IXOS MONS
Punta de la Selva de Villanúa (1.625 m)
Martes, 27 de diciembre de 2016
Seguimos disfrutando de este mal
tiempo, y decimos lo de mal tiempo porque el bueno sería que estuviera nevando
sin conocimiento, que es lo que toca ahora. Así que otra bonita mañana de monte,
esta vez por la Selva de Villanúa. A pesar de todo, 4 bajo cero. Como ayer nos
supo a poco, hoy repetimos. Con el amigo Pepe, nos metemos por la pista de
Cenarbe, y al poco de pasar bajo los impresionantes arcos del viaducto que la línea
del Canfranero se marca tras ese túnel helicoidal que permite salvar el
desnivel del valle del Aragón, dejamos el vehículo justo en la barrera, para
tomar el camino que sale a nuestra izquierda. Un camino que discurre junto a un
barranco a la izquierda y monte repoblado a la derecha.
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Finalización de las obras del viaducto de San Juan
Imagen subida a Internet por Fran Brunet |
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Abrigo de piedra seca |
Por este camino, vamos subiendo
disfrutando de la soledad del monte, del frío del monte, de la humedad del
monte. Del monte. En cuestión de un cuarto de hora nos plantamos en el primero
de los campos de Diez Campanas, que lo atravesamos. Sigue la pista, dejamos a
la izquierda un pequeño abrigo de piedra seca y otro campo, éste vallado, a la
derecha. Los claros del bosque dejan al descubierto la madre Collarada y sus
Campaniles, que disfrutan también de esos primeros rayos de sol que poca nieve
tienen para reflejarse. Se cruza el PR 2, que entendemos que es un camino de
viejo, de Villanúa a Cenarbe. Seguimos.
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Dolmen de Diez Campanas, con la Collarada al fondo |
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Por el sendero |
Enseguida se llega al dolmen de
Diez Campanas, otro de los varios monumentos funerarios megalitos de los
alrededores de Villanúa. Se ve que a nuestros antepasados les gustaban estos
pagos. Y en otros cuatro pasos nos presentamos en el último de los campos, éste
justo antes de entrar en el bosque por un sendero, al que le cuesta tres
cuartos de hora subirnos los trescientos metros de desnivel hasta dar con el
tiradero de madera, por el que ya se puede circular de a dos, a través de una
decoración que raya lo irreal. No haría falta exagerar mucho para decir que hay
más troncos tumbados que derechos. La enorme espesura de los que hay de pie
hace que entren en dura competencia por la luz, de modo que crecen, y crecen,
sin robustecerse, frágilmente.
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Llegando a la Punta de la Selva |
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Valle del Aragón |
Sintiéndonos invitados en este
escenario, y tras unas cuantas vueltas y revueltas, finalmente llegamos a la
Punta de la Selva, tras contemplar el espectáculo que ofrece la luz solar
acariciando un suave ambiente hasta llegar al tapizado suelo. Estamos en una explanada
con un excelente mirador sobre la cuenca del Aragón, y mucho más. Las señalas amarillas
y blancas del PR continúan monte arriba, suponemos que dirección a los Bacum. Contemplación,
cuatro fotos y para abajo por la pista, que va haciendo las curvas que ella
sabe, entre viejos campos de cultivo y fincas con sus tapiales, vestigio de un
pasado de vida armonizada con la naturaleza.
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El vigía del valle |
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Restos de la iglesia de San Pedro |
Se llega a Cenarbe, que según
informaciones encontradas en la red de redes, tenemos que su nombre procede del
vasco antiguo “Azenari-be”, que significa "suelo de zorros"; también que a mitad
del siglo XIX tenía en torno a 180 habitantes, en 20 casas censadas; y que llevó
el mismo paso que todos los del vecino valle de la Garcipollera. La torre de la
iglesia de San Pedro (siglo XII) es lo único que hay en pie, y no sabemos por
cuánto tiempo, porque amenaza ruina, de hecho está incluida en la Lista Roja de
Patrimonio de Hispania Nostra. El resto de edificaciones fueron dinamitadas
para evitar problemas de derrumbe. Sí, así fue. Entramos de propio y
comprobamos que la historia del único pueblo importante del valle se escribe
sobre montones de piedras, las que perduran del expolio. Nos incorporamos a la
pista, que pasa por la fuente, lavadero y abrevadero bajo el pueblo.
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San Juan de Izuel |
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Señales del Sendero Turístico GR 15 |
Seguimos por la pista, y al cabo
de media hora se nos incorpora a ella el nuevo trazado del GR 15, o Senda
Prepiranaica, que luce sus mejores galas como Sendero Turístico de Aragón, y
que de Iguácel se dirige a Castiello… o viceversa. En poco ya, la ermita de San
Juan de Izuel, con referencias históricas de haber formado parte de un muy
pequeño núcleo de población, convertido posteriormente en pardina. Y en otro
cuatro pasos más, llegamos a la barrera, donde tenemos el coche dispuesto a devolvernos a Jaca.
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La Peña Oroel, dominando el Campo de Jaca |
Una extraordinaria mañana en la
que hemos dado una más que amplia vuelta al Monte Apóstol, con 15,7 km,
recorridos en 4h 45’ de tiempo total, del que 3h 40’ han sido en movimiento,
para salvar un desnivel acumulado de 770 metros D+, por solitarios parajes
sembrados de una vida que se fue hace décadas y que queda ahogada por las
barzas y el tiempo.
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