AQUERAS MONTAÑAS
Pico de los Monjes/pic des Moines (2349 m)
Pico Astún Occidental (2278 m)
Pico Astún (2283 m)
Pic d'Astú (2277 m)
Jueves, 7 de julio de 2022
“El valle de Astún, donde nace el río Aragón, tiene la forma áspera de un circo, despoblado de vegetación arbórea, y en sus diversas terrazas solamente crecen los pastizales. Surcado de torrenteras, tiene dos ibones principales, el de Escalar y el de Astún, cuyas aguas, al juntarse, forman el río Aragón. Declarado de Interés Turístico Nacional en 1975, se ha proyectado una estación invernal, que comprenderá cerca de mil hectáreas esquiables, pertenecientes al municipio de Jaca”. Santiago Broto. El Pirineo Aragonés. Ed. Everest (1979).
Cuando se publicaba ese libro, ya hacía tres años que se había puesto en marcha esa estación. No hay más que echar la vista atrás para, cerrando los ojos, volver a contemplar esos espacios idílicos que han sido transformados por mor del desarrollo, aunque no va a ser fácil ponernos de acuerdo en dónde situar la delgada línea entre este y el desarrollismo. Pronto va a hacer cincuenta años de eso. Los que los conserven, los ojos digo, dentro de otros cincuenta, quizá los tengan que cerrar también para contemplar una Canal Roya libre. Libre. Por el momento, tengámoslos bien abiertos.
Una mañana que se las prometía felices, nos sorprende con una persistente gabacha que no para de empañar los cielos de la divisoria, y que se apresura en invadir los de este lado. Con la confianza de que la fuerza del día le haga cambiar de opinión, nos ponemos en marcha en Astún, camino de los llanos del Sol, para subir a la vera del barranco hasta el ibón de Escalar, popularmente llamado de Ranas, al que llegamos en poco más de tres cuartos de hora. Lo rodeamos por la derecha (margen izquierda), y continuamos la subida hasta el collado de los Monjes o col de Moines, también llamado puerto de Jaca, porque todos los pueblos de montaña tienen su puerto, y este es el de Jaca. Una hora larga hasta aquí, donde nos asomamos a la cruda realidad, que no es otra que las persistentes nieblas con un notable aire que esperamos se vayan calmando a lo largo de la mañana.
Dejamos atrás el pilón de muga B-309 y emprendemos la subida hacia el
pico de los Monjes o
pic des Moines. Tras una pequeña subida, una travesía casi llana nos sitúa a los veinte minutos en la base de la pared, habiendo pasado por el
col de Bénou, donde confluye el sendero que recorre
toda la sierra desde el puerto de Somport. Un corto tramo de echar manos nos separa de la cima, a donde llegamos en una hora y cuarenta minutos del arranque, constatando que el panorama sigue igual, nieblas cerradas por la vertiente gala y mucho mejor por el sur. Encontramos una laja con el nombre del pico y su altitud, eso que se ha puesto ahora tan de moda, pero quien suba y se piense que le quedan aún cien metros de desnivel para llegar, que se quede tranquilo, que ya ha llegado.
Con más cuidado, si cabe, que para subir, descendemos hasta el sendero, y antes de llegar al collado, echamos un bocado al abrigo. Ahora sí, una vez en el collado abrimos la circular aupándonos al cordal, y lo primero que encontramos es el pico de Astún Occidental, como preámbulo para el de Astún que, con sus 2283 msnm es el techo de la sierra. Otras cotas sin relevancia se van alternando hasta llegar al pic d’Astú. Una ruta esta para la que hay sendero definido, pero que es difícil resistir la tentación de no abandonarlo para seguir cresteando. Y lo hacemos hasta caer al collado de Astún, desde el que se puede continuar hacia el Malacara o descabalgar ya para bajar al ibón de Astún o de Truchas. Optamos por esto segundo después de haber disfrutado con la inmensa panorámica que se nos ha mostrado tras la retirada de unos velos que han ido jugueteando entre este enorme circo plagado de ibones y nuestras ávidas miradas.
El descenso al ibón se hace plácidamente, y más aún el tramo de pista hasta el otro ibón, el de Ranas, donde cerramos la circular. A partir de aquí, compartimos tramo de descenso, hasta terminar la ruta donde la empezamos hace 5 horas y 50 minutos, habiendo recorrido 10,8 km y salvados unos 800 m D+/- de desnivel acumulado.
Bibliografía:
El Pirineo Aragonés. Santiago Broto Aparicio. Editorial Everest (1979)
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