domingo, 30 de agosto de 2020

Ibón de Estanés, el Estanés oculto


AQUERAS MONTAÑAS
Ibón de Estanés (1770 m)
Sábado, 29 de agosto de 2020


Sinclinales por encima de la chorrota del Aspe
            Hoy nos aproximamos a las montañas con una frase de Dogen Zenji, maestro zen japonés del siglo XIII: “La mente no es otra cosa que montañas y ríos, y la amplia tierra, el sol, la luna y las estrellas”. Frase que resume en pocas palabras toda una filosofía de vida, porque te lleva a asumir que en nuestro interior se halla todo cuanto hay a nuestro alrededor, y que a través de ese nexo podemos entrar en contacto con la esencia pura de todo cuanto existe ahí afuera, con el espíritu de las montañas, ríos y valles, y todas las manifestaciones de la naturaleza, de la bendita naturaleza.


Santuario de hayas... y hadas

El arroyo a su paso por el bosque
            Una naturaleza que, con toda su grandeza, también mantiene vivos esos recónditos rincones, poco frecuentados y que pueden hacer las delicias del caminante. Hay que marcarse objetivos, sí, pero la dicha más que en su consecución, que también, está en el camino que te lleva a ellos. Hoy, nos hemos propuesto visitar un lugar que, a pesar de su altísima concurrencia, aunque hoy no la ha tenido, no deja de ser mágico, pero si, además, lo abordas y lo abandonas por itinerarios por los que solo transita esa magia, realmente sí que puedes decir que has cubierto todas las expectativas.


Bosque... y más bosque

Explosión de vida
            A diferencia de lo que ocurre en terrenos graníticos, en los calizos los depósitos de agua son más escasos debido a la mayor filtración de esa composición geológica. El ibón de Estanés es uno de esos escasos ejemplos de cuencas lacustres que permanecen ocupadas, y en este caso se halla en una verdadera encrucijada de caminos que, si pensábamos que los habíamos recorrido todos, siempre hay alguno nuevo por descubrir. Eso nos ha ocurrido hoy. Tras haberlo visitado dos docenas de veces, todavía hoy es tan solo la segunda vez que hacemos el itinerario, de ida, al menos una buena parte de él, y la primera que lo hacemos por uno al que le teníamos ganas.

Mañana temblorosa para salir

Aspecto de la mañana en Candanchú
            Candanchú, ocho de la mañana, que parece que viene con malos humos, pero que se le pasan enseguida. Emprendemos la marcha por la base de la estación hasta tomar, un poco antes del estadio de biatlón, el antiguo trazado del GR 11. Tras pasar el collado de Causiat y con ello entrar en el Parque Nacional de los Pirineos, en consecuencia, en Francia, se alcanza un barranco con un visible tubo y una fuente. Aquí abrimos la circular, continuando por el sendero de la derecha, que pronto se interna en el hayedo. Un espectacular bosque de grandes ejemplares que confieren un ambiente realmente mágico.


Circo del Aspe

Granja de Escourete
            En cuarenta minutos, y tras haber atravesado el cauce de la chorrota, nos incorporamos a la pista que viene de Sansanet. Siguiéndola en sentido ascendente, pronto dejamos atrás el sendero que viene del mismo lugar. En un claro del bosque dejamos a la derecha el desvío a la granja de Escourete, por donde vemos alejarse la Senda de Camille. Ya por el camino normal, archiconocido, salimos del bosque al tiempo que volvemos a cruzar la frontera junto al puntal del Tacho para meternos en el barranco de Estanés, y en poco más llegamos al ibón. Un ibón que se encuentra hoy tranquilo, relajado, descansando de tanto ajetreo de estos días pasados. Hace poco estuvimos y parecía Marbella. Hoy, un transeúnte, nosotros y la magia del lugar.

Huerto de Estanés

Sarrios a sus anchas
            Tomamos el camino del valle de los Sarrios, por donde discurre el actual trazado del GR 11 dirección Lizara, y antes de llegar a ese, también mágico, paraje, se nos abre el Huerto de Estanés, un pequeño valle paralelo al eje pirenaico, cuyo tránsito lo realizamos en poco menos de media hora, y vemos amenizado por el incesante cruce de cantidad de sarrios cuyos envidiables brincos los posicionaban en lo alto de los roquedos en cuestión de segundos. La salida natural del valle se despeña por una corta, pero valiente, chimenea pegada a la pared de nuestra izquierda. Hacemos un destrepe que se nos antoja más cómodo de subida, y bajamos una empinada loma herbosa, hasta alcanzar el más cómodo fondo del circo, hasta alcanzar el canchal, cuyo camino nos deja en el viejo GR 11, poco antes de llegar al paso de la chorrota.

Destrepando

Valle de regreso del Huerto de Estanés
            Nos llegamos a ella y, aunque solo sea por curiosidad, nos encaramamos a los grandes bolos del lecho del barranco, siguiendo hitos, hasta la base de la chimenea a trepar, que ya hicimos hace pocos días. Le dedicamos unos minutos a la contemplación, y desandamos lo andado hasta el paso, y ya por el camino de regreso nos dirigimos hacia Candanchú, primeramente, cerrando la circular, y luego volviendo sobre nuestros pasos el tramo hasta el punto de partida.




En la chorrota, al pie de la trepada

            Aunque muchas han sido las visitas a este ibón de Estanés, hoy ha sido por un itinerario distinto, el regreso y buena parte del acceso, invirtiendo 5h 35' de tiempo total, para recorrer 14,9 km y salvar un desnivel acumulado total de 915 m D+-, en una mañana algo estorbada, que ha hecho selección de visitantes, estando prácticamente solos en la montaña, que finalmente ha dejado hacer.


 



Las fotos y el track


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