miércoles, 27 de febrero de 2013

Dos cordales y un valle

ENTRENOS
Rapitán, Ipas, Bergosa, Ijuez, Serés
Domingo, 24 de febrero de 2013



             Anoche frío y luna. Hoy frío y sol. Esa es la alternancia, y aunque parezca el mismo, no lo es. El monte de ayer fue el de ayer, y el de hoy será el de hoy. Sí, Rapitán, hablamos de ti. Nueve de la mañana, -4º en un perezoso termómetro, naves de Agromán. 5 a punto de salir, no todos jóvenes. Sólo lo son Víctor, Abel, Nacho y Juan. Veremos.

Campo de Jaca, desde Rapitán
(foto de Víctor)
            La idea es dar la vuelta de Rapitán, Ipas, Bergosa, Ijuez, y regreso por el Camino de Santiago. Lo dicho, veremos. Arrancamos despacio, como debe ser, y nos metemos por el sendero, que se va codeando con las lazadas E de la carretera, y que nos deja en el mirador, desde donde damos los buenos días al Campo de Jaca, todavía desperezándose. Hasta la Peña Oroel tiene legañas.

            Vuelta al fuerte, que nos da la oportunidad de asomarnos a la cara norte, para ver, o mejor dicho, intuir la cabecera del valle, que está tomada por un nuevo frente que está dejando nieve por las alturas. Continuamos. Por entre carrascas vamos pellizcando el lomo del monte, hasta llegar a dar vista al barranco que lo separa de Ipas. Lo bajamos, y sin subir al pueblo tomamos la pista que con fuerte pendiente nos lleva al collado. Poco más de una hora. Esto marcha. De aquí, hacia el W, parte el camino para la loma de Claraco, pero nosotros seguimos pegados al monte, es cara NW y se nota, aún quedan trazas de nieve, y en algunos sitios más que trazas, pero a estas horas está dura y se pasa bien.

ABergosa (foto de Víctor)
            A los diez minutos alcanzamos el arranque de la senda que nos lleva a Bergosa. La pista continúa subiendo hasta un collado que da acceso al Albarún, pero nosotros a lo nuestro. Veinte minutos de sendero con unas aliagas que nos ofrecen todo su cariño, y algún árbol cruzado, mucho menos de lo esperado, nos dejan en la parte alta de Bergosa, en una finca que están arreglando. ¡Qué gozo da ver que lo viejo vuelve a tener utilidad! ¡Qué gozo da! Bien, por un escondido camino a la derecha llegamos hasta la iglesia, o lo que queda de ella, que aún es bastante, aunque sin tejado, están los muros, incluso el ábside prácticamente enteros. Es la parroquial del pueblo, y sus orígenes datan del S XII, venerando a San Saturnino. Pero eso poco importa ahora.

Fuente de Bergosa
            Junto a ella nos encontramos con lo que jocosamente llaman el PHB, el Plan Hidrológico de Bergosa, una manguera soterrada que trae el agua desde la fuente hasta unas bordas que están más abajo, en las eras. La susodicha fuente también la vemos más arreglada, de un charco con mal acceso de hace unos años, han dejado un rincón muy cuco. Se ve que era un punto neurálgico de la población, porque también está dotada de lavadero. Y lo fue hasta 1966, año en el que se despobló definitivamente, huyendo los últimos vecinos del abandono y del olvido, pero que desde 1998 están comenzando a arreglar alguna finca, e incluso poniendo los nombres de las casas, aunque estén espaldadas. Se puede perder todo, pero no el recuerdo, pero no la identidad.

