martes, 6 de mayo de 2014

Sierra de Bonés

IXOS MONS
Sierra de Bonés
Miércoles, 30 de abril de 2014



            Montes grandes, montes pequeños, todos son montes, y dignos de ser visitados. El llamado pre Pirineo está habitado por esas sierras exteriores que median entre la cordillera madre y la tierra llana. Y a una de ellas nos dirigimos hoy, en concreto a una que hace de muralla norte a la cuenca de Arguis, a la llamada sierra de Bonés.

Sierra de Gratal, al fondo
            Tras unas breves labores de potente poda en casa del amigo Javier, con un grupo de compañeros suyos de monte, nos acercamos hasta la vieja carretera del Monrepós, donde se toma la entrada del S10 del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, un sendero que nos va a llevar a ese puerto que nos desvelará el secreto de estas montañas, y que no es otro ni más ni menos que el espejo donde se miran, esa cordillera pirenaica, tan altiva, tan magnética, tan indispensable.

Corona del Rey
            Sin apenas darnos cuenta vamos tomando altura, hasta el punto de dejar baja la sierra de enfrente, la que hace muga sur de la cuenca, la de Gratal, cuya prominencia pronto asoma, que aunque pensemos que sólo vive para la Hoya, si vas subiendo te encuentras visualmente con él. Cruzamos las ruinas de unas bordas, que atestiguan viejos oficios, viejas faenas, viejos tiempos, en los que el trabajo manual presidía las economías domésticas rurales.

Pirineos, siempre Pirineos
            En seguida, nuestros pasos van por el mismo perfil de unos inusuales acantilados sureños, que obliga a ir con sumo cuidado, dando vista ya al puerto, a lo amable de la tasca, donde encontramos los restos de viejas lindes de piedra en lugares en los que se tendrían que repartir el territorio. Hoy es el territorio el que elige a las personas. Un descenso por bosque de desentendidos pinos nos entrega a una pista, junto a la que hay una más cuidada finca digna de ser enmarcada en un lienzo de sensible pintor. Como también lo serían esos trazos de azules cielos salpicados con blancas nubes que se confunden con las nieves, de grises calizas y de verdes faldas de un Pirineo que se abre a nuestra vista.

Junto a la ermita de la Magdalena
            En dos horas de tranquilo deambular llegamos a la anunciada ermita de la Magdalena, por cuyos pies discurre un todavía incipiente río Flumen, que no deja de ser una redundancia, ya que el nombre propio es una voz del viejo latín que significa precisamente el nombre común, río. Estamos muy cerca de su nacimiento, es por tanto muy, muy joven, y poco nos puede contar todavía, pero aun con todo nos apostamos en una de sus orillas para echar un bocado y alimentarnos también de todo lo que nos pueda ofrecer.

El bosque nos espera
            La mañana está soleada, pero el aire es norte, fresco. No paramos mucho. Seguimos por la pista hasta que nos encontramos en un desvío un cartel anunciador que nos invita a ir a Mesón Nuevo o a volver a Arguis sin abandonar la sierra por la que andamos. Optamos por esto último, que nos tiene que hacer llegar de nuevo a los vehículos. Pero antes de eso, seguimos disfrutando de un delicioso sendero entre el bosque, con profusión de los siempre amables bojes, hasta llegar a dar vista al abanico sur, a través de una extraordinaria atalaya. A nuestra izquierda, al fondo, el Tozal de Guara, y en primer término la sierra del Águila; enfrente la de Gratal; a nuestros pies, la cuenca del Isuela, donde sus aguas se remansan en ese pantano único en su género en Aragón cuando se construyó, allá por 1704, con 0,9 Hm3, y ampliado en 1929 hasta tres veces su capacidad. En sus orillas, al amor de estas sierras, la población de Arguis, cuya voz ya se oía en el Cartulario de San Juan de la Peña, en 1070.

            Y poco más, entre aliagas y areniscas, viendo crecer el fondo del valle, nos vamos acercando hasta los vehículos. Una buena mañana entre amigos, y en el mejor escenario posible. Más de cuatro horas, que se hubieran podido quedar en algo más de la mitad, pero sin tanto disfrute, que lo hemos hecho a lo largo de más de 10 km, y con unos 560 metros de desnivel positivo acumulados, y lo mismo de descenso.



El reportaje completo de fotos, en:

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