IXOS MONS
Plana de la Balsa (829m)
Mirador Sierra de Arcos (800 m)
Domingo, 21 de mayo de 2017
Otra nueva ruta por los dominios
de la Sierra de Arcos, que está dando mucho de sí. Esta vez por Ariño y sus
alrededores, una tierra que muestra sus profundas y sufridas entrañas, donde
una gran paleta de policromía atrae la mirada del visitante. Pero antes… no
podemos pasar tan cerca de un prodigio geológico de altísimo nivel sin entrar a
conocerlo de primera mano. Estamos en una tierra llena de contrastes, humilde,
callada, anodina en apariencia, pero deseosa de ser descubierta porque no se
arredra en hacerte partícipe de lo mejor de sí misma.
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Sima de San Pedro |
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Impresionante |
Hablamos en este caso de la Sima
de San Pedro, fenómeno de origen kárstico único en Europa. Si no fuera por las
rugosidades propias de la roca se podría decir que constituye un cubo casi
perfecto, de 100 metros, aproximadamente de lado. De un altísimo valor
ecológico, es un reducto de biodiversidad. Está situada en un entorno en el que
todo habla del santo clavero celestial, la ermita, la sima, el poblado íbero… algo
que nos inspira a pensar el gran poder telúrico sin par de estos lugares, y que el
poder religioso imperante en la época ha monopolizado rebautizándolo. Hasta
Calapetre se nos antoja topónimo relacionado (cabeza de Pedro?). Sí, Calapetre de
las Brujas, envuelto en leyendas de aquelarres… cuando el río suena…
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Poblado íbero del cerro de San Pedro |
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Camino de Arcos |
Bueno, tras este paréntesis nos
encaramos a nuestro objetivo de hoy, que como algunos otros deja el
protagonismo a la ruta. Con el amigo Rafa nos dirigimos a Ariño, entrando por el puente sobre el Escuriza. Partimos de
la calle las Minas, por el camino de Arcos, cara vista a su valle. En plena
Sierra de Arcos ya tenemos desbrozado un sendero, que va a ser señalizado próximamente
como Sendero Turístico de Aragón, con el número PR-TE 92. Unas oportunas brumas
cubren las enormes simas de las minas a cielo abierto, confiriéndoles un halo
de misterio. Como a algo más de un kilómetro el sendero se bifurca, debiendo
permanecer fieles al que llevamos por el valle principal, al que nos uniremos
al regreso por el que parte a la izquierda, que se mete hacia el barranco de La
Francisca, que nos espera a la vuelta.
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Misterio en las minas |
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Balsa de la Plana de la Balsa |
Un corral espaldado de gran
tamaño marca el acceso a lo alto de esta loma, en la que hemos de buscar su
mayor altura, que encontramos junto a las ruinas de otro de los corrales que
antaño poblaban estos montes. Nos incorporamos al sendero y pasamos por la
balsa que le da nombre al entorno, Plana de la Balsa, un pequeño depósito entre
yesos. Venimos por el llamado Camino de Arcos, y seguimos por él hasta algo más
de cien metros, cuando damos un giro brusco a nuestra izquierda, adquiriendo
franca dirección norte, para dirigirnos ya hacia el lugar idóneo para instalar
un mirador, como así va a ocurrir ahí, al filo de la curva de nivel de los 800
metros, porque las vistas que nos ofrece sobre toda la amplia cuenca del Martín
son extraordinarias, algo que pensarán también las decenas de buitres que se
solazan por debajo de nosotros aprovechando las térmicas de la mañana.
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Vistas desde el Mirador de la Sierra de Arcos |
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Descendiendo por el barranco de La Francisca |
Volvemos sobre nuestros pasos como
algo más de cuatrocientos metros, para dejar el camino de ida y desviarnos a la
derecha, para meternos por el barranco de La Francisca, que con gran esfuerzo
intuimos fue aterrazado en un pasado labriego, dejando testimonio de lo que
fue. Este barranco hace un amplio giro a la derecha, y lo abandonamos en un
alto para incorporarnos al sendero de subida, en el que nos detenemos al pasar junto a unas grandes rocas verticales, o casi, ante la llamada de atención de unos relieves en
forma de conchas marinas, donde está escrita la convulsa historia de los lechos oceánicos
a los que pertenecían.
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Ariño, con su Atalaya |
Con una espléndida imagen del
pueblo, custodiado por su Atalaya, llegamos al mismo, tras haber recorrido 9,5
km en 2h 55’ de tiempo total, del que 2h 20’ han sido en movimiento, con un
desnivel acumulado +/- de 400 metros, en una ruta que sin duda merecerá la pena
volver con calma cuando esté señalizada, momento que se podrá aprovechar para
visitar el Museo Minero y/o Valcaria, sede de Dinópolis, donde podremos conocer
la historia… y más allá.
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