IXOS MONS
Bergua (1055 m)
Cillas (1380 m)
Cortillas (1385 m)
Basarán (1360 m)
Sábado, 8 de febrero de 2020
Y no habrá pendiente, sobre todo si está
medianamente expuesta al sol, donde el montañés se haya echado atrás para crear
imponentes abancalamientos, desde el
fondo de los barrancos, hasta donde arrancan los pastos alpinos.
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Cubiertas del libro "Guía de Sobrepuerto" |
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Salida de Bergua |
Con estas
palabras de
Enrique Satué, extraídas
del libro
“Guía de Sobrepuerto”, editado por la
Asociación Cultural Ballibasa y Sobrepuerto O Zoque, en 2014, comenzamos el relato de una
nueva incursión por estas tierras de Sobrepuerto.
Unas tierras que sobrecogen y que han quedado como testigo de lo que vieron, de
lo que oyeron, de lo que sintieron, manteniendo un pálpito más tenue cada día
que pasa, cada estación que soporta, cada año que irrumpe sobre ella haciendo
crujir sus huesos como aldabonazos con un eco que nos empeñamos en que no se
apague.
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Preparados para la marcha |
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Os Puens, donde confluyen los dos barrancos |
Uno de los
puntos de entrada a esta emblemática zona de Sobrepuerto es Bergua, en la cuenca del Ara. Bergua,
apellido que dio nombre al lugar, y no al contrario que es lo más común.
Bergua, que llegó a estar casi despoblado, y que entre oriundos y neo rurales
están sacando del olvido. Bergua, allí hemos acudido en esta ocasión 15
mayencos los que, partiendo de esta localidad nos hemos marcado una circular
por el PR-HU 3 hasta Cillas y Cortillas, volviendo por Basarán
al punto de salida. Para ello salimos en dirección a la zona llamada “os Puens” porque hay dos, uno para
cada barranco. Por un lado el de la Pera,
que viene del sudoeste; y por otro, el de A
Glera d’Otal, que lo hace de noroeste. Ambos confluyen en presencia de esos
puentes, y del maridaje se forma el de Forcos,
hasta que rinde sus aguas al Ara.
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Cruzando el barranco de la Pera |
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A punto de tomar el PR-HU 3 |
Bien,
comenzamos. Vamos bajando hasta el barranco, y con nosotros los grados del termómetro, que si al comienzo se aupaba por llegar a los cero, ya se ha
cansado y sigue bajando. Los barrancos bajan pletóricos. Cruzamos el primer
puente y continuamos por el sendero de la izquierda, que señala ese PR-HU 3. Un
sendero muy poco transitado a juzgar por la cantidad de troncos cruzados que nos vamos encontrando, y que
pone a prueba nuestras facultades para el contorsionismo. Se va ganando desnivel,
aunque muy levemente, acompañando al barranco de la Pera, que hace un giro de
90º, lo que nos permite tener contacto visual con
Sasa de Sobrepuerto, otro de los núcleos de esta zona, habiendo cambiado ya de término municipal, del de Broto al de Yebra de Basa.
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Sugerente camino por el bosque |
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Cruzando el barranco Arnitio |
Una vez
cruzado el barranco Arnitio, la evidencia de ir llegando a otro de esos
despoblados se hace patente, pues entramos en una zona de bancales en la que no es
difícil despistarse y salirse del sendero, la vegetación no distingue. Esta
partida aparece en los mapas como San Quiles. A eso de media hora del
barranco, y ya en franco ascenso, llegamos a la parte alta, donde se hallan los
campos más próximos al ruinoso Cillas, donde los 1380 metros de altitud nos
permiten tener unas vistas privilegiadas sobre Monte Perdido, Soum de Ramond,
Punta de las Olas, collado de Añisclo, la Suca y las Tres Marías. Espectacular.
