viernes, 9 de septiembre de 2022

Circular Eriste - San Sadurní, por el bosque de Tuasa

 


IXOS MONS
Circular Eriste - San Sadurní
Por el bosque de Tuasa
Lunes 5 de septiembre de 2022


            El neozelandés Edmund Hillary, es conocido por ser, junto con el sherpa Tenzing Norgay, la primera persona en poner el pie en el monte Everest (8848 msnm), en la novena expedición británica en 1953. Y eso es porque todavía no está probado que lo consiguieran George Mallory y Andrew Irvine en la tercera (1924), habiendo participado en las dos anteriores (1921 y 1922). De cualquier modo, aun siendo tan importante la gesta, y es algo que se adquiere con el tiempo, llegaba a reflexiones como que “la vida humana es mucho más importante que solo llegar a la cima de una montaña”.



            Pues sí, porque no solo está el camino de ascenso a las grandes montañas, que también los hay en los valles, en los bosques, en los prados… y en esos ambientes tenemos muchas razones para poder disfrutar de la vida, porque en todos ellos hay vida, mucha vida. Subiendo a las altas cumbres tenemos la ventaja de poder ver el mundo cercano desde arriba, sí, pero también hay que disfrutar del entorno viéndolo desde abajo, porque en el apacible tránsito por esos senderos, hay que ejercitarse en ver con los ojos de adentro, escuchar, respirar, y latir al compás del bosque y su apabullante vida. Bonita circular que, partiendo de Eriste, sube hacia el cabezo de Tuasa, a través de su cerrado bosque, para cruzar al Solano, teniendo a la ermita de San Sadurní como punto de inflexión para volver por la parte de abajo, más pegados al río Ésera hasta llegar a la presa del embalse de Linsoles, que se rodea, volviendo al punto de partida.


            Salimos del puente de la cola del embalse donde, tras cruzarlo encontramos la indicación a la derecha de “Linsoles/Conques”, comenzando la circunvalación, pero por poco, porque enseguida encontramos otro a la izquierda como “Conques”, que tomamos por pista, hasta dejarla para meternos a la derecha por un sendero indicado como “La Tuasa”. Si hasta aquí discurríamos por el interior de un tupido bosque, a partir de tomar el sendero, aún se cierra más. Se trata de un bosque mixto, con predominancia de boj. A continuación, encontramos un desvío: “Labert” a la izquierda y “Eresué” a la derecha; tomamos el de la izquierda, aunque el otro se encuentra con el primero, pero acortando. En un claro del bosque, vemos a la derecha el cerro Tuasa, de no fácil acceso, por lo que no merece la pena intentarlo. Cincuenta minutos hasta aquí.





            Se sale a un camino algo más ancho, que se toma a la derecha en pronunciada pendiente, que nos lleva a una cerrada curva, más pronunciada todavía, preparada para hacer las delicias del descenso en BTT, no así el del caminante, y desde donde tenemos ya una extraordinaria vista sobre el valle, con la sierra de Chía enfrente. En menos de media hora más, alcanzamos una pista, junto a la que destacan una importante cantidad de abedules, a los que les han despojado de parte de su corteza para la elaboración de las fallas de Sahún. Enseguida llegamos a la carretera de Eresué que, al estar en obras nos obliga a desviarnos un poco de ella para seguir bajando, y encontrárnosla de nuevo junto a un mirador, al que nos acercamos. Como hora y media desde el arranque.


            Volviendo unos pasos atrás, nos metemos por otra pista a mano derecha, con la indicación de “Sesué”, que recorremos como cinco minutos, hasta encontrar el desvío para la entrada a la ermita de San Sadurní, punto de inflexión de la ruta de hoy. Este santo, Saturnino o Serenín, según reza la leyenda en esta entrada, vivió en el siglo III y llegó por estas tierras desde Egipto, en su labor evangelizadora; una ya decadente tradición, reunía a las gentes del valle en esta ermita todos los días 1 de mayo. Desde este lugar se tienen unas impresionantes vistas valle abajo, y de la sierra de Chía, que lo domina a esta altura. Más cercano, el cerro llamado de Castellaso, al que se puede acceder por una vía ferrata (K3) que, con 280 metros de instalación, supera 240 de desnivel, coincidiendo la segunda parte de su descenso con el que realizaremos desde la ermita.


            Pero antes, disfrutemos de este lugar y sus magníficas vistas. Carente de valor artístico, hablamos de la ermita, pues está construida con materiales y técnica propios de la arquitectura popular pirenaica, está en un enclave tremendamente atractivo, además de, como decimos, disfruta de unas excelentes vistas. La pequeña explanada está dotada de unas mesas con bancos, que invitan a reposar y echar un bocado, un ofrecimiento que nos hacen y que aceptamos. El retorno, como decíamos, se realiza volviendo sobre nuestros pasos, pero antes de salir a la pista, nos metemos a la entrada de un prado que, por la izquierda, en pocos metros nos saca a un sendero para discurrir bajo una finca y tomar el sendero, muy pendiente a tramos, que nos lleva a enfrente del cartel que da acceso a la vía ferrata.


            Seguimos por la izquierda unos minutos, para salir a la estrecha carretera de Sesué norte, que nos saca a la antigua de Benasque, en una cerrada curva, que los viejos del lugar la conocen como curva de la lechera, porque antiguamente dejaban los ganaderos en ella, los bidones de la leche para que se la llevara la recogida. Se va dejando a la derecha una gran pared equipada para escalada deportiva, y a los diez minutos de la mencionada curva, tomamos un sendero a la derecha, que nos vuelve a regalar ese tránsito por cerrado bosque a través de uno de los viejos caminos que llevaban a las fincas de cultivo, hoy en día abandonadas. Volvemos a salir a la carretera de Eresué, que recorremos como cinco minutos, para tomar una pista a la derecha, y en otros cinco una senda a la izquierda, que nos lleva en otros quince a la pista bajo la presa del embalse.






            Solo nos queda superar hasta esa cota, hasta que la vista se vuelve a alegrar con la lámina de agua, iniciando un delicioso paseo por el contorno del embalse para en una media hora, que hacemos lentamente para disfrutar del paseo, llegar a cerrar la circular en un lugar muy próximo al punto de partida, al que llegamos tras cuatro horas, habiendo recorrido unos 11,7 km, con un desnivel acumulado de entorno a los 385 m D+/-.


Web:

Hijo de la Tierra 





Las fotos y el track





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