incertidumbre acerca del asalto a cumbre. La etapa de hoy nos va a llevar hasta
lo que es el Larke Phedi, un
asentamiento, llamado Dharmasala,
con alojamientos prefabricados y tiendas de campaña. Antes hemos dejado la vía
principal, que se dirige al tentador y cercano Tíbet. Llegando al citado
enclave se abre a nuestra izquierda otro de los enormes glaciares con sus
marcadas morrenas laterales y central, el de Syacha,
que junto a las altas cimas que lo albergan, como el Naike Peak, de más de 6400 metros, es objeto de nuestra admiración
lo que queda de día, cuya actividad hasta aquí, aunque agravada por la altitud,
ha sido corta y llevadera.
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Glaciar de Syacha |
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Llegando... ya falta poco |
Hay quien aprovecha para continuar por la tarde con
su aclimatación, aunque la subida al pico sigue en entredicho. No obstante, Pasang se acerca al CB del Larke para verificar que han
llegado los recursos humanos y materiales para ascenderlo. A la vuelta, nos
comunica que está todo listo, aunque se ve evidente que hay que hacer alguna
modificación sobre lo previsto, ya que el campo base está en la misma ruta del Larke La, como a unos 15/20 minutos
antes, por lo que se hace absurdo que mañana, el grupo de trekking acompañe al
de ascensión al CB y regrese aquí, del mismo modo que lo es el que el de
ascensión, el supuesto día de descenso pase por aquí para ir al paso.
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Tienda con vistas a la calle |
La
desapacible tarde se va echando encima y el tímido sol deja paso al frío… a más
frío. Bien se vale que hoy…:
Samdo: 3860 m
Dharmasala: 4460 m
Diferencia de cota: 600 m+
Distancia: 5,9 km
Duración total: 2h 40’
En movimiento: 2h 15’
Desnivel: 720 m D+ y 120 m D-
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Dharamsala, en un escenario de ensueño |
Domingo 20. Et. 9.
Dharmasala – CB Larke – Larke La – Bimtang.
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Camino del Larke La |
Según convenido ayer, todos vamos a adelantar la marcha un día. El grupo de trekking sale
un par de horas antes que el de ascensión, que va más rápido, con idea de
juntarnos en el campo base, a donde se quedaría este último, aunque ya habían
manifestado su voluntad de acompañarnos hasta el mismísimo paso. Al poco de
amanecer, y nevando bajo una espesa capa de niebla, partimos los del primer
grupo hacia nuestra cumbre de hoy, hacia nuestra cumbre del conjunto del
circuito. Salimos de los 4460 metros de altitud, por terreno inhóspito y
desolado, pero con una belleza sin parangón. Dejamos atrás un pequeño lago
glaciar, con su banquisa. En un pequeño albergue nos sorprenden con una sopa
caliente, que agradecemos, y donde ya nos había dado alcance el grupo de
ascensión. Continuamos por zigzagueantes caminos, por cantos de morrenas,
ajenos a lo que las nieblas nos ocultan por encima de ellas que, desde luego,
tiene que ser impresionante. Unas nieblas que empañan también esos propósitos
de cima.
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Otro lago helado próximo al CB del Larke |
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Seguimos cruzándonos con caravanas de mulas |
Sigue nevando, y al filo
de las diez y media llegamos a una enorme explanada, que no está muy claro si
es el campo base o no, junto a un gran lago medio helado. Los de expedición cumplen con su voluntad de acompañarnos hasta el paso. A las
11:15 de la mañana, y bajo una copiosa
nevada, alcanzamos el anhelado paso, el Larke
La, a 5106 metros según el cartel, aunque corregido a mano a 5160, 5135
según el mapa, y 5150 según el GPS. De cualquier modo, una altura considerable
en la que nos sentimos pletóricos por haberla alcanzado, siendo el cénit de
nuestro periplo. No así el del grupo de ascensión, en el que siguen las dudas
sobre su aventura.
