AQUERAS MONTAÑASPunta Suelza (2972 m)Viernes, 14 de agosto de 2020
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Zona de Cotiella |
En el corazón del Sobrarbe, tenemos un recóndito valle,
el de Gistaín, Chistau para los paisanos, quizá uno de los pirenaicos que más tardó
en abrirse al mundo. Es por lo que aún conserva ese atractivo ambiente rural
tradicional, que tiene su reflejo en unas todavía vivas, aunque en franco
retroceso, actividades agrícolas y ganaderas. Unas actividades que delatan los grandiosos espacios naturales, en sus amplias laderas, ocupadas por grandes
cantidades de bancales, pequeños trozos de terreno que desde hace siglos le han
ganado a las montañas para uso propio, para uso de la casa. Una casa, una
hacienda, que ha sido secularmente el centro nuclear de la vida humana en el Alto Aragón y que, como
hilo conductor de usos y costumbres, ha preservado un verdadero legado
patrimonial que se respira en cada uno de los rincones de sus pueblos, Plan, San Juan de Plan, Gistaín
y Saravillo, regados por el Zinqueta, y Sin, Serveto y Señés, en un valle que se abre por su
derecha, barranco del Mont, según
los mapas.
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La vista se desliza por el barranco de Pardinas hacia el valle de Pineta |
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Por delante, nuestra ruta |
Pero no es en esta ocasión que
hemos venido para saborear ese gustillo etnográfico que ofrecen los pueblos y
sus rincones. Lo hemos hecho para visitar su mundo natural, un puro paraíso con
grandes posibilidades para echar el día en sus montañas. Hoy, hemos elegido la Punta Suelza, una montaña que en su
proceso orogénico de elevación quizá aspirara a superar la mítica barrera de
los tres mil metros, pero que se ha visto compensada con la tranquilidad de no
haberlo hecho, porque así está libre de los “coleccionistas”. Una elevación,
que hoy en día se reparten los municipios de Gistaín y Tella-Sin, y a
la que no le es fácil definir su posición en el entorno, porque como buena gallineta de su corral, quisiera tener
bajo sí a todos sus polluelos. Por una parte tiene en su seno sur los bellos ibones de Barleto, pero por otra, y nos
meteríamos ya en terreno del término de Bielsa,
su cordal tiene continuidad hacia otras dos puntas, la del Cau y la Punta Fulsa,
que acogen en su seno otro ibón, el del Cau.
Al propio tiempo, su fachada norte asoma a los grandes espacios del mundo Urdiceto, y sus ibones, y a la
interminable bajada hacia Biadós, por
las bordas de Licierte, que puedes
recorrer en compañía del GR 11.
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Listos para acompañar al nublao |
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Maristás y l'Orbar |
En definitiva, una montaña, esta
de Suelza, no demasiado codiciada, pero con unas extraordinarias vistas sobre
el entorno, y a la que hoy nos disponemos a rendir culto. Para ello nos dirigimos
hasta Serveto, para tomar a la
entrada del pueblo la pista que a lo largo de unos 10 kilómetros nos deja en el
collado de la Cruz de Guardia, a más
de 2100 metros de altitud, desde los 1300 de su arranque. Una pista que se va
cruzando con el GR 19.1, una variante
del GR 19 o Sendero del Sobrarbe.
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Cabaña de Pardinas y su entorno |
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Estiva de Pardinas |
Una vez llegados aquí, podemos
contemplar un primer plano de una sierreta
con cotas como Maristás y l’Orbar, cuyos poco más de 2400 metros
se alzan sobre un impresionante canchal en su fachada norte. Dejamos el vehículo,
dando comienzo a nuestra marcha continuando por la pista hasta su término, unos
2,7 km más, en la cabaña de Pardinas,
construida al amor de una gran roca. Bajo ella, una deliciosa estiva, con su corral, con su fuente, con
su abrevadero, un gran depósito abierto, y por el que surge el agua a
borbotones, como si de un pozo artesiano se tratara… lo tiene todo, excepto el
ganado.
