IXOS MONS
Peñarroya (2.028 m)
Martes, 11 de abril de 2017
Tres comarcas cierran Aragón por
el sur, Sierra de Albarracín, Comunidad de Teruel y Gúdar-Javalambre, pero
particularmente esta última aún se estira todavía más en esa extremadura
regional. Tierras con un rico pasado, tierras de fronteras, tierras repobladas,
tierras convulsas por mil y una batallas, que orgullosas hoy de su pasado,
quieren construirse un futuro en el que poner en valor sus enormes atractivos
medioambientales y paisajísticos. Flanqueada por las dos grandes serranías que
le dan nombre, constituyen el extremo suroriental del Sistema Ibérico, como
haciendo un último intento por empinarse para ver el mar.
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Panel informativo del STA GR 8, en Valdelinares |
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Cumbre del Peñarroya |
Con la ayuda de Javi, el guarda
del refugio de Rabadá y Navarro que la FAM tiene a los pies del Javalambre, y acompañados por Sara y Marisa, hemos acudido para ver no sólo la comarca, sino toda la provincia desde sus
máximas alturas. Y esas máximas alturas son dos, Javalambre y Peñarroya, una en cada
sierra, que pugnan por ser la mayor, aunque sólo esta última, con ayuda de la
mano del hombre lo consigue. Las dos miden 2.019 metros, pero la de Gúdar se
prolonga a través de un espectacular pódium, alcanzando los 2.028 metros que
indica oficialmente la señal del vértice geodésico.
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Ermita de Loreto, en Valdelinares |
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Aquí comienza nuestra ruta |
No queremos saber si esta pugna
va más allá. Lo que sí nos interesa es disfrutar de su ascenso, de su estancia
y de su descenso, que es a lo que estamos “condenados” los que nos gusta este
noble oficio de maridarnos con la naturaleza, con esta casa de todos, de la que
algún día salimos y de la que tenemos añoranza por volver. Y es lo que hacemos
de vez en cuando. Para la jornada de hoy partimos de Valdelinares, que presume
de ser el núcleo de población más alto de España. Sus escasos 100 habitantes,
piensan, sienten, obran, a casi 1.700 metros de altitud, todo un reto, sólo superado
por la genética. Bien, ahí vamos.
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Señalización del GR 8 |
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Abundantes narcisos nos acompañan en el camino |
Salimos de Valdelinares por la
TE-V-3 hacia el norte, una carretera que va en busca de la A-226 en el tramo
entre Allepuz y Villarroya de los Pinares. A unos 800 metros de la ermita de Loreto
dejamos el vehículo junto a la señalización del STA GR 8, siguiendo las marcas
en dirección a Alcalá de la Selva. Cruzamos el barranco de las Ranas y
comenzamos a subir por una vereda entre pastizales, donde los narcisos salen a
nuestro paso ayudados por lo templado del ambiente. Tenemos enfrente la Sierra
de Gúdar, cosida por las pistas de esquí. En menos de una hora nos presentamos
en la carretera que va a esas pistas, concretamente en el collado de la Gitana,
donde comienza la circular.
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Sierra de Gúdar, con las cicatrices de las pistas de esquí |
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Cruz de la Gitana, en su alto |
Unas enormes graveras, incómodas
visualmente, caracterizan este puerto. Junto a ellas, una cruz de madera lleva
inscrito el nombre de este alto. Por ella nos dirigimos para bajar por el
barranco que lleva también su nombre, todavía salpicado de manchas de nieve, hasta
dar en un cuarto de hora con el área de recreo de La Chaparrilla, rodeada de
pinar, y dotada de refugio, merendero y fuente, así como de una pequeña balsa,
que hace las delicias de los batracios. Un breve descanso y continuamos por la
pista, hasta abandonarla en cinco minutos, para tomar a mano derecha, en una
zona descarnada, un sendero poco definido, pero muy bien señalizado con hitos,
grandes hitos, que con una considerable inclinación, salva los doscientos
metros hasta la amplia meseta que hace de cumbre de este monte. La entrada se
hace a través de una curiosa escalinata de piedra que flanquea el roquedo cimero,
y que termina junto al panel orientativo y a un pluviómetro.
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Refugio de La Chaparrilla |
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Escalinata cimera |
A pocos metros, el enorme
pedestal que aúpa a este monte a la cota más alta de la provincia de Teruel.
Sobre una ancha zapata, a la que se accede por escalera de piedra, se alza otra
más estrecha y alta, que alberga el vértice geodésico, que si lo quieres tratar
de tú, hay que alcanzarlo a través de 12 grapas metálicas. Lo hacemos, claro, cómo
no. Y ahí estamos, sintiéndonos los más altos de la provincia bajoaragonesa en
ese momento, contemplando la panorámica que se nos abre a los 360º, que es auténticamente
impresionante, sobre todas las sierras circundantes, incluido nuestro siguiente
objetivo, el Javalambre, pero eso será esta tarde. Ahora a disfrutar.
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Panorámica desde el Peñarroya |
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Haciendo cumbre |
Para el descenso tomamos otra
ruta, hacia el NW. Lo primero que nos encontramos es un monolito con una placa
difusa, pero en la que se adivina que es de la Guardería Forestal del Estado. Seguimos
por la pista, que abandonamos para tomar un ancho y rojizo camino a mano
derecha, que nos hace girar, como dándole la vuelta al monte, y por entre pino
negro nos baja a un cruce, y posteriormente, y por pista alcanzamos el puerto
de la Gitana, justo al otro lado de las graveras, dando por finalizada la
circular. Sólo resta bajar hasta el coche por el mismo GR 8 que hemos tomado
para subir, algo que nos lleva como tres cuartos de hora de auténtico placer,
caminando entre narcisos y las características sabinas rastreras.
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Mirador del Peñarroya |
Lo alcanzamos al filo de las tres
de la tarde, habiendo recorrido como 11,2 km, en 3h 35’ de tiempo total, del
que 2h 40’ han sido en movimiento, para cubrir un desnivel acumulado de 645 m
D+ y D-. Teruel también existe.
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