lunes, 26 de mayo de 2014

1ª Marcha Senderista de Jaca

ANDADAS
1ª Marcha Senderista de Jaca
"Pueblos de la Solana"
Domingo, 25 de mayo de 2014




            Tantas andadas. Tantos caminos. Tanto tiempo. Tanto esfuerzo. Todo ello es buen aval para que el Club Atletismo Jaca, se haya decidido a organizar una convocatoria que encaje en el Calendario de Andadas Populares de Aragón, que coordina el club Os Andarines de Aragón, en colaboración con la FAM.

Listos para la salida
            El entusiasta grupo de Andarines del citado club, junto con el Ayuntamiento de la ciudad, han querido dar realce a los pueblos de la llamada Vereda Oeste, o en lenguaje más tradicional, la Solana de Jaca, compuesta por Banaguás, Abay, Novés, Araguás del Solano, Caniás, Guasillo y Asieso, con las raíces de todos ellos hundidas en el ya lejano siglo XI de nuestra era. Época y tierras de reconquistas y de revoluciones culturales, de avances castrenses y eclesiásticos, de refundaciones clericales y de intercambios de cromos, muchos intercambios de cromos. Época de florecimiento, de nuevos horizontes, de capitalidad y de fueros. De sangre, sudor y lágrimas, en definitiva.

Abrazando la Ciudadela
          Pero hoy, si hablamos de sangre será la producida por alguna zarza a nuestro paso. Hoy, si hablamos de sudor, será en pocas letras, porque la temperatura nos ha dado un respiro. Y hoy, si hablamos de lágrimas, será de alegría. Sí, hoy es un gran día, el gran día. Hoy se ha recogido el fruto de tanto trabajo, de tanta preparación, de tanta gestión. Todo ello se ha visto compensado cuando en torno a las ocho de la mañana te sientes rodeado por esos más de 160 participantes que recogiendo su dorsal acuden a tomarse su vaso de chocolate con churros para comenzar con fuerza esta jornada.

Cruzando la pasarela en la Botiguera
            Se han dispuesto dos recorridos. El de 15 kilómetros es común al de 30 hasta Abay, segunda y última población visitada para este más corto trayecto que ya se da la vuelta por el llamado camino del río, pasando por ese crucero que aguanta los airados cierzos y que tantos y tantos peregrinos habrá visto pasar y en el que habrán depositado sus plegarias. Volviendo a la Botiguera, continúa ya hacia Jaca, entrando por el Columbario hasta el puente de San Miguel, joya del románico tardío. Una vez cruzado, subir recto hasta el Rompeolas con llegada en el punto de partida, ejemplo de catedral románica europea, casi milenario testigo de una época que trajo el esplendor a esta tierra.

Llegando a Banaguás
            
Camino de Abay
            Junto con Olga, nos toca abrir el recorrido de 30 km, que une todos los pueblos de la Solana, que baja barrancos, que sube coronas, por unos caminos que se reconcilian con los andarines, que se reconcilian con el tiempo, que nos guiña el ojo y que esperemos lo tenga más abierto que cerrado. Pues bien, vamos a ello.

        Aunque no es una marcha competitiva, desde los primeros pasos cada uno va buscando su sitio para desarrollar el ritmo que le haga terminar más cómodo. Dejamos atrás la Catedral, dejamos atrás la Ciudadela, y nos llegamos hasta el Rompeolas, para iniciar el Camino de Santiago, que nos permite ya ir viendo alguno de los pueblos por los que hemos de pasar. Cementerio y continuamos el jacobeo, hasta cruzar el canal y bajarnos al soto para cruzar el rio Aragón por esa pasarela colgante que hubo que reparar tras las avenidas de hace año y medio. El cielo y la tierra siguen haciendo buenas migas.

Cruzando el Lubierre
            El barranco de Castelillo, en sus últimos suspiros nos acoge para sacarnos al camino que viene de Abay, por el que tomamos dirección a Jaca hasta que nos desviamos para subir a Banaguás. El ambiente está húmedo y no hace calor, sin embargo hay que beber, y lo hacemos aquí, en la plaza custodiada por la iglesia de San Juan Bautista y la casa abacial. Seguimos a por la segunda etapa. Por una vereda junto a fosforescentes campos de cereal, y con la vista puesta en los montes pinatenses, volvemos a cruzar el barranco de Castelillo para subir de nuevo a una corona y volverla a bajar para entrar en Abay, donde nos ofrecen ya algo para comer, y no sólo para beber. Llevamos como 10 km, y éste será el punto de retorno de los que participan en la de 15 km, que volverán ya directamente a Jaca.

