Año XIII. Entrega nº 894
“En la cara S del macizo de Aneto-Maladetas se localiza este conjunto de cuatro ibones, todos ellos en estado natural escalonados desde los 2220 m hasta los 2750 m del superior, al SW del Aneto, techo del Pirineo e inmediatamente por debajo del helero, antiguo glaciar, de Coronas. El inferior está rodeado parcialmente de prados, mientras que los superiores se extienden por un mundo mineral y rocoso en el que los trazos de vida son escasos, pero no inexistentes, poniendo una nota de color en este mundo plagado de caos de la alta montaña. Su localización al pie del Aneto y en las proximidades del helero mencionado contribuye a crear un lugar de una belleza excepcional”.
Este párrafo, referido a los ibones de Coronas, lo traemos de la publicación Los ibones, de la Colección Estudios de la Institución Fernando el Católico (CSIC), de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza, con aportaciones de varios autores de diversos campos científicos. Y lo hacemos porque ese es el escenario por el que nos hemos movido en esta entrega, ya que es el pico Aragüells el elegido como objetivo, alcanzado ya en los primeros años de la década de los 80, y que queríamos rememorar.
Un glaciar es un río helado, un ser vivo, por tanto, que se desliza por la acción de la gravedad y de su propia masa. Ciertamente lo hace de forma muy lenta, no perceptible a los ojos humanos, pero que en su deambular va dejando rastros, que geólogos, glaciólogos, geógrafos, climatólogos, y científicos de otras disciplinas que se me puedan escapar, sí que saben interpretar. El común de los mortales, como es nuestro caso, sí que apreciamos esas enormes morrenas, pero, sobre todo, lo que sí está al alcance de cualquier mirada son esas masas de agua residual que habita en las cubetas una vez retirados los hielos.
Es algo que no deja indiferente a nadie, porque su belleza resalta en un entorno, generalmente granítico, de un modo espectacular, creando, además un ecosistema singular muy sensible a la acción humana. Los ibones de Coronas, no son ajenos a ello. Hoy visitamos algunos de ellos en nuestro ascenso a un collado, que nos dará vista a otro de ellos, el de Cregüeña, considerado como el más grande del Pirineo, con una lámina de agua de en torno a las 45 Has.
Para ello, partimos de Puente Coronas, al final de la pista de Vallibierna, para tomar el GR 11 en dirección este, hasta tomar el desvío a Coronas, un amplísimo circo al sur del macizo Aneto-Maladetas, al descubierto los últimos 10 o 12 milenios, desde que se fuera retirando el inmenso glaciar que albergara. Un glaciar que, unido al del resto de valles que vierten al principal, dicen los expertos que llegaba, en esa última gran glaciación del Cuaternario, hasta el mismísimo congosto de Ventamillo. ¿Podéis imaginar?
A los diez minutos tomamos el desvío a mano izquierda para continuar entre el bosque por un camino que, poco a poco, nos va a ir mostrando lo que nos vamos a ir encontrando a lo largo de toda la jornada, que son esos bolos graníticos que iremos sorteando. En seguida tenemos nuestro objetivo a la vista, y en primer término la cascada que forma el sobradero del Ibonet de Coronas, el hermano menor de la familia, con su plleta al lado. Como ocurre siempre, el tener que superar una cascada supone un desnivel extra.
Seguimos el ascenso, y en cosa de dos horas alcanzamos el Inferior, que se va desperezando ante la llegada del Sol a sus aguas. En otros veinte minutos siguiendo los hitos llegamos a la bifurcación, que te da opción para seguir subiendo por la derecha, al resto de ibones y continuar por la ruta más transitada, que es hacia el collado de Coronas para subir al Aneto. O continuar por la nuestra, desviándonos a la izquierda. En un auténtico mar de bolos, te sueles encontrar con varias viras de hitos, dando paso a la intuición.
Ibón Inferior de Coronas
En tres horas y media desde el arranque, llegamos al collado de Aragüells, o de Cregüeña, porque los dos mundos une. Como decíamos, se nos abre la vista a ese ibón de Cregüeña, que visitamos desde el valle hace un par de años. Nos queda la trepada hasta la cumbre, que nos lleva otra media hora. Llegados a la cumbre, de 3048 msnm, observamos que estamos en el extremo SE de este otro gran circo que es el de Cregüeña, en concreto en el punto más meridional de la cresta que se descuelga del pico Maldito, y en el más oriental del cordal que conforma la vertiente norte de Vallibierna, que culmina en el Estatats, que ya se asoma al valle principal.
Estamos con la visión y el corazón partidos entre estos dos grandes circos que arroban el alma, de salvaje belleza, y de dimensiones gigantescas. Estamos sobre una montaña que nos ha conquistado desde el primer momento, y que nos ha permitido alzarnos a ella con esfuerzo y con sumo respeto. Estamos, en definitiva, y como nos gusta decir siempre, en el auténtico templo, rindiendo el auténtico culto. Un culto que se sustenta en una profunda emoción, admiración y agradecimiento a partes iguales. Todo ello en poco más de media hora, que nos sabe a medio minuto, pero que se vive con gran intensidad.
Pico Abadías, cresta de Aragüells, pico Maldito, Maladetas, Coronas, Aneto, cresta de Llosás.
Aneto
Vallibierna y Culebras
Posets
Es la una y diez cuando salimos de cumbre, con menos de tres horas por delante para llegar al bus, de modo que, en principio, desistimos y nos resignarnos a tener que esperar más de dos horas al siguiente.
Para bajar encontramos un itinerario distinto, con menos destrepe, y que nos va alejando del collado, lo cual no nos disgusta, al contrario. Vamos siguiendo una línea de hitos, y a los tres cuartos de hora, convergemos con el camino de subida, siguiendo ya el mismo itinerario: desvío Aneto, ibón Medio de lejos, el Inferior de cerca, donde echamos cuentas del tiempo, considerando que sí, que, si nos ponemos las pilas, llegamos. Ibonet, salida al GR 11 y, efectivamente, aún nos sobra algo menos de media hora.
Preciosa ruta de Alta Montaña la de esta jornada, en la que hemos invertido 7 horas y 10 minutos, para recorrer tan sólo 8,1 km, con un desnivel acumulado en torno a los 1100 m D+/-, con lo que está de acuerdo Wikiloc, en esta ocasión. La mayor altura, los 3048 m del pico Aragüells, recorriendo el seno de un grandioso circo que albergó un glaciar cuyo recuerdo abruma.
Bibliografía:
Los ibones. Los sistemas subacuáticos menos conocidos del Pirineo aragonés. Varios autores. Institución Fernando el Católico (CSIC). Excma. Diputación Provincial de Zaragoza (2014)
Web:
Las fotos, con sus comentarios, y el track
* La publicación de la ruta, así como del track, constituyen únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.
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