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Extraordinaria vista desde Monte Perdido hasta la Zuca Plana |
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Campos de Cillas |
A nuestra
izquierda, en el sentido de la marcha, unos campos fagocitados por artos y
barzas, con el telón de fondo del Oturia. El sendero está señalizado por el camino entre los tapiales, que para ser purista y discurrir por él, las aliagas se cobran un alto precio. Diez minutos todavía hasta llegar a los montones de piedras en los que se está convirtiendo esta aldea mencionada en la “Guía de Sobrepuerto”, que según
José María Satué,
llegó a tener 16 casas y más de cien habitantes en sus mejores tiempos, con
unas voces ahogadas en un lejano pasado. Su nombre, Cillas, según el mismo autor, podría derivar posiblemente del vocablo latino CELLA, en el sentido de granero,
almacén. Un topónimo que, como el pueblo, va desapareciendo ya de los
mapas. Lo que más resiste, siendo poco, son la iglesia de La Asunción y su
contigua ermita de San Vicente.
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Ermita de San Vicente |
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Cortillas, con el Oturia de fondo, desde Cillas |
Nos dirigimos
al cercano
Cortillas, que ya
tenemos al alcance visual. Para ello, continuamos por el sendero, y una vez
cruzado el
Barranquiello subimos hasta este otro núcleo, que la llegada de una
pista desde Oliván le aporta mimos y cuidados. Se trata de uno de los pueblos
más grandes entre la docena existentes en Sobrepuerto, que llegó a tener 34 casas
abiertas y más de 200 habitantes, con ayuntamiento propio. Lo que más nos
sorprende es el trazado urbanístico, con calles completamente rectas y
alineadas y una ancha plaza, en la que destaca
Casa Isábal, la única
restaurada, aunque también lo está el edificio de las escuelas, junto a la
iglesia de los Santos Reyes, en ruinas. La altitud de este emplazamiento es
similar a la de Cillas, y en su plaza aprovechamos para echar un bocado, que
compaginamos con la visita pausada y sumamente respetuosa a las calles, las
casas y a ese tiempo detenido.
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Casa Isábal, la única restaurada |
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Paso próximo a la Cruz de Basarán |
Salimos del
pueblo por pista en dirección norte, dejando a la derecha el cementerio, con su pequeña ermita de la Virgen, y a la izquierda unas bordas con presente y futuro. Pasamos por unos pacos que todavía almacenan nieve, y por la llamada Cruz de Basarán, histórico cruce de caminos,
y que constituye hoy el punto de inflexión para el regreso. En tres cuartos de
hora desde Cortillas llegamos a Basarán, otro núcleo de Sobrepuerto, en el que
no queda una casa en pie, de las 15 que llegó a tener, que albergaban a más de
100 personas. A destacar que su parroquial, que rezaba a San Úrbez, fue
trasladada en los bajos años 70 del siglo pasado a la estación invernal de
Formigal, respetando parte de su estructura. Situado el pueblo sobre el
barranco de Otal, nos da vista a parte del macizo de Tendeñera. Al poco de
salir, una fuente nos ofrece buenas aguas.
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Saliendo de Basarán |
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De regreso a Bergua |
Continuamos
con nuestro retorno por el sendero señalizado como PR-HU 3, que en veinte
minutos de descenso se nos abre el PR-HU 117, que se dirige a Escartín, que
tenemos enfrente, al otro lado del barranco de Otal, mencionado anteriormente. Cruzamos
el de Abé, y en cuarenta minutos más de tránsito por el bosque llegamos al de
la Pera, tras haber cerrado la circular un poco antes. Ya solo resta subir a Bergua
por ese sendero tapizado de musgo que forra piedras y arbustos, dando así por
finalizada esta bonita incursión a Sobrepuerto.
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Escartín, rasgando el horizonte |
Entre unas cosas y otras se nos han ido 6
horas de tiempo total, del que 4h 30’ ha sido en movimiento, para recorrer 14,7
km y salvar un desnivel total acumulado de 710 m D+/-.
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