martes, 4 de febrero de 2020

La Solana 33k de Jaca, ocho pueblos casi milenarios

ANDADAS
La Solana 33k de Jaca
Domingo, 2 de febrero de 2020



            Entre el eje norte-sur del río Aragón, antes de su llegada a Jaca, el propio río pasado la ciudad, en su andadura por la Balancha camino hacia la Canal de Berdún, el río Estarrún y las sierras al norte, se delimita un rectángulo informe, unas tierras en las que se enclavan ocho localidades: Asieso, Guasillo, Caniás, Araguás del Solano, Novés, Ascara, Abay y Banaguás. Es la Solana de Jaca, también llamada Vereda Oeste. Son unos enclaves, actualmente pedanías de la capital de La Jacetania con mucho interés histórico, ya que se encuentran muy cercanos a San Juan de la Peña y sus monasterios, cuna del Reino de Aragón. Con iglesias de origen románico, en torno a las cuales se arremolinan pequeños núcleos en los que resalta su cuidada arquitectura popular y que luchan por sobrevivir.

Panel que revive la memoria

Ermita de San Cristóbal, con los temblores del alba
            Es el escenario perfecto donde se desarrollan las distintas modalidades de la Marcha Senderista de Jaca “Pueblos de la Solana”, que año tras año organiza el Club Atletismo Jaca. Hay una red de caminos y senderos que unen todos esos pueblos, eligiendo algunos de ellos para trazar el mayor de los itinerarios de la prueba. Para esta exigente ruta partimos, como en otras, de la Catedral para dirigirnos hacia la Ciudadela y entrar por el monumento a La Jacetania al paseo de la Cantera hasta el Banco de la Salud. Nos incorporamos al Camino de Santiago, que se recorre, pasando por la ermita de San Cristóbal, hasta el puente Grallas, tomando a la izquierda la carretera que nos lleva hasta la Central, y que se convierte en sendero hasta la de Asieso

Llegando a Asieso

Camino de la carretera de Asieso
            Con precaución subimos hasta pasadas las granjas de la izquierda, y por el talud acortamos la sinuosa carretera, llegando hasta la misma entrada del pueblo, que se hace junto a la parroquial de San Andrés, del siglo XII. Cruzamos el pueblo y salimos por otra carretera local, que recorremos unas decenas de metros para meternos a la derecha por un ancho camino, que nos lleva a Guasillo, segunda localidad de la ruta, cuya primera noticia que se tiene es del siglo XI, con fuente junto a la iglesia, que reza a San Adrián.

Camino a Guasillo

Llegando...
            Nos metemos por detrás de la misma para descender las escalerillas que acompañan al  barranco Catella hasta continuar por bonito camino a mano derecha, entre tapiales, que nos sacan del pueblo, donde nos encontramos otro cruce, señalizado como el PR-HU 62, que nos dirige, ya en plena Solana hacia el siguiente objetivo, que es Caniás. Y lo hacemos siguiendo por la pista, que se convierte en senda antes de subir un pequeño cabezo, tras lo que se desciende al barranco Castelillo, que no será la primera vez que lo hagamos hoy. Se continúa hasta llegar a esta siguiente población, las últimas decenas de metros por su carretera local. También histórica, datada su primera noticia en el siglo XI, también con fuente en las proximidades de la parroquial de San Pedro Apóstol. Las vistas que se tienen de todo el monte Pano y Cuculo son francamente extraordinarias.

Parroquial de San Adrián en Guasillo

Caniás
            Justo enfrente se toma un sendero que nos va bajando, primero cruzando un campo yermo y luego por entre tapiales de piedra seca, con cabaña de ruinas incluida, hasta llegar al lecho del río Lubierre, que trae las esencias de los montes de Borau, concretamente de un lugar próximo a la ermita de San Adrián de Sasabe, de vital importancia también en la arquitectura histórica de estas tierras. Se cruza el río por vado de cemento y seguimos por la pista del soto río arriba, como unos 300 metros, para tomar a la izquierda un sendero por el bosque, que era el camino de viejo que unía Araguás del Solano con Novés, y que se está recuperando.

Un tiempo que se va

Río Lubierre
            En un cuarto de hora de ascenso nos deja en una pista muy poco transitada, que tomamos a mano izquierda, en descenso, hasta cruzarnos con otra que ya nos sube decididamente hasta el pueblo, que si no es el punto más alto de la ruta, sí lo es como población, con presencia en los escritos también desde el siglo XI, ofreciéndonos unas extraordinarias vistas sobre la extensa Solana, dominada visualmente por la Peña Oroel. La fuente la encontramos de paso.

