miércoles, 15 de julio de 2020

Punta Puyarrón, enlazando Aísa con Esposa y Sinués

IXOS MONS
Punta Puyarrón (1262 m)
Martes, 14 de julio de 2020



            El Pirineo Aragonés, y suponemos que también el resto, tradicionalmente, siempre ha basado su economía en el Sector Primario, el Agropecuario, con un potencial importante, más que en el sector agrícola, por razones obvias, en el ganadero, debido a sus ricos pastos de montaña.  Hace ya seis décadas, con aquello de los “25 años de paz”, que nos vendían y que muchos recordaremos, se estaba en plena vorágine desarrollista, poniendo los cimientos del segundo sector económico, el Industrial, algo que, junto con otros motivos, vació gran parte de nuestros pueblos, y en algunos casos valles enteros. Varios cientos de pequeñas localidades del Alto Aragón fueron abandonadas, siendo Huesca la provincia con el más alto índice de desertificación demográfica de España. Pronto, la tercera pata de la economía, la de Servicios, se vería enormemente potenciada con el Turismo, algo que afectó a nuestra geografía de montaña, pero no por igual en todos los sitios. Mientras había valles que, desmesuradamente, se veían inmersos en un desaforado desarrollismo urbanístico, había otros, los de al lado quizá, que también desmesuradamente, se veían relegados al ostracismo, teniendo que establecer una feroz lucha por la supervivencia.

Los gigantes del lugar

Construcciones tradicionales, en Sinués
            Estamos, pues, llenos de contrastes. Pero es que hay casos más graves, en los que incluso el desequilibrio ocurre en el mismo municipio, y el de Aísa es un claro ejemplo de ello. Se extiende sobre un vasto territorio, que al nordeste se estira para limitar con Francia, albergando la Estación de Invierno de Candanchú, que disfruta de las mieles turísticas, y sin embargo, el resto del territorio se articula en torno a un valle, de norte a sur, en el que están los otros tres núcleos, Aísa, la capital, y las pedanías de Sinués, anexionado en 1966 y la de Esposa, que lo hizo en 1972, “disfrutando” también de las hieles del paulatino envejecimiento de la población y la consiguiente ruptura generacional en cuanto al empleo en las tradicionales labores del campo.

Vista de Aísa

Peña Santiago, en Sinués
            Como se nos hace algo largo unir los cuatro núcleos en una ruta, hoy nos proponemos hacer lo propio con los tres más cercanos, con los del valle, con los que participan del mismo ambiente de media montaña. Partiendo, pues, de Aísa, vamos a recorrer caminos de viejo para ir a Esposa, recuperado este con la señalización del GR 15; luego a Sinués, con algunos tramos próximos al pueblo, que piden a gritos una limpieza; y seguidamente de nuevo a Aísa, por la sierra de Luesia, sí, aunque suene desplazado su nombre, con el Puyarrón como máxima cota, hasta el puerto de la Loma de Aísa, incorporándonos de nuevo al GR 15 para retornar al pueblo y cerrar la circular.

Vadeamos el barranco y continuamos

AÍSA, CAMINO DE ESPOSA
Llegando a Esposa
            Llegamos a Aísa. El dejar el vehículo en la entrada al pueblo por la parte alta, te permite recorrerlo para alcanzar la parte baja, que es por donde encontramos la señalización del GR 15, y es allí donde abrimos y cerramos la circular. Como la hacemos en sentido dextrógiro, es decir, en el de las agujas del reloj, comenzamos por la izquierda, bajando hasta dar con un barranco, que cruzamos por un puente a mano izquierda también. El ancho camino pronto se convierte en sendero, con un tramo poblado de altas hierbas, pero que no impide el paso ni da pie a la confusión. En menos de media hora cruzamos la A-2605, que vertebra el valle, entrando en un muy bien cuidado tramo de camino entre campos, hasta llegar a Esposa. En el tránsito interno por el pueblo, se pasa por delante de la parroquial de San Bartolomé, y continuando hacia el sur llegamos al cementerio, de donde parte una estrecha carretera asfaltada.


