Antequera, su historia en piedra... y más
Fin de semana 21 a 23 de marzo de 2014
Otros aires, otras tierras, otras
gentes. Pero el mismo sol, el mismo latir, el mismo entusiasmo. Algunos peinan
canas, otros ni eso, sólo un choben, pero todos con la misma ilusión, con la
misma expectación para ver, para conocer, este paraje singular donde los haya.
El tiempo y los elementos han sido los arquitectos de este reducto que contiene
una de las muestras más impresionantes del paisaje kárstico de toda Europa. Estamos en el Paraje Natural del Torcal de Antequera, y su
nombre le viene de las dolinas o torcas, unas curiosas formaciones en forma de
depresiones circulares, que encontramos entre tanto y tanto pináculo detenido
en el tiempo.
Extraordinarias formaciones |
El mundo mineral es el que
sostiene el planeta, es el que sostiene la vida. En él viven, y de él se
sustentan todos los demás, el vegetal, el animal, incluso el humano. Entre
todos estos reinos hay diferencias, muchas diferencias, pero quizá la mayor de
ellas sea el tiempo, ese distinto concepto del tiempo en el que viven las rocas
con respecto al resto de seres. Como la conciencia humana, también ellas están
sometidas a un proceso de erosión por parte de los elementos externos, una
erosión que las moldea, que las adapta. ¡Cuánto que aprender! Un proceso
evolutivo, éste, que con mayor o menor virulencia no se ha detenido jamás. Un
proceso evolutivo, éste, de varios cientos de millones de años, y que continúa.
Un proceso evolutivo, éste, que nos ha traído hasta nosotros una auténtica
delicia visual que admiramos con respeto.
Desafiantes pináculos |
Grandes anfiteatros |
Aunque para nosotros,
actualmente, se nos antoje mucho tiempo, seguro que a estos monumentos pétreos,
no se lo parecerá. Estamos hablando de
la aparición del hombre por estos lares. Estamos hablando de que de sus
entrañas salieron hace como cinco mil años, unas enormes lajas de piedra con
las que nuestros antepasados construyeron unos túmulos funerarios denominados
hoy en día como el Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera, donde podemos
contemplar, donde pudimos contemplar y contemplamos esas cámaras funerarias,
gran exponente del megalitismo europeo, que con una amplia diversidad de
soluciones arquitectónicas, nos han dejado este extraordinario legado de la
cultura neolítica desarrollada junto a ese macizo llamado la Peña de los
Enamorados, y que usaron como referencia para orientar alguno de estos
monumentos.
Entrada a Viera |
Seguidamente nos dirigimos hacia
el, un tanto alejado, centro de interpretación, donde un audiovisual nos
ilustra acerca del modo de fabricación de tan magnas construcciones. El ingenio
humano puesto al servicio de las necesidades y creencias de aquellos
prehistóricos que ya tenían sus inquietudes puestas en el mundo que rodea a la
muerte y sus consecuencias. De aquí damos cuenta de las otras dos muestras de
estos enormes monumentos funerarios, el Dolmen de Viera y el de Menga. El
primero es un sepulcro de corredor, terminado en una cámara cuadrangular. Tiene
un recorrido de 22 metros, una anchura en torno a 1,5, y una altura de 2
metros. Todo ello cubierto por un túmulo de 50 metros de diámetro.
Entrada a Menga |
Entre la vida millonaria y la
milenaria, una jornada para bañarnos de actualidad. De la actualidad que nos
brindan los anfitriones, estas gentes de la Federación Andaluza de Montañismo,
con las que compartimos siglas (FAM), con las que compartimos ilusiones,
esperanzas, aficiones, pasiones, y unas ganas irrefrenables de mantener y de
que mantengan ese respeto que una de las máximas expresiones de la Madre
Tierra, como son las montañas, se merecen. Unas gentes que nos explican las
enormes dificultades que han tenido a lo largo de las últimas décadas para
preservar esa Sierra Nevada de las garras de la masificación, de las garras de
la especulación, en un sagrado intento de llevar siempre la consigna de que el
hombre se tiene que adaptar a las montañas, y no las montañas al hombre, porque
lo importante es el medio, no el hombre. El medio puede vivir sin el hombre,
pero no a la inversa.
Lorenzo, guerrillero infatigable |
Representación aragonesa |
Nos vamos, y lo hacemos con el
agradecimiento a estos lugares y a sus gentes, que tan bien nos han tratado,
que lo hacemos con la firme promesa de volver a esta tierra, que abrazada al
río Genil, dejamos a los pies de Sierra Nevada, con la que un día, no muy
lejano nos veremos las caras, porque son muchas las cosas que tenemos que
contarnos.
El reportaje
completo de fotos, en:
https://picasaweb.google.com/chematapia/AntequeraSuHistoriaEnPiedraYMas