sábado, 15 de agosto de 2020

Punta Suelza, un gran pico entre ibones



AQUERAS MONTAÑAS
Punta Suelza (2972 m)
Viernes, 14 de agosto de 2020


Zona de Cotiella

            En el corazón del Sobrarbe, tenemos un recóndito valle, el de Gistaín, Chistau para los paisanos, quizá uno de los pirenaicos que más tardó en abrirse al mundo. Es por lo que aún conserva ese atractivo ambiente rural tradicional, que tiene su reflejo en unas todavía vivas, aunque en franco retroceso, actividades agrícolas y ganaderas. Unas actividades que delatan los grandiosos espacios naturales, en sus amplias laderas, ocupadas por grandes cantidades de bancales, pequeños trozos de terreno que desde hace siglos le han ganado a las montañas para uso propio, para uso de la casa. Una casa, una hacienda, que ha sido secularmente el centro nuclear de la vida humana en el Alto Aragón y que, como hilo conductor de usos y costumbres, ha preservado un verdadero legado patrimonial que se respira en cada uno de los rincones de sus pueblos, Plan, San Juan de Plan, Gistaín y Saravillo, regados por el Zinqueta, y Sin, Serveto y Señés, en un valle que se abre por su derecha, barranco del Mont, según los mapas.

La vista se desliza por el barranco de Pardinas hacia el valle de Pineta

Por delante, nuestra ruta
            Pero no es en esta ocasión que hemos venido para saborear ese gustillo etnográfico que ofrecen los pueblos y sus rincones. Lo hemos hecho para visitar su mundo natural, un puro paraíso con grandes posibilidades para echar el día en sus montañas. Hoy, hemos elegido la Punta Suelza, una montaña que en su proceso orogénico de elevación quizá aspirara a superar la mítica barrera de los tres mil metros, pero que se ha visto compensada con la tranquilidad de no haberlo hecho, porque así está libre de los “coleccionistas”. Una elevación, que hoy en día se reparten los municipios de Gistaín y Tella-Sin, y a la que no le es fácil definir su posición en el entorno, porque como buena gallineta de su corral, quisiera tener bajo sí a todos sus polluelos. Por una parte tiene en su seno sur los bellos ibones de Barleto, pero por otra, y nos meteríamos ya en terreno del término de Bielsa, su cordal tiene continuidad hacia otras dos puntas, la del Cau y la Punta Fulsa, que acogen en su seno otro ibón, el del Cau. Al propio tiempo, su fachada norte asoma a los grandes espacios del mundo Urdiceto, y sus ibones, y a la interminable bajada hacia Biadós, por las bordas de Licierte, que puedes recorrer en compañía del GR 11.

Listos para acompañar al nublao 

Maristás y l'Orbar
            En definitiva, una montaña, esta de Suelza, no demasiado codiciada, pero con unas extraordinarias vistas sobre el entorno, y a la que hoy nos disponemos a rendir culto. Para ello nos dirigimos hasta Serveto, para tomar a la entrada del pueblo la pista que a lo largo de unos 10 kilómetros nos deja en el collado de la Cruz de Guardia, a más de 2100 metros de altitud, desde los 1300 de su arranque. Una pista que se va cruzando con el GR 19.1, una variante del GR 19 o Sendero del Sobrarbe.

Cabaña de Pardinas y su entorno

Estiva de Pardinas
            Una vez llegados aquí, podemos contemplar un primer plano de una sierreta con cotas como Maristás y l’Orbar, cuyos poco más de 2400 metros se alzan sobre un impresionante canchal en su fachada norte. Dejamos el vehículo, dando comienzo a nuestra marcha continuando por la pista hasta su término, unos 2,7 km más, en la cabaña de Pardinas, construida al amor de una gran roca. Bajo ella, una deliciosa estiva, con su corral, con su fuente, con su abrevadero, un gran depósito abierto, y por el que surge el agua a borbotones, como si de un pozo artesiano se tratara… lo tiene todo, excepto el ganado.