Bajando de Esposa a la carretera

DE ESPOSA A SINUÉS
Cabaña de piedra seca
            La recorremos unas decenas de metros para meternos a la izquierda en otro delicioso y ancho tramo, que nos lleva de nuevo a una curva de la carretera, justo en la entrada a tomar si queremos visitar la factoría de “Flor de Aspe”, de buenos quesos. Cruzamos el puente carretero, a cuya finalización ya tenemos más anchura para discurrir fuera de ella. Continuamos hasta que se nos abre a la derecha una pista. En total, menos de quinientos metros de carretera. Nos sube a unos campos, que por su canto, pasando por una caseta de piedra seca, muy bien conservada, salimos de ellos a terreno de monte. En principio, el sendero es evidente, cruzando dos pequeños barrancos por el bosque. Se agrava cuando se sale de él, porque el camino de viejo discurre junto a un tapial a la izquierda, pero que está impracticable debido a los arbustos que crecen a sus anchas, muchos de ellos “acariciándote” al pasar. Al cabo de media hora desde la caseta, se alcanza el inicio del pueblo. Se puede apreciar el escarpe de la Peña Santiago, por el que se accede a un bonito carrascal, pero eso es otra ruta.



Subida a Sinués por el camino de viejo

DE REGRESO A AÍSA
Torreón medieval, en Sinués
            De la antigua parroquial románica solo queda un crismón, situado en lo alto del pórtico de entrada. El enorme edificio que ha llegado a nuestros días es de factura gótica, inusual en la zona. Frente a él, hacemos un alto para echar un bocado, contemplando ese torreón medieval, restaurado recientemente. Salimos hacia la parte alta, y pronto nos topamos con indicaciones del PR-HU 154, que une esta localidad con la de Jasa, en el valle contiguo. El camino está también muy poblado de vegetación, aunque con menos “caricias”. A los veinte minutos se llega a una pista, que seguimos con la misma señalización del PR, hasta que en cinco minutos más dejamos que cambie de orientación para ir a su destino. Nosotros seguimos por la pista como tres cuartos de hora más, amenizados por las extraordinarias vistas sobre el Gran Norte, desde el Ezcaurre, en el límite con Navarra, hasta varios de los picos del macizo de Collarada, pasando por Agüerri, Bisaurín, Fetás, Peña Mediodía, Llena del Bozo, de la Garganta, Aspe, entre otros.

Río Estarrún

Molino de Aísa
            Dejamos a nuestra izquierda la cota más alta de esta sierra, el Puyarrón, y nos llegamos hasta el puerto carretero en el collado de la Loma de Aísa, donde nos volvemos a topar con el GR 15, que nos sirve de referencia ya para volver al punto de partida. En media hora nos baja al lecho del río Estarrún, donde el escaso caudal del momento nos permite cruzarlo sin descalzarnos, al contrario que en otras ocasiones. Seguidamente se llega al antiguo molino, un lugar apacible, y tras una corta cuesta se alcanza el lugar donde hemos abierto la circular, encontrándonos ahora un pueblo más animado que el dormido de hace cuatro horas, participando de su vida al atravesarlo camino del vehículo.

Panel informativo del GR 15, en Aísa

            Un bonito circuito, para echar la mañana cerca de Jaca, uniendo los tres núcleos de población de este municipio de Aísa, dentro de su valle, por unos caminos de viejo que merecen un repaso si quieren ser transitados. En total, nos ha salido un recorrido de unos 13,3 km, llevado a cabo en un tiempo total de 4h 15’, del que 3h 10’ ha sido en movimiento, con un desnivel total acumulado de 450 m D+/-.

Parroquial de la Asunción de Santa María, en Aísa

Las fotos y el track

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