Circo de Soaso (1.750 m)
Jueves, 27 de septiembre de 2012
Jueves. Desde el domingo por la
tarde llueve con ganas en el Pirineo. Unos ratos más que otros. Por unos
lugares más que por otros. Pero llueve, que es lo importante. Y eso se nota en
los árboles, se nota en los pastos, se nota en el aire, se nota en la luz. Todo
te mira de forma diferente. Tras un verano que se ha metido bien en su papel, nos
llega un otoño puntual a su cita, y que todos, todos, esperamos que no
defraude.
Vamos,
pues, a su encuentro, y lo que vemos es que está anunciando su llegada,
comenzando a transformar la paleta cromática visual. Muy incipiente todavía,
pero merece la pena, estas aguas han conferido un ambiente especial, un
ambiente de belleza tras el inclemente estío. Y de belleza vamos a hablar, porque
encontramos el siguiente fragmento:
“La belleza ejerce un poder tal de
fascinación sobre los humanos, que están siempre tentados de acercarse a ella
para tocarla, alcanzarla, poseerla. Pero la belleza no puede ser poseída porque
por esencia no pertenece al mundo físico. Es por ello que aunque solamente se
intente rozarla, se escapa. La belleza es un mundo hecho exclusivamente para la
vista, no está destinada ni para la boca, ni para las manos. Le gusta ser
observada, pero no soporta que la toquen. Ante seres bellos, ante paisajes
bellos, es preciso estar muy atentos para disfrutar de ellos, pero no robarlos.
Nuestra felicidad, nuestra inspiración, dependen pues del respeto que
manifestemos ante la belleza. Aprendiendo cada día a contemplarla, saboreamos
la vida verdadera”.
Pradera de Ordesa |
La
vuelta que nos damos por el Cañón de Ordesa eso nos inspira. Desde el principio
hasta el fin. Desde la pradera hasta el mismo circo de Soaso. Desde una pradera
que evapora su agradecimiento por las vueltas de agua de estos días, hasta un
circo que se ve favorecido por la llegada de agua, por esa Cola de Caballo que
llena de gozo un entorno agostado en estos últimos meses.
Vamos dejando
atrás el Tozal del Mallo, el portero de la finca, ese guardián de este espacio
tan singular, y nos vamos adentrando en el bosque para ir subiendo poco a poco
por ese camino entre hayas, pinos, abetos, arces, abedules, tilos, serbales,
fresnos, tejos, bojes… cada uno a su aire, pero formando todos juntos una
enorme armonía. Una vieja imagen de la Virgen del Pilar pivota con el camino
que se adentra en Cotatuero.
Paredes del Gallinero |
Enormes
paredes del Gallinero, de la Fraucata, con ese mordisco glacial de Cotatuero
entre ambas. Faja de Pelay, con el privilegio de ser a quien antes visita este
incipiente otoño con sus cambios cromáticos que nos invitan al recogimiento. Y
agua, agua por todas partes, en un derroche de generosidad que viene a paliar
la situación. La pista se hace sendero a los pies de las Gradas de Soaso, y que
hay que superar en unas breves lazadas.
Gradas de Soaso |
Finalmente
llegamos a los pies de la Cola de Caballo, una cola de caballo desatada,
alegre, jubilosa, que se precipita inconmensurable hacia nosotros, y que nos
invita a contemplarla. No nos marcharíamos de aquí, pero…
De
regreso, nos recreamos en las Gradas de Soaso, como queriendo atrapar esa
enorme vitalidad de la que hacen gala. El escalonado sendero se ensancha en
pista, en la que hemos de seguir descendiendo hasta la entrada a los primeros
miradores de las cascadas, donde tomamos un desvío para pasar a la margen
izquierda del Arazas, a través del puente de Arripas., por donde continúa la
pista, hasta alcanzar un punto enfrente a la entrada del barranco de Cotatuero,
que se convierte en camino adaptado para discapacitados, y que nos entrega de
nuevo a la pradera.
Siete
horas nos ha llevado este extraordinario paseo, para recorrer sus en torno a
quince kilómetros. Un tiempo muy dilatado que nos ha permitido disfrutar del
entorno, y que nos invita a volver. Y lo haremos. Seguro.
El reportaje completo de fotos, en:
Recuperando,paisaje y naturaleza.
ResponderEliminarGracias, Anónimo, por tu comentario.
EliminarMuy bonitas las fotos, que día más bueno para salir al monte.
ResponderEliminarGracias, David. Sí, la verdad es que hizo un buen día, y un poco improvisado todo, pero muy bien.
Eliminarah, y muy chulo también el reportaje fotográfico!!!
ResponderEliminar... bueno, lo cierto es que el ambiente se prestaba a ello... el agua da mucho de sí. Gracias.
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