martes, 21 de noviembre de 2023

Bosque del Betato e ibón de Piedrafita, tierra de brujas y de ondinas

 Año XII. Entrega nº 845


IXOS MONS
Bosque del Betato e ibón de Piedrafita
Sábado, 18 de noviembre de 2023

            El gran éxodo poblacional experimentado en las montañas, y que daría comienzo a principios de la segunda mitad del siglo pasado, dejaba dramáticas secuelas en gentes y territorio. La vida, los usos y costumbres cambiaron drásticamente, las gentes quedaron abandonadas a su suerte, y el territorio también, siendo fagocitado por la naturaleza. En algunos casos bajo las aguas de negros pantanos que se iban construyendo en aras del “desarrollo”.



(extraída de la red, no conozco la autoría)

            Uno de ellos se llevaría a cabo en el Alto Gállego, en lo que fue municipio de Tramacastilla, junto a Saqués, en la desembocadura del barranco del Gorgol. Estamos hablando de la pardina de Lartosa, cuya primera mención la encontramos en un documento relacionado con el monasterio de San Juan de la Peña del 22 de junio de 1394, en el que se atribuía la propiedad a “Raimundo de l’Artosa, a sua filla y os suyos descendients a ilesia de Santa María de l’Artosa y a casa chunto a la ilesia”. Iglesia que pertenecía al priorato de Cercito, al que pagaba impuestos. También contaba con un molino harinero. ¿Y por qué traemos esto aquí? Pues porque, además de tener una cercanía geográfica, encontramos también una relación muy directa entre uno de los señores de la pardina a comienzos del siglo XVII, Pedro Arruebo, con el proceso de brujería del Valle de Tena. Se cuenta de él, que estuvo juzgado por el tribunal de la Inquisición de Zaragoza en los años 1635 y 1640, acusado de brujería, implicado en varios casos, afectando a decenas de mujeres.



            El Valle de Tena está plagado de casos de brujería, y uno de los puntos calientes es, precisamente, el hayedo del Betato, topónimo que deriva de vetado, prohibido, lo que nos acerca a este misterioso mundo de hechicerías, sortilegios, conjuros y encantamientos, pero como todo en la vida, este aspecto también está polarizado, y si existe la magia negra, también existe la blanca. La magia se podría definir como la capacidad de transformar, hablaríamos de la primera si el objetivo es tenebroso, maligno, destructivo; y de la segunda si lo es beneficioso, para bien, para evolucionar, en lugar de involucionar. Y el bosque, con la ayuda de los ciclos naturales, también tiene esa capacidad de transformarse, especialmente visible si son especies de hoja caduca las que lo forman, como es este caso.



            Pues allí que hemos ido para tratar de involucrarnos en una de las dos mayores transformaciones anuales, ese cambio de energías que, de la parte foliar, aérea, bascula hacia las invisibles, hacia las subterráneas. Y aunque un poco tarde, hemos podido disfrutar de ese mágico ambiente, escenario de historias y leyendas. Partiendo de Piedrafita de Jaca, en cuyos antiguos lavaderos se halla el Centro de Interpretación de la Brujería, tomamos la pista para acompañar el PR-HU 93B (PR-HU 93 en las tablillas), que abandonamos momentáneamente para continuar por la pista con el objetivo de visitar la ermita de la Santa Cruz, de construcción popular, que se remonta al siglo XVI, bajo la protección de la sempiterna Peña Telera, y contemplando buena parte de ese grandioso Valle de Tena, con su extendida coletilla de que “enamora”, y bien que lo hace.





            Volvemos sobre nuestros pasos para retomar el PR, que continúa unas pocas decenas de metros por pista, hasta que se hace sendero para introducirse en el hayedo a partir de una pequeña cabaña de piedra. La entrada en el bosque corta la respiración. La admiración ante las grandes construcciones humanas, especialmente los templos religiosos, se queda opacada por la contemplación de estos templos naturales. Éste es el verdadero templo, y éste el verdadero culto. Y con esa veneración y profundo respeto deambulamos bajo estos centenarios seres, disfrutando durante media hora, hasta que salimos a campo abierto a dar con la pista, que vamos burlando por atajos señalizados, con el siguiente hito en el camino, el refugio de Plana Alta de Boj (Telera en los mapas). Hora y media hasta aquí.



            El siguiente objetivo es el ibón de Piedrafita, a los pies de Peña Telera y sus escuderos. El itinerario normal es el de acceder a través del barranco del Boj, pero nos lo reservamos para la vuelta. En este caso nos llegamos por otro sendero más al oeste, que también cruza la pista en varias ocasiones. Finalmente, llegamos a dar vista a este placentero lugar, que contemplamos dándole la vuelta completa para, ahora sí, acompañar por la orilla a las aguas que generosamente libera el ibón, hasta la pista. Una vez en ella, la seguimos, burlándola también en varias ocasiones señalizadas, hasta dar en Lacuniacha, ese parque faunístico con los animales en semi libertad. Y no mucho más, seguir la pista y tomar otro sendero para llegar al punto de inicio.




            Un precioso paseo que, en este caso, ha integrado el Betato con el ibón, que se ha concluido habiendo recorrido 10,7 km, en 3 horas y 10 minutos y salvando un desnivel acumulado en torno a los 500 m D+/-.



Bibliografía:

Pirineos, montañas profundas. Ricardo Mur. Editorial Pirineo (2002)

Pirineo adentro. Ricardo Mur y Enrique Satué. Editorial Barrabés (2003)

Web:

Valle de Tena

Despoblados Huesca

Románico Áragonés

Piedrafita de Jaca

Lacuniacha 

Senderos FAM

Wikipedia

Wikiloc  

RAE

Fundeu 

IGN 

Geamap 

Hijo de la Tierra 

El Pirineo no se vende




Las fotos, con sus comentarios, y el track

*La publicación de la ruta, así como del track, constituyen únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.


No hay comentarios:

Publicar un comentario