Pico del Cuello del Bozo (2.019 m)
Napazal (2.128 m)
Mesola (2.177 m)
Cucuruzuelo (1.990 m)
Domingo, 9 de septiembre de 2012
Estrenamos prueba. Me
gusta estrenar. Presentaciones: Estamos ante la I Marcha Senderista Lizara,
organizada por el Refugio de Lizara, en la cabecera del valle de Aragüés del
Puerto, por Xaro concretamente, y un buen puñado de colaboradores con ganas de
agradar, y lo consiguen. Partiendo del refugio, se trata de encaramarnos al
cordal E del valle y tras hacer 4 altos de en torno a los dos mil metros, bajar
a Jasa y Aragüés (dos únicas poblaciones del valle), y retornar al refugio
ascendiendo progresivamente por deliciosos caminos de fondo de valle.
Bisaurín, con los primeros rayos de sol |
Lizara, lejos y pronto,
hay que madrugar, pero de camino, la menguante y perezosa luna nos acompaña,
ella sí que sale cada día más tarde. Cercana y caprichosa luna, que todo
desbaratas, pero fiel a caminantes, a hortelanos, a vinateros, madereros,
navegantes… en fin, a todos los que confiamos en la naturaleza de tierra y
cielo, donde te encuentras. También reflejo para los amantes. Un poco de todo
ello tenemos, y de la locura, bendita locura, y seducción que de ti emana como
buena fémina. A su alrededor, y por toda la bóveda celeste esas estrellas, esos
soles lejanos, que como nosotros, al poco de arrancar la prueba, se quedan
deslumbrados por el nuestro, que cercano ya al equinoccio, también va de
mengua, se le va acortando el trabajo por esta parte del planeta.
Cabecera del valle de Napazal |
Estas reflexiones, y
alguna otra, nos van entreteniendo mientras salvamos, por el barranco de
Articuso, los casi quinientos metros de desnivel hasta el collado del Bozo
(2.019 m), a donde llegamos pasados de vueltas, en tres cuartos de hora, tras
haber dado la salida sobre las siete. Y esto es algo que nos
temíamos, porque el poner a Olga de cabeza de la marcha es lo que tiene, que si
queremos seguirla, esto no va a ser una andada, sino un caco en toda regla. La
prueba es que hacemos este tramo en menos de la mitad del tiempo de libro. Y
pensar que hoy nos lo íbamos a tomar como un día de descanso… Resignación, y a
no descuidarse. Le acompaña Felipe, otro paisano. Vaya pareja. A duras penas
los alcanzamos al llegar al collado, y aquí ya vemos que hay otros dos participantes,
que van a tirar endiabladamente, un señor de cierta edad, que ya nos dice que
va a seguir corriendo (¡!!¿??), y Ángel, otro paisano, que dice que no corre,
pero que anda deprisa. Efectivamente, deprisa, muy deprisa.
Valle de las Foyas de Aragüés |
Bien. Como decimos, estamos
en el collado del Bozo, que nos da vista a Napazal, la cabecera del Estarrún,
que riega el valle de Aísa. Desde aquí contemplamos, entre otras cosas, el
collado de la Magdalena, unido al que estamos por la GR-11.1, una variante de
la GR-11, que acerca La Mina, en Oza, a Canfranc, en el valle del Aragón, y que
pasa por debajo de este gran macizo que componen el Aspe, y las Llanas de la
Garganta y del Bozo. Este macizo y el de Bernera, más al W, están quebrados por
un solitario y recóndito valle llamado las Foyas de Aragüés, con paso al valle
de los Sarrios y a la chorrota del Aspe. El sol, que viene a estrenar este
nuevo día comienza a enredarse por entre las cumbres, confiriendo caprichosos
juegos de luces y sombras en los valles.
Aquí da comienzo el
recorrido por el cordal E de la cabecera del Osia, que junto a los valles de
Ansó, Hecho, Aísa y Borau, conforman el Parque Natural de los Valles
Occidentales, de reciente creación, y que viene a salvaguardar toda la extraordinaria
riqueza natural de este territorio.
Cima del Napazal. Al fondo, Mesola |
Seguimos con nuestra
ruta. Desde aquí, con José Mª Gallego, el capo de Os Andarines d’Aragón, y
coordinador del calendario anual de todas las andadas que los distintos clubes,
incluso el de él, organizan a lo largo y ancho de toda la geografía aragonesa
durante todo el año, y del que ya no nos vamos a separar hasta la llegada al
refugio. Los dos, tratamos de seguir el ritmo de Olga y Felipe, que no es poco.
Por delante, y a cada momento más lejos, los dos que se han escapado en el
collado. Por detrás, y a cada momento también más lejos, el resto de
participantes, en torno a unos treinta más. También llevamos, en ocasiones, al
nº 1, dorsal que lleva otro participante y que va haciendo la goma con
nosotros. O nosotros con él. No sé.