Novés y Araguás a la vista
            Nosotros seguimos en dirección a Ascara, hasta toparnos con el Lubierre, que nos trae sus esencias de la cabecera del valle de Borau. Comienza un tramo que discurre por bolos de río, el que cruzamos cómodamente en tres puntos gracias a las últimas actuaciones. Con claro rumbo hacia el norte, enseguida se nos abre a la vista un panorama de verdes campos a derecha e izquierda, que las primeras gotas de lluvia realzan la visión de los tres próximos pueblos a visitar, Novés, Araguás del Solano y Caniás. Llegamos al primero con esas gotas que quieren afianzarse. También agua por dentro, que nos ofrecen junto a la iglesia.

Pasos perdidos entrando
en Araguás del Solano
            Rendimos homenaje al pueblo, que como en todos, hemos de callejear hasta dar con su salida. Sigue lloviendo. Agua que alegra a los campos, que alegra al ambiente. Nos dirigimos hacia Araguás del Solano por unos cientos de metros de asfalto. Estamos en el punto más alto y más lejano del recorrido. También tenemos aquí avituallamiento. Dejamos atrás este cuarto núcleo, y por camino de viejo, y con hierbas a la rodilla vamos a por el quinto, y lo hacemos bajando a la carretera de la Solana, para en cuestión de unas decenas de metros, a la altura del molino, ir en busca del Lubierre. Abrazados a él lo remontamos hasta cruzarlo por un puente poco medieval de cemento y tubos, pero que hace su papel.

            Como todo caminante sabe, el río es el punto más bajo de cualquier itinerario, de modo que de nuevo a subir, y en esta ocasión, por un sendero con algún tramo verdaderamente bucólico. Cumpliendo el segundo tercio, llegamos a Caniás, donde nos ofrecen sólidos y líquidos para continuar nuestra ruta, que inicia un corto recorrido por carretera hasta meternos a la izquierda por un camino entre campos, y ya directos en dirección oeste, sin dejar de ver esa extraordinaria panorámica que es el Campo de Jaca, con ese barco varado en el espacio y el tiempo, que nos muestra su figura desafiante. Hablamos de la Peña Oroel.



Rincones para perderse, en Guasillo
            Coronas y barrancos recorremos hasta llegar al próximo objetivo, Guasillo, el decano de la Solana, mencionado ya en documentos del siglo X. La parroquial de San Adrián luce en su fachada principal el emblema pinatense, un Agnus Dei coronado. Bebida isotónica y a continuar hacia Asieso, donde nos echamos el último trago de agua y bajamos ya hacia el río Aragón, ese que da nombre al territorio. Por buen camino y buenas vistas salimos de nuevo a la carretera, bajo el cerro de San Miguel, y en unas decenas de metros la abandonamos para dejarlo a nuestra derecha y bajar hacia el puente de románico tardío, bien encajado en el paisaje.

            Tras él, un desvío a la derecha para subir a la corona de Jaca por la Diagonal, que nos aúpa hasta el Rompeolas. Un rodeo a la Ciudadela, para poderla contemplar por sus cinco costados, nos lleva de nuevo a enfilar la entrada hacia la Catedral, dando por concluido este extraordinario circuito que ha nacido con vocación de quedarse, y que los amigos del Club Atletismo Jaca se han currado ofreciéndonoslo a propios y extraños, que no lo son si aman estas tierras tanto como nosotros.


            La comida en el Palacio de Hielo pone el cierre a esta extraordinaria jornada pasada entre amigos, por los caminos de la Solana de Jaca, y que esperamos verlos al año que viene, que seguro que se mejora y amplía la oferta. El terreno da de sí para ello, y esta gente que la organiza, también.


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El viernes estuvimos, una vez más, reconociendo el terreno. Las fotos, en:
  
Y las fotos de la jornada senderista, en:

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