viernes, 13 de diciembre de 2019

El Alpinismo, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por la UNESCO

Glaciar del Gasherbrum, con el GII al fondo (Pakistán)

EL ALPINISMO

Incluido en la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO

11 de diciembre de 2019




            “El alpinismo es el arte de escalar cumbres y paredes en terrenos rocosos o helados de alta montaña, en cualquier estación del año. Su práctica exige poseer una serie de capacidades físicas, prácticas e intelectuales, así como saber utilizar técnicas, equipos y materiales como piolets y crampones. Es un deporte tradicional caracterizado por el hecho de que sus practicantes comparten en común una cultura que integra el conocimiento del medio ambiente de la alta montaña, de la historia de la práctica de la escalada y sus valores conexos, y de una serie de competencias técnicas específicas. El alpinismo exige la posesión de conocimientos medioambientales sobre el entorno natural de los itinerarios de escalada, el cambio de las condiciones climáticas y el riesgo de desastres naturales. Otro aspecto cultural de este elemento del patrimonio vivo comprende elementos de carácter estético como el apego de sus practicantes a la elegancia de las escaladas, la contemplación de la belleza de los paisajes y la relación íntima con la naturaleza. Además, la práctica del alpinismo implica la adopción de principios éticos que descansan en el compromiso individual de cada escalador de no dejar huellas tras de sí y en el deber de prestar socorro a los demás alpinistas. Por último, cabe señalar que el espíritu de equipo, simbolizado por la cordada, es otro elemento esencial de la mentalidad de los montañeros que, en su gran mayoría, se agrupan en clubs dedicados a difundir por doquier esta práctica deportiva. Estos clubs son los vectores esenciales de la cultura alpinista: organizan excursiones y expediciones colectivas, difunden informaciones prácticas y editan diversas publicaciones…”. (ICH.UNESCO dixit).

Imagen encontrada en la red

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            A este bello texto, que no es nuestro, poco más podemos añadir. A pesar de su extensión, viene a resumir el amplio espectro de modalidades deportivas que se practican en el medio natural, y más concretamente en las montañas. Se dice que el andar es la primera actividad que de pequeños podemos realizar en la naturaleza, y si lo pensamos, en el otro extremo de la vida, cuando hemos probado muchas de las formas de acercarnos a la montaña, finalmente será el placentero senderismo el que nos acompañe hasta que nuestras fuerzas nos flaqueen.

De camino al CB del Manaslu (Nepal)

Manaslu (Nepal)
            Sí, porque aunque se hable de alpinismo, el montañismo en general es un concepto mucho más amplio, de modo que hay para todos, desde ese simple senderismo, hasta alcanzar las más altas cotas de la tierra, pasando por las andadas organizadas, marcha nórdica, barrancos, escalada deportiva, clásica, vías ferratas, raquetas, alpinismo clásico, escalada en hielo, esquí de montaña, largas travesías de varias jornadas, grandes ascensiones y expediciones… Todas ellas, de forma individual o en equipo, nos enfrentan personalmente con la montaña y sus condiciones, todas ellas forman parte de un reto con uno mismo, y que provocan y enriquecen valores como el sacrificio, la superación, el empeño, la concentración, la atención puesta en el grupo y en el medio, la lectura de las condiciones de la montaña, la amistad, el compañerismo, el no dejar a nadie atrás… y otras muchas que rebasan los propios límites de lo puramente físico para incidir también en el resto de aspectos del ser humano. Todas ellas están a nuestro alcance si las afrontamos con las debidas condiciones. Hay actividades para todos los gustos y niveles. El acierto está en una buena elección.

Birendra Tal y Sama Gaon al fondo, camino del CB del Manaslu (Nepal)

Dharamsala, el Larke Pedi, camino del Larke La (Nepal)
            Son actividades que tienen su encaje en un muy amplio perfil de la población, y cuyo ejercicio llevado al extremo acarrea un aumento de las probabilidades de riesgo, siendo un factor que también se aprende a manejar y que hay que tener siempre en cuenta en evitación de accidentes. En este sentido debemos hablar de riesgos objetivos y de riesgos subjetivos. Los primeros son los factores externos, es decir, los relacionados con el estado de la montaña y la meteorología. Y en los segundos incluimos los factores internos, los propios de la persona que practica la actividad, sus condiciones físicas, psíquicas y técnicas.

En las proximidades del Larke La (Nepal)

Trekking del Manaslu (Nepal)
            En cualquier caso, si lo practicamos con responsabilidad, sin entrar en palabras mayores, el mero hecho de caminar por el interior de un bosque, por la orilla de un arroyo o la de un ibón, ascender a una cota por baja que sea, el sentir el aire fresco en nuestro rostro, el aroma de las plantas, el murmullo del aire, la presencia animal o vegetal, incluso la mineral, que siempre nos acompaña, admirar la belleza de las montañas… nos garantiza todo un mundo de placeres físicos y sensoriales difícil de describir, algo que se acrecienta infinitamente si es compartido. Estar en las montañas, sentir con ellas, respirar con ellas, vivir con ellas, poner toda nuestra mente y nuestro corazón en ello, es algo realmente apasionante.

Trekking de los Annapurnas (Nepal)

Río Indo a su paso por Skardú, camino del Baltoro (Pakistán)
            Las montañas son el último reducto de la humanidad. Como dice Georges Sonnier: "... la montaña existe ante el hombre como un ser ante otro ser. Está animada, participa del alma humana en la medida misma en que el hombre, cautivado por ella, la admite en los misteriosos intercambios del amor". Lugares sagrados donde han sido situados los dioses por las civilizaciones a lo largo de la historia, y que se alzan como antenas hacia el infinito, como los brazos de un niño se aúpan buscando los de su madre. Todas estas reflexiones y seguro que muchas más harían mella en la ONU, para declarar 2002 como Año Internacional de las Montañas, tras haber incluido en 1992 el documento “Ordenación de los Sistemas Frágiles: Desarrollo Sostenible de las Zonas de Montaña”, en el “Programa 21”, un plan de acción sostenible promovido por las propias Naciones Unidas. A partir del año siguiente, la Asamblea General declaraba el 11 de diciembre como Día Internacional de las Montañas, algo que venimos ya celebrando año a año.

Glaciar Ponkar, en las proximidades de Ponkar Tal y Bimtang (Nepal)

            Pero ahora se ha dado un paso más. Promovido por Francia, con la ayuda de Italia y Suiza, en el 14.COM, es decir, la decimocuarta sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, reunido este mes en Bogotá, justo en la señalada fecha antes citada del 11 de diciembre, decidió incluir al Alpinismo, en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, lo que eleva a un muy amplio espectro de actividades realizadas bajo este genérico epígrafe, a la honrosa categoría de elemento a proteger y a apoyar su promoción, preservando la libertad responsable en su práctica y acceso a los sitios donde tiene lugar. Una responsabilidad que ha adquirido la UNESCO y de la que sin duda tenemos que participar todos los amantes de las montañas. Sin duda una noticia de alcance que recoge la UIAA, Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo, dicho de otro modo, la Federación Internacional de Montañismo. De igual modo lo hacía FEDME, la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada.

Enhorabuena a todos. Salud y Montañas.

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