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Cabaña de pastor |
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Gran hito, con el objetivo a la vista |
Un sendero, no muy definido, pero
ayudado de hitos, nos va subiendo por la ladera, pudiéndonos desviar un poco a
nuestra izquierda para visitar otra cabaña de pastores, cuyo arreglo del tejado
ha olvidado dar salida a la chimenea, lo que se nota también en el ennegrecido
techo. Nos incorporamos al sendero, que aprovecha una pequeña canal para ir
subiendo ya sin remisión, un ascenso que, con mayor o menor inclinación, apenas
nos va a abandonar en todo el recorrido. Se le da la vuelta a la loma y se
sigue subiendo, teniendo ya nuestro objetivo a la vista. Se pasa por una
discreta cota, se baja un poco y se acomete la subida por una gran loma herbosa
en la que destaca un gran hito de piedras.
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Ibones de Barleto, con la desafiante Punta Fulsa asomando |
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Tramo de roquedo |
Algo antes de llegar a él nos
situamos ya al borde de una cornisa desde la que se domina la cuenca donde
habitan los ibones de Barleto, que son dos. Merece la pena detenerse para
contemplarlos y animarlos a que sigan ahí. A la vista también, tenemos la
desafiante Punta Fulsa, que con la cercana del Cau, forman un circo para alojar
al ibón homónimo. Continuamos con nuestra subida, que se encamina ya hacia una
loma que antes de los 2800 metros deja paso la vegetación al roquedo que,
transitándolo con cuidado no ofrece mayores dificultades.
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Ibones de Urdiceto, próximos al GR 11 |
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Cuenca del Cau |
Un tramo más tranquilo antecede a
la llegada a cumbre, provista de vértice geodésico, desde donde compartimos
vista con su fachada norte, el gran espacio de Urdiceto, refrescado con sus
ibones. Y siguiendo la cornisa hacia el NW se asoma uno a la cuenca del Cau. Dos
horas y media hasta aquí han hecho de la ruta una ascensión muy llevadera. Una
ruta que llevábamos meses tratando de encajar en el calendario, pero que por
unas razones u otras no había podido ser, y que quizá tampoco era hoy el mejor día,
porque las borrascas se ciernen sobre las cumbres, impidiendo una óptima vista
sobre el entorno. Aun así nos da para ver el profundo valle de Pineta, encajado entre sus enormes paredones y las Tres Marías, al sur, y la sierra de Espierba al norte, y cerrado
por el precioso ”Cul de Pineta”,
bajo el macizo de las Tres Sorores. También
entre velos, se puede adivinar la grandiosa sierra Ferrera, con Peña Montañesa, y su hermana Cotiella, otros dos
portentos de la naturaleza. Sin embargo por la zona Posets, y posterior Aneto-Maladetas
está peor, perdiéndose entre nubes los saludos que les enviamos.
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Continuación del cordal hacia el oeste, con las zonas de Posets y Aneto-Maladetas entre nubes |
Algo más de media hora en la cima
y tomamos el camino de regreso, exactamente por el mismo itinerario que el de
subida, y al que le dedicamos no más de hora tres cuartos, dando término de
este modo a una bonita ruta por entre paisajes increíbles por estas tierras de Sobrarbe,
condado que fue y posterior reino, y cuyo nombre deriva del latín “Super
Arborem”, sobre el árbol, haciendo alusión a la legendaria Cruz Roja que apareció sobre una
carrasca en el asedio musulmán de la villa
de Aínsa, y que no solo permanece en el escudo de la histórica Aínsa y de la actual comarca, sino
que forma parte del primer cuartel del escudo
de Aragón, como puede verse al margen.
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El gran hito, con el comienzo del valle de Pineta al fondo |
Concluimos, como siempre, con los datos de la salida, como
referencia para posteriores usuarios. En total, han sido 12,6 km los
recorridos, en un tiempo total de 4h 55’, del que 3h 50’ han sido en
movimiento, salvando un desnivel acumulado total de 930 m D+/-, por una más que
recomendable ruta.
Hola Chema.
ResponderEliminarSiempre se agradecen estás ascensiones menos concurridas, en el que disfrutar de la naturaleza y las vistas, y Punta Suelza cumple con creces a pesar de que nos salió el mejor día.
Un saludo
Sí, Eduardo. La montaña es muy agradecida.
EliminarCreo que nos encontramos ayer en la cima.
ResponderEliminarNo fue el mejor día, pero si pudimos disfrutar de la soledad, de los ibones,del camino....
Buena crónica!
Sí, ayer coincidimos con dos personas en la cumbre, que salían cuando nosotros entrábamos. Y luego coincidimos también en el collado de la Cruz de Guardia. Buen día pasamos. Gracias por la felicitación.
EliminarPrecioso paseo en un día despejado gracias Chema por tus acertados comentarios
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