Santa Cruz de la Serós
LV Belén Montañero FAM
Domingo, 18 de diciembre de 2016
Y como no hay dos sin tres, con
este tercer montaje de Belén terminamos por este año. Un año único, un año que
para el CP Mayencos ha sido de celebraciones, porque 60 años sólo se cumplen
una vez, y la Sección de Montaña no ha querido ser ajena a todo ello. De modo
que no sólo se ha llevado a cabo la expedición al Ama Dablam, alargando el
trekking hasta el CB del Everest, sino que ha habido dos colaboraciones con la
FAM. Por una parte organizamos el X Día del Raquetista, allá por Febrero; y por
otra, el LV Belén Montañero, y ahí vamos.
Pues con los parámetros ajustados
a la situación actual, no se nos ocurrió otro emplazamiento mejor que la localidad
de Santa Cruz de la Serós, que con su iglesia conventual de Santa María forma
parte del conjunto monumental, artístico e histórico de San Juan de la Peña,
considerado la cuna del Reino de Aragón. Declarado Conjunto Histórico Artístico
del Camino de Santiago, este antiguo monasterio de monjas benedictinas fue
fundado por Ramiro I de Aragón hacia 1060 alcanzando su máximo esplendor
durante la estancia de su hija Doña Sancha, que ingresó como abadesa en 1070,
siendo enterrada en 1095 en un magnífico sarcófago que actualmente se encuentra
en el Real Monasterio de las Benedictinas de Jaca, a donde se trasladó la
comunidad en 1555. En la localidad, encontramos también la parroquial de San
Caprasio, de reducidas dimensiones, siendo una joya de estilo lombardo, la más
occidental de Aragón. Y qué mejor lugar para emplazar nuestro Belén Montañero
FAM.
A pesar de que hablamos del
emplazamiento a pie de coche, se dio la opción de estirar las piernas, convocando a los asistentes que lo desearan, en el Monasterio Viejo de San Juan
de la Peña, para hacer andando el tramo del Camino de Santiago (GR 65.3.2)
hasta Santa Cruz de la Serós, y es lo que se llevó a cabo. Qué menos que 3,5 km con 400 metros de desnivel acumulado D- y 50 m D+, para una jornada montañera.
Las paredes de ese viejo
monasterio destilaban humedad y frío, pero aun así a gusto nos hubiéramos quedado
a escuchar todo lo que callan, porque estas piedras saben mucho de historia, y
de la buena. Con estos vanos pensamientos, van llegando cuatro autobuses, cuyos
ocupantes, o la mayoría de ellos comienzan a transitar por el solitario bosque
que se ve sorprendido con nuestra presencia. Tras un breve tramo de subida se
llega al cruce, que reparte juego entre los miradores del Monasterio Nuevo
(derecha), Atarés (de frente), y nuestro destino (izquierda). Pronto el sugerente
camino de bosque se torna algo más incómodo por los bolos del conglomerado,
pero es algo que se ve compensado por la extraordinaria panorámica que se abre
ante nosotros. Todo el Pirineo Occidental Aragonés se nos muestra claro, nítido,
como en una gigante pantalla. Pero no todo es mirar al frente, que hay que
hacerlo allí donde se pisa, porque hay algún tramo helado y hay que tener
cuidado.
Tras pasar por una amplia explanada
donde hay una vistosa torre del tendido eléctrico, nos metemos ya en terreno más
domesticado, acercándonos enseguida ya a Santa Cruz, a donde llegamos los
primeros con una media hora de retraso sobre el horario previsto, debido a que
no se ha salido a tiempo. Esto hace que se trastoque un poco el horario. Se llega al
comienzo de la misa parroquial, a la que asiste todo el que lo desea. A
continuación, el alcalde y algunos de sus colaboradores nos dan la bienvenida,
ofreciendo café caliente, torta y moscatel. En este acto protocolario se hace
entrega por parte de la FAM de unos recuerdos conmemorativos del acto al cura párroco,
al alcalde, al club organizador y a dos de los veteranos que pocos belenes se
han perdido en los últimos 55 años.
Seguidamente se acude a la
parroquial de San Caprasio, donde está colocado el belén, que puede visitarse
gracias a la gentileza del párroco, que nos dejó las llaves de la reja que
impide el paso a su interior. A la salida, y ya en una caldeada mañana, se
ofrecía por parte del club un detalle a los participantes, y tras ello se asistía
al recital de villancicos por parte de la coral de los Amigos del Camino de Santiago
y de la del Stadium Casablanca, ambos de Zaragoza, que nos ofrecían bonitas
piezas navideñas, al cabo de lo cual animaban a todos los presentes a entonar
el Adeste Fideles, con lo que se
concluía el programa de la jornada
Los voluntarios del club, a los que
desde aquí queremos agradecer su dedicación, tuvimos la oportunidad de
compartir mesa y mantel con los asistentes del bus de la FAM, entre los que se
encontraban viejos amigos, que no amigos viejos, del Stadium, de Os Andarines d’Aragón,
y de otras procedencias, a los que también agradecemos su asistencia, así como
al resto de participantes, hasta completar casi 240. También, cómo no, al cura
párroco y al ayuntamiento de Santa Cruz de la Serós, por facilitarnos las
cosas.
Y así fue, así pasó y así lo
contamos. Tras la algarabía propia de tanto ajetreo, sus menos de 200
habitantes se quedan ahí, en sus cosas, al igual que las históricas piedras que
cierran el pueblo por el sur, y que albergan una parte importante de nuestra
historia.
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