Salida al Ijuez
            Tomamos un camino evidente, pero equivocado, y nos damos cuenta tras dar unas cuantas vueltas. El bueno, el que nos tiene que bajar hasta el Ijuez ha de tomarse muy cerca de la fuente, hacia el N. Finalmente lo encontramos, y lo seguimos, ya no nos engaña. Hay tramos que parecen trincheras, de lo erosionado que está. Aliagas y más aliagas colonizan terrenos de pasto que lo tenían que estar por la ganadería extensiva que tanto cuida los montes, y que se va abandonando por improductiva y carente de apoyos. Pero se nos llena la boca con asentamiento de la población, se nos llena la boca con pilonas, postes, arrastres y demás monocultivos… El sector primario por los suelos, el secundario agotado, y el terciario mal enfocado (¿o bien para algunos?). En fin, lo de siempre, que me pierdo.

Puente en el Camino de Santiago
            Media hora más y el camino, emboscado en su segunda mitad, nos deja en el lecho del río Ijuez, que se abre paso por este recóndito valle de la Garcipollera, y que también fue pasto de la fiebre de los pantanos, allá por los sesenta del pasado siglo. Fue expropiado para repoblarlo y evitar de ese modo el arrastre de tierras y la saturación de Yesa. Y ahora ahí estamos, con nuevas polémicas sobre la seguridad de las nuevas actuaciones. Que hay que sacar a las gentes de sus casas porque hay que elevar el nivel del embalse. Que hay que sacar a las gentes de sus casas porque se caen las laderas, pero claro, serán unos hilillos… Bueno, otra vez. A lo nuestro.

            En condiciones normales se podría cruzar al otro lado del río, y llegarnos hasta el puente de madera, pero el gran caudal no lo aconseja, por lo que seguimos por la margen izquierda, teniendo que subir y bajar el talud que nivela las vías del tren, de un tren del que también podríamos llenar páginas, incómodas páginas.

Al paso por Bergosilla
            Dos horas y cuarto y ya de regreso por el Camino de Santiago, del que un pequeño tramo se llevó la riada de octubre, y que han reconstruido con gran solidez. Bergosilla. Puente Torrijos. Y puente Oliván, donde se nos ocurre preguntar si hay alguien que no tenga prisa. Pues sí, Juan no la tiene. Por preguntar. Despedimos a Víctor, Abel y Nacho, que continúan derechos a Jaca, y nos subimos con Juan por el monte de Santa Eugenia. Ochenta y seis lazadas, lo cosen. Es la solución que dieron los antiguos beneficiarios de estos montes para salvar los más de 300 metros de desnivel. Aún se pueden ver restos de antiguas cabañas de piedra.

            Collado de Serés. Poco más de la una, con cuatro horas subiendo y bajando montes, que nos están dejando unas garrillas pelín cargadas. Regreso por el paco Serés, hasta el puente Oliván de nuevo y para Jaca, a donde llegamos con gran alegría y satisfacción al filo de las dos de la tarde.

            Satisfechos, muy satisfechos. Por la mañana, por los montes, por la compañía. Han sido cerca de 5 horas para recorrer casi 30 kilómetros, con 2.850 metros de desnivel acumulado, por unos montes que ya nos saludan al pasar.

          

El reportaje completo de fotos, en:
  
Y el track, en:

8 comentarios:

  1. Un placer leerte y compartir kilometros Chema. Releerlo es como volver a disfrutarlo, gracias. Saludetes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Juan. El cómo es, y el cómo lo veo, procuro que sean una misma cosa. Gracias de nuevo.

      Eliminar
  2. Qué campeones ! Me encanta la vuelta,la temperatura y la falta de prisa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Passsssa Cacatúa? Ya estamos dando guerra? Me alegro mucho de ello. A ver cuándo te sumas. Gracias por el comentario.

      Eliminar
  3. Detallado relato de una bonita mañana Chema, como el resto de tus crónicas y como dice juan, leerlo es volver a disfrutarlo....

    Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti, Víctor, y a todos los que me acompañasteis en esa bonita mañana. Gracias por el comentario.

      Eliminar
  4. Muy bonito. Incluso esos alegatos a la sostenibilidad, muy bien traidos, que mueven las conciencias. Un gusto
    Javier

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Javier ??? por tu comentario. Respecto a los alegatos, la verdad es que sí, no faltarían temas para hacer un blog paralelo.

      Eliminar