jueves, 17 de junio de 2021

Somola Baja y Punta Espata, los guardianes de Marañán

 


AQUERAS MONTAÑAS
Somola Baja (2574 m)
Punta Espata (2202 m)
Sábado, 12 de junio de 2021

            En nuestro maltrecho planeta hay 14 cumbres principales por encima de los ocho mil metros. Esto es sabido por todos, claro, pero quizá no tan conocido es que el responsable de verlo así sea Napoleón Bonaparte, que fue el que en 1799 estableció el Sistema Métrico Decimal para todos y para siempre, como sentenció. En la década de los 50 del siglo pasado es cuando se veían alcanzados por seres humanos. El primero en hacerlo, con sus 8091 msnm, fue el Annapurna, en 1950, y lo hicieron Maurice Herzog y Louis Lachenal. Del primero se conserva la frase que traemos hoy: Las montañas nos han obsequiado con su belleza, y nosotros las hemos amado con la ingenuidad propia de un niño y reverenciado con la veneración que un monje siente por lo divino.



            No sé si merece más comentarios la frasecita de marras, que suscribimos al cien por cien, porque las vemos, las amamos, con esa ingenuidad, con esa frescura, con esa curiosidad por aprender, con esa ternura infantil; y las respetamos, las consideramos, con veneración, como el que le tiene un discípulo a su maestro. Y con esa actitud nos acercamos a ellas, con la de amar, con la de aprender, con la de respetar… y con la de compartir. Compartir sueños, ilusiones, momentos, vivencias, y lo que ahora hacemos, compartir recuerdos. En esta ocasión, ha sido con 6 mayencos más que, en salida de club, y tutelados por Julio nos hemos acercado a nuestro terreno de juego tan particular como es la montaña. Ha sido cerca, en el valle del Aragón, en el macizo de la Collarada
, y más concretamente en su extremo suroriental, en el dominio Somolas, a la Somola Baja, y quedándonos con ganas de llegarnos hasta la Alta y la Occidental, pero la presencia de nieve en pasos delicados lo desaconsejaban, lo que no fue óbice para en el regreso visitar la Punta Espata por su rallera.



APROXIMACIÓN Y ASCENSO A SOMOLA BAJA
            Esta vez elegimos como punto de partida el puente sobre el barranco de Bozuelo, aguas arriba de la fuente del Paco y su refugio, a donde se puede llegar de forma libre. Atravesando los campos de Piecervera, se roza la pista en una curva, y siguiendo por el sendero, se alcanza el último lugar a donde se permite el acceso con vehículos, previa obtención de permiso en la web de Turismo Villanúa. Estamos en el refugio del cubilar de la Espata, casi una hora hasta aquí, desde donde este monte nos da a conocer más su personalidad, ocurre igual con el acercamiento a las personas. No dejamos de aprender de ese Gran Libro de la Naturaleza Viviente. Un monte, este de la Espata, ajeno a nuestras pretensiones de hoy, aunque no sabemos si comparte ese pensamiento. De momento, lo que sí compartimos es un pequeño tramo de su ascensión normal, hasta una visible roca, desde la que seguimos hasta llegar al collado de Marañán, que la une con nuestro objetivo de hoy, la Somola Baja, que ya nos llama visualmente. Casi otra hora más.




            Vamos subiendo con la tranquilidad que exige la pendiente, rodeando la mole cimera por su flanco suroriental. El último esfuerzo se materializa entre dos grandes manchas de nieve, cuyo tránsito nos deja ya muy próximos a esos 2574 msnm que tiene esta montaña, algo desgajada de su matriz, las Somola Alta y Occidental, que forman un sorprendente macizo con verticales paredes que, junto con nuestra montaña de hoy y ayudadas por los hielos y el tiempo, han sabido configurar un circo de extrema belleza. También lo es el tajo de varios cientos de metros que, por los mismos motivos, ha horadado el barranco de Aurín que nace en el ibón de Bucuesa. Un profundo paso que divide, o junta, según se mire, el macizo de Collarada con la sierra de la Partacua, siendo la Pala de los Rayos, Peña Retona y Punta Blanca, de esta última sierra, las que les toca asomarse al abismo.









DESCENSO… y más…
            Casi tres horas desde el arranque se merecen una buena estancia, que aprovechamos para alimentar el cuerpo y el alma. Mientras tanto, como adelantado en la entradilla, valoramos el paso a las hermanas mayores, desestimándolo por encontrarse con nieve el corredor de ascenso. Seguro que nos espera para la próxima. No obstante, y por no repetir itinerario, el descenso lo hacemos como si fuéramos a ascenderlas, es decir, por el circo, para hacerlo definitivamente hasta alcanzar el collado, cerrando así la circular. Pero hete aquí que de la imagen que nos ofrece la Punta Espata es difícil abstraerse. Su altivez, la armonía de sus formas, las vistas que sabemos nos reserva… ¿qué hacer? Pues primero proponer el acuerdo, al que se llega por unanimidad, para buscar el modo de acometer el ascenso, y seguidamente buscarlo… encontrarlo, y sin más dilación ponernos en marcha, aceptando así el desafío de esta segunda cumbre, más baja pero más brava que la anterior.
            Partiendo del collado, aparentemente hay dos tramos muy diferenciados. Primero una ladera herbosa con gran inclinación, que recorremos con cuidado, porque solo admite un tropiezo, y que nos arrima a la base de roca de la rallera oriental, que se deja caer hacia el barranco del Aurín, a la altura, más o menos, del Churrón, el terminal de la pista que sube desde Acumuer. Y a continuación son las manos las que se ponen en acción para superar la parte mineral. Unos cuantos pasos un tanto verticales y alcanzamos una menos inclinada plataforma que nos conduce ya a la cima, concluyendo de este modo el ascenso a esta segunda montaña de hoy. Otra hora desde el collado. Ingenuidad y veneración a partes iguales cumplen con el rito habitual. Felicitaciones, contemplación y descenso por la ruta normal, primeramente hasta el collado y luego, volviendo a cerrar otra circular, convergemos con el camino de subida a Marañán, y enseguida al refugio del cubilar de la Espata.




            Continuamos por el sendero hasta dar nuevamente con la pista, por la que nos mantenemos como unos veinte minutos para tomar un sendero marcado como Bozuelo, y que nos deja junto al puente de partida, habiendo recorrido 13,9 km en 7h 35’, con un desnivel acumulado total de 1440 m D+/-.


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