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Junto al campo base del Larke |
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Mismo ambiente en buena parte del descenso |
No para de nevar, y la ruta se hace más difícil,
complicándose para algunos del grupo, por lo que se decide continuar el
descenso todos y ya ir viendo. Y lo que se va viendo es la necesidad de que nos
acompañen hasta abajo, porque surgen dudas de si se llegará de día. No obstante, Nims, sherpa de altura, y Mikel, del grupo
de cima, vuelven al campo base para comunicar la situación, y ya veremos mañana
qué pasa, porque aún hay margen. En un terreno ya más cómodo, aunque sigue
nevando, nos detenemos en Dangboche
Karka a comer, para continuar seguidamente hasta Bimtang, a 3700 metros, entre agua-nieve, donde “disfrutaremos” de
ese día de adelanto.
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En la cima de nuestro circuito |
Damos por terminada la etapa reina de nuestro trekking, una
etapa de altura, con datos también de altura:
Dharmasala: 4460 m
CB Larke: 5170 m
Larke La: 5150 m
Bimtang: 3700 m
Diferencia de cota: 710 m+ y 1470 m-
Distancia: 15,3 km
Duración total: 9 horas
En movimiento: 6 horas
Desnivel: 850 m D+ y 1610 m D-
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En el Larke La, a 5150 metros |
Lunes 21. Et. 10. Bimtang –
Ponkar Tal – Bimtang.
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Impresionante escenario |
Amanece radiante, salvo
algunas nubes que adornan los cielos del Manaslu. Los próximos al Larke no
pueden estar peor, lo que anima al grupo de ascensión a subir hasta ese campo
base para valorar la situación de un posible asalto a cumbre. Por nuestra parte,
no nos resistimos a quedarnos en el lodge y emprendemos una jornada de descanso
activo. En las cercanías hay un lago que merece la pena visitar, el Ponkar Tal, de modo que los ocho que
quedamos, acompañados por el sherpa Nima Tashi y uno de los porteadores que se
presta, nos dirigimos a tan bello lugar, situado a unos 4000 metros, y para
ello nos aupamos a la morrena lateral del imponente glaciar homónimo. El
regreso lo hacemos por el mismo itinerario hasta el lodge, donde nos preparan
la comida en el exterior, disfrutando de las vistas sobre las altas cumbres
nevadas, y viendo cómo, irremediablemente, la tarde comienza a estorbarse, sin
dejar de comentar nuestra preocupación por el cómo les irá a los del pico. Por
nuestra parte, este paseo de hoy nos ha permitido mantenernos activos y formar
parte de la singular belleza que nos rodea, en esta jornada de descanso activo.
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Ponkar Tal, entre las morrenas del glaciar homónimo |
Al final de la tarde adquiere protagonismo el regreso de los expedicionarios…
¿qué habrá pasado?... Hoy jornada de descanso activo, fuera de programa:
Bimtang: 3700 m
Ponkar Tal: 3965 m
Bimtang: 3700 m
Diferencia de cota: 265 m+ y 265 m-
Distancia: 5,7 km
Duración total: 3h 45’
En movimiento: 2h 30’
Desnivel: 520 m D+ y 520 m D-
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A pie de lago |
Martes 22. Et. 11. Bimtang –
Dharapani.
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Rodeados de sietemiles |
Ya todos juntos, y sin
mayores incidentes, emprendemos la salida de este idílico lugar, primera gran
explanada de terreno llano bajando del Larke
La, en el que se ven restos de viejas cabañas, y donde han florecido
instalaciones para dar parada y fonda a los transeúntes de este circuito del Manaslu. En una muy dura jornada, por
su duración y desnivel, vamos dejando atrás estas montañas, estas vistas, estas
nieves eternas, que nos han amparado en estas últimas jornadas. Poco a poco nos
vamos acercando a esas arenosas aguas que bravías bajan de los glaciares, y
nuestro deambular cambia de escenario al, casi ya olvidado, ambiente tropical,
con su marcado aspecto otoñal.
