Peña Canciás
Sábado, 10 de mayo de 2014
Hoy vamos a asomarnos a una de
esas atalayas privilegiadas de una sierra menor del Pirineo, la Peña Canciás, que
a pesar de su humilde cota (1.928 m), puede presumir de una notable prominencia
(493 m), y de unas excelentes vistas sobre el gran norte. Separa municipios, el de Sabiñánigo
y el de Fiscal; separa cuencas, la del Gállego y la del Ara; separa comarcas, la del Alto Gállego y la del
Sobrarbe; y separa orientaciones, la sur y la norte. Partiendo de Laguarta, en
la Guarguera, subimos por la sur, y bajamos dando un larguísimo rodeo faldeando
por sus caras este y norte, hasta Borrastre, próximo a Fiscal.
Casa de Villacampa, en Laguarta |
En el arranque de esta singular
carretera de la Guarguera, a los pies del Monrepós, nos incorporamos con Sara y Javier, a la comitiva de los amigos de Esbarre, para hacer en autobús los últimos kilómetros hasta Laguarta,
capital de este despoblado valle de la Guarguera, perteneciente al municipio de
Sabiñánigo, y cuna del insigne Pedro Villacampa y Maza de Lizana, nacido en
1776 y héroe de los Sitios de Zaragoza, que llegó a ser Capitán General de los Reales
Ejércitos y senador por la provincia de Huesca. Su casa natal está enfrente de
la iglesia de San Salvador. Y por cierto, en el Arrabal de Zaragoza tiene su recuerdo en forma de calle, a una manzana de la de Jorge Ibort, otro destacado personaje de la resistencia rabalera.
Dos buenas mozas puyando |
De aquí partimos en una calurosa mañana,
creemos que la última antes de una vuelta de tiempo anunciada a partir de la próxima
jornada. Vamos buscando el arranque del PR-HU 9, un camino de viejo que une
esta población con Borrastre, en el vecino valle de Broto, junto a Fiscal, su
cabecera de municipio.
El camino va subiendo por entre
erizones por descarnados tramos poco atractivos. Nos emboscamos, y en hora y
media ya damos vista a nuestro objetivo, identificando también montes de la
cuenca de Sabiñánigo y Jaca. Seguimos, y en cosa de media hora más nos
presentamos en el llamado collado de la sierra Gallardón (1.615 m), donde nos
desviamos del PR para ir subiendo hacia la cresta que se despeña hacia el norte,
donde está la cima, que alcanzamos, subiendo sin contemplaciones de zigzagueo,
en hora y cuarto más. En total, como tres horas y media para llegar al vértice
geodésico, que marca nuestro objetivo de hoy.
Cresta cimera |
El gran norte ya va anunciando
ese cambio de tiempo que se va a producir en las próximas horas, pero mientras
eso ocurre, tenemos el placer y la obligación de disfrutar del momento y del
lugar, y que aprovechamos para pasar lista. Sí, están todos, los que conocemos
y otros muchos más que se nos escapan. Momentos únicos los de poner en contacto
nuestras miradas con ellos, a través de la luz que todo lo inunda.
De nuevo en el bosque |
Fotos y más contemplación. Tentempié,
para que el estómago sepa que nos acordamos de él, y para abajo. Y lo hacemos
por otra ruta más al oeste que la que hemos empleado para subir. Los primeros
compases son por no muy amigable terreno, de conglomerados y piedras sueltas
que merecen nuestra atención, porque les gusta juguetear bajo nuestras botas.
Llegamos a terreno arbolado, y abrazados un buen tramo a un barranco vamos
perdiendo altura a marchas forzadas hasta llegar de nuevo a los prados que anteceden
a tomar el PR, donde echamos ya un bocado en condiciones, y descansamos un rato,
antes de iniciar el largo descenso hasta Borrastre.
Enormes buxos |
Por bosque mixto, de mejor ver
que pisar, nuestros pasos, nuestros cientos de pasos, nuestros miles de pasos,
nos van encaminando durante dos largas horas hasta una pista, ya sobre el
barranco de San Juste, donde nos encontramos con el desvío a esta localidad, y
que desestimamos para seguir hacia Borrastre, que alcanzamos al cabo de otra
media hora más, donde nos espera el autobús, que haciendo una parada técnica en
Fiscal, por no decir cervecera, nos devuelve a nuestro vehículo a los pies del
Monrepós, para volver de nuevo a Jaca.
Una muy buena jornada de monte,
en muy buena compañía también, en la que nos hemos deleitado con las mieles de
este sinclinal al que llaman Canciás, y que asoma en verticales paredes hacia
la vega de Fiscal, en plena cuenca del Ara, con unas vistas hacia el gran norte
que muchos otros quisieran. Más de 19 kilómetros en casi ocho horas de actividad,
de las que más de cinco han sido en movimiento, para subir 1.300 metros de
desnivel acumulado, y bajar
¿Habéis oído hablar del duende de la Guarguera? Pues se me ha colado en la cámara de fotos casi hasta el final, tiñendo de gris una jornada que no lo ha sido. De todos modos, ahí las tenéis:
El trac, en:
qué susto!!, menos mal que cuentas lo del duende,pensé por el color que estaba todo quemado
ResponderEliminar... pues con lo duendecilla que tú eres, ya te lo podías haber imaginado...
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