Año XII. Entrega nº 816
IXOS MONS
Circular Villanova - ermita de santa Quiteria
Martes, 18 de abril de 2023
"La naturaleza es un poema que yace oculto bajo una forma secreta y maravillosa". Aunque nos lo resume mucho, es la frase que podría hoy ilustrar una nueva entrada de lo que ha sido una incursión a esa naturaleza que tanto amamos, frase entresacada de su prolija obra, y que no podía ser esgrimida más que por un humanista y teólogo, entre otras cosas, como fue el jesuita Juan Eusebio Nieremberg.
¿Y por qué la elegimos? Pues porque entendemos que la poesía es la mejor manifestación de la belleza de esa naturaleza que la muestra a raudales, pero más bello y maravilloso que lo que muestra es lo que oculta, ese prana, la energía que recibe de la tierra, del aire, del agua y del sol, que la hace vivir incesante y desbordantemente. Y eso lo encontramos en los grandes paisajes, los rápidos cursos de agua, los abismales desfiladeros, las altas montañas, pero también en los plácidos valles, en sus caminos, en su historia, en su cultura, porque el gran milagro si lo es, es porque está compuesto de pequeños milagros, pequeñas muestras de esa grandeza que es el medio natural. Y si lo respetamos, no solo estaremos respetándonos como parte de ese medio, sino que iremos a favor de las leyes que rigen esa naturaleza de la que formamos parte.
Y hoy, ¿qué mejor sitio al que ir en pos de esa poesía que a un bosque? En él confluye una ingente biodiversidad, tanto visible como no que, mediante un profundo respeto, nos hace sentirnos reconciliados con el medio. Partiendo de la plaza mayor de Villanova nos dirigimos hacia la zona más alta del pueblo donde, dejando atrás un par de fuentes, encontramos las indicaciones para ir en busca del PR-HU 51. En diez minutos llegamos al punto donde abrimos la circular, debiendo tomar a la derecha la dirección para la fuen Roya, que encontramos enseguida, aunque algo desprovista de dignidad. Por caminos de viejo, entre tapiales y bancales que reposan de su actividad de antaño, se alcanza la pista que de Sahún va a Chía, en la llamada Cruz de Benasque, y hacia Chía nos dirigimos, hasta hacer un paréntesis para visitar el cantal de Arnaldico, impregnado de leyenda, que cita a los moros cuando querían tirar semejante roca para destruir la iglesia de san Pedro.
Regresamos a nuestro camino, para completarlo hasta dar con la pista de Chía, la que sube al puerto de Sahún, justo ala altura de la conocida como Cruz de Chía. La tomamos a la izquierda, y coqueteando con el límite municipal, llegamos hasta la entrada al sendero, que nos conduce a lo que queda de la ermita de santa Quiteria (Quiteira en patués), solo el asentamiento del contorno de lo que parece fue un pequeño templo bajo la atenta mirada de la sierra de Chía, que ya estaba antes, mucho antes que ella. Como hora y media hasta aquí. Continuamos por el cuidado sendero hasta dar, en un cuarto de hora con otra pista, que cruzamos para tomar el sendero de enfrente, que nos sigue bajando por esos caminos entre antiguos corros de tierra, hasta el Foro, un apacible lugar despojado ya de bosque y que nos ofrece buenas vistas sobre el pueblo y su entorno.
Continuamos, y en poco ya, salimos al punto en el que hemos abierto la circular, para recorrer el poco camino que queda ya hasta Villanova, habiendo recorrido 4,6 km, en 2 horas y media, y salvado un desnivel acumulado en torno a los 370 m D+/-.
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