martes, 13 de mayo de 2014

El infierno de Larrau

AQUERAS MONTAÑAS
El infierno de Larrau
Domingo, 11 de mayo de 2014



            En las actuales generaciones no lo sé, pero en la nuestra nos enseñaron que el infierno era un lugar de fuego eterno, por lo que piensas que si algo va a sobrar allí va a ser calor. Sin embargo, hoy lo que hemos visto y sentido ha sido todo lo contrario. Sí, hoy hemos asistido a otro concepto muy distinto de infierno, ya que desde el mismo punto de partida, hasta el de llegada, que improvisadamente ha sido el mismo, nos hemos visto envueltos en una auténtica ratonera meteorológica, totalmente inesperada en esta época del año, pero que nos recuerda que siempre hay que contar con ello.

            La montaña no es muy distinta a las personas. De visita ocasional suelen ofrecer siempre su mejor cara, pero si las frecuentas te puedes encontrar con la otra, con la menos amable, lo que te obliga a gestionarlo en condiciones, para salir lo más indemne posible.

Logo de la Sociedad de
Montaña Sherpa,
de Logroño (extraido
de su propia web)
            La Sociedad de Montaña Sherpa, de Logroño, por medio de unos de sus habituales programadores de salidas, Román Soriano y Rosa Heredia, nos habían enamorado con esta travesía por una de las aristas más bellas del Pirineo Navarro, que por línea fronteriza une el puerto de Larrau (1.580 m), en la cabecera del valle de Salazar, con el refugio de Belagoa (1.420 m), en el vecino valle del Roncal, con el reciente marcaje del GR 12 como hilo conductor.

            Y la cosa prometía, porque el escenario es extraordinario. El pico Orhi, con sus 2.020 metros de altitud es la primera cima de más de dos mil metros que nos encontramos en el Pirineo si venimos desde el Cantábrico. A sus pies está el mayor hayedo/abetal de Europa, el de Irati. Está en la muga entre Nafarroa y Zuberoa, si lo decimos en el habla local, y es el punto de partida de esta atractiva travesía, concretamente el puerto de Larrau, por donde discurría una buena parte de la llamada Ruta de la Lana, itinerario seguido durante siglos por las caravanas de mulos que exportaban la fibra animal a Europa.

Orhi (web pirineos3000)
            Ayer pasamos calor en el monte, y para hoy teníamos anunciado un cambio de tiempo, con entrada de frente y bajada de temperaturas, pero lo que nos encontramos es mucho más que eso. En los 1.580 metros de altitud de este puerto tenemos una niebla cerrada con una ventisca de norte que trae una fina lluvia que antes de ponernos a andar ya la sentimos sobre nuestra piel, y al poco de ponernos a andar, en cualquier parte de nuestro cuerpo.

Selva de Irati (web megaconstrucciones)
Hay quien, los menos, deciden no afrontar la situación y quedarse en el autobús, que vemos marchar rumbo a la cabecera del Roncal, donde está previsto que nos recoja. La mayoría, y somos en torno a 45/50 vamos saliendo, y pronto se evidencia el distinto ritmo y el gran inconveniente que supone. Al encontrarnos en condiciones de escasa visibilidad debido a la niebla, hemos de ir todos juntos, procurando no perder contacto visual entre unos y otros, pero para los rápidos significa que han de ir esperando con frecuencia, lo que supone acrecentar la sensación de frío que ya se tiene andando; y para los menos rápidos, que se ven un tanto obligados a forzar su ritmo.

Puerto de Larrau (web paisajesciclistas)
            Lo previsto era hacer el cordal, con posibilidad de ascender a las accesibles cimas del Orbizcaya (1.656 m), el Gaztarria (1.725 m), el Ochogorrigañe (1.925 m), el Baracea (1.893 m) y el Lacarchela (1.982 m), por lo que el mayor atractivo de esta ruta estriba en las vistas que nos ofrece a ambos lados de donde discurrimos, que evidentemente hoy se lo guarda para sí mismo. Frío, lluvia, niebla, viento, son ingredientes que se añaden además, desde el principio, a este guiso, que para que no se convierta en desaguisado, aun apurando la situación a criterio de algunos, y no siendo motivo para ello, a criterio de otros, se toma la decisión de volver.

Ochogorrigañe (web mendiak)
            Habiendo llegado casi a mitad de camino, en el mojón 244 de la muga nos vemos llamando al rescate del autobús, para que vuelva a Larrau a recogernos. Y aquí estamos de nuevo, al cabo de tres horas desde que hemos salido, chupidos d’aigua por fuera y por dentro, pero contentos por haber tomado la decisión acertada. De camino valle abajo, de camino hacia el buen tiempo, hacemos parada en Ochagavía para comer y echar algo caliente al cuerpo, pero nos encontramos un pueblo tomado por las celebraciones de comuniones infantiles, lo que nos obliga a ir buscando abrigos por los rincones de sus calles.

            El recuerdo en la convocatoria de los organizadores, sobre la necesidad de traer dos litros de agua y crema solar no ha sido el suficiente motivo como para convencer al tiempo y que nos dejara usarlo, de todos modos, como en todas garitas hay que hacer guardia, no se puede considerar que haya sido una mala jornada. Distinta, eso sí. Y no se puede decir que no hemos hecho gasto, ya que hemos recorrido casi 12 kilómetros, con 530 metros de desnivel positivo acumulado, y los mismos de descenso, en 3 horas y cuarto de actividad, de las que más de 2 y media han sido en movimiento. Habrá que insistir en esta bella ruta. Sin duda.

Único instante lúcido de la jornada. De vuelta al autobús.


Las pésimas condiciones meteorológicas han posibilitado hacer tan sólo la foto de salida y la de llegada.


4 comentarios:

  1. pero a cuántos clubs dais candela????????

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    1. A todos los que se pongan por delante... buenos somos.

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  2. Estupenda crónica, lo único lúcido de tan aciaga jornada...
    Dada la espectacularidad escondida ese día, es una ruta en la que habrá que insistir...
    como bien dices..

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    1. Hay que aceptar las cosas como vienen. De esta forma, siempre es buen motivo para volver. Gracias Isidro.

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