IXOS MONS
Pico del Águila (1.619 m) y Ordás
Sábado, 1 de abril de 2017
Breve cuña de mal tiempo en la
montaña, pero tenemos la solución, marchar a la tierra baja, a esa a la que
recurrimos siempre en estos casos, a esa nada celosa que nos acoge siempre que
vamos, a esa menos visitada, menos contemplada, pero que guarda unos encantos sólo
reconocibles para aquellos que nos deslizamos por sus senderos, que nos aupamos
a sus alturas, que sabemos valorar lo que ella es. Hoy nos vamos a la Sierra de
Guara.
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Salimos de Arguis |
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Progresando por el bosque |
Sí, con los amigos Toño, Petri, Mª
Jesús, su Carlos, Marisa, Sara y otro Carlos más, partimos del mismo borde del
embalse de Arguis, que más lleno no puede estar, para hacer una bonita circular,
subiendo al pico del Águila por el barranco Castil de Villas, una depresión
entre la Punta de la Viñaza y nuestra loma, dejando a la Peña Roya al norte, para bajar por Ordás, ese conjunto
arquitectónico que con sus varios elementos lucha por sobrevivir, sin apenas
conseguirlo. Sólo su visita puede revivir su memoria.
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Los vientos perfilan los pinos |
Pico del Águila y Ordás, sí, los
vigías del viento, que hoy, desde luego han tenido mucha faena. Y hete aquí que
nos convertimos en esos transeúntes también del viento, porque está endiablado.
Y en su compañía nos dirigimos hacia un marcado rumbo este para meternos en el
bosque por un bien definido sendero que pronto nos va descubriendo a nuestra
derecha ese bravo barranco llamado Castil de Villas, para una vez sobrepasada esa
ralla que culmina en la Punta de la Viñaza, dejarnos cambiar de barranco, esta
vez al de Forna.
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Cuenca de Arguis |
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Tras el sendero un breve tramo de pista para alcanzar la cumbre |
Entre unos y otros, nuestro tránsito
por el bosque se ve intercalado con algún claro, a través de los que podemos ir
viendo más perspectiva sobre ese terreno que dejamos atrás, sobre esa cuenca de
Arguis, en cuyo fondo yace ese embalse alimentado por el Isuela y todos los
barrancos que de las Calmas por el sur y de Bonés por el norte a él vierten sus
aguas. Y esos bancales entre pueblo y embalse que destilan nostalgia de un
tiempo que se fue. También vamos dando vista sobre la Hoya de Huesca, agachada
ella para no ser pasto de los vientos.
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Cuenca de Belsué |
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Visgta sur, con destacados montes de la Sierra de Guara |
En cosa de hora y media nos
presentamos en el acceso carretero a ese complejo de antenas y repetidores que
colonizan la cumbre de este monte, el pico del Águila, que ya nos permite
asomarnos a otra gran cuenca, la de Belsué, también con su pueblo y su pantano,
embalsado por el Flumen, un recién nacido que le hacen amansarse, naturalmente, sin
conseguirlo, ya que han tenido que hacer una segunda barrera en Cienfuens para
sujetarlo del todo. Cuatro pasos y nos llegamos hasta la cumbre, asomándonos
a esos montes de Gabardiella, Corcurezo, Fragineto, Borón… todos ellos bajo la tutela
visual del Tozal de Guara, y el Picón, Peña Amán, Salto de Roldán, Piacuto y
tantos otros, algo más alejados.
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Ermita de Ordás |
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Castillo de Ordás |
Poco tiempo para echar un bocado,
la mañana está estorbada. Con las mismas, volvemos sobre nuestros pasos hasta
tomar el sendero y un poco más, donde está el desvío que nos encamina al mundo
Ordás. Un camino no muy cómodo, por el que vamos perdiendo altura, y
entendiendo que el viento ha venido hoy para quedarse. Dejamos a nuestra
izquierda el desvío que se dirige a Belsué, para seguir el descenso, hasta
llegar a una pista, que en poco nos lleva a la ermita de Ordás, como paso
previo para alcanzar el castillo. Entre ambos, unos pequeños bancales
atestiguan la vida que hubo, y de la que no se sabe mucho. Se trataba de un
enclave medieval al amparo de ese castillo, que no es otra cosa más que un gran
tapial con su puerta, por la que se accede al extremo de la pequeña planicie a la que
no hay forma de acceder por ninguno de sus otros dos lados, ya que están
protegidos por unos inexpugnables y enormes murallones que caen a pico sobre el
Isuela. La forma que tenían de protegerse sus escasos moradores era la de
entrar y cerrar la puerta, así de simple.
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En la puerta de la ermita |
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Interior de la ermita de la Virgen de Ordás |
Volviendo a la ermita, salta a la
vista que se trata de un conjunto arquitectónico un tanto desconcertante, pues
se compone de varios elementos que si bien las sucesivas restauraciones lo han
dejado en muy buenas condiciones, carece de uniformidad. El origen es del siglo
XII, aunque se cree que pudiera datar de mucho antes. La imagen de la Virgen de
Ordás fue quemada en la guerra civil. Pero sigamos, que de regreso aún nos
queda otro punto de interés en este sorprendente dominio de Ordás. Se trata de
una reconstruida cabaña pastoril, circular, con su perfecta bóveda, todo en
piedra seca, con bancal de pasto a sus pies.
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En el Castillo de Ordás |
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Cabaña Pastoril |
Unos nubarrones que con malas
intenciones han asaltado la sierra de Bonés, entran en la cuenca de Arguis
despachándose a gusto, pero no contentos con eso, y aliados con el fuerte
viento, vienen a nuestro encuentro descargando la correspondiente ración de
agua, que nos acompaña hasta alcanzar la carretera general, por cuya orilla, en
menos de media hora llegamos al punto de partida en las orillas del embalse de
Arguis.
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Congosto del Isuela, o Foz de San Climen |
De esta forma, damos por terminada una bonita circular por estos siempre
agradecidos montes, a la que le hemos metido 4h 35’ de tiempo total, del que 3h
30’ han sido en movimiento, para recorrer 11,9 km, con un desnivel acumulado de
960 metros D+ y D-. Y como bien está lo que bien acaba, no podía terminar mejor
esta media jornada que en torno a una buena mesa, con buena gente, risas, y nuevos
proyectos.
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