lunes, 10 de septiembre de 2012

Cresta Este cabecera del Osia

IXOS MONS
Pico del Cuello del Bozo (2.019 m)
Napazal (2.128 m)
Mesola (2.177 m)
Cucuruzuelo (1.990 m)
Domingo, 9 de septiembre de 2012



Estrenamos prueba. Me gusta estrenar. Presentaciones: Estamos ante la I Marcha Senderista Lizara, organizada por el Refugio de Lizara, en la cabecera del valle de Aragüés del Puerto, por Xaro concretamente, y un buen puñado de colaboradores con ganas de agradar, y lo consiguen. Partiendo del refugio, se trata de encaramarnos al cordal E del valle y tras hacer 4 altos de en torno a los dos mil metros, bajar a Jasa y Aragüés (dos únicas poblaciones del valle), y retornar al refugio ascendiendo progresivamente por deliciosos caminos de fondo de valle.

Bisaurín, con los primeros rayos de sol
Lizara, lejos y pronto, hay que madrugar, pero de camino, la menguante y perezosa luna nos acompaña, ella sí que sale cada día más tarde. Cercana y caprichosa luna, que todo desbaratas, pero fiel a caminantes, a hortelanos, a vinateros, madereros, navegantes… en fin, a todos los que confiamos en la naturaleza de tierra y cielo, donde te encuentras. También reflejo para los amantes. Un poco de todo ello tenemos, y de la locura, bendita locura, y seducción que de ti emana como buena fémina. A su alrededor, y por toda la bóveda celeste esas estrellas, esos soles lejanos, que como nosotros, al poco de arrancar la prueba, se quedan deslumbrados por el nuestro, que cercano ya al equinoccio, también va de mengua, se le va acortando el trabajo por esta parte del planeta.

Cabecera del valle de Napazal
Estas reflexiones, y alguna otra, nos van entreteniendo mientras salvamos, por el barranco de Articuso, los casi quinientos metros de desnivel hasta el collado del Bozo (2.019 m), a donde llegamos pasados de vueltas, en tres cuartos de hora, tras haber dado la salida sobre las siete. Y esto es algo que nos temíamos, porque el poner a Olga de cabeza de la marcha es lo que tiene, que si queremos seguirla, esto no va a ser una andada, sino un caco en toda regla. La prueba es que hacemos este tramo en menos de la mitad del tiempo de libro. Y pensar que hoy nos lo íbamos a tomar como un día de descanso… Resignación, y a no descuidarse. Le acompaña Felipe, otro paisano. Vaya pareja. A duras penas los alcanzamos al llegar al collado, y aquí ya vemos que hay otros dos participantes, que van a tirar endiabladamente, un señor de cierta edad, que ya nos dice que va a seguir corriendo (¡!!¿??), y Ángel, otro paisano, que dice que no corre, pero que anda deprisa. Efectivamente, deprisa, muy deprisa.


Valle de las Foyas de Aragüés
Bien. Como decimos, estamos en el collado del Bozo, que nos da vista a Napazal, la cabecera del Estarrún, que riega el valle de Aísa. Desde aquí contemplamos, entre otras cosas, el collado de la Magdalena, unido al que estamos por la GR-11.1, una variante de la GR-11, que acerca La Mina, en Oza, a Canfranc, en el valle del Aragón, y que pasa por debajo de este gran macizo que componen el Aspe, y las Llanas de la Garganta y del Bozo. Este macizo y el de Bernera, más al W, están quebrados por un solitario y recóndito valle llamado las Foyas de Aragüés, con paso al valle de los Sarrios y a la chorrota del Aspe. El sol, que viene a estrenar este nuevo día comienza a enredarse por entre las cumbres, confiriendo caprichosos juegos de luces y sombras en los valles.

Aquí da comienzo el recorrido por el cordal E de la cabecera del Osia, que junto a los valles de Ansó, Hecho, Aísa y Borau, conforman el Parque Natural de los Valles Occidentales, de reciente creación, y que viene a salvaguardar toda la extraordinaria riqueza natural de este territorio.

Cima del Napazal. Al fondo, Mesola
Seguimos con nuestra ruta. Desde aquí, con José Mª Gallego, el capo de Os Andarines d’Aragón, y coordinador del calendario anual de todas las andadas que los distintos clubes, incluso el de él, organizan a lo largo y ancho de toda la geografía aragonesa durante todo el año, y del que ya no nos vamos a separar hasta la llegada al refugio. Los dos, tratamos de seguir el ritmo de Olga y Felipe, que no es poco. Por delante, y a cada momento más lejos, los dos que se han escapado en el collado. Por detrás, y a cada momento también más lejos, el resto de participantes, en torno a unos treinta más. También llevamos, en ocasiones, al nº 1, dorsal que lleva otro participante y que va haciendo la goma con nosotros. O nosotros con él. No sé.