Cabaña de pastor

Gran hito, con el objetivo a la vista
            Un sendero, no muy definido, pero ayudado de hitos, nos va subiendo por la ladera, pudiéndonos desviar un poco a nuestra izquierda para visitar otra cabaña de pastores, cuyo arreglo del tejado ha olvidado dar salida a la chimenea, lo que se nota también en el ennegrecido techo. Nos incorporamos al sendero, que aprovecha una pequeña canal para ir subiendo ya sin remisión, un ascenso que, con mayor o menor inclinación, apenas nos va a abandonar en todo el recorrido. Se le da la vuelta a la loma y se sigue subiendo, teniendo ya nuestro objetivo a la vista. Se pasa por una discreta cota, se baja un poco y se acomete la subida por una gran loma herbosa en la que destaca un gran hito de piedras.

Ibones de Barleto, con la desafiante Punta Fulsa asomando

Tramo de roquedo
            Algo antes de llegar a él nos situamos ya al borde de una cornisa desde la que se domina la cuenca donde habitan los ibones de Barleto, que son dos. Merece la pena detenerse para contemplarlos y animarlos a que sigan ahí. A la vista también, tenemos la desafiante Punta Fulsa, que con la cercana del Cau, forman un circo para alojar al ibón homónimo. Continuamos con nuestra subida, que se encamina ya hacia una loma que antes de los 2800 metros deja paso la vegetación al roquedo que, transitándolo con cuidado no ofrece mayores dificultades.

Ibones de Urdiceto, próximos al GR 11

Cuenca del Cau
            Un tramo más tranquilo antecede a la llegada a cumbre, provista de vértice geodésico, desde donde compartimos vista con su fachada norte, el gran espacio de Urdiceto, refrescado con sus ibones. Y siguiendo la cornisa hacia el NW se asoma uno a la cuenca del Cau. Dos horas y media hasta aquí han hecho de la ruta una ascensión muy llevadera. Una ruta que llevábamos meses tratando de encajar en el calendario, pero que por unas razones u otras no había podido ser, y que quizá tampoco era hoy el mejor día, porque las borrascas se ciernen sobre las cumbres, impidiendo una óptima vista sobre el entorno. Aun así nos da para ver el profundo valle de Pineta, encajado entre sus enormes paredones y las Tres Marías, al sur, y la sierra de Espierba al norte, y cerrado por el precioso ”Cul de Pineta”, bajo el macizo de las Tres Sorores. También entre velos, se puede adivinar la grandiosa sierra Ferrera, con Peña Montañesa, y su hermana Cotiella, otros dos portentos de la naturaleza. Sin embargo por la zona Posets, y posterior Aneto-Maladetas está peor, perdiéndose entre nubes los saludos que les enviamos.

Continuación del cordal hacia el oeste, con las zonas de Posets y Aneto-Maladetas entre nubes

            Algo más de media hora en la cima y tomamos el camino de regreso, exactamente por el mismo itinerario que el de subida, y al que le dedicamos no más de hora tres cuartos, dando término de este modo a una bonita ruta por entre paisajes increíbles por estas tierras de Sobrarbe, condado que fue y posterior reino, y cuyo nombre deriva del latín “Super Arborem”, sobre el árbol, haciendo alusión a la legendaria Cruz Roja que apareció sobre una carrasca en el asedio musulmán de la villa de Aínsa, y que no solo permanece en el escudo de la histórica Aínsa y de la actual comarca, sino que forma parte del primer cuartel del escudo de Aragón, como puede verse al margen.

El gran hito, con el comienzo del valle de Pineta al fondo

            Concluimos, como  siempre, con los datos de la salida, como referencia para posteriores usuarios. En total, han sido 12,6 km los recorridos, en un tiempo total de 4h 55’, del que 3h 50’ han sido en movimiento, salvando un desnivel acumulado total de 930 m D+/-, por una más que recomendable ruta.


Las fotos y el track.

5 comentarios:

  1. Hola Chema.

    Siempre se agradecen estás ascensiones menos concurridas, en el que disfrutar de la naturaleza y las vistas, y Punta Suelza cumple con creces a pesar de que nos salió el mejor día.

    Un saludo

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  2. Creo que nos encontramos ayer en la cima.
    No fue el mejor día, pero si pudimos disfrutar de la soledad, de los ibones,del camino....
    Buena crónica!

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    1. Sí, ayer coincidimos con dos personas en la cumbre, que salían cuando nosotros entrábamos. Y luego coincidimos también en el collado de la Cruz de Guardia. Buen día pasamos. Gracias por la felicitación.

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  3. Precioso paseo en un día despejado gracias Chema por tus acertados comentarios

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