lunes, 26 de septiembre de 2022

Guayente - Aigüeta de la Bal - Ibones de Pardines, el valle escondido

 


AQUERAS MONTAÑAS
Guayente - Aigüeta de la Bal - Ibones de Pardines
MIércoles, 21 de septiembre de 2022

            Cuando José Cardús nombraba en su libro de Turismo Altoaragonés a López Novoa, suponemos que se referiría al historiador y escritor español, sacerdote y fundador de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, de nombre Saturnino, cuando en un párrafo decía que “… se venera bajo el expresado título de Nª Sª de Guayente desde el año 1070 en que, según escrito que obra en el archivo de los Azcones y confirma la constante tradición, fue aparecida al muy ilustre señor don Hernando de Azcón, señor de la baronía de Castamer.


Crédito: Prames


Crédito: Asociación Guayente

            Pues sí, amigos. De nuevo una aparecida, o encontrada, hallada… en aquellos años oscuros en los que eran frecuentes este tipo de manifestaciones. En este caso fue un noble el afortunado que, oyendo música celestial se acercó hasta su procedencia, y allí estaba la imagen, que llevó a Sahún, insistiendo la propia imagen en volver al lugar de su aparición hasta tres veces, según cuentan las crónicas del momento, es por lo que le hicieron allí un acomodo definitivo, en una plataforma sobre unos grandes peñascos, muy visible desde la carretera subiendo hacia Benasque. Hoy en día es la sede de la Asociación Guayente, “… una organización sin ánimo de lucro creada en 1981 con el objetivo general de promover el desarrollo socioeconómico y cultural de los pueblos del valle de Benasque”, según la carta de presentación que ofrecen en su web. Desarrollan tres proyectos: Escuela de Hostelería “Guayente”, Centro de Atención a Personas con Discapacidad “El Remós” y el Área Sociocultural. Unas actividades desarrolladas a lo largo de más de cuarenta años, mucho antes de que se acuñara el concepto de la “España vaciada”, aunque bien es cierto, llegaría varias décadas tarde, y que sí cumple con la premisa de fijar población.


            Con estas reflexiones emprendemos la marcha hacia esa Aigüeta de la Bal, considerado uno de los valles más bonitos y solitarios de los que vierten al de Benasque. El arranque no engaña, parece empinado y lo es. Por camino, a tramos empedrado y no muy cómodo, se va ganando altura para entrar, en principio, a la Aigüeta de Eriste/Grist, encontrando enseguida el cartel que nos anuncia que entramos en el espacio del Parque Natural Posets-Maladeta. Seguimos por bosque, dejando a la derecha dos escapes, el primero que suponemos irá directamente a Eriste, y el segundo que lo hace al puente de Tramarríus, ambos de pronunciada pendiente. Entre ellos, el arbolado deja algún respiro para asomarnos al valle. Una vez entrados en el nuestro, en menos de dos horas lo cruzamos a su margen izquierda, y lo hacemos por un flamante puente de piedra, que ha sustituido recientemente a una palanca de madera.


            Continuamos por el sendero, que nos lleva a un descampado, conocido como pleta/plleta d’Ixordigal, término que entendemos viene de “xordiga”, “chordiga”, diversos nombres altoaragoneses con los que se conocen las hortigas, que es precisamente lo que sentimos en nuestras piernas al pasar. El lugar está coronado por la cabaña de Baquerisal. Nos vamos sobreponiendo al curso del barranco, por entre árboles vamos subiendo, hasta que salimos ya de él y, con un brusco cambio de rumbo, giramos a la izquierda, entrando ya en un precioso valle, en el que, poco a poco, nos vamos acercando a la pleta del Tusalet o de la Ribereta, todo un remanso de paz, en el que se amansan las aguas que vienen del circo homónimo, con gran predominio de las que bajan de la cascada de Bagüeña, procedentes de los ibones del mismo nombre.








            Ya tenemos el siguiente hito a nuestra vista, el refugio de Pardines, entre una mancha verde de los pastos que lo rodean. Acompañamos a la aigüeta hasta un sitio cómodo para cruzarla y comenzar a encaramarnos sobre la ribera derecha para alcanzar el mencionado refugio. Tres horas y media hasta él. Continuamos en dirección oeste para llegar al ibón del Paso les Vaques (Basa de Pardines en los mapas), otro remanso de paz, y no va a ser el último. Estamos bajo el collado de Pardines o de la Ribereta, que nos daría paso a la cuenca de Barbarisa/Barbariccia. Volvemos sobre nuestros pasos hasta el refugio, que lo sobrepasamos por arriba, para dirigirnos hacia el sur, para subir, ahora sí, a los ibones de Pardines, con la Tuca de Sierco rasgando el horizonte próximo.


            El primero que encontramos es el ibón de Chuncos (Negro en los mapas), y por una ancha canal a la derecha alcanzamos el ibón Negre (Chuncos en los mapas), el mayor de todos, bajo la imponente presencia del Tusal del Bocs. Continuamos por nuestra izquierda para pasar un pequeño collado y ganar la vista para el ibón de Petri (Patri en los mapas), que bordeamos por su margen izquierda para ir bajando hacia el de Chuncos y, sin llegar a él, nos despedimos de esta bellísima cuenca y del refugio, para comenzar el descenso hacia la pleta del Tusalet o de la Ribereta. Siguiendo junto al cauce del arroyo, hasta donde podemos, pues él se despeña, y nosotros describimos un giro hacia el sur para ir perdiendo altura también, pero más serenamente.












            Antes de bajar a la pleta ya habíamos cerrado la circular, de modo que ya llevamos tiempo repitiendo itinerario, cabaña de Baquerisa, pleta d’Ixordigal, puente de la Aigüeta, y continuar hasta llegar al punto de partida, habiendo recorrido 17,4 km en 9 horas, que bien podrían haber sido 8, pero hubiéramos disfrutado una menos, y salvando un desnivel acumulado en torno a los 1265 m D+/-


Bibliografía:

Historia de Aragón. Los poblados y los despoblados II. Antonio Ubieto Arteta. Anubar (1984)

Turismo Altoaragonés. José Cardús Llanas. Heraldo de Aragón (1969)

Webs:

Guayente 

Sahún 

Red Natural de Aragón

RAE 

Hijo de la Tierra 





Las fotos y el track




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