Por delante, pues, el pico del Cuello del Bozo (2.085 m), y Napazal (2.128 m), dos cumbres menores, con piso de tasca, y que nos dan paso al Mesola (2.177 m), cúpula calcárea cimera que se alza altiva como máximo exponente del cordal. Ocho y media de la mañana, a hora y media de haber salido del refugio. No está mal la cabalgada.

Forca, Agüerri, Bisaurín y Fetás
Desde aquí, la vista sobre todo el cordal norte es excepcional, sobre esas calizas sierras interiores del eje pirenaico, y paralelas a él, desde Collarada hasta Forca, pasando por Rigüelo, Lecherines, Aspe, Llanas de Garganta y Bozo, Bernera, Fetás, Bisaurín, Secús, Agüerris, Lenito. Todos quieren tener su protagonismo. Todos lo tienen. Nos queremos recrear como para evadirnos de lo que nos queda por delante, que es mucho todavía, y lo peor, la tremenda bajada que tenemos hasta Jasa, más de mil doscientos metros del ala. A por ellos.

El descenso al Cucuruzuelo se hace por empinadas laderas de esta sierra de la Estiba, dando cara a Napazal. Se alcanza ya esta última cota, de 1.990 metros, que nos invita a perder vertiginosamente altura, para ser engullidos por el fondo del valle, pasando primero por un avituallamiento, en la Fuen Nueva (1.770 m). Quizá este tramo sea el único un poco escaso de cintas de la prueba. El resto, muy bien. Aprovechamos las viandas, especialmente la sandía, ¡xD, cómo está de rica!

Aragüés del Puerto
Seguimos perdiendo altura por una ladera plagada de caminos bien señalizados. Loma de Cotín (1.360 m). Refugio de la Peñeta (1.260 m). Ya avistamos Aragüés y Jasa. El primero está más a mano, pero, claro, hay que ir a los dos, las almas gemelas del valle. Obligado es. Finalmente, el sendero nos deja en una pista, que al trote gorrinero nos lleva a Jasa (944 m), con una fuente en sus calles, que al estar conectada a la red, pierde nuestro interés, bueno, sólo el mío.

Bello rincón en Jasa
Preciosos rincones de una población que aún conserva ese ambiente pastoril montañés, hoy desdibujado por el sector terciario. Todavía en pie, la casa natal de Gil Berges (1834-1920), ministro durante la I República española. Si levantara la cabeza. Iglesia de la Asunción, con raíces en el S-XIII. Ermita de San Pedro, con su museo etnológico. A destacar, también, la enorme plaza, inusual en pueblos de montaña por su gran extensión. Aquí, en la plaza, los paisanos nos esperan con otro avituallamiento sólido (… y con sandía!!! Qué acierto). Buen puñado de frutos secos, regado con un buen trago de vino de Felipe, que camina con tres botas. No lo sabía. Anda que no saben estos de lo lugar. Diez y cuarto de la mañana. A tres horas y cuarto de la salida. ¿Cuánto nos quedará, tres horas largas? Veremos.

Aquí se toma el GR-15, esa senda paralela a la GR-11, eje pirenaico, pero a menor cota, para llegar a Aragüés del Puerto, a través de una deliciosa vereda entre campos, primero. Luego, puente sobre el Osia, y carretera. Y no tan deliciosa subida por una espectacular escalera de piedra para alcanzar los 970 metros de la población. No sé cuántos peldaños. O respiraba o contaba. No había opción.

Avituallamiento en Jasa
También aquí se esmeran los paisanos, ofreciendo mini bocatas de chicha. Único núcleo habitado del valle, junto con Jasa, con el que comparte no sólo mancomunidad sino características propias de localidades de montaña, con sus enormes casonas, algunas fortificadas, en pie desde el S-XVI. Iglesia de Nª Sª del Rosario, de la segunda mitad del S-XVII, edificada sobre la anterior del Salvador, que fue pasto de las llamas en un incendio que arrasó la localidad en 1601.

Pero bueno, dejemos el turismo a un lado, que nos queda todavía recorrer el valle por su fondo. Ya para empezar, lo menos agradable, asfalto, pero poco, porque dejando a nuestra derecha ese complejo de ocio de La Molina, en cinco minutos llegamos a la finca de los Jesuitas, que se queda a la izquierda. Vadear el río (en algunos momentos, río, sí), y tras subir una incómoda, pero corta trocha, meternos ya de lleno en un magnífico sendero de sotobosque que, alternando falsos llanos y fuertes pendientes, nos lleva a otro avituallamiento, justo a pie de la carretera que sube al refugio, un poco más arriba de la casa forestal de Labati. Creo que es el camino de Batestata el que hemos traído hasta aquí, que me corrijan si no. Desde el comienzo del mismo, el fuerte ritmo infringido por Olga y Felipe (más fuerte, digo) para neutralizar a Ángel, hace que me quede solo con mi tocayo, y si en algún momento aflojamos un poco, también con el nº 1.

