AQUERAS MONTAÑAS
La Raca (2278 m)
Punta Mala Cara (2268 m)
Pic d'Astú (2277 m)
Pico de Astún (2283 m)
Pico de Astún Occidental (2278 m)
Sábado, 14 de agosto de 2021
Acudimos a las montañas en busca de lo que no encontramos en los valles o, mejor dicho, para complementarlo. Hay algo por encima de nosotros que es difícil de controlar, y que se ve atraído constantemente por las montañas, especialmente por lo que hay encima de ellas, y más aún, encima de sus cumbres, algo que no nos es fácil expresar y que hay que dejarlo para los que saben hacerlo, como el escritor y dramaturgo turco Mehmet Murat ildan, cuando decía eso de que la cumbre de una montaña no es el extremo superior de esa montaña porque cada una de ellas tiene un alma más alta que su cuerpo. Pues eso hacemos, tratar de establecer esa conjunción, esa comunión con el alma de las montañas, en el sagrado templo de la Naturaleza.
En el libro “Tierras de Jaca”, editado por Prames en 2020, cuyo lanzamiento sobrevivió a lo más duro del primer confinamiento, describíamos una ruta por las alturas de Astún, que es el puerto de la capital jacetana, puesto que pertenece a su término municipal, y que consistía en el recorrido por el arco noroeste del circo que alberga a la estación invernal. Una larga y dura ruta que va desde el mismísimo puerto carretero de Somport hasta el Mala Cara, y que nos pareció ya suficiente como para alargarla más para completarla hasta La Raca. Bueno, pues hoy hemos subido desde Astún a este emblemático monte y hemos cresteado hasta esa punta de Mala Cara, repitiendo parte de la ruta anterior al continuar por toda la cornisa que cierra el circo por el este, pasando por varias cotas, entre las que destacan tres con el apellido de la familia, el Pic d’Astú, el pico de Astún y el Occidental de Astún, que cae ya sobre el Puerto de Jaca o Col de Moines, para bajar ya al ibón de Ranas y barranco del Escalar, Llanos del Sol y llegada al punto de partida.
Dejamos el vehículo en el aparcamiento, completamente desierto, para comenzar la ascensión por la zona de Pastores, subiendo por la ladera sin sendero definido, hasta alcanzar la ancha pala que, innivada, hace las delicias de los esquiadores. Se va alcanzando la ancha pista, que nos lleva a un collado, que da vista al valle del Aragón, cuyas proximidades están plagadas de búnkeres y nidos de ametralladoras de la “Línea P” que, aunque no se hayan usado nunca, su sola presencia pone los pelos de punta. Uno de los reyes del lugar, el Midi d’Ossau ya se impone en el horizonte desde hace tiempo. Hora y diez minutos hasta aquí, habiendo salvado 525 metros de desnivel. Bueno, para abrir boca no está mal. En poco más de un cuarto de hora, y ya por la pista, alcanzamos la cima de La Raca, ocupada por artilugios necesarios para las telecomunicaciones, pero que condenan a la montaña a la lista de las poco agraciadas visualmente, ayudado, naturalmente por las instalaciones del terminal del telesilla.
Es un lugar privilegiado, ya que sobre él pivota el alto valle del Aragón con su extensión hacia Candanchú, con la entrada a Canal Roya a nuestros pies, amén de una amplia panorámica sobre las montañas que configuran la estación invernal hermana y los que se van difuminando hacia esos Valles Occidentales, tan visitados últimamente. Por supuesto, también sobre las del macizo de Collarada y sus alrededores y las más cercanas del Pirineo Axial. La hora y media que nos ha costado llegar a esta extraordinaria atalaya bien merece un respiro, aunque son vistas que nos van a acompañar, cambiando algo la perspectiva, a lo largo de toda la jornada, que la vamos a pasar por los aleros de Astún, siempre entre su circo y la Canal Roya un tiempo y los puertos de la vertiente francesa, otro, bajo la impenetrable mirada del Midi d’Ossau.
Continuamos por la loma, en dirección al Mala Cara, a tramos por sendero, y otros por la misma cresta, lo que obliga en ocasiones al uso de las manos. Un permanente subibaja, alguno innecesario, pero que acometemos como si lo fuera. Se pasa junto al terminal del telesilla de Canal Roya. Rampas finales para llegar al Mala Cara, que pivota entre este cordal y el que se abre hacia el este, comenzando con los picos Bagüer y Canal Roya. Tres horas y media desde el arranque. Más contemplación, especialmente sobre este último valle, del que vamos a perder la perspectiva, porque nuestro itinerario da un brusco giro hacia el norte, bajando primeramente hasta el collado de Astún, donde nos despedimos de nuestros compañeros de ruta desde La Raca, de Arnedo, buenas gentes, buenas tierras. Y lo hacemos porque ellos se tiran hacia el ibón de Truchas, y nosotros continuamos por el cordal que cierra el circo por el este.
Hora y cuarto por la cornisa, que cae a tajo sobre el mencionado ibón que, junto con el próximo a visitar, son los considerados como los que aportan el primer caudal para el nacimiento del río Aragón, que da nombre al valle y al territorio autónomo hoy en día, y en otros tiempos a un floreciente y extenso reino. Por la vertiente francesa discurre el sendero, que a tramos abandonamos para ser fieles a la cresta, por la que visitamos varias cotas, algunas sin nombre y las que lo tienen son de la familia, el Pic d’Astú (2277 m), el Pico de Astún (2283 m, techo de hoy) y el Pico Occidental de Astún (2278 m), desde el que bajamos ya al Puerto de Jaca, Collado de Monjes o Col de Moines (pilón 309 de la muga), donde confluye ya mucho personal y resistimos la tentación de acercarnos al emblemático pico que le da nombre, para emprender la bajada por el barranco del Escalar, donde plácidamente habita el ibón homónimo o de Ranas, en un inevitable y penoso proceso de colmatación, también con mucho visitante en sus orillas.
Media hora más para acompañar al barranco por los Llanos del Sol y llegar al punto de partida, con el aparcamiento abarrotado, habiendo recorrido 12 km, en un tiempo total de 5h 45’, salvando un desnivel total acumulado de unos 955 m D+/-.
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