martes, 2 de mayo de 2017

Murillo - Agüero - Murillo, de vuelta por los mallos

IXOS MONS
Murillo - Agüero - Murillo
Lunes, 1 de mayo de 2017



            Primero de Mayo, día del trabajo. Para que no nos llamen vagos nos vamos a dar una vuelta al monte, a ver si está todo en su sitio. Y lo hacemos al pre-Pirineo, concretamente al Reino de los Mallos, que efímero lo fue (1097 a 1111). Reino intra reino, por truculencias de la historia. Hoy visitamos estas tierras, que con las aguas de ayer tarde han ganado en brillo, en pureza, en verdor. Agradecidas son, con lo poco que cayó. Partimos de Murillo de Gállego, directamente por el Camino Natural de la Hoya de Huesca, que coincide con el GR 1, para llegarnos a Agüero, darle la vuelta a sus mallos y retorno a Murillo, pasando, naturalmente por la iglesia de Santiago, ese bello ejemplar del románico aragonés.

Portada de la iglesia de Santiago, de Agüero

Fuente Vieja
            Bien. Dejamos el vehículo en un lugar muy próximo de la llamada Fuente Vieja, en el barranco de Bivera, un lugar acondicionado para pasar un rato de buena gana y con buena agua. Aquí encontramos un panel informativo de lo que es este Camino Natural de la Hoya de Huesca, que con sus 132 km, une la localidad de Agüero, a donde nos dirigimos, con el Camino Natural del Somontano de Barbastro, en Bierge. Seguimos sus marcas, y tras atravesar el barranco, el camino va tomando altura encaramándose sobre una calzada medieval.

Calzada medieval, señalizada como Camino Natural de la Hoya de Huesca

Carrasca junto al barranco de Espaciero
            El camino va cruzando una pista que da acceso a los campos de almendros y olivos, con distinta suerte de cuidados, porque se ve alguno abandonado. A menos de una hora se cruza el barranco Espadiero, junto al cual sorprende una enorme carrasca, que si bien está generalizada su presencia por esta zona, no así su tamaño, aunque abunda mucho más la coscoja, otra especie de carrasca, pero arbustiva. En poco más salimos a la carretera de Agüero, con vista ya a la localidad, bajo sus mallos, que junto con sus vecinos, han sido declarados recientemente Monumento Natural de los Mallos de Riglos, Agüero y Peña Rueba, que ven a uno y otro lado cómo las aguas del Gállego salen resabiadas del embalse de la Peña en busca de la tierra llana.

Agüero con sus mallos

Levada a la vera del camino
            En la parte alta del pueblo, comienza una circular, señalizada con su marchamo azul de los Senderos de la Hoya de Huesca, y que en 2,8 km da la vuelta a este espectacular macizo. Optamos por darla en sentido horario, por lo que pasamos bajo esa Peña Sola para meternos dirección Villalangua por el barranco de la Rabosera, con perspectiva sobre el mismo, ya que circulamos a gran altura. Al otro lado del barranco, una hilera de mallos menores se asoma también al barranco, los Manzargos, Peña Chotero, Peña Repicón, leemos en los mapas. A nuestra derecha, justo al pie de los enormes conglomerados por los que discurrimos, vamos viendo cómo una hilera de piedras organizadas va siguiendo nuestra ruta. Con el transcurso de nuestros pasos, esas piedras se convierten en sólo la parte inferior, como un canalón ciego que sirviera de conducción de agua, que para los que hayan visitado la isla de Madeira, les recordará las levadas.


Restos de la tejería medieval
Trocha con la tubería al  descubierto
            Al llegar ya a la altura del final del macizo, cuando se nos abre ya a nuestra derecha su trasera, tenemos enfrente los depósitos de almacenamiento de aguas para Agüero, entendemos que cerca de la captación, sustituyendo a las viejas albercas que nos han ido acompañando hasta aquí. También encontramos unos cuantos trozos despiazados y arrancados de su ubicación, amontonados como escombros, cuando quizá daten de la época medieval. De ser así merecerían una puesta en valor en mejor acomodo y divulgando toda la información que se tenga de ello. Enclave especial éste, con las ruinas de una antigua tejería, de origen árabe. Volvemos sobre nuestros pasos para acercarnos a los mallos y enfrentarnos a una más que empinada trocha, que alberga una tubería en desuso, que parece de uralita, que también de ser así, merecería otro acomodo, pero en este caso en el museo de los horrores.

Vertiente oriental de los mallos de Agüero

Collada Pedro
            Llegamos a la llamada collada Pedro, que con sus 850 metros es el punto más elevado de la ruta de hoy. Estamos frente al costado oriental de los mallos, con más aparente accesibilidad. Dejamos que el camino que traíamos siga hacia Carcavilla, y nos metemos en el barranco de la fuente del Piojo, que nos baja hasta cerrar esta circular de la vuelta a los mallos de Agüero. Por la carretera que saca a los rodantes a la general, nos acercamos hasta el desvío a la iglesia de Santiago, que comienza asfaltado, pero pronto se convierte en pista transitable. Detengámonos un poco en este vestigio del románico aragonés, declarado Monumento Nacional en 1920.

Epifanía del Señor, en el tímpano de la puerta

Entrada al templo


            Y lo primero 
que debemos decir es que le llamamos iglesia, pero en realidad no sabemos si es lo correcto. Ermita se le llama a un pequeño templo alejado de la localidad y con culto esporádico. Iglesia se podría definir como el templo, único si el pueblo es pequeño. Si nos vamos ya a grandes magnitudes, se podría hablar de catedral, incluso basílica. Lo que está ante nosotros no se le puede calificar de ermita, pequeña no es. Así que la llamaremos iglesia, porque ni catedral ni basílica lo es, aunque según los expertos sí tenía esa vocación, y por causas no del todo aclaradas, se quedó inconclusa. Data del siglo XII, y se cree que se construyó bajo la dirección del Maestro de San Juan de la Peña, aunque a juzgar por las marcas inscritas en las piedras, trabajaron más de cuarenta canteros. Según A. G. Omedes, una de las
Marca de cantero
teorías por las cuales se construyó y quedó sin terminar el templo es que "
lo mandó hacer Ramiro II el Monje para su retiro tras haber casado a su hija Petronila, a la edad de tres años, con Ramón Berenguer IV. A la muerte del rey, el conde de Barcelona paralizó la obra y se llevó a los canteros a sus territorios condales (Poblet)". ¿Le extraña a alguien que esto fuera así? Irónicamente añadiremos que los herederos del señor conde, a pesar de varias sentencias judiciales y mandatos vaticanos, siguen reteniendo parte de nuestras obras, pero es que ya se habían llevado a los obreros.

Cultivo mediterráneo


            Bueno, que me pierdo. Terminamos. Un discreto sendero entre coscojas y pinos desciende para tomar otro principal, que nos lleva a unos campos, que cruzamos, así como el barranco del Espadiero para subir al camino que traíamos de ida, y concluir por él nuestra ruta hasta Murillo de Gállego, entrando por esa calzada medieval y la Fuente Vieja. Hemos hecho 14,2 km, en 3h 50’ de tiempo total, del que 3 horas han sido en movimiento, para salvar un desnivel acumulado +/- en torno a los 650 metros. Una extraordinaria mañana por la abrupta geografía e historia del Reino de los Mallos.


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