La Solana, con la Peña Oroel de fondo, desde Araguás del Solano

Cabaña de cúpula circular
            Por entre las calles se va buscando la salida a la carretera local, que antes de llegar a la de Aísa, nos metemos por un sendero a mano derecha, que nos conduce ya a Novés, anclado en la historia desde el siglo XII, y muy vinculado, como todos de la zona a los monasterios cercanos, en los tiempos convulsos del origen del Reino de Aragón. Pasando por la parroquial de San Pedro Apóstol, del pueblo se sale por la casa del herrero, y por una pista entre campos, nada más pasar un vado de cemento, se toma a mano derecha un itinerario en franco ascenso ya a la sierra de Novés que, una vez llegados a su parte superior, recorremos toda la loma, por donde se nos ofrecen unas vistas espectaculares sobre el entorno. Solo el tránsito por la loma vamos por incipiente sendero, pero tanto el ascenso como la bajada ha de ir acompañada del track, pues no está definido el camino. Una vez se cruzan los campos, se llega a una pista, que cruzamos para continuar por un sendero que se convierte en pista, pasando por alguna finca y el cementerio, llegando finalmente a Ascara, con noticias ya en el siglo XI, y parroquial de los Santos Reyes.

Vistas hacia la Solana y el Gran Norte, desde la loma de la sierra de Novés

Subiendo a la loma
            Ascara, en el extremo suroeste de la ruta, marca el punto de inflexión, pues ya todo el camino es volver. Para ello, tomamos la pista que nos conduce a Abay, a donde llegamos tras haber cruzado el río Lubierre de nuevo. A esta localidad entramos por la trasera de la parroquial de San Andrés, también de origen románico, y con la ermita de la Asunción integrada en el casco urbano, cuyos orígenes se datan en el siglo XI, y del que se sale dirección a la carretera local, que pronto se abandona, ya que al llegar a una zona de esparcimiento infantil entramos por la pista de la derecha, y que nos lleva entre campos, y cruzando de nuevo el barranco de Castelillo, hasta Banaguás, nuestra última parada, a la que se accede también por camino entre tapiales de piedra seca, y a donde antes de llegar nos volvemos a encontrar tablillas del PR-HU 62.

Cruzando el río Lubierre de vuelta

Ábside de la iglesia de Banaguás
            Se alcanza la plaza donde se encuentra la enorme casa abacial junto a la parroquial, con ábside lombardo. Salimos del pueblo dirección al río, pasando por Villa Vicenta, y nos incorporamos a ese camino en veinte minutos, para tomar ya decidida dirección hacia Jaca, con el telón de fondo inconfundible de la Peña Oroel. En diez minutos más, y justo antes de abandonar el camino para meternos en el sendero del Columbario, merece la pena detenerse ante la imagen que nos ofrece el río Aragón, desde la altura, en una amplia curva que hace en su descenso.

Río Aragón

Puente de San Miguel
            Una vez en el mencionado sendero, nuestros pasos nos llevan ya a las proximidades del puente de San Miguel, de arco apuntado, sin certeza sobre su año de construcción, pero que su estructura nos habla de la época bajomedieval, siglo XV, declarado Monumento Histórico Artístico en 1943. La pista que sale del puente nos sube sin mayor dificultad hasta el llamado Rompeolas, en el extremo del Parque, ya en zona urbanizada, y desde donde se tienen excelentes vistas sobre toda nuestra trayectoria de la jornada de hoy.

La Solana desde el Rompeolas

Glacis de la Ciudadela
            Solo queda ya acercarse al punto de salida, completando así una exigente ruta por los pueblos de la Solana de Jaca, compaginando la siempre saludable actividad de andar por el medio natural, con el paso por localidades que conservan ese sabor de lo tradicional, con el afán de supervivencia, en un entorno plagado de referencias históricas y arquitectónicas de primer orden para entender los orígenes de nuestra historia, de cuyo legado podemos disfrutar con este rico patrimonio.

La Catedral de Jaca, punto de partida y de regreso

            Pedazo de ruta, a la que le hemos dedicado 7h 30’ de tiempo total, del que 6h 30’ han sido en movimiento, para recorrer 33 km, con un desnivel acumulado total de 730 m D+/-.

Notas a esta ruta:
·     Ruta incluida en la “Marcha Senderista de Jaca por los pueblos de la Solana”
·    Ruta que dadas sus dimensiones se traza por un extenso territorio, que comprende varios PRs del entorno de Jaca, unos señalizados y otros no todavía. Estos son:
o   PR-HU 52, señalizado, que sube a Grosín, dándole la vuelta al monte Asieso.
o   PR-HU 62, señalizado, que va hasta Caniás, haciendo una circular por los pueblos de la Solana, pudiendo acortar en Guasillo yendo directamente a Banaguás.
o   PR-HU 63, sin señalizar, que sería la variante descrita en el punto anterior.



Las fotos y el track


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