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Los ríos, con su característico color glacial, nos acompañan dejando atrás las montañas |
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Despedida visual del Manaslu |
La parada para comer en Karche, permite a algunos exponer su torso al sol que más calienta…
que ya hacía días. Bajamos junto al Dudh
Khola, afluente del Marshyangdi,
ese gran río que conforma el eje central del tramo de ascenso en el trekking de los Annapurnas. Y es que en
esa unión fluvial, antes de llegar a Dharapani,
nuestro destino de hoy, en Thonche,
ya entramos en ese circuito, que hace nueve años comenzaba unas jornadas antes,
y que ahora ya se puede hacer desde aquí, porque ya llegan los rodantes, de
hecho, ya comparten camino con nosotros. Ellos suben, nosotros bajamos, aunque
también se ve subir a gente que inicia el trekking envuelta entre el polvo de
los vehículos. ¡Qué pena!
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Comiendo en Karche |
Dharapani, que significa agua de fuente, donde concluye la larga etapa de hoy. Larga y dura por la distancia, la duración, el descenso… y también porque parte de nuestra alma se ha quedado en esos paisajes que dejamos atrás:
Bimtang: 3700 m
Dharapani: 1900 m
Diferencia de cota: 1800 m-
Distancia: 22,8 km
Duración total: 8h 30’
En movimiento: 6 horas
Desnivel: 300 m D+ y 2100 m D-
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Muro mani en Thonche |
Miércoles 23. Et. 12.
Dharapani - Jagat.
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En Dharapani |
Amanecemos a pie de
pista, con su polvo, ruido, y gentes, muchas gentes que inician el trekking de
los Annapurnas. Señales contradictorias llegan a nuestra mente, no sabemos si
tenerles envidia o no. Ellos van a gozar… nosotros ya estamos gozados. La ruta,
común a la de entrada a los Annapurnas, como decimos, va por pista, pero se
puede eludir algún tramo para transitar por el camino de siempre, que tomamos
tras cruzar otro de los innumerables puentes tibetanos, y que es el que
recorrimos hace nueve años en dirección contraria. Al paso por Tal hacemos la última comida en ruta,
sin dejar de asombrarnos del entorno que se va abriendo a nuestro paso. La llegada
a Jagat se hace con una sensación
agridulce, por un lado la del deber cumplido, pero por otro la de que salimos
ya de la montaña, que tantas satisfacciones nos ha dado, y que nos queda
todavía una semana para llegar a casa. Una semana que se va a hacer larga… muy
larga.
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Bajando por la pista |
Como larga ha sido también esta etapa, última de este extraordinario
trekking de la vuelta al Manaslu:
Dharapani: 1900 m
Jagat: 1300 m
Diferencia de cota: 600 m-
Distancia: 18 km
Duración total: 6 horas
En movimiento: 3h 30’
Desnivel: 400 m D+ y 1000 m D-
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Desde el camino |
Resumen de 12 días de actividad:
De programa: 77 horas total, 53 en movimiento // 178 km // 9100 m D+ / 8475 m D-
Total: 83 horas total, 57 en movimiento // 188 km // 9890 m D+ / 9260 m D-
Jueves 24. Tránsito en
rodantes. Jagat – Besi Sahar – Pokhara.
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Replegando, en Jagat |
La dureza de esta etapa
anterior se suma al conjunto de las anteriores. Unas por distancia, otras por
desnivel, otras por altura, cuando no por todo a la vez, han hecho que este
trekking haya resultado más de lo que se preveía, solamente compensado por el
salvaje entorno y la buena compañía. Pero esto no acaba aquí. Sí de andar,
aunque hubiéramos preferido que no hubiera sido así. El tránsito con rodantes
hasta Besi Sahar, se hace por pistas infernales, y a pesar de ser de “tan solo
2 horas” se hace interminable. En un momento de él alguien del grupo me
pregunta por la altitud en la que estamos, y mi respuesta, sin responder, es
que "... cuál quieres saber, la del fondo del bache o la de al salir de él...", porque hay que verlo
para creerlo. Se hace bueno el dicho de que lo más peligroso de los trekkings
no es la montaña precisamente. Al llegar a esta gran población cambiamos los TT
por el microbús, que ya nos lleva hasta Pokhara, para alojarnos en el Mountain
Kailash Resort, tras más de cuatro horas más de carretera, salvo el rato de
comer, que lo hicimos en un establecimiento para olvidar.
