Forges d'Abel
Viernes, 22 de febrero de 2013
Hoy toca deslizar, y nos apetece
hacer algo de fuera pista, aunque como no sabemos cómo va a estar el panorama
por la vertiente norte, arramplamos con los esquís de fondo también. Jesús se
queda en Somport, que nos recibe con nieblas, de todos modos bajo a las Forges
d’Abel, que ya se ve más despejado. Nos ponemos a ello.
Trayectoria de las vías de tren |
A
pesar de llevar como una semana de buen tiempo yéndose más y más nieve, el
paquete que hay todavía es tremendo. Han limpiado la entrada hasta muy cerca
del edificio de la antigua estación de tren. Esa estación que vio pasar el
canfranero durante una pila de años, tantos como los que ya no los ve. Y
salimos precisamente desde las mismísimas vías, que se intuyen debajo de
nosotros, como a más de un metro debajo de nosotros. De hecho, la superficie de
la nieve está al ras del extremo superior de la palanca del cambio de agujas de
las propias vías.
Aspecto del bosque |
Nos
adentramos en el bosque. Hemos tenido el capricho de venir aquí, pero realmente
la nieve no está en condiciones. Hay costra, y por debajo está muy blanda, lo
que llamamos podrida. Ya veremos la bajada. Quizá hubiera sido mejor venir con
raquetas. Lo dicho, veremos la bajada.
Barranco de Espelunguera |
El
bosque está como con ganas de ver a alguien, a alguien que le transmita esa
misma sensación. Alguna revuelta de la pista para ir tomando altura. En el paso
por algún puente que cruza el potente barranco, la nieve supera con creces la
altura de las barandillas. Hay tramos en los que la verticalidad de las paredes
han provocado avalanchas de la nieve depositada en ellas, nieve que no ha bajado
sola, sino envuelta con grandes cantidades de tierra, dejando un panorama un
tanto caótico. Pero ya está todo descargado.
Llegamos,
y sobrepasamos, la última edificación de la central eléctrica que regula el
cauce del barranco. Y a la hora y diez minutos llegamos al anunciado como
parking de Espelunguera, desde donde ya no se puede proseguir en rodantes,
porque aquí comienza el Parque Nacional de los Pirineos Franceses. El tiempo no
nos da para más, tenemos que volver.
Comienzo del Parque Nacional |
El
cielo, por el W, comienza a anunciarnos el cambio de tiempo, que según nos
dicen va a ser brutal. Parece mentira, porque se había suavizado bastante, de
hecho ya vemos que los brotes de las hayas comienzan a estar más abultados. Pero
qué ganas de salir, pero cuántas ganas de vivir.
Y
poco más, a deshacer el camino andado, a cerrar la cremallera que hemos abierto
al subir, pero bajando, y con una nieve muy poco amigable para ello. Ya nos lo
habían dicho, pero no nos lo hemos querido perder…
El reportaje completo, en:
Buen paseo, mucha nieve y la que estará cayendo en la actualidad.
ResponderEliminarSí, mucha nieve. Y la que se ha ido. Estos días ha cargado un poco, especialmente en el lado norte. Gracias, Anónimo, por el comentario.
EliminarComo siempre, gracias por el reportaje. Mucha envidia por no poder acompañaros, que por falta de ganas no sería. Y qué bonito está el monte con tanta nieve...
ResponderEliminarJavier
Así es, Javier, el monte está precioso. Este invierno, aunque no está siendo especialmente frío, sí que es generoso en precipitaciones. Y eso es de agradecer. La primavera y el verano, pero especialmente la primavera, van a ser también excepcionales. Gracias por el comentario.
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