IXOS MONS
Peña Oroel (1.769 m)
Miércoles, 26 de abril de 2017
La Peña Oroel, esa nave varada en
el Campo de Jaca, con su desafiante proa de cara a los airados cierzos. La Peña
Oroel, esa nave varada en la rica historia de la Jacetania. La Peña Oroel, que
nunca ha naufragado en los temporales de los tiempos, convulsos, muy convulsos,
algunos. Ese monte mítico, mágico, referente de Jaca, un pueblo que en el
himno de su fiesta presume de “libre a su
sombra vivir”.
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Ermita románica de Santiago, en Barós |
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Hacia el objetivo |
Junto con el Albarún, al NE, y el
Grosín, al NW, de los que hemos dado cuenta recientemente, con la Peña Oroel,
que ocupa todo el territorio meridional del Campo de Jaca, completamos esta trilogía
de los montes que custodian este territorio. Ríos de tinta han corrido ya sobre
este mítico monte. Es difícil escribir algo que no hayamos hecho ya. Hoy lo
vamos a hacer, pero eligiendo rutas de ascenso y descenso, que aunque conocidas,
no son las habituales.
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Sendero por el bosque |
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Por la senda de los Lobos |
Partimos de la localidad de Barós,
pedanía de Jaca, que con sus 935 metros de altitud tiene una posición
privilegiada sobre el tajo que describe el río Aragón, y que presuroso trae las aguas del deshielo
desde su cabecera. Tras dejar atrás la románica de San Fructuoso y la ermita de
Santiago, tomamos el camino que se interna hacia la sierra, mirando por encima
del hombro al barranco Riazo. Nos dirigimos hacia una peña velada por unas
nieblas causadas por la merecida ruchada de ayer. El monte estaba muy seco, y
hoy lo agradece, y nosotros a él, porque la frescura, la limpieza, el brillo, el aroma, que nos regala, son auténticamente excepcionales.
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Saliendo a la curva 13 |
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Llegando al collado |
En llegando a las Fuentes de Barós,
tomamos el sendero de la izquierda, que va tomando ya mayor desnivel, hasta la
llegada a la carretera. Media hora larga hasta aquí. Continuamos de frente, por
la llamada senda de los Lobos, que va ganando altura sin piedad. Algunos
troncos cruzados han hecho trazar nuevos tramos de sendero para evadirlos. Veinticinco
minutos más y damos con el sendero que sube, o baja, nunca se sabe, hacia la
punta Bacials. Nosotros lo tomamos a la derecha para dirigirnos al oeste, hacia
la curva 13 de la subida normal.
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Varios itinerarios para alcanzar la cima |
Una vez en ella, ya es tomar el
itinerario normal hasta el collado, desde donde podemos apreciar el diferente
ambiente de la solana y del Gran Norte, sumergido éste en unas brumas que
esconden las tardanas nieves de ayer, y que van a acoger otras en las próximas
horas. Optamos por el sendero de la cornisa, hasta dar ya cerca de la Cruz con
el que sube por el fondo de esta gran plataforma cimera. La llegada al punto más
alto se hace en solitario, algo raro en este monte. Los mil metros de desnivel
con el fondo del valle, donde habita Jaca, contrastan con su humilde altitud, es
lo que le confiere una destacada particularidad. Lo explicamos.
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Último esfuerzo |
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El Gran Norte, hoy parco en palabras |
En el ámbito de la geografía, la orometría es la disciplina que se
encarga del estudio de la altitud de los accidentes geográficos más allá de la
propia altitud, digamos que le aporta una visión coral sobre el conjunto del
resto de montañas circundantes. En este contexto, el término prominencia se define como la altitud a
descender para subir la montaña más alta y próxima. En la comarca de La
Jacetania, la prominencia de la Peña Oroel (897 m), ni siquiera superada por la
de la Collarada (803 m), sólo lo es por la del Bisaurín (1038 m).
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Vértice de cumbre |
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Corte reciente de un pino |
Bueno, tecnicismos aparte, y sin
su ayuda, tratamos de distinguir entre las nieblas, todos esos montes que
constituyen la barrera divisoria de la cordillera. Francamente, no hay muchos
que se dejen ver hoy, pero no importa, a todos les dejamos nuestra tarjeta de
visita y ya sabrán de nuestras intenciones cuando se desembaracen de todo eso
que les atosiga.
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Mocholín, y el comienzo del sendero para las Fuentes de Barós |
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Cruce próximo a las Fuentes de Barós |
El regreso lo hacemos por la vía
normal, al menos hasta el Parador, desde el que iniciamos el descenso por un
corto tramo de carretera hasta entrar en el sendero de San Salvador, que
abandonamos a las pocas decenas de metros, para tomar a la derecha en el cruce
la dirección a Mocholín. Es una pista ciega, que termina en lo alto de este
monte, al que no llegamos, porque al salir a un claro, abandonamos para meternos
por un sendero que baja en busca del fondo del barranco, y que en cinco o diez
minutos nos lleva al cruce de las Fuentes de Barós, por donde hemos pasado a la
subida, y desde donde cerramos esta circular. Sólo nos resta llegar hasta esa
población.
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Saliendo del barranco Riazo, a su llegada a Barós |
Son variantes, de las muchas que
hay, para visitar este gran monte que domina todo el Campo de Jaca, y que ha
sido testigo de muchas idas y venidas, de muchas conquistas y reconquistas, y
que todavía conserva ese halo de misterio que nos sigue impregnando a pesar de las
veces y veces que lo hemos abordado. En esta ocasión, han salido 13,9 km,
invirtiendo 3h 30’ de tiempo total, del que 3h 10’ han sido en movimiento, para
salvar un desnivel acumulado +/- de 1000 metros.
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