Año XIII. Entrega nº 892
“En esta empinada canal habrá pasos que nos tendremos que ayudar con las manos y en algunos sitios unas cadenas nos ayudarán agarrándonos a ellas. No recomendable para personas con vértigo y niños, pues esta dificultad para la subida será la misma para la bajada”. José Mª Cereza.
Añadiríamos que algo más para la bajada, porque siempre da más impresión progresar con el vacío por delante. Ya habíamos visto en imágenes esa impía subida por el barranco; en los mapas, que el camino se comía a pecho las curvas de nivel; y no dejaba de causarnos curiosidad, y algo de inquietud, ese “miedo escénico” antes de la premier de cada función, por saber el cómo sería nuestro tránsito por él. Y por fin llegó el momento de verlo, de sentirlo, de acariciar cada una de las piedras del camino, y de dejarnos acariciar por ellas en los tramos más empinados, en ese permanente intercambio entre el hombre y la montaña, en la esperanza de que, tras ello, ese canje de sensaciones se iría a tornar mucho más amable.
Nos acercamos hasta los Baños de Benasque, con sus instalaciones centenarias que sufren desde 2019 una gran impotencia ante la dejadez, el abandono, y posterior vandalismo, algo que no entienden sus aguas al ver su falta de utilidad. Pero no estamos aquí para lamentos, sino para echar la mañana en las montañas. Tomamos el GR 11.5, que recorremos como diez minutos, para tomar el desvío a los ibones, guiados por una tablilla que ya nos advierte que sólo para “expertos”.
Los primeros pasos ya empiezan a ser bastante pendientes, aunque luego se suaviza un poco, ya que las fauces del barranco ya nos van avisando de lo que se nos viene encima, que no es otra cosa que una media hora de más pendiente, por estrecho sendero, y con algún punto expuesto, protegido con cadena. Siendo muy consciente en cada paso, en cada echar manos, hasta se disfruta. Finalmente se cruza el barranco, seco a esta altura, y se entra en un espacio que te aguarda como una recompensa, al menos así se agradece. Es la Plleta de Alba, un lugar herboso y muy amable de transitar.
Al cabo de otra media hora, por un camino muy definido y por el que se continúa la ascensión, alcanzamos una cabaña casi a los pies del primer ibón. A los pocos pasos abrimos la circular. De momento, seguimos hasta el Ibón Inferior de Alba, en el que la Cresta de los 15 Gendarmes de Alba los aúpa para asomarse y verlos reflejados en sus aguas, pero que no lo consigue… quizá en el Superior.
Vamos superando el ibón por su derecha, izquierda de nuestra marcha, para dar comienzo a otro tramo de subida por grandes bolos graníticos, hasta llegar a sobrepasar un alto, que con sus 2477 msnm es nuestra máxima cota de hoy. Desde él, y con el Ibon Superior de Alba a la vista, bajamos unos pasos hasta él, donde nos acomodamos plácidamente para pasar un rato a su vera, tratando de escudriñar en sus secretos, herméticamente guardados. Cuencas glaciales que, a la retirada de los hielos hace 10 o 12 milenios, nos han quedado ocupadas por preciosos ibones, con su mirar sereno al infinito.
Unas aguas que, éstas sí, reflejan esa impresionante y presumida cresta que se ve copiada en ellas. Nos vamos despidiendo de este precioso y solitario lugar para dar comienzo al descenso en busca del Intermedio, que alcanzamos en un cuarto de hora, para continuar con la circular, hasta cerrarla junto a la cabaña, por donde pasábamos apenas hace un par de horas. Tiempo que nos ha costado darle la vuelta a este grupo de ibones del dominio Alba, cuyo nombre siempre nos ha llamado la atención, porque está a poniente del macizo de Maladetas.
A partir de aquí ya todo es repetir el itinerario de subida. Con lo solitaria que ha sido la mañana hasta aquí, nos llama la atención la cantidad de gente con la que nos cruzamos. Apacible paso por la plleta y a dejarnos engullir de nuevo por el barranco, por los pasos y malos pasos que hemos encontrado en el ascenso, y que hay que acometer con más cuidado en el descenso. Llegada al GR 11.5 y vuelta a los Baños.
Una preciosa ruta, variada en su recorrido, en la que hemos invertido 4 horas y 50 minutos de nuestras vidas, un tiempo muy bien empleado, por cierto, para recorrer 6,5 km, y salvar un desnivel acumulado en torno a los 815 m D+/-, con los que está de acuerdo Wikiloc, habiendo alcanzado la altura máxima de 2477 msnm por encima del Ibón Superior de Alba.
Bibliografía:
Fuentes minero-medicinales de la provincia de Huesca. Pablo Saz. Instituto de Estudios Altoaragoneses (1992)
El valle de Benasque, Naturaleza y excursiones. José Mª Cereza. Ayuntamiento Villa de Benasque (2022)
Web:
Las fotos, con sus comentarios, y el track
* La publicación de la ruta, así como del track, constituyen únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.
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