Por delante, pues, el
pico del Cuello del Bozo (2.085 m), y Napazal (2.128 m), dos cumbres menores,
con piso de tasca, y que nos dan paso al Mesola (2.177 m), cúpula calcárea
cimera que se alza altiva como máximo exponente del cordal. Ocho y media de la
mañana, a hora y media de haber salido del refugio. No está mal la cabalgada.
Forca, Agüerri, Bisaurín y Fetás |
Desde aquí, la vista
sobre todo el cordal norte es excepcional, sobre esas calizas sierras
interiores del eje pirenaico, y paralelas a él, desde Collarada hasta Forca,
pasando por Rigüelo, Lecherines, Aspe, Llanas de Garganta y Bozo, Bernera,
Fetás, Bisaurín, Secús, Agüerris, Lenito. Todos quieren tener su protagonismo.
Todos lo tienen. Nos queremos recrear como para evadirnos de lo que nos queda
por delante, que es mucho todavía, y lo peor, la tremenda bajada que tenemos
hasta Jasa, más de mil doscientos metros del ala. A por ellos.
El descenso al
Cucuruzuelo se hace por empinadas laderas de esta sierra de la Estiba, dando
cara a Napazal. Se alcanza ya esta última cota, de 1.990 metros, que nos invita
a perder vertiginosamente altura, para ser engullidos por el fondo del valle,
pasando primero por un avituallamiento, en la Fuen Nueva (1.770 m). Quizá este
tramo sea el único un poco escaso de cintas de la prueba. El resto, muy bien. Aprovechamos
las viandas, especialmente la sandía, ¡xD, cómo está de rica!
Aragüés del Puerto |
Seguimos perdiendo altura
por una ladera plagada de caminos bien señalizados. Loma de Cotín (1.360 m).
Refugio de la Peñeta (1.260 m). Ya avistamos Aragüés y Jasa. El primero está
más a mano, pero, claro, hay que ir a los dos, las almas gemelas del valle. Obligado
es. Finalmente, el sendero nos deja en una pista, que al trote gorrinero nos
lleva a Jasa (944 m), con una fuente en sus calles, que al estar conectada a la
red, pierde nuestro interés, bueno, sólo el mío.
Bello rincón en Jasa |
Preciosos rincones de una
población que aún conserva ese ambiente pastoril montañés, hoy desdibujado por
el sector terciario. Todavía en pie, la casa natal de Gil Berges (1834-1920),
ministro durante la I República española. Si levantara la cabeza. Iglesia de la
Asunción, con raíces en el S-XIII. Ermita de San Pedro, con su museo
etnológico. A destacar, también, la enorme plaza, inusual en pueblos de montaña
por su gran extensión. Aquí, en la plaza, los paisanos nos esperan con otro
avituallamiento sólido (… y con sandía!!! Qué acierto). Buen puñado de frutos
secos, regado con un buen trago de vino de Felipe, que camina con tres botas.
No lo sabía. Anda que no saben estos de lo lugar. Diez y cuarto de la mañana. A
tres horas y cuarto de la salida. ¿Cuánto nos quedará, tres horas largas?
Veremos.
Aquí se toma el GR-15,
esa senda paralela a la GR-11, eje pirenaico, pero a menor cota, para llegar a
Aragüés del Puerto, a través de una deliciosa vereda entre campos, primero.
Luego, puente sobre el Osia, y carretera. Y no tan deliciosa subida por una
espectacular escalera de piedra para alcanzar los 970 metros de la población.
No sé cuántos peldaños. O respiraba o contaba. No había opción.
Avituallamiento en Jasa |
También aquí se esmeran
los paisanos, ofreciendo mini bocatas de chicha. Único núcleo habitado del
valle, junto con Jasa, con el que comparte no sólo mancomunidad sino
características propias de localidades de montaña, con sus enormes casonas,
algunas fortificadas, en pie desde el S-XVI. Iglesia de Nª Sª del Rosario, de
la segunda mitad del S-XVII, edificada sobre la anterior del Salvador, que fue
pasto de las llamas en un incendio que arrasó la localidad en 1601.
Pero bueno, dejemos el
turismo a un lado, que nos queda todavía recorrer el valle por su fondo. Ya
para empezar, lo menos agradable, asfalto, pero poco, porque dejando a nuestra
derecha ese complejo de ocio de La Molina, en cinco minutos llegamos a la finca
de los Jesuitas, que se queda a la izquierda. Vadear el río (en algunos
momentos, río, sí), y tras subir una incómoda, pero corta trocha, meternos ya
de lleno en un magnífico sendero de sotobosque que, alternando falsos llanos y
fuertes pendientes, nos lleva a otro avituallamiento, justo a pie de la
carretera que sube al refugio, un poco más arriba de la casa forestal de
Labati. Creo que es el camino de Batestata el que hemos traído hasta aquí, que me
corrijan si no. Desde el comienzo del mismo, el fuerte ritmo infringido por
Olga y Felipe (más fuerte, digo) para neutralizar a Ángel, hace que me quede
solo con mi tocayo, y si en algún momento aflojamos un poco, también con el nº
1.
