Larrosa - Iguácel
Jueves, 8 de diciembre de 2016
… Era noviembre de 1955 cuando se presentaron don Miguel Navarro
Garnica, ingeniero del Patrimonio Forestal, y don Joaquín Ariza, abogado de
dicho organismo. Exhibieron un decreto del año 1927, época de la dictadura militar
de Primo de Rivera, por el que se declaraba todo el valle de la Garcipollera de
utilidad pública para repoblación forestal. Como consecuencia…”.
Imagen de época de Bescós de la Garcipollera (despobladosdehuesca.com) |
Así se expresaba Pascual Calvo,
nacido en Larrosa, pero además secretario, que lo fue desde 1945 de la
Agrupación Secretarial de Bescós, Acín y Castiello, hasta 1965, pasando a este
último a partir de esa fecha. Esto y mucho más lo dejaba escrito en sus
memorias en agosto de 1994. Cerró los ojos en los albores del presente siglo. Mucho
es lo que se llevó con él. Hoy, ahí yace su tierra, como la de cientos de
pueblos en el Alto Aragón, sin nadie que cierre los suyos, sin nadie que vele
por esos montones de piedras que un día cobijaron a hombres y mujeres, a
ancianos, a niños, a animales. Piedras con memoria, frágil memoria ya. La
Garcipollera, “vallis cepolaria”, o “valle de las cebollas”, estaba configurado
por dos municipios: Bescós, con Yosa y Bergosa, y Acín, con Villanovilla y
Larrosa. Todo quedó deshabitado, todo quedó abandonado, todo quedó perdido,
desde aquel decreto que casi todos de los cerca de 500 habitantes del valle
acataron, cuando el San Juan pobre los
metió en las ciudades, haciendo crujir el campo de tristeza y soledades,
como decía el ilustre Labordeta.
En marcha |
Ni tan siquiera están en pie esas
chamineras cuyo hogar servía de nexo de la familia, donde se repasaba la vida
diaria, los cuentos y tradiciones, donde se hablaba de las haciendas, que con
sus recuerdos yacen ahogadas por las barzas. Pero no todo está perdido, que en
la cabecera de ese valle todavía se mantiene esa joya del románico como es
Santa María de Iguácel. Y por estas sierras de Larrosa e Iguácel, por estas
tierras, hoy de Jaca, pero pegadas al límite de Acumuer, que lo es de
Sabiñánigo, nos hemos ido hoy, para pasar de puntillas por su olvido, para
solazarnos por su solana, para asomarnos al extraordinario mirador de la
divisoria y contemplar los nevados montes de los macizos de Collarada y
Somolas, y Peña Retona, Puerto Rico, Punta Blanca, Zarrambucho, Telera, Peña
Parda… y tantas otras de la Sierra de la Partacua. Con Sara, Ana, Julián y
Santi, allá vamos.
Balsa junto a la pista |
El río Ijuez baña un valle que
poco a poco se va desperezando de su letargo nocturno. La ruchada mañanera se
va retirando conforme el sol le va calentando el lomo. Lo mismo que a nosotros,
que tras dejar el vehículo en el comienzo de la pista a Larrosa, comenzamos
rápido andar huyendo del frío y en pos de esos rayos de sol. Pronto cambia la
dirección del barranco y nos da ya de lleno. Desde el arranque, vamos por las
señales del GR 15 (Senda Prepirenaica), marcada recientemente como Sendero
Turístico de Aragón, hasta como kilómetro y medio, que toma un sendero a la
derecha para dirigirse al pueblo. Nosotros seguimos por la pista. Pasamos por
una balsa que se nos antoja contra incendios. La pista se ve cruzada por los
barrancos del Monde y de Forraz, y en cosa de poco más de una hora nos
presentamos en la divisoria, tras haber subido casi cuatrocientos metros de
desnivel.
Cuenca del Aurín. Sabiñánigo. Al fondo Guara |
Las vistas aquí son
impresionantes. El valle de Acumuer a nuestros pies, que lleva las aguas del
Aurín y sus barrancos hasta Sabiñánigo, que afogado está bajo esa eterna boina
industrial. Mejor echar la vista hacia arriba, donde encontramos la pureza,
donde encontramos la luz, donde encontramos las nieves fijadas en el macizo de
Collarada y la sierra de la Partacua, y entre ambos un bello tajo con ese
pequeño circo bajo la cuenca del ibón de Bucuesa. Otra hora contemplando
semejante espectáculo subiendo por esa divisoria, ascendiendo otros
cuatrocientos metros más, que merece la pena hacer para estar más cerca de
esas montañas que nos roban el alma.
Estamos a 1.910 metros de
altitud. Contemplación, fotos, y abandonamos las vistas sobre el profundo valle
del Aurín, abandonamos las vistas de este tapiz de grises y blancos,
confeccionado por las manos del tiempo, abandonamos esos paisajes, hogar de
nuestros sueños, para meternos ya de lleno en el descenso sobre el
circo que conforman los montes de Bacún y Letas, y que vierten sobre ese lugar
mágico donde se encuentra ese enclave histórico y artístico, religioso y civil,
como es Iguácel. Otra hora para llegar hasta sus proximidades, donde sólo nos
resta como un kilómetro más para el vehículo.
Solana de la Partacua |
Este anticiclón que por las
tierras altas nos aporta muy buen tiempo nos ha permitido disfrutar de una
extraordinaria mañana, en buena compañía y con magníficos paisajes. Una mañana
en la que le hemos metido 3h 20’ de tiempo total, de los que 3 h han sido en
movimiento, para recorrer los 14,1 km de esta bonita y apacible vuelta,
salvando como 840 metros de desnivel acumulado D+.
Álbum en Facebook: https://www.facebook.com/chema.tapiagr/media_set?set=a.1279202795435774
El track, en: http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15757858
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