Año XII. Entrega nº 795
MONS CON NIEU
Canal Roya
Viernes, 3 de febrero de 2023
Tan intenso es el cielo azul que luce hoy la Canal Roya, como los nubarrones que se ciernen sobre ella desde los despachos. En una espléndida mañana que pasamos de los -4ºC al paso por Castiello hasta los mismos 4º, pero positivos en el arranque, visitamos este valle que se ha ganado por méritos propios el estar incluido en un Espacio Natural Protegido en lugar de estar bajo amenaza de destrucción.
Con esos amargos sentimientos, y ante la dejadez por la falta de limpieza del aparcamiento propio para entrar en este valle, bajamos a la carretera vieja para llegar hasta el final y poder iniciar nuestra marcha de hoy, lo que nos obliga a remontar hasta la pista a la altura de las instalaciones del campamento juvenil. Una vez en él, continuamos por la pista, pasando por la fuente del Cerezo, hasta llegar al desvío por donde ha señalizado el GR 11 desde su migración a Sendero Turístico de Aragón que, debido a los continuos desprendimientos del margen derecho, hay que cruzar al izquierdo por una palanca y seguir para salir directamente al refugio de Lacuás, pero eso es en ausencia de nieve, que ahora nos limitamos a seguir la huella, que no siempre coincidirá por el camino de verano.
Por tal motivo, vamos cruzando algún ramal del río por puentes de nieve. Un río que ofrece bellas imágenes con sus piedras nevadas, sus carámbanos, el raudal de sus aguas, el contraste del oscuro color de sus frías aguas con el blanco impoluto de la nieve. Entre ambos extremos, una tenue paleta de colores en las laderas que conforman el cauce, entre las que encontramos algunos sarrios que cruzan inclinadas palas de nieve en busca de sustento, que este ambiente no se lo pone fácil. Nadie, absolutamente a nadie nos encontramos, la pureza que se respira es total y absoluta. Despacio, saboreando cada paso que damos, llegamos finalmente volver a cruzar de nuevo la palanca bajo el refugio, al que nos acercamos, paralizados por la idea de la gran transformación que puede llegar a sufrir este recóndito valle, precioso y valiosísimo medioambiental y paisajísticamente hablando.
Nos hubiera apetecido haber seguido adentrándonos más, pero por hoy, tan solo se trataba de esto, de dar un paseo, quizás bajo un prisma más romántico de lo habitual, ese que nos acompaña siempre en nuestras andanzas por las montañas, por nuestras añoradas y adoradas montañas, ese que nos permite sentirnos tan unidos a ellas, tan unidos a lo auténtico, tan unidos a esa realidad que nunca te defrauda, que siempre te enseña, que siempre te aconseja, ese amigo fiel que sabes que está ahí y que ella sabe que te llena de plenitud, pero también que sufres cuando ella sufre. ¡Ay!, las montañas, severas, aunque amigas del ser humano si se las sabe tratar, pero que no todos esos seres humanos lo ven de la misma manera, y algunos pasarán a la historia por la huella que dejen sobre ellas.
Bocado, contemplación y más contemplación, para llevarnos estos buenos recuerdos de vuelta, para cuyos últimos compases apuramos la pista hasta ese punto neurálgico donde se separa el GR 65.3 y el GR 11, que vienen juntos desde el puente de Santa Cristina en Candanchú, y se le une aquí a este el GR 11.1, por el que bajamos hasta el punto de partida, habiendo recorrido 6,8 km, en 3h 50’, con un suave desnivel en torno a los 260 m D+/-.
Web:
Senderos FAM
Senderos Turísticos de Aragón
RAE
Geamap
Hijo de la Tierra
Las
fotos y el
track, que no tiene por qué ajustarse a los senderos de verano
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