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Seguimos llevando la montaña en nuestro corazón |
Viernes 25. Estancia en Pokhara.
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Primeras luces sobre el Machapuchare |
La jornada posterior
transcurre en esta ciudad nepalí, una de las más importantes del país. Y lo
hace temprano, en el Sarangkot Sunrise,
una buena atalaya para ver salir el sol y sus primeras caricias sobre el Dahulagiri y gran parte de los Annapurnas, entre los que se cuela
visualmente el Machapuchare, la montaña
sagrada. Se completa la agenda con el acceso por barca sobre el lago Phewa y ascenso a la Shanti Stupa, en la colina Anadu, una de las ochenta pagodas de
paz budistas del mundo. Y por la tarde visita a Tashiling Tibetan, uno de los enclaves budistas formado por parte
de los exiliados del Tíbet con motivo de la invasión china de los años 50. Agradable
cena en el Tibetan Pema, un
restaurante típico de cocina tibetana. Vuelta al hotel. Otra etapa que se
cierra.
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Los phewanautas |
Sábado 27 a miércoles 30. Tránsito en rodantes a Katmandú. Estancia. Regreso
a España.
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Tráfico imposible |
La jornada siguiente, la
de este sábado, para olvidar, traslado en bus a Katmandú por infernales y
transitadísimas carreteras, incluidas dos horas de retención en lo alto de un puerto
muy cerca ya del destino, por unas obras en las que no hay nadie trabajando.
Más de ocho horas en total, de auténtica tortura, en las que tenemos que luchar
para que los botes y vaivenes de la carretera no hagan caer tantos y tan buenos
recuerdos del muro de nuestra memoria.
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Boudhanat, la estupa más grande del mundo |
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Preparativos para la fiesta |
Los dos siguientes días
“disfrutando” de la capital, con
inmersiones en su caos circulatorio, medioambiental y de todo tipo, para visitar el
populoso Thamel, Boudhanath, la mayor estupa budista del
mundo, Swayambhunath o templo de los
monos, Bhaktapur, una pequeña ciudad
histórica que ve cómo se van arreglando muy, muy, lentamente sus reliquias
arquitectónicas, Durbar Square, con
más monumentos históricos…
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Mercado callejero en la populosa Bhaktapur |
Y todo ello nos lleva al martes 29, día en el que
iniciamos nuestro tránsito aéreo, para culminarlo al día siguiente en Madrid al
filo del alba, dando por concluida así esta aventura, controlada, pero aventura
al fin y al cabo, de la que regresamos impregnados del ambiente de montaña de
un país volcado en ella, con unos enormes contrastes entre el mundo rural y el
de las ciudades.
¿Con cuál os quedáis? Yo
lo tengo claro.
No hay nada como dejar
pasar unos días, quizá unas semanas, para que reposen todas las emociones,
todas las sensaciones, todas nuestras idas y venidas mentales y, con la
perspectiva que te da el tiempo, poder planear sobre esos ambientes, sobre esas
montañas, que ya forman parte de nosotros y que así seguirá siendo mientras
tengamos memoria. Han sido 22 días fuera de casa, de los que 12 transitando por
estas maravillosas tierras, cruzando sus ríos, subiendo y bajando por sus
caminos, respirando su aire, bebiendo sus aguas, dejándonos bañar por su luz, dejando también, algo de nosotros por
las innumerables aldeas de paso, también llevándonos algo de ellas, con enorme
devoción y respeto hacia ese paisaje de grandes montañas, y ese paisanaje de
gentes luchadoras por sobrevivir en un medio hostil. Ahí hemos estado, junto a
estos compañeros de viaje, compartiendo con ellos caminar y camino.