domingo, 18 de septiembre de 2022

Vuelta al Midi d'Ossau, gigante por los cuatro costados

AQUERAS MONTAÑAS
Vuelta al Midi d'Ossau
Sábado, 17 de septiembre de 2022

            El Midi d’Ossau es una de esas montañas sobre la que han corrido ríos de tinta. Mucho es lo que se ha escrito sobre ella, ciertamente, como lo que traemos hoy de la pluma de Patrice de Bellefon al referirse, más que al macizo en sí, a su entorno, a su contorno. Dice así: “El recorrido del Ossau constituye una magnífica excursión que visita esta maravilla hasta el complejo detalle de sus dependencias y sus jardines. El macizo, dominado por la silueta gallarda del pico es un mundo aparte que vive una especie de autarquía gracias a la diversidad coherente de sus parajes y de sus recursos”.



            No sabemos muy bien a qué se refería con ese giro poético de “dependencias y jardines”, aunque nos lo podemos imaginar. Lo que sí está claro, muy claro, es que nos pone el listón muy alto para, con esta pequeña muestra, poder seguir el hilo de lo que ha sido el darle la vuelta al macizo. Aunque nos lo ponga francamente difícil, es un ejercicio que procuramos hacer, el de mirarnos al espejo de los grandes, como grande es este macizo, de apabullante mirada, a la que no es fácil sostener la nuestra… y él lo sabe. Es difícil ocultarse a ella a cada paso que damos para rodearlo. Sabe llenar el espacio visual, se cree importante… y lo es. Sin pretender estar a su altura, ni mucho menos, partimos, pues, con la idea de fundir nuestra pulsión con la suya, algo que, en mayor o menor medida, creo que conseguimos.


           Pues allá vamos. Ciertas circunstancias nos han llevado a trasladar la fecha de esta salida, incluida en el programa de actividades de la Sección de Montaña del CP Mayencos, quizá sea el motivo de la baja participación, pero no importa, más disfrute en el reparto. Un disfrute que comienza en el aparcamiento del Midi, a poco de bajar del Portalet, desde donde salimos los cinco, con menos grados de temperatura que componentes, y envueltos en la habitual gabacha, pero con la seguridad de que solo ha sido una tentativa (por cierto, palabra del día hoy en el diccionario de la RAE). Bueno, a lo nuestro. Bajamos a la base del circo d’Anéou para tomar el concurrido camino de subida al refugio de Pombie, pasando antes por el collado de Soum de Pombie, que nos da ya vista a esa cuenca habitada por el lago y el refugio, a los pies del macizo, y con unas boiras ya en franca retirada.


            Nos acercamos hasta este privilegiado lugar, tras algo más de una hora de marcha, y la continuamos en dirección al collado de Souzon, al que se dirigen las gentes que quieren ascender al Midi por la vía normal. Dejamos el pico Saoubiste a nuestra derecha y, con las extraordinarias vistas que se nos abren al frente, vamos bajando por el sendero de la derecha para dejarnos engullir por el valle de Magnabaigt, por el que vamos bajando, dejando la granja homónima a la derecha y entrando en el bosque, que nos acoge con un microclima especial. Es un frondoso hayedo que nos acompaña hasta el concurrido aparcamiento de Bious-Artigues, junto al embalse, con apariencia aterradora, acusando la pertinaz sequía. Con nuestros mejores deseos, nos detenemos justo el tiempo de echar un bocado. Tres horas y cuarto hasta aquí, veinte minutos más al salir.





            Estamos en el punto más bajo de la travesía, y en el límite del Parque Nacional de los Pirineos, y por él continuamos, ya por pista, hasta el plateau de Bious-Artigues, un espectacular paraje que infunde una paz infinita al transitar junto a esos meandros de la gave de Bious, cuyas curvas encontramos protegidas por lajas para evitar el deterioro de las orillas en las avenidas. Al comienzo encontramos el desvío a la derecha para la zona de Ayous, que estaremos encantados de visitar en otra ocasión. Nos centramos en nuestra ruta y atravesamos este bellísimo lugar, habitado por una gran cabaña de caballos, para tomar el sendero, indicado como Tour de l’Ossau/Lac de Peyreget/Refuge de Pombie, a donde, en principio, nos dirigimos, con gran duelo por abandonar este remanso de paz entre grandes montañas.








            Si observamos el perfil que marca la traza de hoy, veremos que comienza la segunda gran subida de la jornada. Los primeros compases zigzaguean por la ladera, en la que pronto nos acoge de nuevo el bosque, en este caso un combinado de hayedo/abetar, y que, se queda disfrutando del entorno sin contar ya con nosotros, que pasamos a disfrutar del nuestro. Un terreno de pasto, y siempre bajo la atenta mirada del gigante local, nos sirve para ir avanzando hasta llegar al lago de Peyreget, otro gran hito de la ruta de hoy, donde paramos a echar otro bocado y a decidir por dónde volvemos, si por el collado homónimo, que nos llevaría al mundo Pombie, o por el de l’Iou, desde el que acortaríamos hasta el collado de Soum de Pombie, sin pasar ya por el refugio y el lago donde se mira. Pero eso será dentro de un cuarto de hora, que invertimos en el alimento del cuerpo y del alma.









           Ahora sí. Ahora llega el momento de decidirnos, y lo hacemos por incluir al Peyreget en el rodeo, de modo que hay que hacerlo a través del collado de l’Iou, al que nos dirigimos, llegando al cabo de casi seis horas y media, y al estar a 2190 msnm, le aúpa a ser el punto más alto de la travesía. Abandonamos la vertiente norte para ser parte de la sur, de ese inmenso circo d’Anéou, y ese cambio de orientación se nota en el ambiente y en la vegetación. Por estos pagos ya estuvimos hace muy poco tiempo, de la mano de José Miguel Navarro, quien nos enseñó a ver, y no solo a mirar, el porqué de este territorio, reflejado en su flora, en su fauna, en su geología, antropología, y todo lo que se le ponía por delante. En poco más de media hora alcanzamos el col de Soum de Pombie, donde cerramos la circular, y en algo más de tres cuartos de hora llegamos al punto de arranque.




            Una muy sabrosa ruta, en la que hemos podido disfrutar del espectacular entorno que dibuja este gran macizo, de los valles que lo circundan, de los puertos que los cruzan… en fin, una maravilla, totalmente recomendable, en la que hemos invertido 7 horas y 50’, para recorrer 23 km y salvar un desnivel acumulado de en torno a los 1325 m D+/-.


Bibliografía:

Los Pirineos, las 100 mejores ascensiones y excursiones. Patrice de Bellefon. Editorial RM (1977)

Webs:

Club Pirineísta Mayencos 

Parque Nacional de los Pirineos 

RAE

Hijo de la Tierra 





Las fotos y el track



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