AQUERAS MONTAÑAS
Punta Oriental de Piniecho (2526 m)
Punta Occidental de Piniecho (2566 m)
Tablato/Serrato (2701 m)
Sábado, 9 de julio de 2022
“Tout est devant nos yeux, en train d’attendre celui que saura le découvrir. Et même si le chemin qui mène à ce moment où une connaissance nous est révélée peut être long, la révélation se produit en quelques instants. Ensuite, il ne reste que le souvenir qui, consciente ou inconscient, disparaît avec nous”
“Todo está ante nuestros ojos esperando que llegue aquel que lo sepa descubrir. Y aunque el camino hasta llegar al momento en que se nos revela un conocimiento puede ser largo, la revelación se produce en un instante. Y tras ese tiempo fugaz solo queda el recuerdo que, consciente o inconscientemente, desaparece con nosotros”.
Extraído del libro À la découverte des Pyrénées, editado por Musée Pyrénéen de Lourdes y Espacio Pirineos de Graus (2012).
Y no encontramos mayor verdad en nuestras andanzas por las montañas porque, por mucho que las recorramos, por mucho que nos adentremos en sus entresijos, siempre hay, siempre habrá, algo por descubrir, y en ese momento se produce la magia, se produce esa conexión entre uno mismo y las montañas, se produce esa revelación, si no de unas nuevas montañas en algunos casos, sí de las mismas, vistas desde otra perspectiva, desde otro ángulo, por lo que se puede considerar siempre una novedad, un descubrimiento, un conocimiento, un enriquecimiento, un recuerdo, como mencionábamos, del que tenemos que sacar partido hasta la eternidad. Y mientras eso ocurre, vamos inexorablemente cumpliendo años, a la espera de llegar a viejo lo más joven posible.
Y en busca de esa juventud y de esos nuevos lugares hemos ido hoy al balneario de Panticosa, para hacernos presentes en el entorno del mundo Brazatos y sus enhiestas cumbres, sus altos collados y sus interminables océanos de bolos graníticos que te aportan unas grandes dosis de sentido de la estabilidad y del equilibrio y, por supuesto, de concentración. El espacio del balneario de Panticosa es un auténtico caos visual, mental y sentimental. Ahí conviven las ruinas de los antiguos edificios montañeses, incluidas las casetas de las fuentes del entorno, con los mamotretos de construcciones ultramodernas que, por más que se empeñen, siguen sin encajar, mención aparte del visible deterioro del que ya van dando muestra. Actuaciones megalómanas, además de ruinosas, que continúan en los tiempos de la post-bonanza, y que han destrozado la armonía de tan bollo entorno. Bueno, ya.
Es un sentimiento que nos aflora siempre que venimos aquí y, como para superar algo, hay que situarse por encima de ese algo, es lo que hacemos, auparnos a sus montañas en busca de su pureza, en busca de la pureza de las aguas, en busca de la pureza del aire, en busca de la pureza de la luz. Hoy toca visitar el entorno Brazatos. Para ello, los primeros compases discurren por el transitado GR 11, hasta abandonarlo en veinte minutos, habiendo dejado a la izquierda el desvío para Bachimaña. Un tímido sendero, señal de lo poco transitado, tomamos ya en franca subida, circulando por el pinar, entre extenso campo de rododendros. Al cabo de una hora desde el arranque, nos sale al paso un generoso barranco que cruzamos, continuando por el mismo entorno, hasta que a los diez minutos salimos del bosque a zona abierta, echándosenos encima visualmente el grandioso circo, con los Foratulas a nuestra derecha.
Una hora nos cuesta, la mayoría entre enormes bolos de granito que hay que ir sorteando con alguna traza de hitos, hasta llegar al Cuello Bajo de Brazatos, entre la Punta Intermedia/Tablato y el pico Tablato/Serrato. El Hacedor de montañas se entretuvo mucho por aquí, pero no se prodigó con los nombres, dejando esa faena para los humanos, que no sabemos si lo han logrado del todo. Bueno, a lo nuestro. Este paso te abre otro mundo de montañas, Baldairán/Catieras, Piniechos… y en segundo plano, las espectaculares sierras de Tendeñera y Partacua. A nuestros pies, una pequeña cuenca, habitada por un ibón sin nombre, pero que le da igual, a la que tenemos que bajar para encaramarnos a la Punta Oriental de Piniecho, objetivo al que llegamos con tres horas y veinte minutos sobre el horario de salida. Bocado y descanso, con unas vistas espectaculares.
Con la mirada puesta en su hermana mayor, bajamos al collado que las une, o las separa, según qué humor gasten en cada momento, y acometemos el ascenso a la Occidental, cuarenta metros más alta, con mejores vistas, si cabe. De vuelta al collado, habría que volver a subir la primera, pero para evitarlo, la flanqueamos por la izquierda, sobre el barranco de Piniecho, que vierte al río Caldarés, junto a la carretera del Balneario. Situados bajo el Cuello Bajo de Brazatos, nos vamos escorando hacia la derecha para subir al Tablato/Serrato, techo de la ruta con sus 2701 msnm, desde donde se nos ofrece una completa panorámica sobre la grandiosa cuenca esta de Brazatos, con sus dos ibones dominando visualmente el entorno. La idea era bajar a esos ibones, pero al no verlo muy claro, y como ante todo tiene que primar la seguridad, optamos por hacer el descenso por el mismo sitio hasta el collado, desde donde proseguimos por el mismo itinerario de subida, salvando primero ese inmenso mar de bolos y luego ya por el bosque hasta el balneario.
Magnífica ruta en la que ha habido una cierta dosis de improvisación, pero que se ha solventado más que dignamente, recorriendo 12 km, en 8 horas y 55 minutos, con 1400 metros de desnivel acumulado D+/-, por una solitaria y armoniosa ruta en contraste con lo que nos encontramos de vuelta, y que solo es recomendable para quienes estén habituados a este tipo de terreno.
Bibliografía:
À la découverte des Pyrénées, editado por Musée Pyrénéen de Lourdes y Espacio Pirineos de Graus (2012)
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