Los Corralones |
Avituallamiento, decimos,
y también con sandía!!! Qué rica. Nos dicen que vamos muy bien de tiempo, y que
a nuestra marcha nos quedan como tres cuartos de hora a los Corralones, y otro
tanto hasta el refugio. Unos metros de asfalto en descenso, para cruzar un
puente y tomar una medio pista a mano derecha. Pendiente, pedregosa, incómoda…
Es que ya hace mucho calor, y se nota. Afortunadamente, se convierte en
emboscado sendero, que nos lleva a los Corralones (1.300 m). Treinta y cinco
minutos.
Doscientos cuarenta
metros de altura nos quedan por salvar hasta el refugio. Nos tememos que va a
ser brutal. Acertamos. Un poco de asfalto al principio, y luego a meterse por
la senda que va a la Cueva del Oso, y sigue hasta el refugio, al que llegamos
en otros treinta y cinco minutos, con una rampa final de espanto.
Por fin, el refugio. |
Una menos diez. En menos
de seis horas, cuando pensábamos hacerla en siete; con dos y media desde Jasa,
cuando pensábamos en tres largas. Una locura. Pero contentos, muy contentos por
haber visitado lugares desconocidos y por haber compartido camino y
experiencias con un ilustre de los caminos y de las experiencias, con el que
nos hemos metido entre pecho y espalda más de 2.800 metros de desnivel
acumulado, en los 27 kilómetros de recorrido. La reflexión que nos hacemos es
que si en lugar de ser Marcha Senderista, hubiera sido Carrera de Montaña, no
hubiéramos llegado mucho antes, ni mucho más cansados.
¿Olga y Felipe? Ya llevan
casi media hora en el refugio. No han conseguido dar caza a Ángel, aunque por muy
poco. Si es que no corren, dicen, sólo andan… Con estos paisanos no hay
quien pueda. Desde luego.
Buen refrescón de bajos y
alerones, y a comer esa magnífica paella que nos han preparado en el refugio. A
mandíbula batiente, coincidimos con los machacas de la prueba. Ángel, Olga,
Felipe. Qué lujo. A ver si se nos pega algo.
La paella que compensa el esfuerzo |
El sofocante calor de las
últimas horas ha formado nubes de evolución, que desde la vertical del
Bisaurín, rey indiscutible de este reino, van dejando caer una lluvia de
tronada ante la atónita mirada de un sol que, como siempre a estas horas, entra
de sur, y que comparte esta extraña, pero preciosa atmósfera. Lluvia que tanta,
tantísima falta hace a estos secos montes, y a todo lo que dan cobijo, a estos
resecos cauces de superficie, y a los agotados acuíferos que alimentan las
agostadas fuentes. A ver si este otoño es generoso. A ver. No queremos otra
cosa.
Párrafo final para
agradecer al refugio, a Xaro y a su cuadrilla de voluntarios la currada que se
han pegado para tener todo a punto a lo largo del recorrido, por lo pendientes
que han estado del participante en todo momento, por esos avituallamientos,
esas cintas en los caminos, y por esa botella de vino y esa cuña de queso que
hará que, cuando les demos buen paso, nos acordemos de los momentos vividos en
este extraordinario valle. Se rumorea que al año que viene, el circuito irá por
el otro cordal del valle. Si es así, volveremos. Si no, quizás también.
El reportaje completo de fotos, en:
Pero que bueno que eres Chema !!!!!
ResponderEliminarComo cuentas las cosas, eres un crak.
Gracias por tu crónica y por tenernos en cuenta.
Xaro
Gracias, Xaro. Gracias. Trato simplemente de transmitir sensaciones, y vosotros y el entorno conseguisteis que fueran buenas. Muy buenas. Gracias de nuevo.
EliminarBuen paseo y buena carrera.Siempre vale la pena.
ResponderEliminarGracias, Anónimo. Más carrera que paseo, pero sí, siempre vale la pena. Gracias de nuevo.
EliminarChema, difícil mejorar el relato de la marcha del domingo. Espero coincidir en otra marcha. VIctor Angurel (presidente del Club de Montaña Ibonciecho). El número 1
ResponderEliminarGracias, Víctor... o debo decir nº 1? Lo pasamos bien, verdad? Gracias de nuevo.
EliminarAqui una humilde colaboradora del club te quiere felicitar por la poesía de tu relato y la preciosidad de tus fotos. Gracias por describirlo tan bien. Un saludo
ResponderEliminarGracias, Gloria, gracias por las felicitaciones. Únicamente he tratado de describir lo que me sugirió el paisaje y el paisanaje. Gracias de nuevo.
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