Los Corralones
Avituallamiento, decimos, y también con sandía!!! Qué rica. Nos dicen que vamos muy bien de tiempo, y que a nuestra marcha nos quedan como tres cuartos de hora a los Corralones, y otro tanto hasta el refugio. Unos metros de asfalto en descenso, para cruzar un puente y tomar una medio pista a mano derecha. Pendiente, pedregosa, incómoda… Es que ya hace mucho calor, y se nota. Afortunadamente, se convierte en emboscado sendero, que nos lleva a los Corralones (1.300 m). Treinta y cinco minutos.

Doscientos cuarenta metros de altura nos quedan por salvar hasta el refugio. Nos tememos que va a ser brutal. Acertamos. Un poco de asfalto al principio, y luego a meterse por la senda que va a la Cueva del Oso, y sigue hasta el refugio, al que llegamos en otros treinta y cinco minutos, con una rampa final de espanto.

Por fin, el refugio.
Una menos diez. En menos de seis horas, cuando pensábamos hacerla en siete; con dos y media desde Jasa, cuando pensábamos en tres largas. Una locura. Pero contentos, muy contentos por haber visitado lugares desconocidos y por haber compartido camino y experiencias con un ilustre de los caminos y de las experiencias, con el que nos hemos metido entre pecho y espalda más de 2.800 metros de desnivel acumulado, en los 27 kilómetros de recorrido. La reflexión que nos hacemos es que si en lugar de ser Marcha Senderista, hubiera sido Carrera de Montaña, no hubiéramos llegado mucho antes, ni mucho más cansados.

¿Olga y Felipe? Ya llevan casi media hora en el refugio. No han conseguido dar caza a Ángel, aunque por muy poco. Si es que no corren, dicen, sólo andan… Con estos paisanos no hay quien pueda. Desde luego.

Buen refrescón de bajos y alerones, y a comer esa magnífica paella que nos han preparado en el refugio. A mandíbula batiente, coincidimos con los machacas de la prueba. Ángel, Olga, Felipe. Qué lujo. A ver si se nos pega algo.

La paella que compensa el esfuerzo
El sofocante calor de las últimas horas ha formado nubes de evolución, que desde la vertical del Bisaurín, rey indiscutible de este reino, van dejando caer una lluvia de tronada ante la atónita mirada de un sol que, como siempre a estas horas, entra de sur, y que comparte esta extraña, pero preciosa atmósfera. Lluvia que tanta, tantísima falta hace a estos secos montes, y a todo lo que dan cobijo, a estos resecos cauces de superficie, y a los agotados acuíferos que alimentan las agostadas fuentes. A ver si este otoño es generoso. A ver. No queremos otra cosa.

Párrafo final para agradecer al refugio, a Xaro y a su cuadrilla de voluntarios la currada que se han pegado para tener todo a punto a lo largo del recorrido, por lo pendientes que han estado del participante en todo momento, por esos avituallamientos, esas cintas en los caminos, y por esa botella de vino y esa cuña de queso que hará que, cuando les demos buen paso, nos acordemos de los momentos vividos en este extraordinario valle. Se rumorea que al año que viene, el circuito irá por el otro cordal del valle. Si es así, volveremos. Si no, quizás también.


El reportaje completo de fotos, en:




8 comentarios:

  1. Pero que bueno que eres Chema !!!!!
    Como cuentas las cosas, eres un crak.

    Gracias por tu crónica y por tenernos en cuenta.

    Xaro

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    1. Gracias, Xaro. Gracias. Trato simplemente de transmitir sensaciones, y vosotros y el entorno conseguisteis que fueran buenas. Muy buenas. Gracias de nuevo.

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  2. Buen paseo y buena carrera.Siempre vale la pena.

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    1. Gracias, Anónimo. Más carrera que paseo, pero sí, siempre vale la pena. Gracias de nuevo.

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  3. Chema, difícil mejorar el relato de la marcha del domingo. Espero coincidir en otra marcha. VIctor Angurel (presidente del Club de Montaña Ibonciecho). El número 1

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    1. Gracias, Víctor... o debo decir nº 1? Lo pasamos bien, verdad? Gracias de nuevo.

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  4. Aqui una humilde colaboradora del club te quiere felicitar por la poesía de tu relato y la preciosidad de tus fotos. Gracias por describirlo tan bien. Un saludo

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    1. Gracias, Gloria, gracias por las felicitaciones. Únicamente he tratado de describir lo que me sugirió el paisaje y el paisanaje. Gracias de nuevo.

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