Tarayuela (1.738 m)
Lunes, 10 de abril de 2017
Tarayuela, Tarayola… Encontramos este
nombre en otros montes de Aragón. Será que es nombre común, aunque para los
tres que hemos subido lo es propio. Tarayuela de Plenas. Tarayola de Calanda. Y
hoy aquí, en el Tarayuela de Cantavieja, la capital del Maestrazgo turolense, y
que forma parte de la larga lista aragonesa de pueblos más bonitos de España.
Distinción merecida, desde luego. Situado en lo alto de una loma caliza, sobre
el río que le da nombre, sus 1.300 metros de altitud le confieren una
espectacular atalaya sobre los grandes espacios que le rodean. Uno de ellos, el
más sureño, está ocupado por ese monte Tarayuela, a cuya cruz, siguiendo las
indicaciones del amigo Diego, con Sara y Marisa, nos dirigimos hoy.
Al poco de arrancar |
Progresando |
Tomamos la carretera de
Mosqueruela, y apoco más de dos kilómetros, sale a mano derecha, un tanto
escondido, el arranque del antiguo GR 8, que tomamos ya con el objetivo a la
vista, fácilmente identificable por la cruz metálica que hemos de alcanzar. De
modo que con vocación de ir ganando desnivel con facilidad, tras un arranque
suave, continuamos por una amplia loma herbosa. Las marcas cruzan la carretera
y continúan con clara determinación de acercarnos hacia el roquedo cimero, que
poco a poco vamos dejando a nuestra izquierda para llegarnos hasta el collado, que
alcanzamos al cabo de algo más de media hora, donde nos espera Diego, que en
cinco minutos más nos acompaña hasta esa cruz que domina todo el espacio del mediodía
de Cantavieja.
Cantavieja, la joya de la corona, con la Muela de Monchén de telón de fondo |
Masía Oliver |
La panorámica que dan los
quinientos metros de diferencia de cota entre la cruz y el pueblo justifican el
ascenso a esta extraordinaria atalaya. En esa panorámica destaca la muela Monchén,
algo más alta que la cruz. Un ascenso que se puede complementar acercándonos
hasta el vértice geodésico, dejando a nuestra izquierda lo que queda de la masía
de Oliver, y sus campos, que rezuman aires de otros tiempos. Si tenemos tiempo
y ganas, nosotros lo hemos hecho, podemos seguir hacia la masía de Altaba, donde un oportuno banco de
madera puede acogernos para contemplar el excelente panorama sobre el pueblo y
sus alrededores. Un panorama que nos viene documentado en el panel informativo
del Mirador de La Tarayuela que hay un poco más abajo.
De verdadero lujo |
Masía de Altaba |
Nuestro anfitrión de hoy, Diego,
que nos va siguiendo con el rodante, nos recoge aquí para bajarnos ya a
Cantavieja, donde gustamos de un relajado paseo por su casco viejo, con casas
infanzonas y todo el legado arquitectónico que siglos de historia han dejado
para deleite de propios y extraños, y que bien sienta tras la estupenda tarde
de monte de hoy. Sí, será difícil no asombrarnos ante la plaza porticada con su
imponente iglesia de la Asunción y el Ayuntamiento, o el antiguo castillo,
convertido en ermita del Santo Sepulcro, o cualquiera de las ermitas que
pueblan su término. Según la leyenda, fue Amílcar Barca quien fundó Cartago
Vetus en el siglo III a.C., la actual Cantavieja, aunque se han encontrado
vestigios arqueológicos anteriores.
Amanece sobre Cantavieja |
Vigilante |
En cuanto al balance, las
posibilidades son múltiples. Desde el desvío de la carretera hasta el mirador,
pasando por la cruz han sido 3,6 km, en los que le hemos metido 1h 25’ de
tiempo total, del que 1 hora ha sido en movimiento, para salvar 330 metros de
desnivel acumulado D+ y 125 D-. Claro, que cabe la posibilidad de volver por el
mismo sitio, con poco más de 7 km. Si lo hacemos desde Cantavieja, con vuelta
por la carretera salen del orden de 11,3 km, que bien se pueden hacer en tres
horas. Y si queremos hacer un corto paseo, podemos comenzarlo en el mirador y
acercarnos hasta la cruz, pasando por el vértice, lo que no nos llevará ni hora
y media.
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